ANTE
EL CRISTO DEL SUDOR
Quiero
resaltar dos celebraciones del pasado domingo, 17 de Mayo:
1.
se celebró en La Alberca (Salamanca), la fiesta del “Cristo del Sudor”.
2.
También la iglesia celebró la fiesta de la Ascensión del Señor.
Isidro
Barcala Del Castillo, nos
obsequió con esta hermosa poesía,
dedicada
a dicho Cristo, que según la tradición sudó sangre.
“Verbos “ver”
y “mirar” ante el Verbo más sublime. El
poeta se dirige al Cristo, rememorando aquella milagrosa fecha de 6 de
septiembre de 1655 que sudó sangre, estando orando una devota mujer que acudía
a las fiestas de la Virgen de la Peña de Francia. La talla se atribuye a la
escuela de Juan de Juni, siglo XVI”
OJOS
QUE MIRAN Y VEN
¿Te acuerdas de aquel momento
Que tu sudor transformaste
En sangre viva. Y dejaste
Tu cuerpo tan macilento?
Se
extasió la peregrina
Del milagro celestial
Al ver virtud tan divina.
Mensaje testimonial.
Pero
mirando tu cara
¡Venid! Poneos de frente.
¿No veis que vive? Pues...Para.
La Custodia es evidente.
Si
absorta estaba en su estado
¡Cómo estoy yo! Sino absorto
Y me quedo viendo corto
Cristo tan crucificado.
Que estos ojos que te ven
Lo hacen desde el pensamiento
Y viéndote saben bien.
Mirar no es ver tu tormento.
Miran
que ese prendimiento
Está puesto de tal forma
Que todo el cuerpo conforma.
Ven. Sienten
el sufrimiento.
Ven, lo que no ven los ojos,
Aunque al
mirarlo quisiera
Si esa talla no impidiera
Con su esbeltez, tal abrojos.
¡Cómo va a ver! Quien no crea.
Si en el mirar no más vea:
Sudores, mutados, rojos.
Si miran, miran mis ojos.
Ver, lo que es ver, es de dentro
Y no es cosa de estos ojos
De algo más, que más me adentro.
Y
ven, Cristo del Sudor
La sangre de tu costado.
Quien no vea tal primor.
No quedará conformado.
17.5.15:
la Ascensión del Señor
En
otros tiempos, fiesta grande en jueves, que junto con el Jueves Santo y el
jueves de Corpus, “tres jueves que relucen más que el Sol”. Y a tal efecto,
recuerdo una frase, genial del sermón de D. Fructuoso Mangas en esta fiesta:
“siempre ascendiendo y nunca ascendidos”. Que así puede traducirse el mandato
del ángel a los expectativos discípulos: “¡Varones de Galilea!, ¿que hacéis ahí
mirando al cielo?”.
En una cita de la pág. 64 del libro "Las huellas de lo
oscuro. Estética y filosofía de Ernst Bloch" de Javier Martínez Contreras.
Ed. San Esteban. Salamanca, leemos:
"... El auténtico
comienzo mundanal abierto de todo cuanto se ha formado y se forma es un
"todavía no", pues el movimiento natural del ente radica en romper el
estado carencial y satisfacer su plenitud esencial, es decir, ir más allá de su
entidad actual para buscar un nuevo modo de realización de su esencia. Así que
el ente, siempre tiene que comenzar de nuevo (lo cual no necesita que comience
de cero) en la tarea de representar e ilustrar eso que se forma a sí mismo,
siempre en su momento correspondiente y hacia el origen de lo que está
siendo...."
¿No
es esto la Ascensión?
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