viernes, 29 de abril de 2016

Los sueños (6)

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
D. Pedro Calderón de la Barca


Antes de continuar, haré una salvedad. Esta entrada, en realidad es atípica, pues  no se refiere a los sueños, sino, más bien a “soñar despierto” y teniendo en cuenta que como dijo alguien “algunos sueños se cumplen; pero la mayoría se roncan”, me refiero a lo que sigue como un “sueño no roncado; pero cuya probabilidad de cumplirse, no es nula; aunque ínfima. No siendo cero la probabilidad, tal vez, o acaso llegue a hacerse realidad. Ya sabemos que la realidad supera a la ficción.
Veamos: ahora que por estas tierras anda una cadena famosa de televisión rodando una película, mi sueño, despierto, es que escribo un guión, monto una compañía, entre mis amigos y amigas y gusta tanto el guión, que una productora de altos vuelos, y elevado capital, se interesa por él y se plasma en celuloide, estrenándose en los mejores cines del mundo… todavía no ronco.

El guión sacado de una historia que sucedió antes de la aviación, en líneas generales, lo detallamos en un pequeño cuento:

Había tres ciudades, conectada por tres caminos, por tanto formando un triángulo, tienen un hospital común en el circuncentro del triángulo, (recordamos, para desempolvar los conocimientos de geometría, que nos enseñaron en el bachillerato que el circuncentro es el centro de la circunferencia circunscrita a un triángulo, lugar donde se cortan las mediatrices de sus lados, ergo la distancia de este punto a los vértices es la misma. Por ello con muy buen criterio se eligió construir el hospital en dicho punto.

Llamemos al pueblo que está a la derecha, según se mira desde el cielo, aunque no hubiera entonces aviación, con el Norte hacia arriba, Villar de la Sandía, al de la izquierda Villar del Melón y al que está más al Sur, Valdelauva. El hospital, es el de la Misericordia. En Villar de la Sandía vivía un hombre, de oficio curtidor, no demasiado joven, pero en muy buenas condiciones físicas y anímicas felizmente casado, aunque su mujer, internamente pensaba que su marido era un tostón, que sólo sabía curtir pieles, pues se pasaba el día metido en su oficio y por la noche llegaba cansado, cenaba e inmediatamente se dormía y además roncaba. No hace falta decir que antes de la aviación no había televisión; pero dicho quede, aunque sea en pareado; pero antes de la aviación, bastante antes, si había en muchos lugares tribunal de la Santa Inquisición (Ave María Purísima) y en Villar del Melón tenían inquisición. ¡Vaya otro pareado!

Y para no aburrir al lector, con un relato demasiado largo, terminamos aquí el primer capítulo de esta historia, que continuará.


Mientras tanto, voy a decidir, a ver que os parece: ¿pongo al principio “Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia” o pongo, “esta historia está sacada de un hecho real, los nombres y los lugares son ficticios?”

miércoles, 27 de abril de 2016

Sueños (5)



