martes, 26 de diciembre de 2017

¡10 Comentarios 10!, sobre Odiseo
Fructuoso Mangas Ramos


En primer lugar: Mi agradecimiento a Fructuoso Mangas,
 por haberme permitido recopilar, estas interesantes reflexiones,
que le darán, sin duda un valor especial a este sencillo blog,
prometiéndome a mi mismo, volver a leer esta obra,
que leí, allá en los años de mi niñez, en la escuela de mi pueblo


Es el título, en griego y en español, de una obra muy conocida, poco leída y apenas interpretada. Es una guía, un modelo de conducta, un camino (o sea, una “odisea”), casi un catecismo (“conjunto de ecos y resonancias” para ser vivido como norma de vida) para todos los caminantes que en el mundo han sido.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Cofradía del Santísimo de
La Alberca (Salamanca)
Boletín nº 21.Navidad 2017


Saludo y felicitación
Queridos cofrades, albercano/as y cualquiera que lea este sencillo boletín: En primer lugar os deseo ¡Feliz Navidad! Y quiero proclamar, que este no es “un boletín más”, sino que es un boletín, nuevo, que sin embargo proclama lo mismo que han proclamado otros: La buena noticia de Jesús, que viene, está viniendo continuamente, en el aquí y ahora de la Eucaristía, Su cuerpo y su Sangre, es el “fermento” que nos mueve a seguirlo y que tendría que ser también “cemento”, que nos uniera en su amor.
Ser cofrade implica eso, pertenecer al “Cuerpo místico de Cristo”, ofrecerle nuestras manos, y nuestras obras, para que sea Él quien actúe por medio de nosotros. Está muy bien, nuestros ritos, nuestras tradiciones, nuestra minerva, que hemos de cuidar con mimo; pero no podemos quedarnos ahí, hemos de ser luz, que alumbre a los demás, sean o no cofrades. No sea, que nos quedemos sólo en los ritos y vivamos “de otra manera” y no sólo no celebraremos su venida, sino, que incluso podemos hacer mucho daño, pues algunos podrán pensar o incluso decir: “mira ese, mira esa, mucha capa y luego fíjate en lo que hace” y es el peor daño que podemos hacer a la Iglesia.
Aprovechemos su venida en estas navidades, aunque venga y además se queda en la Eucaristía, en todo momento, para seguirle y transformar nuestras vidas, uniéndonos a María, su Madre y a San José. Formemos la “Sagrada familia” de la Iglesia, seamos los pastores, que lo adoran, los Magos, que le ofrecen sus regalos; pero evitemos ser Herodes, pues en los tiempos que corremos, sin darnos cuenta, actuamos como tal.


miércoles, 6 de diciembre de 2017

¿Son unos ilusos los que creen en 
el más allá?

"Porque la vida de los que en ti creemos,
Señor, no termina, se transforma; y,
al deshacerse nuestra morada terrenal,
adquirimos una mansión eterna en el cielo"
De la misa de difuntos



El autor de este artículo Ángel J. Ferreira, profesor jubilado y estudiante de Teología, leyó esta conferencia, en un auditorio, lleno a rebosar y entusiasmado por la esperanza que trasmitió:
El cristianismo es una religión de respuestas pero también de preguntas, sin respuestas no hay cristianismo, pero tampoco sin preguntas. No es un prontuario de recetas tranquilizantes. Por eso es dramático, porque es crítico y lúcido, inquietante pero pleno de esperanza… 


domingo, 12 de noviembre de 2017

Divertimento matemático
¿Es posible la “teletrasportación”?

