domingo, 31 de mayo de 2015

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Ayer no fue un día cualquiera, además de ser la festividad de San Fernando, que nació, muy cerca, en Peleas de Arriba (Zamora) y cuya vida está en Wikipedia, cuyo enlace mando:
por lo que felicitamos a cuantos “Fernandos” puedan leer este modesto blog, ha sido un día especial y os cuento: he pasado unos días en la capital del Reino y en un kiosco, vi la revista que aparece en la foto. Pensé: ¡Interesante!, luego la compro, después de comer; pero al salir del restaurante el kiosco estaba cerrado. Digo: Ya la compraré, cuando vuelva a casa.
Al llegar el sábado pensé en que no tenía nada programado para la mañana del sábado, por lo que, podía subir al seminario de Psicoanálisis y Física Cuántica, organizado por el I.P.S. Lo sorprendente es que no sabía que hoy tocaba este tema, el de la Física Cuántica. Dije, al subir, en algún Kiosco, encontraré la revista; pero, no, no la encontré. En el descanso bajé a un centro del Corte Inglés próximo y… tampoco la tenían. Por cierto compré el último libro de José Rodrigues Dos Santos. Ya os contaré.
En el seminario disfruté recordando los apasionantes temas de la onda, corpúsculo, el mundo subatómico, los gigantes: Max Plank, Schrödinger, Einstein, Bolzman… y bajé a la hora de comer, preguntando en más kioscos; pero todos habían tenido la revista y o la habían vendido o la habían devuelto. Dije: habrá alguna forma de conseguirla, tal vez en internet y me fui para casa.
Esta tarde, después de tomar un refresco y dar un paseo, se me ocurrió preguntar en el kiosco que hay al lado del bar donde tomé la caña y ¡allí estaba! Casi le doy un beso a la chica que me atendió.
Y otra sincronicidad: cuando regresaba a casa, me encontré con el organizador del seminario y le mostré la revista diciéndole: ¡estoy como un niño con zapatos nuevos!. El camino se me hizo agradable, veía a los jóvenes con sus bandas recientes de graduados, a los que celebraban las despedidas de solteros, a la gente mayor con bastón y percibía de una forma especial el olor de las tardes soleadas de mayo, procedente de las flores olorosas de este mes. Así debe ser la iluminación. Por hoy me he olvidado de las sombras de ayer, a las que volveremos y a la Física Cuántica, y a la música y a la Eucaristía, a la Virgen María… en definitiva a la vida.


Feliz domingo día del Señor.

viernes, 29 de mayo de 2015

Écate y la sombra
Sombras le avisaron de que no saliese
 y le indicaron que no fuese
De noche lo mataron al caballero,
la gala de Medina, la flor de Olmedo.
Lope de Vega

Uno necesita la visión nocturna de la lechuza
Nicolás de Cusa

 Ayer aludía a la diosa Écate y de la breve reseña que allí introduje, me quedo con este párrafo: los nombres teofóricos carios que incluyen hekat- aluden a una deidad importante libre de los oscuros y desagradables lazos con el inframundo y la brujería que tuvo Hécate en la Atenas clásica. En efecto, según el libro “Las noches oscuras del alma de Thomas Moore (ed. Urano), del que ya hemos hablado en este blog, en el capítulo 4º :“Panorama bajo la luna” leemos: “Écate es la ténue luz lunar que ilumina, a pesar de ser una bruja y una arpía que atemoriza y hace sufrir”. Ilumina, aunque sea con la débil luz lunar. Siempre hay una luz, una lamparita, una chispa, una estrella. En el poema que leíamos ayer de Isaura Díz, la niña llevaba la vela apagada; pero , alguna luz la guiaba. Así ocurre en las noches oscuras. “De noche iremos de noche…” Hoy día queremos que todo sea claro, políticamente correcto. La psicología, incluso prefiere la luz solar, pero no nos damos cuenta que donde hay luz hay sombra, de la que no podemos escapar. Hace unos días llegó por wasap un “gracioso” (pensándolo bien de gracioso no tiene nada) vídeo en el que un niño de 2 ó 3 años pretendía escaparse de su sombra…
Así ocurre en la vida, queremos huir de otra “sombra”, la psicológica y la ocultamos, pretendemos reprimirla; pero es imposible, en el inconsciente o donde sea, tiene vida, y se comporta de forma autónoma, sin nosotros darnos cuenta y un día estalla. Queríamos haber atrapado el “genió” en la lámpara; pero allí no puede estar encerrado…