Ya que en anteriores entradas, he tratado de la Mitología  muy de pasada, voy expresar una opinión particular, que acaba de ocurrírseme: La Mitología es a la humanidad, como el sueño al individuo, ambos proceden de otro mundo, de otra dimensión, de la Consciencia con mayúsculas, del Absoluto, de Dios. Ejemplos haylos: ¿Quién le inspiró a Newton, muchacho enclenque en principio, estudiante pobre en el Trinyte College, la teoría de la Gravitación Universal? ¿Saben cómo Kekulé, dedujo la estructura del benceno C6H6?, pues fue en un sueño, de unos niños jugando al “corro de la patata” ¿Y la famosa sonata del diablo de Tartini?, otro sueño, en la que el músico oyó la melodía más hermosa que jamás había oído; pero que no fue capaz de trascribirla entera. ¿Dónde estaba antes de Newton y Leibniz  el cálculo infinitesimal y antes de Beethoven, de Brahms, de Bach, Mozart…, su música?, etc., etc., etc.
A este respecto leo en “Introducción a la esencia de la Mitología”, lo que escribe C.G. Jung en la página 97: “Aunque diversos filósofos, como Leibniz, Kant y Schelling, ya habían llamado claramente la atención sobre el problema del alma oscura, fue Carl Gustav Carus, quien se sintió obligado, por su universal experiencia científica y médica, a remitir al inconsciente como esencial fondo anímico”
Si en ese inconsciente está lo que recibimos en sueños, surge la pregunta: ¿Es el inconsciente la morada de Dios?, este es precisamente el título del libro de Josep Otón Catalán (Sal Terrae). Curiosamente, lo he encontrado enseguida, entre el caos de mis libros; pero nada me acuerdo de este libro, nada absolutamente nada y sí, lo leí entero y con interés. Tendré que volver a leerlo; pero no me dará la respuesta, pues yo la sé, no sé si en el inconsciente o en otro sitio. El Espíritu Santo se comunica con nosotros, a veces en sueño y a veces en vigilia. Tenemos que beber de sus fuentes; pero a veces no bebemos de sus cristalinas aguas, sino que bebemos de aguas turbulentas, pues estamos sobre el puente de las mismas, como dice la canción. Anselm Grün lo expresa magníficamente en otro libro “Las fuentes de la energía interior”; pero como siempre, me estoy desviando. Estaba en los sueños, la Mitología y el inconsciente y vuelvo a Jung  y a la página 97: “Tanto en el sueño como en los productos de la psicosis se han dado innumerables vinculaciones que sólo pueden compararse con asociaciones de ideas mitológicas… Se observaron mitologemas típicos precisamente en individuos que en modo alguno podían tener conocimientos de esa índole”
¿De dónde vienen entonces esos conocimientos?
Y otra tarea, que me impongo, por si tenía pocas, leer otra vez el libro de Josep Otón Catalán, aunque, como San Juan de la Cruz, Yo bien sé dónde esa fuente está escondida”

Y para terminar esta entrada, escribo el final del libro de Otón: “Bienaventurado Jesús, el hijo de Dios, que descendió a las regiones inferiores de la tierra y fue a buscar a Adán para darle la buena noticia: “Yo soy tu Dios, y por tu causa he sido hecho tu Hijo. Levántate, tú que dormías, porque no te he creado para que permanezcas encadenado en el infierno. Levántate de entre los muertos, porque Yo soy la Vida para el que está muerto” (antigua homilía para el Sábado Santo)”

martes, 26 de abril de 2016

Antes de comenzar, recordemos, las frases latinas de la entrada anterior, traducidas por una amiga, profesora de Griego, que por supuesto, sabe Latín. Muchas gracias Feli.

Nec tu sperne piis venientia sommnia portis,
Cum pia venerunt somnia pondus habent.
Y no desprecies los sueños que lleguen por las puertas piadosas, cuando los sueños llegan piadosos tienen peso (tienen importancia )

Et canis in somnis leporis vertigia latrat
El perro, en sueños, sigue ladrando el rastro de la liebre

Cum pia venerunt somnia pondus habent.
Y ansioso observa atentamente el tribunal constituido en su corazón


Los sueños (4b)

Parecíame a mi escribir más sobre “Los sueños y discursos” de D. Francisco de Quevedo; pero en siendo yo un profano en letras, más vale dejarlo a doctos estudiosos, y pasar a ocuparme de los sueños,  de forma más ligera, de lo que pueda sacar mi experiencia matinal, al cabo de despertarme y lo que con mayor o menor  fortuna pueda copia de libros escritos por gentes docta en ellos.

Yo mismo



Voy sin embargo a escribir alguna línea, a propósito del juicio final al que hice alusión en la anterior entrada. No es fácil, ni siquiera seleccionar algún párrafo. Elijo este:
“comenzose la cuenta por Adán, y para que se vea que iba estrecha, hasta de una manzana le pidieron cuenta tan rigurosa que le oí decir a Judas:
¿Qué tal la deré yo que vendí al mismo dueño un codero?”