Recordamos del bachillerato: hipotenusa2=cateto12+cateto22
Teorema de Pitágoras



La respuesta es sí; de una acera a otra; pero no se lo aconsejo, pues en lugar de cambiar de acera, puede cambiar de vida. Use el semáforo cuando esté  en verde para los peatones y rojo para los automóviles, claro está. Lo que quiero contar es que si vamos a atravesar una calle de 30 m. de ancha, para pasar de una acera a otra, hay que caminar 30 m, y para hacerlo correctamente, por el paso de peatones con el semáforo en verde para los peatones y rojo para los coches, claro está.
Pero siempre hay ciudadanos y ciudadanas, hay que decir también, pues si no alguien se enfada, que van por libre y temerariamente cruzan “a su bola” en diagonal.
Supongamos que el peatón o la peatona, se encuentra en el punto A, el punto B está al otro extremo del paso de peatones y hay otro punto C, situado en la acera opuesta a 40 m. del punto B. Si el peatón, no digo peatona, porque las peatonas, suelen ser más cuerdas (recuerde lo de Gracián: las menos cuerdas, son las más tocadas) y cruzan por donde se debe.  Pues bien, a lo que iba: este peatón recorre 50 m. (30, 40 y 50, forman lo que se llama una “terna pitagórica”) o sea que el temerario peatón, se ha ahorrado, 20 m., que no es nada comparado con lo que puede perder.
Si ahora ese temerario peatón, cruza de A a otro punto X, situado en la acera contraria y a x m. del punto B, el ahorro es 30+x menos la raíz cuadrada de ( 900+x2) m. Cuanto más alejado esté el punto X del punto B, el ahorro es mayor; pero el peligro crece exponencialmente a medida que X se aleja de B.
¿Qué ocurre si X está tan lejos, como si estuviera en el infinito, suponiendo que, es mucho suponer, que hay calles infinitas? 
Calculemos el siguiente límite, siguiendo los pasos:
1. Multiplicando y dividiendo por el conjugado, 2. Recordamos: suma por diferencia, es diferencia de cuadrados, 3. Operando y simplificando y 4. Pasando al límite:



 nos queda ¡¡¡30 m.!!!

¡¡ Nos hemos “teletrasnportado”, de una acera a la otra!!


sábado, 11 de noviembre de 2017

La Santificación del momento presente
Libro clásico de espiritualidad, de
Francisco Marti Fernández

Toda acción se convierte en un acuerdo entre el hombre que actúa y Dios que le da en la mano su creación en ese momento, como antaño al primer hombre, para que conserve y labore”
(Gen, 11,15) R. Guardini



El día 21 de julio de 1922 decía la Santísima Virgen a Sor Josefa Menéndez: “Vive en paz, hija mía, no te reserves nada para ti, ni te preocupes más que del momento presente

Así comienza esta "joyita" de espiritualidad, escrita en Valladolid en 1965
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martes, 7 de noviembre de 2017

Sincronicidad F. David Peat
8. Tiempo y transformación 2ª parte
 Fin
Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman
1ª Corintios 2,9