En el primer capítulo del libro “ENCUENTRO CON LA SOMBRA, El poder del lado oculto de la naturaleza humana” Robert Bly, aborda de una manera bastante sencilla, el tema de la "sombra", comienza explicando cómo se forma ésta a nivel personal. El capítulo se titula: “1. EL GRAN SACO QUE TODOS ARRASTRAMOS”.
El libro  que es una colección de artículos, escrito por diversos autores, sobre este tema y cada uno de ellos es un capítulo, dice Bly en el capítulo mencionado: "A los dos o tres años de edad todo nuestro psiquismo irradia energía y disponemos de lo que bien podríamos denominar una personalidad de 360°. Un niño corriendo, por ejemplo, es una esfera pletórica de energía, sin embargo, escuchamos a nuestros padres decir cosas tales como: “¿Puedes estarte quieto de una vez?” o “¡Deja de fastidiar a tu hermano!” y descubrimos atónitos que les molestan ciertos aspectos de nuestra personalidad. Entonces, para seguir siendo merecedores de su amor comenzamos a arrojar todas aquellas facetas de nuestra personalidad que les desagradan en un saco invisible que todos llevamos con nosotros. Cuando comenzamos a ir a la escuela ese fardo ya es considerablemente grande. Entonces llegan los maestros y nos dicen: “Los niños buenos no se enfadan por esas pequeñeces” de modo que amordazamos también nuestra ira y la echamos en el saco…”

Merece la pena, trabajar y reconciliarnos con nuestra sombra. Desde C. G. Jung, muchos autores la ha estudiado y nos han dado pautas para ello. Citaré a E. M. Lozano, con su libro "La cara oculta", Jean Mounburquette, Anselm Grüm, y otros muchos. Voveremos sobre este apasionante tema.

jueves, 28 de mayo de 2015

Hécate
(Notas tomadas de Wikipedia)

Imagen tomada de Internet

Hécate (en griego antiguo Ἑκάτη Hekátē o Ἑκάτα Hekáta) fue originalmente una diosa de las tierras salvajes y los partos, nacionalizada primero en la Grecia micénica o en Tracia, pero originada entre los carios de Anatolia, la región donde se atestiguan la mayoría de sus nombres teofóricos, como Hecateo o Hecatomno, y donde Hécate permaneció como Gran Diosa hasta tiempos históricos, en su inigualable lugar de culto en LaginaWilliam Berg señala que «dado que los niños no son bautizados en honor de espectros, es seguro asumir que los nombres teofóricos carios que incluyen hekat- aluden a una deidad importante libre de los oscuros y desagradables lazos con el inframundo y la brujería que tuvo Hécate en la Atenas clásica». Los monumentos a Hécate en Frigia y Caria son numerosos pero tardíos. Los cultos populares que la veneraban como diosa madre hicieron que fuese integrada en la mitología griega. En la Alejandría ptolemaica terminaría adquiriendo sus connotaciones de diosa de la hechicería y su papel como «Reina de los Fantasmas», bajo cuyo aspecto triplicado fue transmitida a la cultura post-renacentista. Uno de sus aspectos es representado en la Trivia romana.
Acompaña la reseña anterior, este poema
 escrito por Isaura Díaz Figueiredo

ABANDONO

Abandonada a la ausencia de la noche,
grita demente al fiero viento,
a la voz fantasmal  que lleva alegría de naufrago.
Se arrastra desesperada por el jardín de su nombre,
a veces con silencios, y otras perfumada de palabras.
La pequeña fuente emana aguas auríferas donde
los ponzoñosos pájaros  sacian la sed.
Adormecida entre azules lilas de piedra,
escucha  entre sombras  la cadenciosa melodía de la infancia.
¡Sombras!, ¡siempre sombras! en la memoria de niña,
que camina con la lámpara apagada.