Es genial la descripción que va haciendo de los aguaciles, sastres, médicos, escribanos, jueces, despenseros, taberneros, filósofos, “que era de ver ocupadas sus ciencias en hacer silogismos contra su salvación”, boticarios, abogados, etc… más o menos la humanidad entera está reflejada en este “sueño” y además con sentido del humor, como este: “entró un hombre dando voces y decía: Aunque las doy, no tengo mal pleito, que a cuantos santos hay en el cielo he sacudido el polvo.
Todos esperaban un Nerón o un Diocleciano por lo que sacudir el polvo y vino a ser un sacristán”.

Pero dejemos  el caso, y vamos a la reflexión. Hoy en día no vendría mal un relato parecido, haciendo desfilar ante el implacable juicio de Dios, a corruptos, defraudadores, cobradores sin IVA, y pagadores, que en esto hay dualidad, estafadores en los pesos y medidas,… la lista es más grande que la que puso Quevedo; pero alegremente pensamos que eso del juicio final, es cosa de los cuadros, de los libros y de la Mitología.


Y ya que salió la palabra, ¿no será la Mitología el sueño en los dioses de la humanidad? Hace tiempo en un capítulo de Cosmos, que trataba de los dioses hindúes, en el que decía que la humanidad era un sueño de los dioses, me impresionó una frase de Carl Sagán, que decía más o menos ¿No serán los dioses un sueño de los hombres? Sea como sea, no procede ahora meterse en “camisas de once varas”, con estos temas. Yo no lo creo así “Dios es el que es” y sólo los místicos tienen el privilegio, no de conocerlo, pues es incognoscible, sino de sentirlo y en vigilia, que no en sueños.  

domingo, 24 de abril de 2016

Los sueños (4.a)

Comienzo del libro “Sueños y discursos” de Francisco de Quevedo


Los sueños, señor, dice homero que son de Júpiter, y que él os envía; y en otro lugar dice que se ha de creer que esto es así cuando tocan en cosas importantes o los sueñan reyes o grandes señores, como se colige del admirable Propercio.

Nec tu sperne piis venientia sommnia portis,
Cum pia venerunt somnia pondus habent.

Dígalo a propósito de que tengo por caído del cielo uno que tuve estas noches pasadas, habiendo cerrado los ojos con el libro del beato Hipólito del Fin del mundo y segunda venida de Cristo, lo cual fue causa de soñar que veía el juicio final. Y aunque en casa de un poeta es dificultoso creer que haya cosa de juicio (aun por sueños), lo hubo en mí, que por la razón que da Claudiano en la prefación al tercer libro De Raptu, diciendo que todos los animales sueñan de noche cosas como sombras de lo que tratan de día. Y Petronio Arbitro lo dice:

Et canis in somnis leporis vertigia latrat

Y hablando de los jueces,

El pauidus cernit inclusum corde tribunal.

Parecióme que veía un mancebo…

No es cuestión de escribir aquí, el juicio final, del sueño de Quevedo, por cierto, a mi modo de ver, mejor que el de la Capilla Sixtina, si se pudiera plasmar en lienzo. Puesto que en Google no hay más que poner “Sueños y discursos” y ya está, lo tienes en PDF. Disfrutenlo. 
En cuanto a las frases en latín, yo sólo entiendo algo la del perro (una pena); pero amigos y amigas, tengo que las sabrán traducir. Ya os contaré.

sábado, 23 de abril de 2016

Los sueños (3)

Más cumple tener buen tino, para andar esta jornada sin errar
Jorge Manrique en Coplas a la muerte de su padre



La verdad es que me he metido en un buen lio. Me ha pasado como cuando el niño-ángel , con el que se topó San Agustín, quería meter con un vaso el agua del mar en un hoyo de la playa. Buscando el libro de Cencillo  ayer, no solo lo encontré, sino que me topé sin buscarlos con otros dos. “El sueño y el inframundo” de James Hillman y “El espíritu de los sueños”, de Anselm Grün, además de otros dos que he traído ayer de la biblioteca pública. Por ello estoy desorientado y no sé por dónde empezar.