Seguimos en este capítulo, dentro del apartado Tiempo y eternidad, repasando, en primer lugar los enfoques que se han dado sobre el tiempo, así para Newton, el tiempo fluye sin relación con nada externo, concepción que Albert Einstein corregiría, cuando demostró que no fluye por igual en todas partes del universo, ya que su velocidad es afectada por la presencia de la materia y la energía. En este capítulo se sugiere que el orden del tiempo en la naturaleza es, de hecho más amplio de lo que sugieren Newton o Einstein “El tiempo no consiste en un solo orden de sucesión, sino que es el espectro entero de órdenes del que, la eternidad y el orden matemático de sucesión, o la corriente fluyente, son solamente dos aspectos determinados” pág. 161
La conciencia misma no está vinculada a ninguno de estos órdenes; pero el “sí mismo” y la sociedad moderna parecen estar vinculados, al orden propuesto por Newton; pero el orden sucesivo mostrado en el reloj, no tiene un carácter definitivo, sino que surge de las sensaciones de proceso y cambio. En este sentido las tribus primitivas viven en un “ahora eterno”. Durante la caza, el grupo funciona como una sola conciencia que está en armonía con el orden cambiante de la cacería. Ahora bien, en la vida cotidiana, la tribu funciona dentro de órdenes del tiempo en armonía con los ritmos de la naturaleza. La estructuración tribal del tiempo es eterna y móvil. Cada amanecer es nuevo y a la vez el mismo. “Este orden tiene claramente algo en común con la sincronicidad, que crece del instante intemporal eterno que está cargado del potencial para cambiar” Pág. 162.
Este orden eterno, persiste en la misa católica, en el acto de la consagración, pues pone a los feligreses en contacto un momento intemporal,  con su origen en Jesucristo.
San Agustín en el siglo IV, afirmó que el orden del tiempo no tiene ninguna naturaleza independiente absoluta, sino que existe solamente a su paso. El pasado ha desaparecido y el futuro aún no ha llegado. El pasado y el futuro, por tanto solo pueden existir en el presente. Pero paradójicamente “el concepto cristiano del tiempo fue el responsable de destruir la noción de un orden eterno, pues esto se opone claramente a la creencia de que “Jesucristo murió por nuestros pecados”… A lo largo de la Europa cristiana se extendió el concepto del tiempo con un inicio y un orden sucesivo lineal que se mueve hacia el futuro” Pág. 163
Cuando las sociedades se volvieron más sofisticadas, fueron capaces de planificar de cara al futuro, se sentían implicadas en una forma de progreso, mejoramiento y acumulación de riquezas y conocimientos, ello implicó que ya no se podía permanecer en un “ahora eterno”, ya que era necesario planificar, lo que llevó a un orden nuevo del tiempo, dentro del cual a cada tarea se le asigna una prioridad y algunas, hay que relegarlas para “mañana”. Esto se considera obvio, de modo que los antiguos órdenes eternos y temporales son considerados ilusiones o ficciones religiosas. No hay tiempo para pensar en la eternidad. Es mejor dejarlo para los ancianos o para después de la muerte. Y en la pág. 164 leemos “El rígido orden del tiempo de sucesión ha empezado a dominar el orden del individuo y, asimismo se ha proyectado en la sociedad y la naturaleza. Dentro de este orden, existe una fragmentación considerable, pues la vida ya no está impregnada de significado, sino que está determinada por el orden mecánico de la sucesión” y en la siguiente página: “Al funcionar desde sus formas fijas y su orden relativamente limitado, el “sí mismo” se supone que es el origen y quien mantiene todas las cosas. Ha confundido la realidad interna y externa y, distorsiona cualquier conocimiento de zonas más sutiles y de órdenes de conciencia. Es de este modo que se difuminan el significado y los órdenes del tiempo de la naturaleza”.
El autor pone el ejemplo, de que al organizar una merienda campestre al lado de una autopista, el ruido de los coches, nos impiden disfrutar de los sonidos del trino de las aves.
Y más adelante: “el “sí mismo” se ha fragmentado del campo general de la conciencia y ha obstruido la creatividad, de modo que una sincronicidad ahora parece ser un incidente raro y aislado en vez de un aspecto general del tiempo y desplegamiento