Seguiremos con este tema en los próximos días.

domingo, 24 de mayo de 2015

Fiesta de Pentecostés
24 mayo 2015

Pongo hoy, en la entrada en mi blog, este magnífico comentario del Evangelio de Enrique Martínez Lozano 

Evangelio de Juan 20, 19-23


Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
— Paz a vosotros.
Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
— Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
— Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

******

EL ESPÍRITU NOS LLEVA MÁS ALLÁ DE LAS CREENCIAS

En esta catequesis –que se prolongará con la escena de Tomás-, se hace referencia a algunos datos significativos. Las dos apariciones ocurren “el primer día de la semana”, y simplemente con ello se le están diciendo al lector dos cosas: que la resurrección es una “nueva creación”, y que las apariciones “ocurren” en el domingo, en la celebración comunitaria de la eucaristía o “fracción del pan”. Con lo cual, se le está invitando a descubrir al Resucitado en la eucaristía compartida. De hecho, Tomás no “ve al Señor” por estar ausente, fuera de la comunidad.
         Se subraya también que Jesús se hace presente “al anochecer” y “estando cerradas las puertas”. El motivo del “miedo” es un añadido posterior; en un primer estadio, era sencillamente un modo de indicar el carácter portentoso de la presencia del resucitado. Se hace ver que el “cuerpo” del Resucitado está más allá de las leyes físicas: capaz de “atravesar” las paredes, no es un cuerpo que se pueda ver ni tocar.

Por lo demás, la experiencia del Resucitado va unida a realidades específicas y fundamentales para el creyente: la paz, la misión, el perdón y el Espíritu.
         La paz (shalom) es el saludo del Resucitado, como había sido el saludo de los ángeles en el nacimiento: “Paz a los hombres, amados de Dios”. Si lo único que nos quita la paz es la mente no observada –las cavilaciones mentales-, es claro que la Presencia es sinónimo de aquella paz “que supera todo lo que podemos pensar” (Filp 4,7). No es extraño que en el Nuevo Testamento se llame a Jesús “nuestra paz” (Ef 2,14) y que Pablo hable reiteradamente del “Dios de la paz” (1Tes 5,23; Rom 15,33; Filp 4,9).

         La experiencia del Resucitado, por otra parte, convoca a la misión, una misión totalmente en línea con la del propio Jesús: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo”. El eje de la misma no podrá ser otro que el de comunicar y favorecer la vida, ya que él ha venido “para que tengan vida, y vida en plenitud” (Jn 10,10).
La misión no tiene nada que ver con el proselitismo ni nace porque alguien se crea en posesión de la verdad. Es algo mucho más hondo, gratuito y desapropiado. Sentirse “enviado” es, sencillamente, reconocerse como “cauce” a través del cual la Vida se expresa. Por eso mismo, no hay apropiación ni expectativas; se deja que la Vida sea. De ahí que, en este sentido en el que lo estamos planteando, únicamente puede sentirse “enviado” quien ha dejado de identificarse con su yo, se ha desprendido del ego. El yo no puede nunca vivir como “enviado”, aunque lo proclame, porque su característica es vivir egocentrado, justo lo opuesto a ser cauce.