Sabemos que hay muchísimos actos potenciales en cada momento, de los cuales sólo uno pasa a ejecutarse, pedantemente diríamos que “según la teoría cuántica, de los infinitos actos potenciales, cada uno con una probabilidad determinada, solo uno…”; pero, vayamos al grano: elegir a veces no es fácil y es necesario un discernimiento sosegado para pasar a la acción, en esto también los sueños pueden ayudarnos y hay veces que no recordamos los sueños. A este respecto, leo en el libro de Ansem Grün, pág. 28: “Poco antes de su muerte, Saúl se a cuenta de que el Señor ya no le habla. Se siente perdido porque no sabe qué hacer… se dirige al nigromante para que conjure al difunto Samuel y le muestre el camino: Cuando este le reprocha, Saúl responde:

Los filisteos me hacen la guerra, y Dios se ha apartado de mí: ya no me responde, ni por medio de los profetas ni los sueños. Por eso te he llamado (1 Sam 28,15)

Como los sueños se han apartado de Saúl, se ha quedado sin orientación… No lograba concluir lo que era correcto mediante la mera reflexión, sino solo al escuchar a Dios. Y el Señor le hablaba a través de otras personas, los profetas o de los sueños. Pero los sueños no se pueden forzar, son un regalo divino… Nuestras convicciones más arraigadas, las que nos sostienen, no provienen de la reflexión racional, tienen raíces más profundas. Y una de estas raíces es el sueño… Como en nuestros sueños contamos con Dios, les prestamos atención: Y nos sentimos dichosos cuando en los sueños nos dice que pasos debemos dar, indicándonos la dirección que debemos tomar a continuación”

Claro que para ello, hemos de creer y tener confianza en que Alguien nos guía y nos sostiene, que penetra en nosotros y nos señala el camino. Yo por poner un ejemplo, que conozco un poco, por ser el que más cerca tengo, hace unos días, con el sueño expuesto en la primera entrada de esta serie, daba la impresión, que me pasaba como a Saúl; pero diversas vivencias, me han indicado que está ahí, al quite; pero hay que estar atentos y saber escuchar. Probablemente Saúl, no puso la atención necesaria o quería oír algo distinto a lo que le decía el Señor… no lo sé. Hace unos días una amiga me contaba, que hablando con un sacerdote, le confesó que “dios está sordo, no nos oye” y el sacerdote le contestó: “no, los sordos somos nosotros”.


Y casi sin darme cuenta, he terminado la entrada

viernes, 22 de abril de 2016

Los sueños (2)

Los seis géneros de demonios (Según Pselo, en Libro de los demonios), son:  los primeros que llama leliouriones, que quiere decir ígneos; los segundos aéreos; los terceros terrenos; los cuartos aquatiles; los quintos subterráneos y los sextos lucífugos”
Francisco de Quevedo en Sueños y discursos.


En la entrada anterior, hemos citado a Calderón de la Barca, a Thomas Moore, a C.G. Jung y a Joseph Campbell.  Escribir de los sueños y citar a Quevedo, es obligado y también al profesor Luis Cencillo, del que además ofrezco un artículo suyo, publicado hace tiempo en la red. Recomiendo que lo leáis, pues esta entrada, con lo que yo aporto es muy floja.

Simplemente diré lo que ya he dicho otra vez, copiado del libro “Inteligencia cuántica”, si mal no recuerdo: “El proceso de búsqueda, entorpece el encuentro”; pero al mismo tiempo, facilita el encuentro de otras cosas no buscadas y así, ayer buscando el libro “Símbolos de transformación”, de C.G. Jung, me he dado cuenta, que no lo tengo; pero que está en las obras completas de este autor, publicadas por la Editorial Trotta, es el volumen 5; pero para lo que yo quiero, he encontrado una versión de sólo lectura en la red, que me sirve y esta mañana, he estado buscando el libro “Los sueños y sus verdades” de Luis Cencillo, que no he encontrado; pero he encontrado “Los sueños en la vida, la enfermedad y la muerte” de Javier castillo Colomer, libro cuya primera parte lo leí con agrado; pero cuya segunda parte se me atragantó.

