A pesar de
todo…
In memoriam . Fructuoso Mangas Ramos
No
entregues tu alma a la tristeza.
Ni te
atormentes a ti mismo con tus cavilaciones.
La alegría
del corazón es la vida del hombre.
Engaña
tu alma y consuela tu corazón, echa lejos de ti la tristeza,
Que perdió
a muchos y no hay en ella utilidad
Eclesiástico 30, 21-23
Apenas he leído los versículos del Eclesiastes,
recibo un wasap, en el que se dice escuetamente, que acaba de fallecer
Fructuoso Mangas Ramos. Mi corazón se acongoja, más de lo que ya está; pero
sigo pensando que la casualidad no existe y la sincronicidad paradógica, de que
la biblia me invite a la alegría, en medio de tanto dolor, algo tiene que
decir. Fructuoso, hubiera tomado este texto también
Poco más voy a decir,
aunque podría escribir mucho. Sólo pondré aquí uno de los últimos escritos, que
nos enviaba, con el título 3 COSAS 3, en la que acompañaba unas fotos del
retablo de la catedral y una de ellas pongo en esta entrada.
La alegría es, que
Fructuoso, está en la Atalaya, junto al Padre el Hijo y el Espíritu Santo,
María Santísima y los ángeles y los santos y que seguirá iluminándonos, y
bendiciendo a su querido movimiento de Manos Unidas.
Fructuoso Mangas. Ruega
por nosotros
Pues sí, me sorprende
Escrito recibido el 7 de marzo de este año,
por correo electrónico
Lo de me sorprende es una forma suave de decir lo que siento ante el
tratamiento gubernamental del derecho a morir con dignidad, de la llamada muerte
digna. Y aclaro, aunque esto ni quita ni pone, creo, que hace pocos días veía
una vez más el documental y la película sobre Ramón en TV1, y escribo no desde
estas dos aproximaciones sino desde la
presentación del decreto ley sobre la eutanasia el pasado 11 de febrero y desde mis convicciones cristianas.
Me sorprende que se dedique el esfuerzo a un extremo y todo sea
blanco o negro y no se vislumbren con la misma prontitud gubernamental,
eficacia ministerial y nitidez legal espacios y pasos intermedios que estarían
al alcance de todos con una inversión importante en paliativos, en recursos
terapéuticos, en supresión de recursos desproporcionados…
·
¿Dónde
está la cordura y quién rompió el equilibrio y la proporción?
Me sorprende que en un tema como éste de un fin digno para la vida, que exige diálogo y
confrontación a todas las bandas como el
que más, el gobierno decida que esto de la eutanasia se hace por decreto ley,
aunque se presentaran hace un año más de un millón de firmas para aprobarlas. El
poder, como a veces el sueño de la razón, crea monstruos.
·
¿Precaución, miedo, truco autoritario,
arbitrariedad, deseos de paz social, evitar preocupación al ciudadano?
Me sorprende esa seguridad de que una persona en las condiciones extremas que se
suponen sea capaz de decidir con libertad sobre su muerte por muchas cautelas
que se incluyan. Y no olvido que para un no creyente lo de decidir sobre su
vida y sobre su muerte está del todo en sus manos, salvadas las cautelas que
puede fijar la autoridad competente.
·
¿Sobre algo de tal envergadura como
vivir o morir podrá decidir una persona en situación tan dramática en un juicio
tan difícil y sin vuelta?
Me sorprende la falta de comprensión y
de aceptación cuando ha habido alguien, normalmente la persona más cercana y
más querida, que ha ayudado activamente a morir a quien lo estaba deseando. Una
cosa no quita la otra, creo.
·
¿No era primero la persona, la que
fuera, y luego la ley, la que fuera?
Me sorprende que sea precisamente cosa progre o de avance humano una decisión como ésta
cuando hay tantos pasos sociales y retos bien cargados de humanidad en nuestra
sociedad que serían más prioritarios hasta por decreto ley: ley de dependencia
para todos, plazas en residencias al alcance de todos, acompañamiento a
personas mayores en soledad, espacios de encuentro y de relación para personas
mayores, subida justa de las pensiones no contributivas y de las que no llegan
al salario mínimo, reconocimiento social de los mayores en medio de la sociedad
actual…
·
¿Ahorro de gastos, ahorro de cuidados,
ahorro de problemas, ahorro de otras urgencias de mucho más gasto y más calado?
Me sorprende que un médico –esa persona que lo ha dado casi todo por
la defensa de la vida como cualquier otro profesional de la salud- tenga la
frialdad laboral y el distanciamiento profesional para gestionar de esa forma,
violenta siempre, el fin de esa maravilla que siempre es la vida. Siempre. Aun
en las condiciones más adversas.
·
¿No
tiene cualquier médico otras medidas y soluciones?
Me sorprende que los que mandan y legislan miren tan fijamente este
problema, lateral creo yo, con perdón, y lo pongan con prisa y por delante y el
primero y ni se pregunten, al parecer, por las más de 40.000 personas que cada
año intentan suicidarse y por las 4.000 que lo consiguen, o por cientos de
personas que en mi provincia, Salamanca, una verdadera casona de ancianos,
darían una mano por una pensión de mil euros, o por los miles y miles de
personas a las que no llegan los cuidados paliativos y acaban muriendo
injustamente de manera inhumana, o por los miles y miles de viejos que sufren
maltrato, desprecio y soledad, etc., etc., etc. Y cien etcéteras más. Me
sorprende, la verdad. Y mucho.
·
¿Cómo
puede haber tal desparpajo antisocial para dedicarse a esa anti-escala de
valores humanos?
Me
sorprende que construyamos y visitemos sobre cogidos el Monumento a los Muertos
por la Aktion 4 de los nazis en el Tiergarten berlinés –unos 200.000 ancianos
inútiles, elementos asociales, excrecencias sociales, manos muertas, moribundos
sin familia…- y luego –no comparo ni mucho menos pero sí relaciono- medio mundo
gestiona el suicidio asistido, ahora llamado eutanasia.
·
Era
por ahorro económico, carga social, rechazo racial, cierta compasión oficial,
alto nivel de gasto inútil, banalidad de una vida terminal, etc… y hoy puede
ser por algo de eso o por lo que sea. No importa, me parece a mí, la razón sino
el hecho en sí se haga por lo que se haga y con quien se haga.
Me sorprende, filosofando sin más, que si el ciudadano tiene que
afrontar el vivir se le ponga como se le ponga, no deba también afrontar el
morir y vivir la muerte y su proceso se le ponga como se le ponga.
·
¿No
hay días que a mucha gente le cuesta vivir y que está tentado de acabar
tirándose por la ventana? Pues no debiera hacerlo. Pues en el morir tampoco
Y todo esto
sin recurrir explícitamente a la fe, especialmente
monoteísta, judía, cristiana o islámica al menos, en las que hay Alguien por
encima de la vida y de la muerte, porque desde ella todo estaría mucho más
claro y con menos curvas, estrategias y tácticas de no solución. Porque hacer morir ni es solución ni es vivir la
propia muerte, que por cierto hoy tiene suficientes ayudas médicas para que
sea absolutamente digna sin tener que llegar a un suicidio asistido ni a un
recurso letal mal llamado eutanasia, extremo e inhumano.
NOTA. Todo esto lo
dicen desde hace tiempo y mucho mejor que yo Javier de la Torre, profesor de
Comillas, y José Carlos Bermejo, Director de Tres Cantos, en cualquiera de sus
libros sobre el tema. Y muchos escritores más, católicos o no.
Fructuoso
Mangas Ramos