El Resucitado comunica su propio Espíritu. El lector del evangelio sabe ya que esta había sido una de las grandes promesas de Jesús antes de morir. “Exhalando su aliento sobre ellos” –las mismas palabras con que se narra la creación del primer hombre: “El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, exhaló en sus narices un aliento de vida y el hombre se convirtió en un ser viviente”: Gn 2,7)-, los hace partícipes de su propio Dinamismo y de su propio Gozo, del mismo Espíritu que lo animó durante toda su vida.
         Y por ese don del Espíritu, lo discípulos se constituyen en “jueces” del mundo. El “perdonar y retener los pecados” se halla vinculado a la tradición sinóptica de “atar y desatar”. Los teólogos están de acuerdo en que la lectura que hizo el concilio de Trento, que vio en estas palabras la institución del sacramento de la penitencia, parece una interpretación dogmática, que va más allá de lo que el texto quiere expresar.
         En la línea de lo que aparece en el llamado “testamento espiritual” de Jesús (capítulos 13-17), en el que se habla del “Espíritu de verdad” que desenmascara el engaño del mundo, aquí también se reconoce a los discípulos, en cuanto habitados por aquel mismo Espíritu de verdad, la capacidad de discernir lo verdadero de lo falso.
         Pero eso no significa tampoco entrar en un nuevo debate acerca de las creencias que serían “ortodoxas” –como ha ocurrido y ocurre habitualmente-, sino justamente en trascenderlas, porque se ha descubierto que la Verdad estará siempre más allá de ellas. La Verdad no puede ser objeto de fe; únicamente se la puede ser.
                                                                                    
www.enriquemartinezlozano.com




sábado, 23 de mayo de 2015

10 reflexiones 10
                 (de Internet)  

Uno debe leer esto y tratar de entender el profundo significado. 

 Son como mandamientos para seguir en la vida.



 1) Orar no es como una rueda de auxilio que sólo usas cuando estás en  problemas, más bien es como el volante que te dirige al camino correcto  sobre el sendero de la vida. 

 2) ¿Sabes por qué el parabrisas del auto es tan grande y el espejo retrovisor tan pequeño? Porque nuestro pasado no es tan importante como  nuestro futuro. Mira hacia adelante y sigue en movimiento. 

 3) La amistad es como un libro, toma unos pocos segundos en quemarse  pero tomó varios años en escribirse. 

 4) Todas las cosas en la vida son temporales. Si van bien, disfrútalas, porque no son para siempre. Si van mal no te preocupes no pueden durar demasiado tampoco. 

 5) Los viejos amigos son como el oro. Los nuevos amigos como los diamantes.  Si tu tienes los diamantes no te olvides del oro, porque para sostener  un diamante siempre necesitas una base de oro. 

 6) A menudo cuando pierdes las esperanzas y piensas éste es el final, Dios sonríe desde arriba y dice: "Relájate, hijo mío, esto es sólo una curva, no el final del camino. 

 7) Cuando Dios resuelve tus problemas tú tienes fe en Él. Cuando Dios  no resuelve tus problemas Él tiene fe en tus habilidades para resolverlos. 

 8) Un ciego le preguntó a Dios: ¿Qué puede ser peor que perder la  vista? Él le respondió: Que pierdas tu visión de las cosas. 

 9) Cuando tú oras por otros, Dios te escucha y los bendice, y algunas veces cuando tú estás seguro y feliz, recuerda que alguien ha orado por  ti. 

 10) El preocuparse no se lleva lejos los problemas de mañana, se lleva la paz de hoy. 


viernes, 22 de mayo de 2015

Nuestras pérdidas (y nuestras ganancias)