Pero es posible para la mente extenderse a la sociedad y la naturaleza y alcanzar zonas más profundas y sutiles, que Jung llamaba el “inconsciente colectivo”. En determinados momentos, escuchando música, contemplando arte… una persona puede sentirse profundamente afectada y tener la sensación de tocar algo que está fuera del “sí mismo”. Las sincronicidades son de esta misma naturaleza, pues abren las compuertas de los niveles más profundos de la conciencia y la materia que, por un instante creador inundan la mente. Algo parecido a lo que Abraham Maslow denomina “experiencias cumbre”. Estas, junto con las epifanías y las sincronicidades son todos los casos en los que la creatividad atraviesa las barreras del “sí mismo”.
Bertrand Russel, en su autobiografía describe uno de estos momentos, que lo transformo, al encontrarse con la esposa de un colega, A. N. Whiteehead, que padecía unos dolores terribles:
Algo de lo que vi en aquel momento siempre ha permanecido conmigo, provocando mi actitud durante la primera guerra, mi interés hacia los niños, mi indiferencia ante los infortunios menores y un cierto carácter emocional en todas mis relaciones humanas
Termina este apartado, en la Pág. 167: “Durante tal transformación, la división entre la mente y el cuerpo, el individuo y la sociedad terminará, y la conciencia se extenderá para abarcar el orden global de toda  la naturaleza e incluso más allá. Tal transformación implica a toda la sociedad. Mientras el orden sucesivo del tiempo permanecerá para resolver problemas prácticos, ahora tendrá u lugar adecuado dentro del espectro de órdenes del tiempo. Del mismo modo el “sí mismo” continuará desempeñando su papel…
Pasamos al siguiente y último apartado del capítulo y del libro, titulado El individuo y la totalidad. Por su importancia y colofón de la tesis defendida en este libro, copio los párrafos más importantes  literalmente: “… La sincronicidad es una imagen de la fuente creadora pues, dentro de su momento intemporal, la concienciación inunda toda conciencia y materia para producir un sentido profundo de identidad. De este momento intemporal fluyen los sucesos y los patrones de la sincronicidad. Estos se extienden por las distinciones artificiales de la mente y la materia, el “sí mismo” y el cuerpo, el individuo y la sociedad, la sociedad y la naturaleza. La sincronicidad es por lo tanto, la insinuación de una trasformación mucho más superior. Una insinuación de una vida más creadora en la que el yo ocupa su lugar adecuado dentro de la conciencia.
Sin embargo… [en la actualidad]… el concepto de “holismo” se ha puesto de moda y sugiere un “sí mismo” que llega a estar sumergido en un baño caliente de sustancia sin inteligencia. Este concepto es ajeno al planteamiento de este libro. Una imagen mejor sería la quietud intensa y llena de vitalidad… Esta experiencia a veces se alcanza en el trabajo creativo, en el contacto estrecho con la naturaleza o con algunas formas de meditación.  Se puede describir como una vacuidad y una plenitud…
En esta quietud, la mente y el cuerpo ya no se experimentan como entidades divididas… Una persona ya no puede sentirse atada y restringida por el tiempo… puede llevar a formas más eficaces de acción en las que la mente y el cuerpo, atención y concienciación, “sí mismo” y conciencia, ya no están divididos. No es la quietud del sueño… sino la del tigre en la selva o de la mente concentrada en una tarea creadora.
Fundirse con el todo… es despertar a un estado de conciencia y actividad… La realidad surge de la fuente de la creatividad incondicional y, a través de su funcionamiento, revela órdenes y distinciones de grados crecientes.
Este todo dista mucho de no estar estructurado… Dentro de él, el universo material no se puede considerar de ningún modo una “ilusión”… por tanto al subsanar la división entre el “sí mismo” y el todo, no se pierde la individualidad… El “sí mismo”, la materia y el tiempo tienen todos su lugar dentro de los órdenes más sutiles del movimiento que se despliegan de la fuente… “la muerte del “sí mismo””… sugiere una muerte de vínculos con las rígidas formas fijas… sigue viviendo, pero como un aspecto del movimiento más sutil que implica el orden de la conciencia entera.
Este movimiento, que funciona desde la fuente creadora, también actúa para disolver la fragmentación,… [que]… no implica el abandono de toda distinción y categoría…

