Los sueños (6)
¿Qué
es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida
es sueño, y los sueños, sueños son.
D. Pedro Calderón de la
Barca
Antes de continuar, haré una salvedad. Esta entrada, en
realidad es atípica, pues no se refiere a los sueños, sino, más
bien a “soñar despierto” y teniendo en cuenta que como dijo alguien “algunos sueños
se cumplen; pero la mayoría se roncan”, me refiero a lo que sigue como un “sueño
no roncado; pero cuya probabilidad de cumplirse, no es nula; aunque ínfima. No siendo
cero la probabilidad, tal vez, o acaso llegue a hacerse realidad. Ya sabemos
que la realidad supera a la ficción.
Veamos: ahora que por estas tierras anda una cadena
famosa de televisión rodando una película, mi sueño, despierto, es que escribo
un guión, monto una compañía, entre mis amigos y amigas y gusta tanto el guión,
que una productora de altos vuelos, y elevado capital, se interesa por él y se
plasma en celuloide, estrenándose en los mejores cines del mundo… todavía no
ronco.
El guión sacado de una historia que sucedió antes de la
aviación, en líneas generales, lo detallamos en un pequeño cuento:
Había tres ciudades, conectada por tres caminos, por
tanto formando un triángulo, tienen un hospital común en el circuncentro del
triángulo, (recordamos, para desempolvar los conocimientos de geometría, que nos
enseñaron en el bachillerato que el circuncentro es el centro de la
circunferencia circunscrita a un triángulo, lugar donde se cortan las
mediatrices de sus lados, ergo la distancia de este punto a los vértices es la
misma. Por ello con muy buen criterio se eligió construir el hospital en dicho
punto.
Llamemos al pueblo que está a la derecha, según se mira
desde el cielo, aunque no hubiera entonces aviación, con el Norte hacia arriba,
Villar de la Sandía, al de la izquierda Villar del Melón y al que está más al
Sur, Valdelauva. El hospital, es el de la Misericordia. En Villar de la Sandía
vivía un hombre, de oficio curtidor, no demasiado joven, pero en muy buenas
condiciones físicas y anímicas felizmente casado, aunque su mujer, internamente
pensaba que su marido era un tostón, que sólo sabía curtir pieles, pues se
pasaba el día metido en su oficio y por la noche llegaba cansado, cenaba e
inmediatamente se dormía y además roncaba. No hace falta decir que antes de la
aviación no había televisión; pero dicho quede, aunque sea en pareado; pero antes
de la aviación, bastante antes, si había en muchos lugares tribunal de la Santa
Inquisición (Ave María Purísima) y en Villar del Melón tenían inquisición. ¡Vaya
otro pareado!
Y para no aburrir al lector, con un relato demasiado
largo, terminamos aquí el primer capítulo de esta historia, que continuará.
Mientras tanto, voy a decidir, a ver que os parece: ¿pongo
al principio “Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia” o pongo,
“esta historia está sacada de un hecho real, los nombres y los lugares son
ficticios?”