miércoles, 24 de noviembre de 2021

 

Reflexión y oración

Reflexión: En la aceptación de “lo que es”, realizada en el presente, notamos que poco a poco se va disipando la idea de que hay “Alguien” que pueda aceptar o rechazar cuanto
sucede…

Oración

Aquí y ahora estoy

Sólo en el silencio,

Sólo en mi desorden,

Sólo en mi tormento.

 

Aquí y ahora estoy,

con Dios en mi aposento,

con Dios buscando el orden,

con Dios y mi contento.

 

Aquí y ahora estoy

feliz en mí aposento,

pues no estoy sólo, no.

Estoy con Dios y siento

que la vida fluye,

mejor en el silencio

martes, 23 de noviembre de 2021

Una ojeada al libro “Sincrodestino”, de Deepak Chopra

Concretamente al capítulo 6

 Derrama Señor tu gracia a nuestro atribulado corazón, para los que hemos conocido la encarnación de Jesucristo, nuestro Señor, seamos librados de las tristezas de ahora y confortados con la esperanza de que Tú vas con nosotros, pase lo que pase. AMEN

Me voy a limitar a transcribir, lo escrito en unas hojas, que he encontrado en dicho libro, con la oración, que encabeza estos apuntes,  escritas, como la que me inspiró la anterior entrada al final del confinamiento, concretamente el 12 de junio de 2020, día de San Juan de Sahagún. La desolación, del encierro, que decretó el gobierno y la pandemia, comenzaba a diluirse; pero persistía. Concretamente ese día, era la fiesta del patrón de Salamanca, desde donde escribo y no había nada, ni procesión, no misa solemne en la catedral…sólo “esperanza” de que las cosas mejoraran y que al año siguiente, volviéramos a la normalidad. En este contexto escribía las notas que a continuación expongo.

El título del capítulo es:

Quinto principio: Aprovecha las turbulencias emocionales.

Comienza el capítulo así: “Cuando entendemos que la realidad externa no puede separarse de la realidad interna, que el Universo es en realidad nuestro propio cuerpo extenso, resulta evidente que la energía negativa que está en nuestro interior es destructiva. La turbulencia emocional es uno de los principales obstáculos para el cumplimiento espontáneo de los deseos; sin embargo, es posible transformar la energía negativa en un nivel más elevado de conciencia

Da por hecho que hemos eliminado las turbulencias del resentimiento, aflicción, hostilidad y culpa, al repetir el Sutra: Mosksba” (soy emocionalmente libre), cosa que particularmente niego  en mi experiencia particular, pues ni he repetido el Sutra, ni he hecho meditación, sino todo lo contrario y ahora quiero poner una nota al respecto: Está muy bien todo eso; pero estos libros, no cambian la vida, a no ser que te lo tomes tan en serio, que no hagas otra cosa que estar haciendo meditaciones y repitiendo los sutras las 24 horas del día. Sin embargo, si se ha conseguido llenar aunque sea por una hora, el vacío existencial, como me llenó a mi aquella mañana del 12 de junio del año pasado, bienvenidos sean. Y seguimos:

Copio literalmente de la hoja: ¿Estoy libre de esos resentimientos, aflicción, hostilidad y culpa? La respuesta es no; por eso lo primero que tendría que hacer es liberarme de esas taras. Es necesario; pero tal vez no suficiente liberarnos de todo eso, además del engreimiento, del egoísmo y del auto conmiseración; pero ¿cómo? No vale pensar “me libro” y ya está. Otros lo han conseguido en peores circunstancias. Debe haber algún resorte, alguna casilla inicial, que inicie el proceso, como en el sudoku. Si no conseguimos esto, es inútil seguir leyendo. A pesar de ello, sigo, en la página 186, pues puede que encuentre ese “resorte”

Hay dos emociones básicas: el amor (fuente del placer, según el ego) y el miedo (fuente del dolor, según el ego) Si hay equilibrio entre ambos, estamos bien; pero si se rompe ese equilibrio o aparece la turbulencia, esto es peligroso, porque nos desconecta de la sincronicidad.

El dolor es inevitable, no hay que ignorarlo; por lo que es necesario controlarlo, a lo que el libro dedica un apartado en la página 188, en donde recomienda diez minutos de meditación guiada  y también hay otro ejercicio dedicado a la “Comunicación no violenta”, en la página 191 basado en el excelente libro, que se puede encontrar en internet en PDF, de Marshall Rosenberg, titulado “Comunicación no violenta” Puedo contaros, que antes de la pandemia, asistí a un curso, sobre este tema organizado por el teléfono de la esperanza, basado precisamente en este libro y fue sumamente interesante.

Y no quiero cansaros más. Gracias por haber leído esto, pues tal vez sea el “resorte”, para alguien; pero siendo más humildes, con que sea llenar unos minutos del vacío, no está nada mal. En cualquier caso. La oración inicial, interiorizada  con confianza, es la mejor arma para nuestras turbulencias

 


viernes, 12 de noviembre de 2021

¿Cómo título yo esto?