Artículo publicado en la página de la
Asociación de Alumnos de san Esteban



Leo en el libro “Formación espiritual. Siguiendo los impulsos del Espíritu” (ED. Sal Térrea) de Mitchel J. Chrstensen y Rebecca J. Laird, basado en las enseñanzas de Henri J. M. Nouwen: “”Hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para hacer duelo y un tiempo para danzar” (Ecl 3, 4). Personalmente completaría esa palabras añadiendo que todos esos tiempos están conectados entre sí. El duelo y el baile forman parte del mismo movimiento de gracia. De alguna manera en medio de tus lágrimas se te hace entrega de un don de vida. O, dicho de otro modo, mientras celebras tu duelo, estás dando los primeros pasos de baile…
Recuerdo un seminario, al que asistí, en San Esteban, sobre el acompañamiento en la muerte y la frase que nos dijo el ponente: “Continuamente estamos teniendo pérdidas, hasta en una cosa tan insignificante como no llegar a coger el teléfono cuando suena… “y hay que elaborar duelo por todas ellas. Es lo mismo que dice el libro. Yo me estoy dando cuenta de todo lo que he perdido, como la disminución de las horas de luz, con la llegada del otoño, por ello estoy triste; pero sé que la primavera vendrá. Antesdeayer perdí las llaves; pero Dios me envió a mi ángel de la guardia en forma del vecino del 4º y me aparecieron. Ayer me llamó alguien, diciéndome que el jefe de estudios de su Instituto, persona trabajadora, ecuánime con los alumnos y profesores había fallecido de un infarto el día anterior ¿Para que seguir?

A toda pérdida sucede una ganancia, suele decirse; pero según la Termodinámica, que estudiamos allá en los tiempos ¿lejanos? De la Facultad, como la entropía aumenta, o sea el desorden, las pérdidas acabarán siendo mayores que las ganancias. PERO: la entropía, o sea el desorden, puede contrarrestarse con energía ¿Y no tenemos los cristianos por la fe, una Fuente de Creación Eterna, encarnada por el Hijo y trasmitida a nosotros por el Espíritu?

 Esta es nuestra esperanza. Por ello, si el otoño nos avasalla, llegará la primavera. Las llaves se habían perdido; pero aparecieron… Alguien ha muerto, lloremos “nuestra” pérdida; pero esa persona ha ganado la verdadera vida. Esta es nuestra fe.

Muchas de nuestras pérdidas son innecesarias; pues son de cosas, situaciones, lugares o personas, a las que innecesariamente nos sentimos apegados. Aunque teniendo en cuenta que los apegos son necesarios en la vida, también hemos de tener en cuenta que el “desapego” puede ser una vacuna contra algunas pérdidas, de “poca monta”. Es quizá lo que dice el Evangelio: “Caminad sin alforjas”.

Termino escribiendo lo que otros días he insinuado: Seamos dóciles al Espíritu, aunque ello nos lleve a tener pérdidas y grandes. Recordemos a la Virgen María:

“El ángel del Señor anunció a María”
“Y concibió por obra del Espíritu Santo”

Lo que a la virgen, le ocasionó grandes pérdidas, que lloró y sufrió; pero la mayor ganancia. Actualmente es la “Stella Matutina, Salus infirmorun, refugium pecatorum, consolatrix aflictorum…” consoladora de los afligidos, de todos nosotros, que así estamos muchas veces; pero además ella es “Regina pacis”. Reina de la Paz.


Regina Pacis, Ora pro nobis

jueves, 21 de mayo de 2015

Éfeso y María

Dedico hoy esta entrada a la Virgen María,
como una “florecilla”, en el mes de las flores.




Éfeso es una de las  ciudades marianas más importantes.

Cerca de la parte monumental  romana, están las ruinas de la Iglesia de María, en donde se celebró el Concilio, en el que fue proclamada la Virgen Madre de Dios. Allí está la placa que rememora la visita de Pablo VI el 26 de Julio de 1967.