Para terminar esta sencilla entrada, (sino no fuera por el artículo de Luis Cencillo) ya que he hecho referencia a los demonios, que están tan a gusto, pues hemos dicho que no existen, por lo que campan a sus anchas, os recomiendo que busquéis en YouTube el testimonio de la Dra. Gloria Polo. Los demonios tienen mucho que ver con los sueños y así termino. ¿O no?

Aquí está el artículo de Cencillo. Clicar aquí:
Artículo de Luis Cencillo

jueves, 21 de abril de 2016

Sueños (1)

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,


y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Calderón de la Barca

Thomas Moore, me ha vuelto a sorprender con este libro: “En busca de una religión personal”. La tesis del libro, no es la que insinúa el título, o sea, buscar una religión hecha a nuestra medida y a nuestro acomodo. No, no es eso, es algo más profundo. Hablaré de este libro de pasada y tangencialmente. Lo cito porque el capítulo 3, lo dedica a los sueños, y en la página 113, cuenta el de la reina Mayadevi, sobre el nacimiento de Buda. No voy a relatarlo aquí, no hay más que buscar en Google y tendremos varias versiones del mismo a nuestra disposición. Sólo diré que hay cierto parecido con la Anunciación a la Virgen María. Thomas Moore, hace algún comentario a este sueño en ese capítulo y nos anima a que hagamos nosotros otro personal, pues según él, “Deja que tu imaginación flote y vuele. Deja que la historia sea un vehículo para desarrollar tu propia teología. No pienses en ella como un historia budista, sino como una historia para todos los Budas, y tú eres uno de ellos
Y aquí estoy, sin saber exactamente como comenzar la historia; pero creo, que una vez comenzada, se abrirá la caja de Pandora y comenzarán a salir ideas, que llenaran algunas páginas de este, por el momento abandonado blog.
Una historia teológica, trata de Dios y Dios está aquí, “tan cierto como el aire que respiro”, como dice la canción; pero que a veces no lo sentimos, como indica el sueño que tuve la otra noche, pues iba yo a comulgar y cuando me tocaba, recibir la sagrada forma, se habían terminado y no pude comulgar.- Thomas Moore, nos invita a escribir las imágenes más relevantes de los sueños y esta es una.
Dios viene en forma de elefante blanco en el caso de Buda o de Espíritu Santo, en el caso de Jesús. A mi viene en forma de Sagrada Forma; pero, en el sueño no llega. ¿Qué está pasando? El mismo día también soñé, que íbamos a clase, a coger sitio, pues era una asignatura importante; pero el profesor nunca llegaba.
En la página 115, T. Moore, cita a C.G.Jung y nos remite a la página 494 de “Símbolos de transformación”. Tengo algunos libros de Jung; pero este no se si lo tengo, también cita a Joseph Campbell, en “El hombre de las mil caras”, p. 37. No tengo ningún libro de este autor; pero habla del “héroe”, que “somos cuando asumimos los retos y nos sometemos a nuestras iniciaciones y transformaciones, soportando una y otra vez la pérdida, sintiéndonos felices y tristes, avanzando y retrocediendo. El héroe está comprometido con la vida… quizá no presente un aspecto heroico, pero experimenta acontecimientos poderosos de forma discreta… Se convierte de forma progresiva en lo que está destinado a ser”, es lo que Jung, define como el proceso de individuación.
Y para terminar esta entrada, me refiero a la interpretación de los sueños, no como hacen los diccionarios de los sueños, (si sueñas con un animal, significa esto) que también sirve, sino, que como dice T. Moore, escribamos, meditemos, interpretemos, a nuestro modo y a veces se nos escaparán de las manos y es posible que tengamos que buscar ayuda competente, que puede ser un amigo o amiga, un sacerdote docto en teología y en casos extremos un competente terapeuta.


viernes, 15 de abril de 2016

VIVO SIN VIVIR EN MÍ

Este poema fue escrito en Salamanca
 por Santa Teresa, hace hoy justamente 445 años



Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.


domingo, 3 de abril de 2016

En memoria de Pablo Puerto O.P.