En el Señor puse toda mi esperanza, Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor

Del salmo 40



Hace ya bastante tiempo, antes de la pandemia, compré un libro titulado “Ama tu caos” No recuero el autor y tanto me entusiasmó, que he llegado a amar “mi caos”; pero, me he dado cuenta, que no hay que amar más que a Dios y al prójimo, en donde se encierran los 8 mandamientos restantes. Así pues no creo que amar el caos, sea bueno; pero ¡ojo! Tampoco es malo, igual que el orden, que no es lo contrario al caos, como pueda parecer.

Pues bien todo esto lo escribo, porque de tanto “amar el caos”, no sé dónde está el dichoso libro, pues me vendría bien para las reflexiones que me vienen a la mente y me explico:

Anda uno, como ”mariposa de flor en flor”, es decir sumido en el caos y a veces te ves un poco asfixiado, deseando alcanzar un poco de orden; pero comprendes que para eliminar entropía, necesitas emplea mucha energía y sigues en el caos, lo cual como apuntaba antes, no es bueno ni malo, sino todo lo contrario, y te encuentras entre unos viejos papeles unas reflexiones, escritas, al ir terminando el confinamiento, es decir el 3 de junio de 2020, que al parecer fue la fiesta de la Virgen Blanca y de la Virgen del Camino, y viendo los desastres, que había entonces, debido a la pandemia y que no hacían más que empezar, pues siguen y seguirán, poco corregidos; pero si aumentados, escribía yo en esa hoja, dicho día a las 8.45 h. de la mañana:

Yo no voy a arreglar España, ni el mundo, aunque ponga mi granito de arena en ello” y luego prosigo con una breve meditación basada en el salmo 40:

En el Señor puse toda mi esperanza. Él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor”. A continuación expresé “mi clamor”, que escrito está en la hoja; pero que no veo pertinente ponerlo aquí. Y continúo:

Otro salmo dice: “En mi angustia clamé al Señor, Él me libró”. Mi vida entonces (y ahora) se movía (y se mueve) entre la angustia y la esperanza; pero la esperanza ¿En qué? Sería interesante contestar sinceramente a la pregunta: ¿Volver a la vida de antes de la pandemia? Por ahora es imposible. ¿Vivir conviviendo con “todo lo nuevo que vendrá y la tribulación por venir”?. Esa es la verdadera esperanza y a la que tengo que aspirar, pues vendrán más tribulaciones y más engaños y como comencé a escribir en esta hoja: “Yo no voy a arreglar España, ni el mundo, aunque ponga mi granito de arena en ello”, por tanto vuelvo a mi clamor e instalarme en la súplica a la “Fuente de Creación Eterna” y a la Esperanza en un futuro, conforma a la voluntad de Dios”·. Y termina la hoja con la referencia a otro libro, concretamente al capítulo 6 del libro “Sincrodestino”; pero eso lo dejo para otro día, por no hacer tediosa esta entrada. Finalmente, a las 9.30 h. con el apunte: vida ordinaria.

Para terminar, cuando me decidí a publicar algo en el blog, tenía pensado escribir sobre un curioso teorema de matemáticas, en el que mi mente se ha entretenido y pensaba titularlo: ¿Sudokus o teoremas?, pues según dicen los entendidos es importante ejercitar la mente, para que no caigamos en ociosidad, que según nos decían en otros tiempos, “es la madre de todos los vicios”, y también para fomentar la neuroplasticidad del cerebro. Así pues, si mi caos no me lo impide, seguiremos, llenando el vacío de la existencia, con estas “cosillas”

viernes, 4 de junio de 2021

 

La espera y la Esperanza

Jesús Sacramentado, como fuente de vida y Esperanza

Corpus Christi 2021

Con los ojos puestos en Jesús, con la confianza puesta en el Señor, todo se puede afrontar: dolor, soledad, enfermedad. Muerte… Es entonces cuando hay que esperar en el Señor, ser valiente y tener ánimo, pues Dios camina con nosotros y está de nuestra parte

Eusebio Gómez navarro O.C.D. en “La luz de la esperanza”, pág. 45


No pocas veces, confundimos la virtud teologal de la Esperanza, con la simple espera. Es lo que quiero resaltar en estas páginas

El año pasado, en el boletín de la cofradía del Santísimo de La Alberca (Salamanca), que hicimos, en plena pandemia escribía lo siguiente:

Dentro del “destierro”, en el que hemos estados y todavía estamos en parte sometidos, yo, al menos tengo un sentimiento parecido a los israelitas deportados a Babilonia:

 

A orillas de los ríos de Babilonia

Estábamos sentados y llorábamos,

Acordándonos de Sión;

En los álamos de la orilla

tenemos colgadas nuestras citaras.