En el origen de la civilización, es posible que los deseos de pensar, venerar y comprender procedieran de la misma fuente… En la época de los antiguos griegos… el nacimiento de la filosofía no hizo ninguna distinción entre la religión y la ciencia… con el paso de los siglos, la ciencia empezó a separarse de la filosofía… y se fragmentó en temas y especialidades diferentes… Así pues, a medida que el conocimiento del universo y de nosotros mismos se vuelve cada vez más detallado… se convierte  en conocimiento sin significado y sin comprensión. Pero… los distintos campos el conocimiento moderno, deben tener  en un nivel más profundo, correlaciones significativa… La filosofía,  la psicología, la ciencia, el arte y la religión surgen todos de una profunda reacción humana al universo y no se pueden manifestar en aislamiento, sino que se deben realizar siempre desde dentro de un contexto mucho más amplio,… no se defiende un regreso al planteamiento de los griegos, sino un movimiento hacia adelante, hacia una mayor sensibilidad y conocimiento de las posibilidades y potencialidades ilimitadas del universo entero…Al principio [de este libro, al narrar] los incidentes determinados de la sincronicidad, la intención era que fuesen indicios, pequeñas grietas en la superficie de nuestra racionalidad que insinúan un mundo más profundo que puede estar más allá. Ahora hemos visto este mundo, le hemos echado una ojeada… Hemos basado  nuestra civilización en la ilusión… de “llegar a ser”, del progreso temporal en vez de órdenes en el tiempo infinitamente más sutiles que se funden en la eternidad, de la realidad superficial de las cosas en vez de sus órdenes ocultos más profundos. Las sincronicidades han abierto una ventana hacia una fuente creadora de un potencial infinito, la fuente del universo mismo... Han demostrado que la mente y la materia no son aspectos separados distintos de la naturaleza, sino que surgen de un orden más profundo de la realidad… Una vez que nos demos cuenta que nuestra conciencia es ilimitada, entonces  se hace posible para nosotros realizar una trasformación creadora de nuestra propia vida y de la sociedad en la que vivimos… no necesitaremos  conchas de tortuga ni tallos de milenrama, pues habremos aprendido a vivir con la sabiduría y comprensión que han estado presentes en nosotros desde los albores de la humanidad.”

