lunes, 28 de octubre de 2019


Enderezar el rumbo
Hola Pedro:
Me alegro que te haya servido el artículo.
Hace unos años coincidí en un instituto del sur de Madrid, con un profesor a punto de jubilarse, y –como en esta profesión nos pasamos más tiempo aprendiendo que enseñando- me enseñó cómo llegar a esos maravillosos 60 años con ilusión. Tanta ilusión que se apuntó al viaje que organicé con los chicos de segundo de ESO a un albergue durante tres días. Tú, con ese “enderezar el rumbo” a falta de un trimestre y tu visión sobrenatural también me has enseñado mucho.
Muchas gracias y ¡felices pascuas!
Alfredo


No sé si os habéis dado cuenta, que la nota inicial, que pongo en cursiva es un correo electrónico. En efecto, lo recibí el 3 de abril de 2008, a menos de tres meses de completar mi vida laboral, enviado por un profesor llamado Alfredo, que escribía en un “blog”, titulado “profe de Natu”, al que le escribí y me contestó con el correo citado. No lo conocí entonces, ni se nada de él ahora; pero deduzco, que ha sido un buen profesor, y si sigue en activo, sigue siéndolo. Dios lo bendiga
Hay una frase del evangelio, que siempre me ha llamado la atención y es: “Cuando pongas la mano en el arado, no eches la vista atrás”. Que yo no cumplo. Pues me cuesta mucho dejar de mirar para atrás, no hago más que encontrar papeles antiguos, apuntes, agendas, libretas,… y a veces pienso saltar todo este lastre; pero no puedo… Esta mañana encontré una agenda, en la que tengo apuntadas cosas y me disponía a tirarla al contenedor de papel; pero me he encontrado con ese correo y me ha hecho reflexionar.
No sé cuál fue el correo que yo le envié, para contestarme así; pero con ese título, parece como si fuera, la ascensión de un cohete, que se ha desviado de su trayectoria. Es decir, como una “ascensión”, que ha dejado de serlo, para ir por “otro camino a otro sitio distinto”.
Después de más de once años, desde que recibí ese correo, han pasado cosas, más buenas que malas, lo que quiere decir que no me he desviado demasiado del rumbo marcado, sin embargo, no podemos  sentirnos satisfechos nunca. “Yo soy el camino, la Verdad y la Vida”, dice Jesús, “Nadie va al Padre sino es por mí” y ahí está la corrección del rumbo.
Cómo habréis visto, si leéis este sencillo "blog", en anteriores entradas, se insistía en responder a las preguntas, “quien soy y a adonde me dirijo”, para lo cual “marcaba el rumbo”, con los libros que he citado en anteriores entradas. Bien está y en eso sigo, sobre todo con el “Proceso de la Presencia”, haciendo quince minutos de meditación por la mañana y otros tantos por la noche; pero puede ocurrir, que eso mismo me desvíe del “Camino, la Verdad y la Vida”. Es necesario vigilar y tener aceite en la lámpara y confiar en el Espíritu, que nos dice si seguimos ese camino o hacemos como Jonás, del que hace poco me he ocupado. Y curiosamente, en un libro, bastante raro, que tiene algún párrafo interesante; pero que no acabo de entender bien, titulado “La desaparición del Universo”, leo en la página 161, “…tu mente debe estar entrenada para ser dominada por los pensamientos del Espíritu Santo en lugar de los de tu ego.” Y eso es corregir el rumbo. Creo que no debo seguir escribiendo; pues lo estropearía, si sigo. Así es que aquí lo dejo.

viernes, 11 de octubre de 2019


La verdadera motivación de Jonás

Jonás, desde sus sentimientos, desearía el castigo y ajustar cuentas con los que tanto mal han infringido a su pueblo; por eso en vez de abrirse a la comprensión de los sentimientos de Dios se irrita…
Cristóbal Sevilla en “La misericordia de Dios en tiempos de crisis”
 Pág. 52 (Ed. Verbo Divino)


