¿El demonio o nuestras propias sombras? (2)
Este artículo, se publicó después del anterior, en la página de
la Asociación de Alumnos de la E.T. de San Esteban,
en la primavera del año pasado.
Imagen tomada de internet
Terminamos
en el anterior resumen del prólogo de Carlos Castro Cubells, del libro titulado
“Nuestras propias sombras”, de Anselm Grün (Ed. Narcea), con estas
frases: “Nuestros enemigos son unas realidades invisibles, pero tremendamente
reales, que operan contra nosotros y que para enfrentarlos tenemos que
descender a verdaderas profundidades y lejanías, desiertos y abismos de soledad
y silencio ... Esta es la gran aventura
... de todo hombre o mujer que se arriesgue a tomar su vida en sus manos y
dirigirla con responsabilidad,... aventura que no puede realizarse sin lucidez
psíquica... y que nos lleva a la (iluminación) la amplificación de conciencia,
a lo transpersonal... al abismo de Dios. Y esto supone una lucha contra el
demonio... “
Hoy
continuamos, con el prólogo en el apartado: Lenguaje mítico y lenguaje científico.
“... Aquellos monjes de los primeros siglos del
cristianismo con su experiencia del “mal maligno”,... se habían zambullido nada
menos que en la aventura del trato con “los poderes del aire”... ingresando en
un mundo inenarrable. “La experiencia de ese mundo halló su expresión en el
lenguaje mítico”... Este libro “nos presenta... el gran valor de este
lenguaje para expresar la experiencia religiosa.
El hombre
moderno ha perdido casi por completo la sensibilidad por lo mítico. Esto se
debe a la primacía de lo racional sobre todas las cosas... Se ha creído durante
mucho tiempo que la razón podía agotar el conocimiento de toda la realidad...
pero se está volviendo a descubrir que el mito no es una fantasía, sino un modo
de percibir y tocar la realidad.
No hay que volver por tanto a la etapa mítica; “pero sí
que hemos de incorporar la dimensión mítica como una realidad que forma parte
de nuestro ser completo que no es precisamente, el de ser solamente “racional”...
Para el nuevo estado de conciencia al que vamos, superada la exclusividad
racionalista, vuelve a aparecérsenos de gran valor y vigencia lo mítico...
Una de las realidades que no puede captarse con la
razón es el mal, pues la razón percibe la realidad de una forma no inmediata...
“rodea” al objeto y mediante el concepto se relaciona con él y lo maneja. ...
pero hoy estamos convencidos de que [en
el caso del mal] no ha penetrado ni
conocido al objeto. ...
Lo más simple y elemental, lo más profundo por otra
parte, se resiste al conocimiento racional. Hay todo un mundo irracional... Y
todo ese ámbito ha sido expresado míticamente,... que no es fabulosamente ni
falsamente. ... El lenguaje mítico nos trasmite las experiencias profundas de
todo aquello que no puede captarse... con la mediación de la razón. Con el mal
y otras realidades elementales y superiores, no puedo quedarme en una relación
conceptual. ... Y la forma de expresar esa relación ha sido durante siglos mediante
el mito, lenguaje utilizado por las religiones. Por eso plantear hoy si existe
o no los demonios no tiene verdadero sentido...
¡Qué finura la de aquellos monjes... y la del P. Anselm
para sumergirnos en realidades y no insistir en temas subsidiarios! Los monjes
antiguos y el creyente de hoy indican con la figura del demonio una realidad
cuyas manifestaciones están claras y ahí,... que es un misterio..., todavía en
mayor medida que lo puede ser la neurosis o el complejo psíquico. Ya lo dijo
acertadísimamente C. G. Jung.
... Sólo el lenguaje mítico nos puede llevar... más
allá... de nuestra experiencia de contacto directo con otras esferas de la
realidad... y lo que nos pasa en forma de impulsos o inhibiciones... no es otra
cosa que el conjunto de indicios y
mensajerías de la otra realidad. Se llega también a la otra realidad por la
experiencia del mal.
Este es el gran emplazamiento existencial: llegar a la
otra realidad, a lo absoluto, a Dios en la confrontación con el mal... así comprenderemos
la expresión de San Pablo... Todo este mundo, este ámbito es el que el
psicólogo atisba pero cuya última expresión es la inmersión en el ámbito de lo
absoluto, de lo espiritual, de lo religioso.
El lenguaje científico ha venido a confirmar y a
enriquecer desde otro punto de vista lo que ya desde antiguo se había
percibido... Se trata de una coincidencia en la unidad. El lenguaje y el pensamiento científico han entrado en una
nueva fase más realista y abierta, en una nueva conciencia que les hace capaces
que les hace capaces de entrar en la nueva era. Lo mítico también reconoce sus
limitaciones. Lo científico, las suyas y así estas dos últimas etapas de la
conciencia se preparan para ser asumidas, superadas, pero no abolidas, en la
nueva dimensión de la conciencia que se anuncia.
... La vocación
y la vida monástica es un acontecimiento que lleva a la unidad el talante y
lenguaje mítico y el científico y, esto no por componendas, sino porque
poniendo, de verdad, a cada uno en su lugar ... se va construyendo la armonía de
las distintas esferas del ser humano iluminado por la gran presencia de Dios”
Hasta
aquí la segunda parte del prólogo. Queda otra, titulada “La voz monástica nos habla”, que dejaré para un tercer artículo
,
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