Caroline
Myss
Esta
gracia [la
comprensión] abre nuestra capacidad de
ver más allá de la ilusión de una circunstancia y entender la verdad más
profunda de lo que sucede realmente. Dos personas que se gritan por una plaza
de aparcamiento pueden afirmar que su discusión empezó por quien estaba
primero; pero la verdadera razón de la pelea va más allá de la plaza de
aparcamiento. Se trata de dos personas con un pasado, que necesitan ganar a
toda costa… Aunque haya otras plazas vacías, la persona que no obtiene el
espacio ni siquiera se plantea ocupar una de ellas, porque eso implicaría ser
el “perdedor”…
Caroline Myss en
“Desafiar la gravedad”, pág. 181
Tal vez no hayan oído hablar
de esta autora. Yo la conocí una tarde, creo que de 2014, cuando, para “llenar
un hueco en el vacío”, entré en una librería y vi un libro titulado “Las siete moradas”
y pensé ¡Anda como lo de Santa Teresa! lo cogí, lo ojeé y vi que estaba pensado
precisamente en la obra de la santa castellana. Lo compré y lo leí hasta más o
menos la mitad y quedó, casi como el arpa del “salón en el ángulo oscuro”,
hasta hace poco, en que lo vi y se me ocurrió buscar en internet el mismo libro
en PDF. No encontré nada; pero si más libros de la autora. Actualmente tengo
cuatro, contando este y pienso leerlos a lo largo de estos
meses de 2024.
Mi intención es ir
compartiendo las ideas que surjan de esa lectura. Cito los libros que tengo de
ella: Las siete moradas, La medicina de la energía, Desafiar la gravedad y Anatomía
del Espíritu.
Los dones del Espíritu Santo y Caroline Myss
1830 La vida moral de los
cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Estos son
disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos
del Espíritu Santo.
1831 Los siete dones del Espíritu Santo son:
sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David (cf Is 11, 1-2). Completan y llevan a su perfección las
virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con
prontitud a las inspiraciones divinas.
«Tu espíritu bueno me guíe por una tierra
llana» (Sal 143,10).
«Todos los que son guiados por el Espíritu
de Dios son hijos de Dios [...] Y, si hijos, también herederos; herederos de Dios
y coherederos de Cristo» (Rm 8,
14.17)
Catecismo de la Iglesia Católica
Las
enseñanzas de Caroline Myss no son católicas, por supuesto, si bien ella afirma
que se ha educado en esta tradición y cita a místicos, como Thomas Merton,
a San Juan de la Cruz y sobre todo a Santa Teresa. En la pág. 23 de Anatomía del Espiritu afirma: “En este libro recurro a la sabiduría
antiquísima, profunda y permanente de varias tradiciones espirituales, los
chakras hindúes, los sacramentos cristianos y el árbol de la vida de la Cábala,
para presentar una nueva visión de cómo funcionan unidos el cuerpo y el
espíritu… No he incluido las enseñanzas del islamismo… porque esta tradición
como he vivido las enseñanzas judeocristianas”.
Aquí
nos referimos de pasada al capítulo 5 de Desafiar
la gravedad, titulado La cuarta verdad: confía en el poder de tus
bendiciones y dentro de él el apartado Las
siete gracias, pág. 172, en el que enumera, después de dar su explicación
de la gracia, que son: la reverencia,
que equivaldría, según ella al temor de Dios, la piedad, la comprensión,
de la que comentamos al principio lo que ocurre cuando falta, la fortaleza, el consejo, el conocimiento
y la sabiduría.
Es muy
denso todo lo que escribe sobre estas “gracias”, que como he afirmado coincide,
a veces, con los dones del Espíritu Santo, y como ella afirma con otras
tradiciones. Por ello es necesario leer sus escritos con una mente abierta, ya
que si nos ceñimos sólo a nuestra tradición católica, veamos tal vez algo herético.
Volveremos sobre ello