lunes, 18 de febrero de 2019


Libros

Todo está en los libros… pero hay que leerlos.

Digo yo



Hace tiempo que ando yo dándole vueltas a la cabeza a este tema de los libros. No es que tenga una gran biblioteca; pero si lo suficientemente grande y para ser realista, me doy cuenta que a estas alturas de la vida, no voy a poder leerlos todos ¿o sí? Por eso, la conclusión es no comprar más; pero claro: siempre hay excepciones: entras en una librería, un amigo te habla de uno que ha salido nuevo y que es muy bueno, etc…
Quería yo centrarme en este tema y no andar por las ramas. El detonante ha sido un magnífico artículo que ha escrito Fructuoso Mangas sobre esto y me ha hecho reflexionar (podéis verlo al final de esta entrada). Y quisiera centrarme en tres puntos: ¿Qué libros he leído? ¿Qué libros estoy leyendo? ¿Qué libros quiero leer?
Aquí dejé el escrito hace dos días; pero unos acontecimientos, que no vienen ahora al caso, me han hecho reflexionar y habiendo descubierto en YouTube las charlas del P. Ignacio Larrañaga, me ha ocurrido como a San Pablo, salvando las distancias, pues mi misión no era perseguir a nadie, ni yo soy San pablo, ni voy a Damasco. Por tanto, no voy a centrarme ahora en los libros exclusivamente y voy a pretender, explicarme, con lo que acabo de iniciar:

Un alto en el camino

La tentación eterna del hombre es la idolatría.  Cualquier criatura: éxito, fuerza, poder y juventud, dinero, belleza, seducen al hombre, y el hombre se deja seducir, y dobla las rodillas, y adora.  Es difícil, por no decir imposible, dedicar la devoción y el tiempo a varios dioses simultáneamente.  Sólo cuando el gusano roe las entrañas de los ídolos, los sueños huyen y se alejan por las sendas pálidas, los muros se vienen abajo, piedra a piedra, y el hombre queda desnudo y desarmado a la intemperie, sólo entonces el hombre está en condiciones de adorar;
y sólo es cuando Dios se levanta como consistencia, firmeza y perennidad.
Padre Ignacio Larrañaga



Es muy fuerte, la cita anterior: “Sólo cuando el gusano roe las entrañas de los ídolos, los sueños huyen y se alejan por las sendas pálidas, los muros se vienen abajo, piedra a piedra, y el hombre queda desnudo y desarmado a la intemperie, sólo entonces el hombre está en condiciones de adorar” Los ídolos son a veces sutiles, incluso engañosos, no parecen tales. La humildad a veces es soberbia camuflada. Creo que era Unamuno el que dijo “No hay mayor soberbia, del que se humilla para ser ensalzado” y a veces así pasa. Bajo la apariencia de bondad, de humildad de mansedumbre, no sabemos exactamente qué es lo que ocurre, y ya que he comenzado con el tema de los libros, diré que he leído varios libros de Jung y de la psicología Junguiana, siendo el tema de la sombra, un tema que me ha interesado y a tal efecto he leído bastantes libros, siendo uno de los mejores  Nuestra cara oculta de Enrique Martínez Lozano, otros sobre el tema son, Nuestra propias sombras de Anselm Grün, otro libro sobre este tema es Como reconciliarse con la propia sombra, el lado oscuro de la persona, de Jean Monbourquette y un clásico es Encuentro con la sombra, recopilación de artículos de varios autores, entre los que se encuentra el propio Jung, este libro se puede encontrar en PDF, y siguiendo con el tema de la psicología junguiana, hay una colección, ya un poco antigua, Paidos Junguiana, de la que tengo varios  y de los que he leído me ha gustado mucho, Equilibrio entre el cielo y la tierra de  Robert A. Johnson y otro, El Retorno de la diosa de Edward C. Whitmont, de esta temática Junguiana también he leído libros sobre sincronicidad. En este mismo blog, tenéis reseña de alguno. Acabo de leer un libro, sencillo;  pero muy denso y aprovechado: C.G. Jung y la tradición hermética de Alejandro Arocha Herrera, publicado por la Universidad Pontificia de Salamanca y por supuesto, libros del propio Jung, Recuerdos, sueños y pensamientos, El secreto de la flor de oro, Respuesta Job, Símbolos de transformación, Arquetipos e inconsciente colectivo, Aión,… muchos de estos libros están en Las obras completas de Jung, publicadas por la editorial Narcea hace pocos años; pero os digo la verdad, leer a Jung directamente es muy bueno para el insomnio y otro día os hablo por ejemplo de libros de matemáticas, o de otro tema.
Y como prometí al principio, podéis leer el artículo de Fructuoso, al que le añado yo, que en internet, se encuentran muchos libros en PDF, sin quitarle, por supuesto mérito al papel, que es la mejor forma de leer un libro, como bien dice él. Podéis leerlo “clicando” en El libro, la gran ventana

