Alabemos
a Dios, en el Padre, en el Hijo y el Espíritu Santo
La iglesia lo ha
hecho mediante el Tedeum: “Te Deum (en
latín: ‘A ti, Dios’, primeras palabras del cántico) es uno de los primeros himnos cristianos,
tradicional de acción de gracias. Cuando no se cita como título de la obra sino
como nombre común, se ha de emplear en minúscula y en una única palabra: tedeum.
Suele ser entonado en momentos de celebración. El himno
continúa siendo regularmente utilizado por la Iglesia católica romana, en el Oficio de
las Lecturas encuadrado en la Liturgia de las
Horas. También se suele entonar en las misas celebradas en ocasiones especiales
como en las ceremonias de canonización,
la ordenación de presbíteros,
proclamaciones reales, etc. Los cardenales lo
entonan tras la elección de un Papa.
Posteriormente, los fieles de todo el mundo para agradecer por el nuevo Papa,
se canta este himno en las catedrales.
Compuesto originalmente en latín,
el nombre se debe a que así empieza su primer verso. Se suele denominar también
como "Himno Ambrosiano", pues según una leyenda, lo compusieron en
común San Ambrosio de Milán y San Agustín de Hipona: en el año 387, cuando San
Agustín recibió el bautismo de manos de San Ambrosio: este último,
movido por el Espíritu Santo,
improvisó el himno y Agustín iba respondiendo a sus versos. Estudios recientes
han verificado que el Te Deum en
realidad fue escrito en el siglo IV por Aniceto de Remesiana.
Por tanto, su origen se remonta probablemente a la primera
mitad del siglo IV. En su forma actual se encuentra por primera vez en el
"Antiphonarium Benchorense" de Bangor (Irlanda
del Norte), que se debe fechar alrededor del año 690. Desde el siglo IX se
conocen también diversas traducciones” (Notas tomadas de Wikipedia)
Yo de pequeño, lo escuchaba en latín, cantado por el cura
de mi pueblo, acompañado por el órgano tocado por el sacristán. Cuando empecé a
estudiar latín, que ya entendía algo, vino el concilio y se acabó. Vino otro
sacerdote a mi pueblo, el sacristán se murió y el órgano allí está, estropeado.
No voy a criticar el concilio, pues no
soy quien y beneficios ha traído y traerá a la iglesia; pero si es cierto, que,
como dice la canción, “Hay momentos que las palabras no alcanzan, para decirte
lo que siento, bendito Salvador. Yo te doy gracias, por todo lo que has hecho,
por todo lo que haces y por todo lo que harás”.
Las
palabras corrientes, no nos acercan al Misterio, al contrario nos alejan de él.
El latín, sin embargo, aunque no entendamos lo que dice, nos acerca más. Escuchen
por ejemplo el canto eucarístico “Pange lingua gloriosi” original o una
traducción, que las hay por cierto magníficas. ¿Soy un integrista? No lo sé.
Sólo digo lo que pienso.
Texto
original en latín
Texto en español
Te
Deum laudamus:
te Dominum confitemur.
Te aeternum Patrem,
omnis terra veneratur
.
A ti, oh Dios, te
alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.
Tibi omnes angeli,
tibi caeli et universae potestates:
tibi cherubim et seraphim,
incessabili voce proclamant:
Los
ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Sanctus, Sanctus, Sanctus
Dominus Deus Sabaoth.
Pleni sunt caeli et terra
maiestatis gloriae tuae.
Santo,
Santo, Santo es el Señor,
Dios de los ejércitos.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
Te gloriosus Apostolorum chorus,
te prophetarum laudabilis numerus,
te martyrum candidatus laudat exercitus.
A
ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.
Te per orbem terrarum
sancta confitetur Ecclesia,
Patrem immensae maiestatis;
venerandum tuum verum et unicum Filium;
Sanctum quoque Paraclitum Spiritum.
A
ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te aclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, defensor.
Tu rex gloriae, Christe.
Tu Patris sempiternus es Filius.
Tu, ad liberandum suscepturus hominem,
non horruisti Virginis uterum.
Tú eres el Rey de la
gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.
Tu, devicto mortis aculeo,
aperuisti credentibus regna caelorum.
Tu ad dexteram Dei sedes,
in gloria Patris.
Tú,
rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el Reino de los Cielos.
Tú sentado a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Iudex crederis esse venturus.
Creemos que un día has de venir como juez.
Te ergo quaesumus, tuis famulis subveni,
quos pretioso sanguine redemisti.
Aeterna fac
cum sanctis tuis in gloria numerari.
Te
rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.
Salvum fac populum tuum, Domine,
et benedic hereditati tuae.
Et
rege eos,
et extolle illos usque in aeternum.
Salva
a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.
Per singulos dies benedicimus te;
et laudamus nomen tuum in saeculum,
et in saeculum saeculi.
Día
tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dignare, Domine, die isto
sine peccato nos custodire.
Miserere nostri, Domine,
miserere nostri.
Dígnate,
Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Fiat misericordia tua, Domine, super nos,
quem ad modum speravimus in te.
In te, Domine, speravi:
non confundar in aeternum.
Que tu misericordia,
Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.
Muestro
aquí un ejemplo del Tedeum en gregoriano:
y os invito a ir a la entrada del dia 14 de este mes den
junio para escuchar un Tedeum de F.J.Haydn, que fue el que me despertó el
interés por este tema al oírlo por la radio. En cualquier caso en YouTube hay
más.
Te alabamos Señor y te
bendecimos, por todos los beneficios que nos has hecho, que nos haces y nos
harás.
Gloria al Padre, al Hijo y
al Espíritu Santo.
Por los siglos de los siglos
AMEN