lunes, 18 de mayo de 2015

¿El demonio o nuestras propias sombras? (2)

Este artículo, se publicó después del anterior, en la página de
 la Asociación de Alumnos de la E.T. de San Esteban,
 en la primavera del año pasado.


Imagen tomada de internet

Terminamos en el anterior resumen del prólogo de Carlos Castro Cubells, del libro titulado “Nuestras propias sombras”, de Anselm Grün (Ed. Narcea), con estas frases:  “Nuestros enemigos son unas realidades invisibles, pero tremendamente reales, que operan contra nosotros y que para enfrentarlos tenemos que descender a verdaderas profundidades y lejanías, desiertos y abismos de soledad y silencio ...  Esta es la gran aventura ... de todo hombre o mujer que se arriesgue a tomar su vida en sus manos y dirigirla con responsabilidad,... aventura que no puede realizarse sin lucidez psíquica... y que nos lleva a la (iluminación) la amplificación de conciencia, a lo transpersonal... al abismo de Dios. Y esto supone una lucha contra el demonio... “
 Hoy continuamos, con el prólogo en el apartado: Lenguaje mítico y lenguaje científico.
“... Aquellos monjes de los primeros siglos del cristianismo con su experiencia del “mal maligno”,... se habían zambullido nada menos que en la aventura del trato con “los poderes del aire”... ingresando en un mundo inenarrable. “La experiencia de ese mundo halló su expresión en el lenguaje mítico”... Este libro “nos presenta... el gran valor de este lenguaje para expresar la experiencia religiosa.
El  hombre moderno ha perdido casi por completo la sensibilidad por lo mítico. Esto se debe a la primacía de lo racional sobre todas las cosas... Se ha creído durante mucho tiempo que la razón podía agotar el conocimiento de toda la realidad... pero se está volviendo a descubrir que el mito no es una fantasía, sino un modo de percibir y tocar la realidad.
No hay que volver por tanto a la etapa mítica; “pero sí que hemos de incorporar la dimensión mítica como una realidad que forma parte de nuestro ser completo que no es precisamente, el de ser solamente “racional”... Para el nuevo estado de conciencia al que vamos, superada la exclusividad racionalista, vuelve a aparecérsenos de gran valor y vigencia lo mítico...
Una de las realidades que no puede captarse con la razón es el mal, pues la razón percibe la realidad de una forma no inmediata... “rodea” al objeto y mediante el concepto se relaciona con él y lo maneja. ... pero hoy estamos convencidos de que  [en el caso del mal] no ha penetrado ni conocido al objeto. ...
Lo más simple y elemental, lo más profundo por otra parte, se resiste al conocimiento racional. Hay todo un mundo irracional... Y todo ese ámbito ha sido expresado míticamente,... que no es fabulosamente ni falsamente. ... El lenguaje mítico nos trasmite las experiencias profundas de todo aquello que no puede captarse... con la mediación de la razón. Con el mal y otras realidades elementales y superiores, no puedo quedarme en una relación conceptual. ... Y la forma de expresar esa relación ha sido durante siglos mediante el mito, lenguaje utilizado por las religiones. Por eso plantear hoy si existe o no los demonios no tiene verdadero sentido...
¡Qué finura la de aquellos monjes... y la del P. Anselm para sumergirnos en realidades y no insistir en temas subsidiarios! Los monjes antiguos y el creyente de hoy indican con la figura del demonio una realidad cuyas manifestaciones están claras y ahí,... que es un misterio..., todavía en mayor medida que lo puede ser la neurosis o el complejo psíquico. Ya lo dijo acertadísimamente C. G. Jung.
... Sólo el lenguaje mítico nos puede llevar... más allá... de nuestra experiencia de contacto directo con otras esferas de la realidad... y lo que nos pasa en forma de impulsos o inhibiciones... no es otra cosa que el conjunto de indicios y mensajerías de la otra realidad. Se llega también a la otra realidad por la experiencia del mal.
Este es el gran emplazamiento existencial: llegar a la otra realidad, a lo absoluto, a Dios en la confrontación con el mal... así comprenderemos la expresión de San Pablo... Todo este mundo, este ámbito es el que el psicólogo atisba pero cuya última expresión es la inmersión en el ámbito de lo absoluto, de lo espiritual, de lo religioso.
El lenguaje científico ha venido a confirmar y a enriquecer desde otro punto de vista lo que ya desde antiguo se había percibido... Se trata de una coincidencia en la unidad. El lenguaje y el pensamiento científico han entrado en una nueva fase más realista y abierta, en una nueva conciencia que les hace capaces que les hace capaces de entrar en la nueva era. Lo mítico también reconoce sus limitaciones. Lo científico, las suyas y así estas dos últimas etapas de la conciencia se preparan para ser asumidas, superadas, pero no abolidas, en la nueva dimensión de la conciencia que se anuncia.
...  La vocación y la vida monástica es un acontecimiento que lleva a la unidad el talante y lenguaje mítico y el científico y, esto no por componendas, sino porque poniendo, de verdad, a cada uno en su lugar ... se va construyendo la armonía de las distintas esferas del ser humano iluminado por la gran presencia de Dios”
Hasta aquí la segunda parte del prólogo. Queda otra, titulada “La voz monástica nos habla”, que dejaré para un tercer artículo
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