Del salmo 137

 

Pensamos que nosotros también, “en nuestras casas hemos estado, acordándonos del tiempo anterior a marzo, sin entonar los verdaderos cantos, que han sido ahogados por los cantos de sirena de la televisión. ¿Quién los escucharía en nuestro encierro?”; pero afortunadamente, Levantamos, los ojos a “la torre” y desde allí nos vendrá el auxilio, de Jesús Sacramentado, que hizo el cielo y la tierra. Y sin perder esa esperanza, rezamos:

 

 Te doy gracias Señor de todo corazón,

Porque has escuchado las palabras de mi boca.

Del salmo 138

 

Y con la luz, que refleja el profeta Isaías, nos disponemos a celebrar el Corpus, más triste que yo, al menos he vivido, exteriormente; pero interiormente confortado en esa esperanza

 

Sucederá en días futuros

que el monte de la casa del Señor

será asentado en la cima de los montes

y será asentado en la cima de las colina.

Confluirán a él todas las naciones,

Isaías 2,2

 

Dentro de nuestra tristeza y desolación, por todo lo que hemos perdido, incluida la vida de algunos de nuestros seres queridos, como el hermano cofrade, José Puerto Ávila. Y Manolo Sanz, el padre de Clara Inés, nos abrimos a la esperanza, en Jesús Sacramentado, que no nos dejará de su mano., y reconozcamos nuestra debilidad y dependencia de la Providencia Divina.

 

Y en el vídeo titulado De la nostalgia a la esperanza , terminaba ingenuamente con la “esperanza” de que el corpus 2021, fuera “normal”, como los anteriores a la pandemia. Y ya estamos en 2021. Y gracias a Dios, estamos en Corpus; pero no como antes de2029 Esto nos debe hacer reflexionar y ver que a lo que llamaba esperanza, no era tal, era simplemente una espera, que quería que se cumpliera mi voluntad, no la de Dios.

 

A tal efecto, este curso, en la Escuela de teología de San Esteban, en una asignatura impartida “on-line” por el dominico P. Fassio, se nos dio una definición de esperanza, totalmente opuesta a la que tenemos no pocas veces en mente, y es “aceptar lo que Dios nos mande con fe”, no lo que yo espero que sea. También en el libro del carmelita Eusebio Gómez Navarro, “La luz de la Esperanza”, de editorial San Pablo, se nos habla de esto.

 

Todo esto nos interpela, y a mí, concretamente, me da Jesús Sacramentado un aldabonazo: ¿qué espero de Corpus? Si sólo espero un día brillante, con cantos, folclore, procesión, cohetes (ahora ya no hay cohetes), etc… tal vez esté perdiéndome el sentido profundo de la Eucaristía. No digo que no hagamos la fiesta a lo grande, no se me malinterprete, pues yo soy el primero en defenderla, de manera, que hagamos que el incienso suba hacia lo alto y que cantemos himnos de Alabanza al “Amor de los amores”, y glorifiquemos al Señor, incluso bailemos, como el rey David, delante del Arca de la Alianza; pero si esto nos desvía de lo esencial, hay que vigilar y centrarse.

 

En 2015, el añorado Fructuoso Mangas, escribía un artículo titulado ¿Hay que suspender la procesión de Corpus?, del que podéis leer un comentario en este mismo blog, y también, encontraréis una reflexión al respecto de Dolores Aleixandre, en su libro “Bautizados con fuego”.

 

Resumiendo: aprovechemos, que la pandemia, impidió el año pasado la procesión de Corpus, y este año posiblemente también, para buscar a Jesús, donde verdaderamente está, en nuestro interior y en el hermano. Necesitamos para ello horas de estar ante el Santísimo expuesto o ante el sagrario, y no sólo las dos o tres horas, que están muy bien repito, de una procesión anual. Si se “nos va la olla”, leamos libros, como el que tengo delante: “Para tratar de amistad con Jesús Eucaristía” de Gonzalo Aparicio Sánchez, de ediciones Edibesa, del que copio este párrafo de la página 117: “Cristo en el Sagrario,  ejerciendo la medicina divina, la del alma principalmente, pero también la del cuerpo y la de todas las demás necesidades que tengamos. Dios Padre nos lo ha dado como médico y medicina. Aquí en el Sagrario, está la única clínica capaz de curar todos los tumores de la soberbia, del yo consumista… la comodidad y falta de amor fraterno… ¡Que psicólogo más penetrante y eficaz contra todas nuestras depresiones, por falta a veces de no sentirnos amados…! ”. Hay muchos y buenos libros sobre este tema. Y haced, esto que os digo, no lo que yo hago, porque soy el primero que me distraigo y confundo la Esperanza, con la simple espera.

 

 

viernes, 30 de abril de 2021

 

Reflexión matinal

con una oración Inspirada en los salmos

 

Bajo las alas divinas

Yo me quiero cobijar.

Dame tu amparo, Dios Bueno

Y líbrame de todo mal.

Envía a mi lado un ángel

Que me pueda acompañar,

Me ayude en este camino

Y encuentre la claridad,

Que amanezca un nuevo día

Y pueda reinar la Paz,

Que pase la noche oscura

Y vuelva el sol a brillar.

