miércoles, 20 de mayo de 2015


ANTE EL CRISTO DEL SUDOR

Quiero resaltar dos celebraciones del pasado domingo, 17 de Mayo:
1. se celebró en La Alberca (Salamanca), la fiesta del “Cristo del Sudor”.
2. También la iglesia celebró la fiesta de la Ascensión del Señor.


  Isidro Barcala Del Castillo, nos obsequió con  esta hermosa poesía,
dedicada a dicho Cristo, que según la tradición sudó sangre.

“Verbos  “ver”  y “mirar” ante el Verbo más sublime. El poeta se dirige al Cristo, rememorando aquella milagrosa fecha de 6 de septiembre de 1655 que sudó sangre, estando orando una devota mujer que acudía a las fiestas de la Virgen de la Peña de Francia. La talla se atribuye a la escuela de Juan de Juni, siglo XVI”

OJOS QUE MIRAN  Y VEN

¿Te acuerdas de aquel momento
Que tu sudor transformaste
En sangre viva.  Y dejaste
Tu cuerpo tan  macilento?

Se extasió la peregrina
Del milagro celestial
Al ver virtud tan divina.
Mensaje testimonial.

Pero mirando tu cara
¡Venid! Poneos de frente.
¿No veis que vive? Pues...Para.
La Custodia  es evidente.

Si absorta estaba en su estado
¡Cómo estoy yo! Sino absorto
Y me quedo viendo corto
Cristo tan crucificado.

Que estos ojos que te ven
Lo hacen desde el pensamiento
Y viéndote saben bien.
Mirar no es ver tu tormento.

Miran que ese  prendimiento
Está puesto de tal forma
Que todo el cuerpo conforma.
Ven. Sienten el sufrimiento.

Ven, lo que no ven los ojos,
Aunque al mirarlo quisiera
Si esa talla no impidiera
Con su esbeltez, tal abrojos.

¡Cómo va a ver! Quien no crea.
Si en el mirar no más vea:
Sudores, mutados, rojos.

Si miran, miran mis ojos.
Ver, lo que es ver, es de dentro
Y no es cosa de estos ojos
De algo más, que más me adentro.

Y ven, Cristo del Sudor
La sangre de tu costado.
Quien no vea tal primor.
No quedará conformado.

17.5.15: la Ascensión del Señor

En otros tiempos, fiesta grande en jueves, que junto con el Jueves Santo y el jueves de Corpus, “tres jueves que relucen más que el Sol”. Y a tal efecto, recuerdo una frase, genial del sermón de D. Fructuoso Mangas en esta fiesta: “siempre ascendiendo y nunca ascendidos”. Que así puede traducirse el mandato del ángel a los expectativos discípulos: “¡Varones de Galilea!, ¿que hacéis ahí mirando al cielo?”.
 En una cita de la pág. 64 del libro "Las huellas de lo oscuro. Estética y filosofía de Ernst Bloch" de Javier Martínez Contreras. Ed. San Esteban. Salamanca, leemos:

         "... El auténtico comienzo mundanal abierto de todo cuanto se ha formado y se forma es un "todavía no", pues el movimiento natural del ente radica en romper el estado carencial y satisfacer su plenitud esencial, es decir, ir más allá de su entidad actual para buscar un nuevo modo de realización de su esencia. Así que el ente, siempre tiene que comenzar de nuevo (lo cual no necesita que comience de cero) en la tarea de representar e ilustrar eso que se forma a sí mismo, siempre en su momento correspondiente y hacia el origen de lo que está siendo...."

¿No es esto la Ascensión?




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