jueves, 21 de mayo de 2015

Éfeso y María

Dedico hoy esta entrada a la Virgen María,
como una “florecilla”, en el mes de las flores.




Éfeso es una de las  ciudades marianas más importantes.

Cerca de la parte monumental  romana, están las ruinas de la Iglesia de María, en donde se celebró el Concilio, en el que fue proclamada la Virgen Madre de Dios. Allí está la placa que rememora la visita de Pablo VI el 26 de Julio de 1967.

 Y os cuento un poco, lo del concilio tomado del libro “Los templarios y la Sábana Santa” de la historiadora italiana Bárbara Frale: “La segunda fórmula en antigüedad y difusión (se refiere a los iconos, (la primera es IHCOGC XPICTOC) “Jesús Cristo”) sea la que acompañaba la imagen de María, MP- QG ,abreviatura de MHTHP QEOG ,o ”Madre de Dios”, y, naturalmente, era también la codificación de un dogma bastante simple Tenía su origen en el concilio de Éfeso del año 431, durante cuyas sesiones se produjera una furiosa discusión precisamente porque se había puesto en tela de juicio ese título, surgido espontáneamente entre la gente y utilizado desde hacía tiempo. El obispo Nestorio, quería cambiar el título Theotòcos (“Madre de Dios”) por Christotócos (“Madre de Cristo”),… pues ella, una criatura, no era posible que diera a luz la naturaleza divina de Jesús… La propuesta de Nestorio no gustó nada a ciertos teólogos, como San Cirilo, obispo de Alejandría, pues en la práctica buscaba romper la unidad de la persona de Jesucristo… menos gustó a la gente común. Según la tradición era precisamente en Éfeso adonde el apóstol Juan había conducido a María, cuyo cuidado le había encomendado Jesús moribundo. El pueblo estaba habituado desde hacía mucho tiempo a venerarla como Madre de Dios: no comprendía ni quería comprender aquellos abstrusos razonamientos… La ciudad fue iluminada como para una fiesta, los obispos que habían defendido el título, tradicional de Theotòcos fueron acompañados a sus residencias por un cortejo solemne...” según la tradición, la procesión con antorchas se dirigió al templo de Artemisa, para indicar que ya no hacían falta ídolos, pues tenían a “La Madre de Dios”.

Desde entonces muchas gracias ha derramado, “La Madre”, inspirado la literatura, desde Gonzalo de Berceo, hasta nuestros días. Me hace ilusión repetir aquí unos versos de la Loa a la Asunción de la Virgen, en La Alberca (Salamanca), compuesta en la época barroca. Loa dedicada a:

La que es Madre de Verbo,
Del Padre preciosa hija y
Del Espíritu Santo la esposa más escogida.

Nuestra Señora, coronada Reina del cielo, (Regina in caelum assumpta), Venerada en Éfeso, incluso por los musulmanes, que le piden protección en forma de peticiones en papel, que dejan en una pared, cerca de la casa, en donde supuestamente vivió, en Lourdes, Fátima, Medjurgore, La Peña de Francia, La Virgen del Camino,… patrona de pueblos y ciudades…

A la “Casa de la Virgen”, se accede, ascendiendo por una carretera. Al comenzar la subida hay una estatua de la Virgen (ver foto) y se llena uno de alegría al ver en un país, aunque laico; pero mayoritariamente musulmán, dicho símbolo público.

En lo alto se encuentra la “Casa de María”. El 29 de julio de 1891, dos sacerdotes franceses, Henry Jung y Eugène Poulí, salieron en busca de la casa de María, teniendo como guía las visiones en su lecho de muerte de la mística Anna Catarina Emmerick (1774-1824), beatificada por Juan Pablo II. Es una historia, interesante, que si queréis podéis ver en la red. Os doy este enlace, aunque hay muchos más en internet:



Una vez visitada la “casa de María”, al bajar se encuentra el pueblo nuevo de Éfeso, que actualmente se llama Selçut. También se puede visitar el museo de Éfeso, que se encuentra muy cerca, así como las ruinas del templo de Artemisa y las de la Iglesia de San Juan El Teólogo (ver foto).

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