Señor en ti confío,

Tu luz ilumina mi vida.

Eres mi refugio y fortaleza.

La salvación de todos los hombres.

Gracias por tu amor y misericordia infinita.

 


Esta mañana del  30 de abril, IV viernes de Pascua, buscamos la moneda, donde creemos que hay más luz, como en el cuento de Nasrudin, sin darnos cuenta, que posiblemente, porque donde haya más luz, no tiene por qué estar la moneda.

 La moneda es el símbolo que  significa, el peaje, de transitar por nuestro camino, que no es una autopista, la mayoría de las veces, sino un camino escarpado, lleno de piedras, baches, altibajos, no apto para andar en lujosos automóviles, ni siquiera en “míseras carretas”. Sólo a pie o si acaso en borriquillo. Es necesario encontrarla; pero hay que buscarla donde está y tal vez allí, no haya farola, ni luz, sino sólo oscuridad,  sin otra luz ni guía, sólo la que en corazón ardía”. Según apunta ciertamente San Juan de la Cruz.

Esta mañana, me he encontrado con los versos que he puesto al principio, que alguien, me los envió hace tiempo por correo electrónico y que se lo agradezco profundamente. No sé quién es el autor o autora; pero pide luz, buscar una farola. Tal vez lo propio, sea lo otro, dirigirnos a la oscuridad de nuestro corazón, como apunta este vídeo, que acabo de recibir por wasap.

sábado, 10 de abril de 2021

3 libros 3

Con un estilo sencillo, directo y accesible, Joe Dispenza ha aglutinado en un solo volumen los revolucionarios descubrimientos de la ciencia cuántica y la tradicional enseñanza a la que los místicos del pasado dedicaron la vida: nos muestra cómo convertirnos en seres sobrenaturales.

Gregg Braden en el prólogo de Sobrenatural

 


Hace pocos días, salí por la mañana, no muy temprano, desprevenido, sin ropa de abrigo, pues el tiempo hasta ese día había sido casi veraniego; pero había cambiado y no me di cuenta al ver el sol a través de los cristales de mis ventanas y ya de regreso a casa, el frío me podía, por lo que decidí entrar en una librería a “calentarme un poco” y al poco de entrar, vi este libro de  Joe Dispenza del que había oído hablar; pero no tenía intención de comprar. No lo pensé dos veces y aquí lo tengo, esperando su lectura. Creo que no me defraudará. Acabo de echar un vistazo en el ordenador y he visto, que está el mismo libro gratis en PDF. No me arrepiento haber gastado 17 euros que me costó, pudiendo haberlos ahorrado, porque me gusta, sentir las páginas de los libros entre mis manos, aunque a veces me ocupen sitio. Ya iré comentando algo de este, libro.



El segundo libro es  “Tus tres superpoderes”  de Mario Alonso Puig. Este ha sido un regalo, de alguien que sabía que es un autor que me gusta, del que no había oído hablar hasta hace tres años, en que me visitó un amigo colombiano, y me habló de él. He leído su libro “tómate un respiro, Mindfulness”, del que os dejo este  vídeo de Youtube

 Del libro “Tus tres superpoderes, que he comenzado a leer, me gusta el enfoque: 1er superpoder, el corazón, 2º, la cabeza y 3º las manos, aplicados a tres ámbitos de le existencia: el cuerpo, la mente y la trascendencia y el espiritual. En esto, en cierto modo  coincide con el libro de Joe Dispenza.



El tercer libro es distinto a estos dos. Extraterrestre es la explicación que da el astrofísico Avi Loeb, sobre un cuerpo que entró, no hace mucho, en el Sistema Solar y se denominó Oumuamua,  y que este científico afirma que es un objeto artificial, fabricado por una mente poderosa, Por lo que también nos acerca al Misterio. Que el Señor me conceda tiempo para leer, no sólo estos tres libros, sino, cantidad que tengo por leer y algunos más que compraré


miércoles, 24 de marzo de 2021


La mejor Película

Documento inédito, escaneado,  del dominico albercano, Pablo Puerto, fallecido hace más de 10 años y encontrado “por casualidad” en una una carpeta de “papeles atrasados”, listos para romperse. Narra el recuerdo de un paseo, con otros dominicos una tarde de primavera, de 1995, desde San Esteban por la Aldehuela de Salamanca. Nada más… y nada menos.



Eso no es lo peor, dijo Manolo. Lo peor de la película de esta tarde es que me gusta tanto que -¡Vamos que llegamos tarde!- Ni siquiera se trata de eso. Lo peor es haber olvidado. Porque mira Pablo, yo no me acordaba de nada de lo que tú cuentas.

-Está bien, Manolo, yo creo que tú no te acuerdas porque lo has visto de pequeño, porque las cosas de la infancia se graban y nunca se olvidan

 No sé si escribir, pero todo es cosa de empezar recomponiendo el lápiz. Después será fácil y creo que no me queda más remedio que hacerlo, pues dejar una cosa así, sin aterrizar, sería como dejar a Manolo con las ganas y que la película termine sin terminar.