Puedes leer todas las entras sobre este tema aquí: Resumen y comentarios 

domingo, 29 de octubre de 2017

Sincronicidad
8. Tiempo y transformación 1ª parte

 Una sincronicidad actúa como un espejo, un espejo en el que se refleja el plegamiento y desplegamiento constante del universo a partir de su fundamento.
F. David Peat en Sincronicidad, Pág. 151


Comienza este capítulo, repasando lo visto en las páginas anteriores, en lo que sigue intentaremos, resumir los cuatro  apartados del mismo, es decir, la introducción,  y los tres apartados siguientes: La conciencia y el individuo, El tigre y la selva y El cazador en el sillón, dejando para otra entrada, las diez últimas páginas.
La tesis defendida a lo largo del libro ha sido que “…la mente y la materia no son sustancias distintas sino que son las dos caras de una sola realidad, órdenes que surgen de un espectro común que contiene órdenes sutiles adicionales, y hasta ahora inexplorados…” y más adelante “La creatividad se extiende por cada elemento de la naturaleza. Pero si este es realmente el caso, ¿por qué la creatividad no es más evidente en nuestras propias vidas?”  Pág. 151. Añadiendo que la creatividad, se considera sólo en genios que surgen en las artes y las ciencias. La mayoría de la gente, cree que su capacidad creativa está seriamente limitada, por las actividades diarias, del trabajo, relaciones familia… que hace que se canalice por límites estrechos, determinados por las circunstancias de la vida. Y yo ahora me acuerdo, y esto no viene en el libro que estoy comentando, que C. F. Gauss, el “Prínceps matematecurum”, estaba casi ciego, tenía creo que ocho hijos y no sé  cuántos gatos, de los que estaba rodeado cuando escribía sus teoremas y teorías matemáticas. Cierro paréntesis.
Muchas personas se sienten atrapadas, por traumas de la infancia, en el vecindario, en la familia, la situación política del país en el que viven. Pone el autor el ejemplo de Irlanda del Norte y lo vemos en estos días en una parte de nuestro país, en oriente medio y en tantos lugares, cuya inestabilidad política y económica es evidente, en los que cualquier posibilidad de transformación creadora parece ser completamente imposible. Cita también el problema ecológico, causado por la forma en que la raza humana trata al planeta y se hace la siguiente pregunta “¿Cómo puede haber sucedido esto? ¿Por qué la creatividad no es capaz de animar a la sociedad y al individuo para que las naciones puedan enfocar el cambio de modos libres y abiertos, por el bien de todos, y para que la vida de cada individuo se llene de significado?” Pág. 152. Y más adelante reflexiona sobre el funcionamiento de la sociedad y el individuo dentro de ella, que funcionan de una manera mecánica, mientras que la fuente creadora es ilimitada.  Y copiamos literalmente, pág. 153 “¿Esto significa que la fuente creadora se ha vuelto inherentemente limitada, o disminuida por la conciencia que ella creó? Ello parece inverosímil, dado que aquellas estructuras materiales que parecen ser eternas deben ser, de hecho, constantemente recreadas y mantenidas desde un contexto más amplio que puede cambiar inesperadamente… El problema, por lo tanto, no puede estar en la naturaleza general de la conciencia misma, sino en alguna característica especial o “error” que haya aparecido silenciosamente en la evolución de la raza humana” ¿A qué les recuerda esto?
Termina la introducción al capítulo  con el siguiente párrafo, Pág. 154 “Para explorar estas cuestiones y llegar a una nueva comprensión de la naturaleza de la sincronicidad, es necesario investigar la naturaleza del tiempo, que también es un aspecto clave de la sincronicidad, y explorar la cuestión de la evolución del “sí mismo. De este modo se descubrirá una respuesta que explica por qué la mente humana está limitada en su creatividad cuando surge del orden ilimitado de la creatividad”
En el siguiente apartado La conciencia y el individuo, comienza definiendo la conciencia como “un orden sutil con un movimiento delicado, sensible e intangible que es muy distinto al orden de la materia explicada, pero que son inseparables dentro del espectro común de órdenes” Pág. 154 y continúa: “La conciencia no se puede reducir de ningún modo a los funcionamientos físicos del cerebro, ni se puede decir que estos procesos materiales estén totalmente condicionados por la mente, sino que la mente y el cerebro surgen como dos aspectos indivisibles de la única fuente fundamental”.
A lo largo del libro se ha ido afirmando que procesos de la naturaleza tienen un aspecto mental,  calificado como “inteligencia objetiva”, así el movimiento de las electrones dentro de un plasma, o la unidad de células del moho del cieno, que son similares al comportamiento cooperativo de un grupo de humanos, lo que sugiere que exista una forma de ”inteligencia” dentro de la materia.
