viernes, 23 de octubre de 2020

Serenidad mental

Interferencias

Si no prestas atención, desconectas de tu intuición y no agarras bien el timón que mantiene tu rumbo, las interferencias te influyen y cambias de dirección, por lo que no actúas de acuerdo con lo que has decidido.

Mirian Subirana en Serenidad mental, pág. 27

 


Me imagino a Ulises navegando en su regreso a Ítaca, escuchando los cantos de sirena y volviéndose loco, entre el oleaje y seguir con la tarea de la navegación. Por fin decide que se pongan tapones de cera en los oídos, para seguir con lo único que importa: centrarse en la navegación, para llegar al destino programado.

Nuestra vida, en palabras de Jorge Manrique, es un transitar por este camino de la vida. “este mundo es el camino para el otro que es morada. Más vale tener buen tino para andar esta jornada sin errar”. Camino, lleno de obstáculos, interferencias, estímulos… que nos alejan de nuestro verdadero objetivo.

En esta breve reflexión, voy a céntrame, en las interferencias mentales, que planean, como moscas desagradables en nuestras decisiones. Como Ulises, tendríamos que bloquearlas drásticamente; ahora bien ¿Cómo? Es muy fácil lo de los tapones de cera para no oír los cantos de sirena; ¿Pero, que defensas ponemos a la mente, para bloquear estas interferencias? Un sencillo ejemplo podría ser ilustrativo. Ayer encontré una agenda, de hace muchos años, que estaba dando vueltas por la casa, más años de lo debido. Siempre que la veía, le echaba un vistazo y volvía a guardarla. La interferencia era el sentimiento de los años en que la usaba. Ayer cuando la volví a encontrar eché un vistazo a su interior y me di cuenta, que muchos de mis amigos, que allí estaban reflejados, habían muerto o ya no vivían en esa dirección. ¿Qué sentido tiene guardar esa agenda? Así es que me puse el “tapón de cera”, para no sentir la nostalgia y sin pensármelo dos veces, rompí en mil pedazos esa agenda.

Y así debo hacer con muchas cosas: A cualquier sitio que miro, pienso, que “eso” ya no debería estar allí; pero hay cantidad de interferencias, que me impiden eliminar “eso”.

Para que nuestro camino sea efectivo, lo primero que tenemos que tener claro es que nuestra meta, es “el Mundo que es morada” y es mejor “tener buen tino”, es decir, caminar ligeros de equipaje, aunque para ello ¡Cuantos “tapones de cera” necesitamos!

Un amigo me comentaba que tenía preparado una caja con apuntes de la carrera, para tirar; pero que a la hora de la verdad, fue incapaz de tirarla.¿Qué interferencia, le impidió llevar a cabo tal acción? Me vi retratado en cierto modo.

Por hoy dejo aquí la reflexión; pero esto da para mucho, por lo que volveré sobre este tema, al hilo del libro reseñado al principio, posiblemente.

 

domingo, 18 de octubre de 2020


 Decidir con lucidez

“A veces es tu piloto automático quien decide, impulsado por tus hábitos, tus creencias,tus condicionamientos y tus impulsos. Tu capacidad de discernir se ha “mermado” por la fuerza del hábito. Has soltado el timón, tu intelecto está anestesiado,has perdido el timón y manda la mente.¿Qué es lo que te ayudará a discernir con claridad? Plantearse preguntas sabias te ofrece perspectivas más amplias”
Miriam Subirana en Serenidad mental–decide con lucidez. Pág. 23 
La otra tarde, se me ocurrió dar una vuelta por la sección de libros del corte Inglés y me compré ese librito, que cito, que puede ser un poco el “aceite que lubrifica” nuestra mente bastante maltrecha, pues a lo expuesto en la cita anterior, hay que añadir la situación creada por la pandemia de lo que han llamado covid-19 y al entorno mediático que se ha creado, al peligro real que supone el contagio, con la incomodidad del uso de la mascarilla, con el desbarajuste político entre unos gobernantes y otros, la incertidumbre del futuro, que crea falta de ilusión y de perspectivas; Sin embargo las tareas siguen estando ahí y hay que resolverlas y resolver tareas, implica tomar decisiones y si son muchas tareas, la primera decisión es ¿Por dónde empiezo?. Podría ser la primera pregunta. Luego una vez decidido por donde comenzar, ya vienen las otras preguntas. Podrían ser las típicas ¿Cómo, cuándo y por qué? Refiriéndome sólo a las tareas pendientes, no tiene mucho sentido ni el cuándo ni él porqué, en efecto, una vez discernido por dónde empezar, lo único que importa realmente es el cómo llevar a cabo la tarea. El cuándo es ya y por qué ya lo sabemos. Estas dos últimas preguntas, habría que dejarlas para otras decisiones. Y en eso estamos. El siguiente apartado de esa misma página del libro, desarrolla más este tema de las preguntas, que desgraciadamente no solemos hacer, puesto que nuestra vida no pocas veces, funciona como un motor al que le falta la lubrificación y esos motores acaban “gripándose” no hay forma de volverlos a poner en marcha, si no es con una profunda reparación o cambiándolo por un motor nuevo. Una buena “lubrificación” para nuestra mente es la meditación y la oración confiada. El “nada te turbe”, que decía nuestra Santa castellana. Poco más puedo añadir, teniendo además en cuenta que no soy un ejemplo para este tema, ya que uno de mis peores hábitos es la procrastinación, que si no lo sabéis es “dejar para mañana lo que tienes que hacer hoy”. Otro de los problemas que se presentan en el discernimiento, son las “interferencias”, que se presentan cuando tratamos de decidir algo importante; pero ese tema es lo suficientemente importante, como para dedicarle una entrada. Por ello, por ahora no voy a tocarlo.