 Mediados de Febrero. El sol en la meseta no calienta de pura palidez con que aparece. ¡El sol! Salimos para un pequeño paseo y estuvimos tres horas. En la escalera encontramos a Ángel y tú, Manolo, te acordaste de las gafas Truman de Vergara, de que el “Mayor” el padre Director lo nombraba “jefe”, ¡Indias, el Jefe! Y ¡Chepa! Como que no quería que nos remontáramos a tiempos tan lejanos, y tú venga a tu retorno al pasado, y volvías a darle vueltas, y a “Truman” tampoco le gustaba que le recordases lo de ¡Jefe! “¡Que cosas las de aquellos tiempos!”, decía. A él ahora le interesaba y preguntaba sobre cómo conseguir transporte para ir a Alba a visitar a la Santa, y con este tema tocó la fibra romántica de Manolo; y decía: “¿Pararán por ahí abajo, en la avenida para no ir a la estación a coger el autobús?”. Y Manolo después dice que le es imposible el retorno al pasado. Nada más ver a Ángel se le agolpó los días pasados en el Real Seminario. Hasta los cuentos policiacos de Revertegat, el profesor de francés, recuerda. Pero ¿por qué dice que: "no recuerda" cuando jamás ha olvidado?

 Manolo se siente bien contemplando le heráldica en piedra. Su estancia aquí, en este campo le está dando toda clase de satisfacciones últimamente: Pocos escudos hoy para entretenerse. Sólo en calatrava dos, cada uno con su bandera, y uno en la casa de enfrente, fea y sin proporciones que le pega peor que dos pistolas a un santo. Con que brille la piedra amarilla él ya tiene bastante. Y más adelante la iglesia románica de Cantuariense.

 - Yo nunca entré en esa iglesia – dijo Manolo mirando los capiteles.

- Pues ya estaba restaurada en tus tiempos de estudiante – le comentó Pablo -, la atendían desde San Pablo.

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domingo, 28 de febrero de 2021

 

En la transfiguración de Jesús

He encontrado el libro Fijos los ojos en Jesús, y en una próxima entrada, me fijaré en algún apartado de este libro, pues yo soy poca cosa, nada, para hacer por mí; pero con Jesús lo puedo todo.

Escrito en este mismo blog el 5 de febrero de 2021

 


Y ese día ha llegado. Dicho libro está escrito por tres grandes de la espiritualidad: Dolores Alexandre, Juan Martín Velasco y José Antonio Pagola.  Ed. PPC.

Algunas  noches, leo un capítulo de  Dolores Alexandre y aprovecho para decir,  que es bueno antes de dormir leer algo edificante, como lo escrito en estos libros. Recomiendan los expertos no mirar pantallas, ni vídeos una hora o más antes de dormir; pero  yo al menos, no hago mucho caso y a veces pago las consecuencias con incómodos insomnios; pero me estoy desviando.

A lo que iba: “Yo soy poca cosa, para hacer por mí; pero con Jesús lo puedo todo”.  Esto que está en la nota inicial,  lo he comprobado anoche y me quedé maravillado: Hoy es el II domingo de Cuaresma, el domingo de la Transfiguración y anoche leí un capítulo de Dolores Alexandre,  el que tocaba y ¿sabéis a que pasaje bíblico aludía?, pues a Mc 9,2-29, que es precisamente el de la Transfiguración.  Sin duda, esta sincronicidad, me indica que Jesús, va conmigo, siempre me acompaña, pues yo no sabía cómo conectar la entrada del día 5 de febrero con este libro.

La parte de Dolores Alexandre, está realizada en capítulos muy cortos, poco más de dos páginas, por lo que no veo mucho impedimento compartir aquí parte de él. Se titula:

En la ladera de la Montaña

Página 129: “Jesús no había entrado aún en la casa: permanecía fuera, hablando todavía con el padre del muchacho del que había expulsado un espíritu, y este recuperando el sosiego, participaba también en la conversación. Dentro, el grupo de discípulos comentaba la respuesta que les había dado el Maestro al preguntarle por qué ellos no habían sido capaces de expulsar al espíritu:

Esa clase sólo sale a fuerza de oración, le había dicho.

Pedro que había subido con Él al monte, recordaba que había sido precisamente durante la oración cuando Jesús se había transfigurado ante ellos.

¿Por qué no va a tener poder la oración para transfigurar también la vida de este niño? Él y su padre estaban en la oscuridad y Jesús ha hecho llegar hasta ellos la luz de la sanación. Por eso ha dicho que, al que cree, todo le es posible.

Entre todos hacían memoria de las palabras y demandas del padre del muchacho: recordaban que, más que hablar, había emitido un grito, como alguien tocado en su nivel más profundo:

¡Creo! ¡Ven en mi ayuda!