Esos que visten de blanco,
¿dime Señor quienes  son y de donde han salido?
Esos son los que ha salido de la gran tribulación y
sus ropas se ha lavado en la sangre del Cordero.
Ap, 7, 13-14




         Hoy, 3 de Abril,  celebraría Pablo sus bodas de Oro sacerdotales, si estuviera físicamente entre nosotros. No lo está, pero si lo está, en otra dimensión y yo así lo siento. Por eso a ti, Pablo que estás entre los que han lavado sus vestiduras en la sangre del Cordero, santificada sea tu memoria y con tu ejemplo no nos dejes caer en mezquindades.
         Mi desorden me impide buscar fotos de tu compañía, que tengo en algún sitio, de los pocos viajes que hicimos, a la Felguera, a la Peña de Francia, o los paseos por la Peña del Huevo, al Portillo con Isidrito y con Manolo, acompañado por las cabras montesas, que iban a nuestro lado todo el camino, como  “hermanas cabras”, que diría San Francisco. También en algún rincón perdido tendré las crónicas que enviaste de tu peculiar camino de Santiago desde la Felguera a Santiago de Compostela o las crónicas que me enviaban tus hermanas Araceli, Trini y Faustina, que está contigo también, desde la República Dominicana, en donde diste un ejemplo casi heroico en defensa de aquella gente ¡Cómo te habrán echado de menos, ahora, con lo que está pasando allí!

        
Pero a pesar de que los recuerdos materiales los tengo extraviados, no así los recuerdos en mi memoria, que están tan vivos como el primer día. La cita inicial, la he sacado de aquella Biblia de Jerusalén, que me regalaste allá por los 70 y la tengo como biblia de cabecera. Mi vida, ha ido trascurriendo paralela a la tuya, aunque sosegada y no con los sobresaltos de la tuya y cuando estabas con nosotros siempre me alegraba estar un rato contigo en tus escapadas desde tu querida República Dominicana, adonde querías siempre volver, a darle esperanza a tus queridos seguidores del Seybo, desde la emisora, que era tu altavoz,.
         Ahora que celebramos los 800 años de la Orden, seguro que estás con Santo Domingo, Santo Tomás de Aquino,  San Alberto Magno, santa Catalina de Siena, y como no, con Montesinos, de las Casas, Victoria y los de la Escuela de Salamanca, y con toda la orden Dominicana triunfante,  con los de San Esteban, en donde se te recuerda con cariño, igual que en tu querida Alberca, en donde no sólo te recordamos, sino que te añoramos, con tantos que nos han precedido.

         Ruega por nosotros Pablo, para que seamos dignos de alcanzar un sitio entre los 144000 elegidos, con la vestidura reluciente, blanqueada en la sangre del Cordero.

sábado, 2 de abril de 2016

El cuarto libro


… Suelta amarras,
Navega y aléjate del puerto seguro.
Atrapa los vientos alisios en tus velas.
MARK TWAIN