Merece la pena copiar el párrafo entero, continuación de la cita inicial:”… hasta desearse la muerte por un simple arbusto que se seca (4,8)…. La ironía del contraste entre lo que es grande y pequeño nos ayuda a entender lo que Dios quiere que comprendamos: la pequeñez de nuestros sentimientos es enemiga de la grandeza de su misericordia, que abarca todo lo creado… Dios trata de hacerle ver a Jonás que tal vez no ha entendido bien que tal vez su misericordia abarca  a todos:
“Tú te compadeces del ricino, que ni cuidaste
ni ayudaste a crecer, que en una noche surgió
y en otra despareció. ¿Y no me he de compadecer
Yo de Nínive, la gran ciudad. Donde hay más de
ciento veinte mil personas, que no distinguen
la derecha de la izquierda, y muchísimos animales?”
Jon 4,10”
Sencillamente  impresionante. El 26 de abril de 2015, publicaba yo, en este mismo blog Jonás o mirar para otro lado  y me he dado cuenta al leer lo anterior, que mi planteamiento, estaba equivocado. En efecto, allí indico, lo que pensaba entonces de este personaje y que he pensado hasta ayer mismo, es decir, que Jonás no le apetecía nada ir a Nínive y por eso, se fue a Tarsis, vamos a la Costa del Sol, a “tumbarse a la bartola” y que lo hacía por pura comodidad; pero el asunto es mucho más serio: lo que realmente quería es que Dios arrasara Nínive. Su voz interior, parece que decía “que se jo..roben esas malas personas, que habitan en esa pecaminosa Ciudad. No merecen otra cosa, por lo malos que son”. No era la voz del Espíritu Santo, precisamente, la que lo animaba.
Es impresionante, darnos cuenta de esto, pues en cierto sentido, yo al menos me siento reflejado a veces, independientemente de la sombra, que llevamos dentro, según el planteamiento psicológico de C.G. Jung.
Anoche, escuché un breve comentario en YouTube al evangelio  de ayer sobre la frase “llamad y se os abrirá”, de un popular sacerdote hispanoamericano, el P. Sam. Cuando oímos esta frase evangélica, nos ceñimos sólo a “pedir mercedes”, aunque a veces pensamos en  Mercedes y le añadimos Benz, y no es eso; pero el P. Sam, fue más lejos y dijo: “cuidad a que puerta llamáis” y puso ejemplo de tres,  la del temor, la de la lujuria y la de la magia; pero podríamos añadir una infinidad de puertas, que nos pueden llevar a la perdición.
 Digo yo, llamemos a la puerta de la misericordia, no sólo para mí, sino para todos, incluso para nuestros enemigos y sobre todo al Espíritu Santo, para que sea su voz la que nos guíe y no nuestros impulsos y deseos egoístas, como a Jonás, e incluso ir más lejos, pedirle al Señor, que aunque nos equivoquemos tengamos la suerte de naufragar y que nos rescate la ballena, para que al tercer día resucitemos para cumplir su voluntad.
Así seguimos en camino.

martes, 8 de octubre de 2019


Ser conscientes del camino

El Proceso de la Presencia se dispone a desmantelar
 deliberadamente las barreras
 que nuestro arrogante ego crea con sus interminables llamadas, 
para que podamos despertar una vez más nuestro oído interno 
a la dulce y silenciosa voz de nuestra presencia interior.
 Y pretende esto porque establecer esta comunicación interior es lograrlo todo.
Michael Brown, “El Proceso de la Presencia”, Pág.162


Hace unos días, publicaba la anterior entrada, titulada “En camino”, que podéis ver a continuación de esta; pero me he sorprendido, porque parecía “que se me había ido la inspiración” para seguir escribiendo. Esta mañana he caído en la cuenta de que no hay tal, sino que el ego, ha emergido y además con fuerza. Y al ego, hay que domarlo, haciéndole caso al Espíritu Santo, que se manifiesta con  la voz procedente de nuestra intuición interior. Es lo que pretende el libro, reseñado en la cita inicial.

“Siempre ascendiendo; pero nunca ascendidos”, nos dijo en el sermón de la Ascensión de nuestro Señor Jesucristo, Fructuoso Mangas,  pues el camino es duro, si te paras y crees que ya está. Malo: hay mucho vendaval, mucha manipulación de los medios, mucho móvil, mucho washapp, demasiada “desinformación”.
No me voy a extender demasiado y como una sincronicidad, esta mañana en el boletín semanal que manda Enrique Martínez Lozano, he encontrado este artículo, que podéis ver AQUI o descargar PDF
Seguimos en camino

martes, 1 de octubre de 2019


En camino

A mitad del camino de la vida,
En una selva oscura me encontraba
Porque mi ruta había extraviado
Dante Alighieri en La Divina Comedia. Infierno