Su petición expresaba algo que iba más allá de conseguir la sanación de su hijo: se había dirigido a Jesús apelando a su compasión, como si por debajo de su poder, hubiera descubierto en Él a alguien capaz de conmoverse.

Tomás escuchaba con rostro sombrío e intervino para confesar que él sentía su fe tan vacilante como la de aquel hombre:

No debía de fiarse demasiado de Jesús, puesto que le dijo: “Si algo puedes…” y luego había reconocido que le faltaba fe… quería creer, pero se reconocía incapaz de vencer su propia incredulidad

Esta vez fue Juan quien habló. Había permanecido silencioso desde la bajada del monte, pero ahora tomó la palabra:

Me parece que creer y no creer pueden mantenerse juntos, nunca estamos libres de esa amenaza de la no fe. Y lo único que podemos hacer es lo que ha hecho el padre del muchacho: llevar todo eso al encuentro con Jesús [las negritas son mías] Cuando él le ha dicho: “Todo es posible al que cree”, ese hombre ha sentido que él carecía de fe, pero en vez de quedarse paralizado se ha atrevido a expresar su verdad ya suplicar la ayuda de Jesús. Por sí mismo no podía encontrar salida, pero  ha buscado un camino-; dirigirse al maestro, convencido de que existía en Él una ternura capaz de responder a su sufrimiento.

Y entonces Jesús le ha hecho descubrir el poder que reside en la impotencia: para ´´El la fe consiste en que, en vez de apoyarnos en nosotros mismos, nos abramos sin reservas a Otro. Y ese Otro es Aquel cuya voz hemos oído en el monte: “Este es mi hijo amado. Escuchadle”. Jesús ha tomado de la mano a ese hombre vuelto hacia Él y le ha llevado más allá, hasta que su relación ha quedado atravesada por la relación con el Padre. ¿Y no será esta experiencia de transfiguración lo que busca en cada uno de nosotros?

Al finalizar cada capítulo, Dolores Alexandre pone dos breves comentarios, uno es “Esta historia es mi historia” en la que apunta “También yo digo con frecuencia: “¡creo Señor, pero ven en mi ayuda en mi falta de fe! ...

Y en el segundo apunte: “Compartiendo nuestra fe” recuerda las palabras del cardenal Newman: “Fe es la capacidad de soportar dudas”, las de Karl Rahner: “Ser creyente es encajar amorosamente la vida”; y las de R. Mª Rilke: “Hay que acostumbrarse a convivir con las preguntas”…

 

 

viernes, 5 de febrero de 2021

 

Tomando nota

Enséñame, Oh Dios, a aceptar con gozo mi desvalimiento en la vida espiritual. Enséñame a contentarme con tu gracia, que viene a mí en la oscuridad y hace cosas que yo no puedo ver. Enséñame a ser feliz por poder depender de ti. Depender de ti, debería ser, en sí mismo, infinitamente más grande que cualquier otro gozo que mi apetito intelectual pueda desear

Meditación de Thomas Merton

 


En los últimos meses del pasado, año, escribía yo algo sobre el orden-desorden en el caos. Yo vivo en el caos y el grado de desorden, en él es bastante alto y por ello, hay muchas notas, escritos, objetos materiales,… perdidos; pero a veces, sin buscarlo aparece algo interesante, como  una página fechada el 11 de diciembre de 2018, en la que aparee la meditación de Thomas Merton que he puesto al principio. Esa página quedaría en blanco, porque luego a continuación aparece otra fecha, 17 de enero de 2019, en la que hay unos apuntes del capítulo 18 del evangelio de Mateo, de una reunión del grupo de Biblia, al que pertenezco, y está resumido los apartados que transcribo:

Ø Es necesario hacerse niño para entrar en el Reino de los Cielos

Ø Arrancar de nosotros lo que nos haga escandalizar

Ø La Oveja perdida

Ø La corrección fraterna

Ø Lo que atéis en la tierra queda atado en el cielo

Ø Lo que pidáis, dos o más reunidos en mi nombre, os será concedido

Ø Y finalmente, la pregunta estrella ¿Cuantas veces tengo que perdonar?

La parábola del rey, Mt 18, 23-35, que perdona a sus deudores, cosa que no hizo uno de sus siervos con otro siervo del rey, lo que hizo montar en cólera a este, por la falta de misericordia del siervo, que acabó entregándolo a los verdugos, cosa que “hará también mi Padre Celestial con vosotros si no perdonáis de corazón a cada uno de estos hermanos”.

Siguiendo el guión de esta hoja manuscrita, hace referencia al capítulo 7 del libro “Palabras escandalosas de Jesús". He estado buscando ente libro, entre “mi caos” y no lo he encontrado; pero si he encontrado otro, que tiene por título “Fijos los ojos en Jesús”, por lo que la estructura de esta entrada ya la tengo clara: terminaré poniendo los pocos apuntes de la hoja manuscrita y en una próxima entrada, me fijaré en algún apartado de este último libro, pues yo soy poca cosa, nada, para hacer por mí; pero con Jesús lo puedo todo.