         Contaba en la anterior entrada, que entré en una librería y compré, cuatro libros por 10, euros, el que nombraba allí, ya lo leí, es una estupenda novela, que me ha deleitado la semana de pascua, los otros dos son “Sueños y discursos” de Francisco Quevedo, “Claves para interpretar el “I Ching”, de Gustavo Andrés Roco  ¿y el cuarto? Ayer comentaba este asunto con un amigo, con el que suelo pasear y no me acordaba del cuarto. Me he puesto a buscarlo y no había forma de encontrarlo. Sin buscarlo, al levantarme, de la silla, he puesto los ojos en el primer estante a la derecha y allí está. No digo el título, pues dicho, se acaba el misterio, como el famoso gato de Srödinguer. ¿Está vivo o está muerto?; por eso, no quiero mirar el décimo de lotería, después del sorteo. Antes de mirarlo, puede estar premiado y como la probabilidad de que  esté premiado es muy pequeña, cuando lo miro, (casi) siempre sale “número no premiado”. Poco a poco me estoy adentrando en el “pensamiento cuántico” y a propósito, el otro día en la “Posada del Silencio”, de la Asociación de alumnos de la escuela de Teología, escribía Isaura Díaz Figueiredo lo siguiente, después de hacer un brevísimo repaso a la teoría cuántica de las partículas: “Como seres humanos, nacimos para manifestar una vida de posibilidades infinitas. En cada paso del camino creas tu historia al decidir qué posibilidades exploras y construyes tu camino por medio de la acción. Tú eliges y creas tu propia experiencia al escoger entre las posibilidades…”. Genial, sencillamente genial y sencillo, sumamente sencillo.
         Un ejemplillo: escribes un correo, o un WhasApp, lo envías, y alguien se molesta o lo malinterpreta. ¿Qué hubiera ocurrido, si no lo hubieras escrito, o simplemente cambias una coma?
Construimos la realidad a partir de infinitas posibilidades, como muy bien señala Isaura; pero a veces queremos forzar esa realidad y nos olvidamos del famoso enunciado de Santa Teresa “Nada te turbe…”, perdiendo la fe en que algo o alguien, una “mano poderosa”, que decía la María analfabeta de mi pueblo, que está sobre nosotros y por eso, “la búsqueda del objeto, entorpece el encuentro”, como ha ocurrido con el “cuarto libro” y tengo escrito en otro lugar de este blog.
         Curiosamente ando leyendo un libro titulado “Inteligencia Cuántica” de Klaus Medicus, de Ed. Obelisco, del que he sacado la cita del principio y lo que he leído esta mañana, concuerda en parte con lo expresado por Isaura. No es la primera vez que me ocurre este fenómeno de “sincronicidad”, que desde la óptica de la fe, es el Espíritu Santo, que está “al quite”.
         Para terminar, no me resisto a trascribir lo que dice ese libro en la página 205: “En el mundo de nuestra inteligencia cuántica, la pura percepción y un ser consciente de lo que es en cada momento sustituyen al pensamiento, así como a la razón y a todo tipo de construcciones cuando hay problemas o enfermedades. Imagínese que vive en un estado de consciencia regido por pensamientos de plenitud… en ese incesante modo de crecimiento interior de sus células se desarrollan en usted nuevas conexiones neuronales, es decir nuevos pensamientos inteligentes, de este modo irradia una fuerza que le abre puertas…
         Todo lo que valoramos como  "problemas" se basa en principio en el rechazo a una situación que consideramos verdadera… cada deseo de cambio… desvía nuestra atención hacia lo que rechazamos…
         El primer paso importante consiste en salirnos por completo de la valoración de “bien” o “mal”… y de convicciones como “solución” y “curación”. En su lugar percibimos lo que aparece en nosotros como pensamientos, sentimientos o sensaciones corporales, ya que estos fenómenos concretos si existen. Si nos limitamos a este sencillo, pero al mismo tiempo muy preciso proceso de percepción, llegamos a un mundo de informaciones que podemos y debemos apreciar como indicaciones. De repente descubrimos en nosotros un sistema de navegación preciso que nos muestra el camino a nuestras capacidades… En la información en el ahora se nos manifiesta el universo. En cuanto nos abrimos a esta nueva dimensión y seguimos las indicaciones llenos de curiosidad, aparece, casi como “efecto secundario”, alegría y ligereza o circunstancias que en el mundo convencional vivimos como “solución” o “milagro”.”  

         Esas indicaciones nos facilitarán, la toma de decision para pasar de la “probabilidad” a la acción.