 Y os cuento un poco, lo del concilio tomado del libro “Los templarios y la Sábana Santa” de la historiadora italiana Bárbara Frale: “La segunda fórmula en antigüedad y difusión (se refiere a los iconos, (la primera es IHCOGC XPICTOC) “Jesús Cristo”) sea la que acompañaba la imagen de María, MP- QG ,abreviatura de MHTHP QEOG ,o ”Madre de Dios”, y, naturalmente, era también la codificación de un dogma bastante simple Tenía su origen en el concilio de Éfeso del año 431, durante cuyas sesiones se produjera una furiosa discusión precisamente porque se había puesto en tela de juicio ese título, surgido espontáneamente entre la gente y utilizado desde hacía tiempo. El obispo Nestorio, quería cambiar el título Theotòcos (“Madre de Dios”) por Christotócos (“Madre de Cristo”),… pues ella, una criatura, no era posible que diera a luz la naturaleza divina de Jesús… La propuesta de Nestorio no gustó nada a ciertos teólogos, como San Cirilo, obispo de Alejandría, pues en la práctica buscaba romper la unidad de la persona de Jesucristo… menos gustó a la gente común. Según la tradición era precisamente en Éfeso adonde el apóstol Juan había conducido a María, cuyo cuidado le había encomendado Jesús moribundo. El pueblo estaba habituado desde hacía mucho tiempo a venerarla como Madre de Dios: no comprendía ni quería comprender aquellos abstrusos razonamientos… La ciudad fue iluminada como para una fiesta, los obispos que habían defendido el título, tradicional de Theotòcos fueron acompañados a sus residencias por un cortejo solemne...” según la tradición, la procesión con antorchas se dirigió al templo de Artemisa, para indicar que ya no hacían falta ídolos, pues tenían a “La Madre de Dios”.

Desde entonces muchas gracias ha derramado, “La Madre”, inspirado la literatura, desde Gonzalo de Berceo, hasta nuestros días. Me hace ilusión repetir aquí unos versos de la Loa a la Asunción de la Virgen, en La Alberca (Salamanca), compuesta en la época barroca. Loa dedicada a:

La que es Madre de Verbo,
Del Padre preciosa hija y
Del Espíritu Santo la esposa más escogida.

Nuestra Señora, coronada Reina del cielo, (Regina in caelum assumpta), Venerada en Éfeso, incluso por los musulmanes, que le piden protección en forma de peticiones en papel, que dejan en una pared, cerca de la casa, en donde supuestamente vivió, en Lourdes, Fátima, Medjurgore, La Peña de Francia, La Virgen del Camino,… patrona de pueblos y ciudades…

A la “Casa de la Virgen”, se accede, ascendiendo por una carretera. Al comenzar la subida hay una estatua de la Virgen (ver foto) y se llena uno de alegría al ver en un país, aunque laico; pero mayoritariamente musulmán, dicho símbolo público.

En lo alto se encuentra la “Casa de María”. El 29 de julio de 1891, dos sacerdotes franceses, Henry Jung y Eugène Poulí, salieron en busca de la casa de María, teniendo como guía las visiones en su lecho de muerte de la mística Anna Catarina Emmerick (1774-1824), beatificada por Juan Pablo II. Es una historia, interesante, que si queréis podéis ver en la red. Os doy este enlace, aunque hay muchos más en internet:



Una vez visitada la “casa de María”, al bajar se encuentra el pueblo nuevo de Éfeso, que actualmente se llama Selçut. También se puede visitar el museo de Éfeso, que se encuentra muy cerca, así como las ruinas del templo de Artemisa y las de la Iglesia de San Juan El Teólogo (ver foto).

miércoles, 20 de mayo de 2015


ANTE EL CRISTO DEL SUDOR

Quiero resaltar dos celebraciones del pasado domingo, 17 de Mayo:
1. se celebró en La Alberca (Salamanca), la fiesta del “Cristo del Sudor”.
2. También la iglesia celebró la fiesta de la Ascensión del Señor.


  Isidro Barcala Del Castillo, nos obsequió con  esta hermosa poesía,
dedicada a dicho Cristo, que según la tradición sudó sangre.