Y ahora paso a  terminar de copiar los apuntes de la hoja manuscrita

Ø El perdón es una opción personal y libre

Ø En el perdón interviene razón, voluntad y acción

Ø El perdón genera conflictos, porque pensamos: si perdono doy pie a que vuelva a realizarse la ofensa y puede que esté justificando algo mal hecho

Ø Podemos poner objeciones, como : no te perdono hasta que no te arrepientas

Ø Me es imposible, porque la ofensa me ha llegado al alma.

Este tema del perdón es muy complejo, por lo que es difícil  llevarlo a cabo; pero psicológicamente arregla a la persona y al rechazarlo, la persona queda peor psicológicamente. En cualquier caso, no somos conscientes del mal que hacemos.

Perdonar implica comprender. El errar es humano; pero el perdonar es divino.

¿Qué tengo que hacer? No encerrarnos en nuestro problema y pedir ayuda humana y sobre todo divina. Por eso, como complemento a estas notas, que poco resuelven,  ojearé el libro que cité anteriormente. Si pongo mis ojos en Jesús, seguro que el me inspira lo que tengo que hacer.

Y para completar estas  sencillas reflexiones, en estos días, ayer concretamente, se ha producido una sincronicidad: sin buscarlo, he encontrado este vídeo, donde en el minuto 30, aproximadamente se refiere a este pasaje de Mt. No se lo pierdan

 

miércoles, 27 de enero de 2021

 

Os necesito para Salvar a muchas almas, en vía de perdición

Mensaje de Jesús a Leandre Lachance el 3 de enero de 1997, expresado en las página 61 y 62 del libro “Por la fidelidad de los míos, mis elegidos”


Estoy leyendo este libro, cada día, como guía de meditación y tengo la impresión de lo que dice, me lo dice a mí también. Por eso lo comparto.

Al final os pongo un enlace a un vídeo explicativo de este fenómeno revelado a este hombre privilegiado.

“Hijo mío, mi Corazón, siempre derrama Amor por todas las personas de la tierra. Pero para que resplandezca este Amor en cada corazón, necesito vuestro permiso.

Los “si” que me das y tus oraciones de intercesión, sobre todo, si pasan por Mi Santísima Madre, tienen más importancia de lo que tú crees.

Si tuvieras más fe, en el instante de tu oración, podría actuar con más fuerza. En estos tiempos que son los últimos, necesito urgentemente que las personas renuncien a ellas mismas, a sus deseos, a su bienestar, a su confort, e incluso a sus propias necesidades, para que sus oraciones, junto con las mías, a las de mi Santísima Madre, a las de los Santos y Santas  y a la de los Ángeles, ayuden en el combate que se está librando, ahora.

Tú Sabes que mi Madre Santísima aplastará la cabeza de la serpiente, por lo que estamos en el bando de los vencedores. No hay duda. Pero Yo, no quiero perder a ningún hijo en la tierra, y por ello tengo la necesidad de las oraciones de las almas que me den su consentimiento, y que pueda utilizarlas a Mi manera según las necesidades, en lo invisible, para salvar a las almas, en vías de perdición. Si supieras como esas necesidades se vuelven urgentes y lo que puedo hacer con un simple “si”… me dirías muchos “si” día y noche, en beneficio de esas almas.

Comprendes ahora, porque mi Madre y Yo, no cesamos de pedirte tus “si”, que es el camino más rápido que abre la puerta a una gran cantidad de gracias que se derraman en los corazones, aun en los más insensibles.

Tú eres valioso ante mis ojos, te necesito. Sé humilde, desparece para que yo actúe con plenitud en ti, a través de ti y a tu alrededor.

Siempre se trata de mi Obra. Tengo necesidad de ti para ella, y para cuando quieras utilizarme para tu obra, no haces más que detener o retardar lo que es urgente en este momento, y sobre todo en lo invisible.

No busque caminos complicados; toma el de la sencillez, es ahí donde estoy. Aprende a no juzgar lo que pasa en el exterior, porque no tiene importancia. Lo que es importante es lo que pasa en el interior, que es donde se libran los verdaderos combates actualmente  y es allí donde voy a reconstruir lo que el Enemigo ha destruido.

Medita esta enseñanza, que es por ti y por todos y todas que la lean una fuente de gracias increíbles.

No temas, yo estoy siempre contigo y guío cada uno de tus pasos. Déjame actuar, Yo soy el Todopoderoso y has encontrado gracias ante mí. Te Amo”.

Aquí tenéis el enlace vídeo que os anuncié al principio

lunes, 25 de enero de 2021

 

¿Son estos los últimos tiempos?