domingo, 3 de febrero de 2019


El Guinda

No hablemos de cosas grandes; vivámoslas
S. Cipriano


Si seguís este blog, en la entrada anterior, cuento como el día 23 de enero, tuve el honor de vivir una “sincronicidad” o “diosidencia” (Dios hace las cosas, que decían en mi pueblo), y fue encontrarme con Charo, antigua compañera y siempre amiga, que me comunicó la buena nueva, que Joaquín Díaz, le dedicaba  el editorial de la revista de su fundación a Ángel Carril; pero no para ahí la cosa, ya que un día o dos después, apareció, sin buscarla, la foto, que ilustra esta entrada. Es de Corpus de 1998 y en ella aparece Sebastián Luis, “El Guinda”, lo cual dio pie, a que preparara esta entrada, después de la de Ángel Carril, en honor a él, haciendo notar, que no soy experto en folclore, ni nada por el estilo; pero si aprecio, lo bueno y diría casi, “lo sagrado”, que se descubre con la mística, la cual nos imaginamos, que la viven los monjes, en sus monasterios y sus contemplaciones, al estilo de San Juan de la Cruz  o Santa Teresa de Jesús; pero a la que yo me refiero es a la que se vive en la procesión de Corpus, o en la minerva de La Alberca (Salamanca), que mientras se entona el “Pange Lingua gloriosi”, un tamboril,  a la puerta de la iglesia suena. Mística hay en el ofertorio del 15 de Agosto a la Virgen de la Asunción, en la plaza del mismo pueblo, en que “las danzas”, que interpretan los jóvenes, están dirigidas por un tamborilero. Esa mística, se extiende por nuestros pueblos y tradiciones. No dejemos que se pierda.
Copio una parte de la cita inicial, de la anterior entrada dedicada a Ángel Carril: “«La religión católica siempre distinguió entre dos formas de espiritualidad capaces de elevar al ser humano por encima de las cosas. El misticismo, acentuando la negación de aquellas mismas cosas y utilizando la mente para penetrar directamente en esa “niebla en que se cierne la divinidad”, según palabras de Dionisio Cartujano, y el ascetismo, utilizando el esfuerzo personal”. En el caso del “Guinda”, la mística está en los maravillosos sones, que salían de su gaita y tamboril y el ascetismo, el trabajo duro, que era necesario hacer, en la dura vida de la Sierra. El tamboril, no daba para vivir.
Poco más puedo añadir, salvo volver a copiar un pequeño párrafo de la entrada anterior: Aquí realmente se cumple el “ora et labora” de san Benito, no al estilo de los monjes, sino al estilo de alguien que trabaja duro y sin darse cuenta está orando al tocar el tamboril.
En Internet, hay muchas páginas dedicadas a Sebastián Luis, sólo cito dos: el Blog de Isidro Barcala del Castillo  La Alberca y sus tradiciones  y un emotivo artículo de José Ramón Cid Cebrián, en el blog  El rincón de Jarramplas  y un servidor, ha realizado un vídeo en Youtube , vídeo artesanal, con la foto que muestro más arriba y vídeos antiguos, de los ochenta, así como otras fotos de mi cosecha, y otra que “he guindado” a Isidro Barcala de su blog y por supuesto, el sonido “místico” del “Guinda”

Esperemos  que su memoria perdure