“Verbos  “ver”  y “mirar” ante el Verbo más sublime. El poeta se dirige al Cristo, rememorando aquella milagrosa fecha de 6 de septiembre de 1655 que sudó sangre, estando orando una devota mujer que acudía a las fiestas de la Virgen de la Peña de Francia. La talla se atribuye a la escuela de Juan de Juni, siglo XVI”

OJOS QUE MIRAN  Y VEN

¿Te acuerdas de aquel momento
Que tu sudor transformaste
En sangre viva.  Y dejaste
Tu cuerpo tan  macilento?

Se extasió la peregrina
Del milagro celestial
Al ver virtud tan divina.
Mensaje testimonial.

Pero mirando tu cara
¡Venid! Poneos de frente.
¿No veis que vive? Pues...Para.
La Custodia  es evidente.

Si absorta estaba en su estado
¡Cómo estoy yo! Sino absorto
Y me quedo viendo corto
Cristo tan crucificado.

Que estos ojos que te ven
Lo hacen desde el pensamiento
Y viéndote saben bien.
Mirar no es ver tu tormento.

Miran que ese  prendimiento
Está puesto de tal forma
Que todo el cuerpo conforma.
Ven. Sienten el sufrimiento.

Ven, lo que no ven los ojos,
Aunque al mirarlo quisiera
Si esa talla no impidiera
Con su esbeltez, tal abrojos.

¡Cómo va a ver! Quien no crea.
Si en el mirar no más vea:
Sudores, mutados, rojos.

Si miran, miran mis ojos.
Ver, lo que es ver, es de dentro
Y no es cosa de estos ojos
De algo más, que más me adentro.

Y ven, Cristo del Sudor
La sangre de tu costado.
Quien no vea tal primor.
No quedará conformado.

17.5.15: la Ascensión del Señor

En otros tiempos, fiesta grande en jueves, que junto con el Jueves Santo y el jueves de Corpus, “tres jueves que relucen más que el Sol”. Y a tal efecto, recuerdo una frase, genial del sermón de D. Fructuoso Mangas en esta fiesta: “siempre ascendiendo y nunca ascendidos”. Que así puede traducirse el mandato del ángel a los expectativos discípulos: “¡Varones de Galilea!, ¿que hacéis ahí mirando al cielo?”.
 En una cita de la pág. 64 del libro "Las huellas de lo oscuro. Estética y filosofía de Ernst Bloch" de Javier Martínez Contreras. Ed. San Esteban. Salamanca, leemos:

         "... El auténtico comienzo mundanal abierto de todo cuanto se ha formado y se forma es un "todavía no", pues el movimiento natural del ente radica en romper el estado carencial y satisfacer su plenitud esencial, es decir, ir más allá de su entidad actual para buscar un nuevo modo de realización de su esencia. Así que el ente, siempre tiene que comenzar de nuevo (lo cual no necesita que comience de cero) en la tarea de representar e ilustrar eso que se forma a sí mismo, siempre en su momento correspondiente y hacia el origen de lo que está siendo...."

¿No es esto la Ascensión?




martes, 19 de mayo de 2015

¿El demonio o nuestras propias sombras? (y 3)
La voz monástica nos habla

Este artículo, está ligeramente modificado,
del que se publicó, con el título
“El demonio 3” en mayo de 2014
en la página de la Asociación de Alumnos de la E.T. de San Esteban


Imagen: Monasterio de Prouilhe

Vuelvo a tomar el tema de los demonios, siguiendo el hilo conductor del prólogo del libro “Nuestras propias sombras”,  de A. Grün (Ed. Narcea), traducido y prologado por El P. Carlos Castro Cubells

Después de las dos entradas anteriores, una dedicado a la primera parte del prólogo “El mal como experiencia”, la segunda “lenguaje mítico y lenguaje científico”, voy a intentar terminar, el comentario a dicho prólogo, con el último apartado: La voz monástica nos habla

Al regresar del viaje-peregrinación por Francia, en los lugares donde Santo Domingo fundó la orden, me parece oportuno abordar este tema, ya que esa zona está llena de monasterios y tuvimos ocasión de asomarnos muy someramente a la comunidad de las monjas dominicas de Prouilhe.