El 1 de enero de 1997, Leandre Lachance recibía este mensaje de Jesús: “En estos  tiempos que son los últimos, tengo una necesidad urgente de los corazones que acepten a decirme un “si” total y sin condición; de repetirme este “si”, para que Yo pueda actuar, y voy a actuar rápidamente porque el tiempo urge”

 “Por la fidelidad de los míos, mis elegidos”, pág. 60


La conversión de San pablo. Convento de las dominicas, Caleruega

Estamos en este enero de 2021, en la festividad de la conversión de San Pablo, precisamente, cuando escribo esta reflexión y a la vista de la nota inicial, escrita hace 24 años, todo parece indicar, que se nos invita a una conversión total, como  aquel fogoso luchador en el camino de Damasco.

Y desgraciadamente, todo parece indicar, que vamos en dirección contraria. No tenemos más que estar un poco atentos a las noticias: hospitales saturados a causa de la pandemia que nos asola, y gente, mucha, más de lo que debiera, saltándonos las normas, y no sólo los insensatos que se enfrentan a la policía en fiestas demenciales, sino a gente común, como tú y como yo, que andamos por la calle y nos ponemos mal la mascarilla o nos sentamos en terrazas y la quitamos.

Pero no es lo peor no cumplir las normas. Es precisamente la dureza de corazón, que caracteriza a esta sociedad, hasta hace poco alegre y confiada.  Dureza que hace no pensar en los sanitarios, gente trabajadora, guardianes de la seguridad,…, en definitiva, en el prójimo  y sólo pensar en mi bienestar y mi comodidad. “Vino a los suyos; pero no le recibieron” y lo vuelve a decir y seguimos en la misma. ¿Qué más tiene que ocurrir, para darnos cuenta que lo primero no soy yo, ni lo segundo tampoco? Necesitamos humildad, para darnos cuenta que estamos bajo “muchos nublados, virus, crisis, necesidades…” y que tenemos que ser solidarios unos con otros.  Y empezando por los que mandan, hasta yo mismo, que ahora estoy reflexionando sobre esto, hay que reconocer que no lo somos. Nos dirigimos a nuestro Damasco particular, sin más miramiento que nuestro propio beneficio. ¡Ojala caigamos del caballo, perdón del borrico en el que cabalgamos! y seamos capaces de ver lo que Aquel, que hizo caer a Saulo, nos dice a nosotros.

Y vuelvo mi mirada a  “los ojos misericordiosos” de la Santísima Virgen, porque como rezamos en los gozos a Nuestra Señora de la Peña de Francia: “de la peste que nos aterra, del estruendo cruda guerra, del mar, hórrido bramido, ¿Quién librarnos ha Señora de tan tristes circunstancias? Virgen de Peña de Francia, sed Nuestra fiel protectora” y muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre y nos cambie nuestra vida, como se la cambió a Pablo en el camino de Damasco. Amen.

viernes, 22 de enero de 2021

 

Reflexiones matinales del

22 de enero de 2021

 Leandre Lachance, es un empresario, jubilado de Canadá, que en los años noventa, se comunicaba directamente con Jesús. Tiene varios vídeos en YouTube, aunque están en francés, si bien alguno en español, habla de él. Tiene escritos tres volúmenes, que se pueden descargas gratuitamente en Internet. A partir del primero, todas las mañanas, dedico al menos media hora a reflexionar. Os envío la que he hecho esta mañana.


Leandre Lachance despide al año 1996, en las páginas 59 y 60 del libro “Por la fidelidad de los míos, mis elegidos”, agradeciendo y bendiciendo al Señor. Ni él, ni ninguno de nosotros podríamos pagar todo lo que el Señor ha hecho.

Personalmente, yo me dirijo a Jesús y a su Santísima Madre, como intercesora, suplicante, para que me haga fuerte en la fe, en medio de las adversidades, que estamos padeciendo. Señor, la contestación que le das  a Leandre, me gustaría que fuera para mí: “No te inquietes, he preparado todo y me ocupo de todo. Permanece en la acción de gracias y en la alegría, viéndome actuar

Y en la página siguiente, (estas palabras fueron proféticas al comienzo de 1997):

 Vosotros habéis sido (se refiere a su familia) elegidos para extender mi Amor al mundo. Quiero que este Amor lo viváis plenamente entre vosotros y esto será un testimonio para aquellos y aquellas que lo vean.

Esto es obra mía, no vuestra. Les sigo pidiendo un “si”, total, en las pequeñas cosas, en las alegrías y en las penas, en los éxitos y los fracasos.

Esta es la transformación que quiero, para el futuro, que confíen y sientan mi Amor, que es incondicional…

 Señor y amigo Jesús, pienso en lo que le dices a Leandre, hace más de 20 años, me lo dices a mi ahora, en medio de la incertidumbre en la situación que estamos viviendo. Todos los mensajes, que estoy recibiendo, apuntan a la misma dirección, como este vídeo que he visto esta mañana. Sé tú nuestra roca en la que nos asentamos, no nos dejes caer en el desánimo. Vuelvo a darte el , desde mi humilde posición y quiero proclamarlo, en los medios que tengo a mi alcance, para que todas las personas, ligadas a mí, de una forma u otra, reciban tu Amor y todos los habitantes de este atribulado mundo. AMEN