No obstante, la palabra “conciencia” se utiliza para indicar la concienciación y atención en la mente del individuo más que del universo y en la misma página: “Al igual que la partícula elemental se despliega en el campo cuántico… el vórtice sale del rio, una conciencia individual puede surgir del orden esencial complejo de la conciencia que se extiende por el universo entero. La mente individual es una especie de localización o concentración de conciencia que se despliega en el cerebro y en el cuerpo del individuo… Así como el vórtice no tiene independencia absoluta de las ondas ni de los otros vórtices del rio, una mente individual no puede separarse de la conciencia de la sociedad como conjunto.”
Desde el punto de vista histórico, sólo recientemente una conciencia individual se separó de la mente del grupo social. Muchos pasajes del Antiguo Testamento no hacen distinción al hablar de la tribu y del representante individual. Esta unidad entre el individuo y la tribu ha sido calificada como “personalidad colectiva”.
Originalmente la conciencia contenía el mundo entero, pero en el individuo se vuelve fija y concentrada, vinculada a su cuerpo, que con las vivencias, recuerdos, experiencias… se llega a una conciencia personal, es decir la conciencia se despliega en la mente individual; pero el precio por todo esto parece haber sido el desarrollo del “sí mismo”, que aísla cada vez más de un contacto directo con la naturaleza y la sociedad y que incluso está separada de sí misma, ya que gran parte de la mente es inconsciente; pero algunos místicos afirman que esta separación no es absoluta y que se puede lograr un profundo sentido de unidad con el universo entero. “La vida está impregnada de significado y en un sentido de “unidad” con toda la naturaleza” Pág. 156.
Algo parecido es lo que ocurre en una sincronicidad, cuando una persona experimenta una fuerte sensación que une los pensamientos internos, los sueños y los sentimientos con patrones de sucesos del mundo externo.
A continuación en el apartado El tigre la selva. Con esta imagen, del tigre que se funde con toda la selva: “El tigre ha percibido el peligro y se funde en un segundo plano, observando la selva con gran intensidad… su cuerpo entero expresa su absoluta atención y vigilancia. En un sentido casi intemporal, el tigre forma un conjunto con la selva y reacciona a cada matiz de su entorno… Un repentino destello de color o susurro de la naturaleza se percibe como un “sexto sentido”… el destello del movimiento, es la pura percepción sin filtrar que se registra en una fracción fugaz de segundo. Dentro de tal concienciación elevada no existe ninguna división entre la mente y el cuerpo, pues la percepción es una función del organismo en su totalidad”
Igual ocurre en la mente humana, cuando un movimiento repentino es percibido por el sexto sentido “El significado y el reconocimiento del objeto,… se despliegan de un movimiento muy complejo que empieza… con una concienciación no diferenciada muy rápida, en la que no existe ninguna  separación entre el observador y lo observado” Pág. 158, y más adelante: “Durante la cacería, la concienciación y la atención funcionan perfectamente armonizados y no hay ninguna sensación del paso del tiempo, pues el cazador vive en un presente eterno” Algo parecido sucede cuando una persona escucha atentamente un tema musical o está inmersa en un proceso creativo.
Y pasa al siguiente apartado titulado El cazador en el sillón, en que explica como contrapunto a la conciencia sin límites, en medio de la cacería o a la sensación de comunión de las tribus más antiguas.
Al irse desarrollando la civilización, los individuos empezaron a funcionar como entidades aparte de la sociedad con una sensación creciente de la propia independencia, de modo que los pensamientos, los sentimientos y las emociones empezaron a configurar lo que ahora llamamos “si mismo”, que se hizo más rígido y se convirtió en el centro de atención, Se agarra a lo cómodo y seguro y evita todo lo que amenace a su supervivencia. Estas imágenes mentales internas, mantenidas a base de mucha energía, se proyectan  hacia la sociedad como creencias colectivas.
Todo esto ha dado lugar a un nuevo orden, en el que las necesidades absolutas, objetivos, creencias y aspiraciones ocupan una posición dominante, perdiendo el sentido de la naturaleza. Así está la humanidad actual, autodividida, confusa, que ha perdido el contacto con el cuerpo y está desprovista de cualquier significado del universo.  Pero todavía hay mentes, como T.E. Lawrence que escriben:
Nos pusimos en camino en una de esas albas despejadas en que el sol despierta los sentidos. En esa mañana, durante alrededor de una hora, los sonidos, olores y colores del mundo impregnaron al hombre individual y directamente, sin ser filtrados o tipificados por el pensamiento.
Termina este apartado con estas preguntas: ¿Es posible para la fuente creadora penetrar en la vida del individuo? ¿Es posible que el equilibrio de la vida en este planeta se restablezca y que, en un sentido más profundo del significado, funcione dentro del individuo y la sociedad?