Después del paréntesis de la última entrada, aunque bien mirado, no es tal, sino, norte, guía, orientación, del devenir de nuestras vidas, se me ha ocurrido el título, que creo que es adecuado como continuación de anteriores entradas y se me ha ocurrido, al ver la cita del Dante, que viene en el libro de Jon Kabat-Zinn, en la página 98, al comienzo del capítulo titulado, “La práctica como camino”. Capítulo que no he leído todavía. Me fascina lo “del camino”, aplicado a la vida, de hecho uno de mis salmos favoritos es  el 25 “Señor, muéstrame tus caminos e instrúyeme en tus sendas”.
Muchos amigos me dicen: ¿Por qué te complicas la vida? ¡Disfruta de la jubilación y vive tranquilo! Estaría muerto si eso hiciera
Y como dice Enrique Martínez Lozano, al comienzo de su magnífico libro ¿Qué Dios y que salvación?, ¡Cuando sabemos las respuestas, van y nos cambian las preguntas!
Nuestra confusión viene de ahí y no es poca y más en los tiempos que nos está tocando vivir. Recuerdo una frase de mi abuela, escandalizada, allá por los años ochenta: ¡Ahora dicen que el 6º mandamiento no es pecado!
A la confusión de los tiempos, se puede hacer frente, haciéndote anacoreta; pero dentro del mundo, ignorando al mundo; pero para ello tienes que tener tu propio camino despejado y saber a dónde te diriges. Si así es, no te dejes influenciar por los medios de manipulación.  El despejar el propio camino, no es tarea fácil. Lo primero que tenemos que tener es una fe, como la de “un granito de mostaza”, que a veces ni eso tenemos y lo segundo confianza, en el Dios Padre Todopoderoso, que nos guiará en esta complicada senda y sabe ponernos en cada momento las señales oportunas. Yo ahora veo, esas señales en los tres libros, que he citado en anteriores entradas. El “del Proceso”, como ya he comentado, es un libro muy denso, para trabajarlo individualmente y por tanto no procede compartir las vivencias de su lectura. Lo que a mí me sirve, tal vez no te sirva a ti.
En cuanto al de “Mindf. (Horrible palabra) en la vida cotidiana”, del que he extraído la cita inicial, comento el anterior capítulo titulado: “La meditación nos permite desarrollarnos como seres humanos”, lo he leído y me ha gustado, pues es muy “Jungiano”, ya nos invita a sumergirnos en nuestro inconsciente, para “ver” lo que tenemos reprimido, nuestras “sombras”, buenas y malas, que de todo hay, nuestros héroes y nuestros villanos, nuestros santos y nuestros diablos. Por eso me gusta, ya que C. G. Jung, ha sido un poco mi guía psicológico, sobre todo a lo largo de mis últimos 30 años. Cita a Clarisa Pínkola Estés, que tiene un magnífico libro titulado “Mujeres que corren con los lobos”, en el que analiza, la psicología femenina a través de los cuentos populares, entre otros y a Robert Bly, del que yo no he leído nada, y tiene una cita de su libro “Iron man”, el “hombre de hierro”, que afortunadamente acabo de subirlo en PDF, y me parece que es del estilo del citado de Clarisa Pinkola, Pero aplicado a la psicología masculina. Le echaré un vistazo y os cuento más.
Antes de terminar, trascribo la propuesta final de este capítulo, que se encuentra en la página 97: “Intente abrirse al príncipe y a la princesa, al rey y a la reina, al gigante y a la bruja, al hombre salvaje y a la mujer salvaje, al enano y a la vieja hechicera, así como también al guerrero, al curandero y al embaucador que hay en usted. Cuando medite, dele la bienvenida a todos. Intente sentarse como un rey o una reina, o como un guerrero o como un sabio. En los periodos de gran confusión u oscuridad, utilice la respiración como un hilo que le guiará por el laberinto. Mantenga la atención plena viva incluso en los momentos de mayor oscuridad, teniendo presente que la conciencia no forma parte de la oscuridad o del dolor; contiene el dolor y lo conoce, de modo que la conciencia tiene que ser más fundamental y está más cerca de aquello que es saludable, fuerte y dorado de nosotros”.
 Y no quiero enrollarme más, porque como dicen en mi pueblo, lo poco gusta y lo mucho aburre