Castro Cubells en esta última parte del prólogo nos indica lo que A. Grün quiere decirnos en el libro, que no es otra que nuestra relación con el mal. Textualmente dice: “la experiencia monástica, que es la seria relación con las cosas, con la vida tomándola en serio y hasta sus últimas consecuencias.
En este tomar en serio la vida,... el monje descubre el horizonte del mal y entra en contacto con él confrontándose de manera decisiva. La confrontación es una lucha que afecta a la existencia entera y pone en conmoción todos los resortes vitales. Así en esta lucha se exige un serio conocimiento de sí mismo, tanto en los planos conscientes como inconscientes y de aquellas máscaras que ocultan... nuestras verdaderas actitudes y tendencias.
... Instalados en la última solitudo, que es el núcleo personal, los monjes superan los prejuicios y las insinceridades en una labor catártica constante. Este drama tuvo lugar en tiempos del desierto físico y ahora y siempre en el desierto de una actitud. Por lo que es conveniente que consideremos brevemente lo que es el desierto como lugar y como desencadenante de la lucha contra el mal que es la lucha por el bien... en el desierto resuena como en pocos sitios la invitación a sentirse criatura y a ponerse ante lo absoluto... es el punto donde Dios se manifiesta... lejos de las distracciones... se ve, se palpa la gran Presencia... situación límite que presenta la ambivalencia del bien y del mal... toda situación límite de nuestra vida, tomada en serio es un desierto.
... ¿Cómo se nos aparece el mal en el desierto de la seriedad aceptada de nuestra vida?... En el momento en que un hombre se sabe poner verdadera, conscientemente ante Dios y en Dios choca con la terrible experiencia de su nihilidad, de su ceniza. Así lo sintió Abraham en el Antiguo Testamento.
A la primera sensación del célebre “polvo y cenizas” se une la conciencia de las propias faltas, de las faltas “añadidas”. Y cuanto mayor es la tendencia hacia lo absoluto, hacia el bien, hacia Dios, tanto mayores son las dificultades y necesidad de combate. Y al conjunto de esta situación se le llama tentaciones del demonio”
... El mal pues, en la experiencia monástica, es la nota de distancia entre Dios y la criatura que se va diluyendo en la unidad. De ahí que la gran batalla contra el demonio es la oración. La oración es siempre un acercarse a Dios y una lucha y un desafío con el demonio porque supone instalarse en el ámbito en el que éste no tiene acceso. En este caso como en todos hemos de ver las polaridades como anuncios de unidad...
Se comprende que para todo este drama el desierto sea el lugar apropiado. Desierto, soledad, silencio, contemplación, fidelidad a través de las dificultades, descenso a la sinceridad, a la autenticidad, liberación de los prejuicios, realización de la paz en la nueva conciencia... he ahí lo que el autor (de este libro) nos dice al enseñarnos como de manera concreta se lucha con el mal, con el maligno, con el demonio.

 Que no tiene que tener cuernos, ni rabo, ni nada por el estilo, en cierto modo está en nosotros. El otro día leía yo, en un artículo sobre las masacres de Ruanda, lo que había dicho un periodista libanes, que me impresionó: “El enemigo está dentro de nosotros” y así es.
Cuando vemos a los monjes en los monasterios o escuchamos el canto gregoriano, o el canto de las vísperas, como tuvimos ocasión de oír en Toulouse y en Prouilhe, pensamos, ¡qué paz, que sosiego!; pero no vemos las tensiones y luchas que esos hombres y mujeres han tenido o tienen, al tomarse la vida en serio e intentar alcanzar esa paz que nosotros creemos ver en ellos.