Yo pienso que si, y espero que en las últimas diez páginas que quedan de este capítulo y de este libro, el autor, nos dé esperanzas. Lo veremos en la próxima entrada.

jueves, 12 de octubre de 2017

Sincronicidad
Cap. 7, la Fuente Creadora (2)

 “El universo puede haber surgido de un  big bang de una energía ilimitada. Pero considerándolo desde otra perspectiva, incluso, esto es sólo una pequeña “ondulación” dentro de la enorme actividad del fundamento, que surge de una fuente eternamente creadora que está más allá de los órdenes del tiempo”.
Sincronicidad, F. David Peat, Pág. 138

Fotografía de Clara G. 

Seguimos, tomando notas de este magnífico libro de F. David Peat, el cual sin embargo, no nos aclara “casi nada”; pero que nos fija, si cabe más en el Misterio. Nuestra mente no puede enterarse completamente de lo que pasa y de cómo funciona el mundo. Me viene a la mente la parábola del niño-ángel de San Agustín. Nuestra mente es un pequeño “pozuelo”, comparado con el mar de la inteligencia infinita. Por lo que advierto al posible lector de estas líneas, que si quieres enterarte de algo, abandone. No es este el sitio, aunque si puedes profundizar en el misterio, alejándote aún más de las posibles certezas.
Ahora nos situamos en la página 135, en el apartado El estado de vacuidad, en el que comienza haciendo un repaso histórico somero del pensamiento de Demócrito y Leucipo,  según el cual el mundo está compuesto por átomos, mientras que Heráclito, sostenía que la naturaleza surgía de un flujo primordial  en el que existe un movimiento constante entre la unidad y la diversidad. “El uno está compuesto de todas las cosas y todas las cosas se derivan del uno”. A principios del siglo XX, la moderna teoría cuántica, parece confirmar la intuición de Demócrito y Leucipo. Pero en la versión del campo cuántico, los procesos elementales ocurren dentro de un fondo que es parecido al de un flujo eterno.
         Según esta segunda teoría, las partículas elementales están en un estado constante de formación y disolución dentro de lo que se llama el estado fundamental o estado de vacuidad.
Y en esta misma página, la 136, leemos: “Paradójicamente, la nada del estado fundamental, del que se sostiene el universo, es un vacío y un pleno. Es un vacío porque, al igual que en concepto cotidiano del espacio vacío, la materia puede moverse a través de él sin interrupción. Pero también es un pleno porque está infinitamente lleno de energía… Al igual que Atum-Re creó los dioses del océano primordial, las partículas elementales y el universo mismo surgen de un “mar de energía” hirviente que tiene la apariencia de la nada…
Más adelante señala, como los sistemas mecánicos aislados del resto del universo agotan su energía, con el tiempo, como las baterías de os coches y las estrellas, que acaban muriendo, esto no se aplica al mundo cuántico, porque el estado de vacuidad tiene un potencial infinito y su energía ilimitada provoca, no sólo las partículas elementales y todas las transformaciones de energía, sino incluso el espacio-tiempo.
En la siguiente página cita al físico teórico John Weeler, que ha descrito gráficamente el caso de un espacio-tiempo cuyo origen está en el mar infinito de energía, conocido como el estado de vacuidad, con el símil del mar, visto desde un avión a gran altura, o visto a pocos metros de la superficie, o visto desde un bote, en el que las olas se convierten en espuma al romper, anotando que el espacio está compuesto por una estructura parecida a la espuma.
Para terminar las notas tomadas en este apartado, cito literalmente, de la página 138 un concepto abstracto y escurridizo: “La gran teoría unificada de las partículas elementales destaca el papel de las simetrías abstractas durante las primeras fracciones del big-bang. Poco antes de su muerte, Heisemberg afirmaba que los niveles más profundos de la realidad no implican partículas, sino simetrías… Estas simetrías se llaman abstractas porque son muy distintas a las simetrías normales,… que se encuentran por ejemplo en un copo de nieve… más bien son las simetrías de campos cuánticos, que se definen en espacios matemáticos abstractos. Según estas teorías, el estado fundamental del vacío posee un alto nivel de simetría, que es “roto” progresivamente por la aparición de partículas elementales
El siguiente apartado, La pléroma, hace alusión a la clave de la cosmogonía de C. G. Jung, término antiguo que tiene su origen en los mitos gnósticos de la creación y significa un fundamento o “divinidad” del que nace toda realidad, y acompaña una cita de “VII sermones ad mortuos” que reproducimos aquí:
Escuchad: Yo empiezo con la nada. La nada es igual a la plenitud. En la infinidad, lleno no es mejor que vacío. La nada está vacía y llena […] Una cosa que es infinita y eterna no tiene cualidades, puesto que posee todas las cualidades.
La nada de la plenitud la llamamos la pléroma. Allí dentro terminan el pensamiento y el ser”.
Y más adelante en la página 140  “…en la teoría del universo de la mente y la materia de Jung, toda realidad se encuentra en la creatura, que tiene su fundamento en la plenitud de la pléroma… Es dentro de este movimiento básico que deben surgir los arquetipos… Las sincronicidades que han sido llamadas la activación de los arquetipos, ya no implican simplemente una forma ocasional de coincidencia, sino la relación significativa esencial entre los aspectos  mentales y materiales del universo
A continuación, cita la obra del lógico y matemático  G. Spencer-Brown, según la cual “La generación de la forma empieza con la nada, una página en blanco en el cuaderno del lógico, un vacío una pléroma. En este vacío se coloca una sola marca, una línea en una página en blanco. Esta es la primera distinción… el acto inicial de creación, el dibujo de una distinción dentro del vacío, y de este surgirá un mundo de dualidades y opuestos que llevan hacia la generación de la forma y del tiempo” Pág. 141.
Más adelante cita a Hegel, según el cual el mundo surge del fundamento del ser y la nada a través del movimiento de la dialéctica y apunta que la lógica de Spencer-Brown, de Jung o los mitos de la creación no es una forma estática sino que es  la imagen de un acto creador de percepción dentro de un vacío sin contexto y yo me pregunto ¿Quién hace el primer acto de percepción?
Cita posteriormente a los tibetanos, en el que las fuerzas cósmicas encuentran su equilibrio perfecto en el Bardo. A Nicolás de Cusa, a Meister Eckhart, del siglo XIII, para el que esta actividad es Dios, que fluye de la divinidad que es la fuente de toda potencialidad y la resolución de toda distinción.
Termina este apartado, con una referencia a los nombres  y a los mantras. El nombre no se escoge accidentalmente, sino que sus vibraciones deben estar en armonía con el cuerpo, el pensamiento y el universo y establece las primeras categorías que más tarde llevan a la estructura entera del pensamiento y termina el apartado con la siguiente frase: “la percepción creadora que actúa dentro del vacío sin contexto, por lo tanto se equipara con el nombre o la palabra, cuyas resonancias existen antes de toda forma y estructura. Al igual que la fusión de dualidades libera energía de la pléroma a la creatura, esta energía se simboliza en las vibraciones físicas y mentales del hombre” Pág. 148
Pasa al siguiente apartado, titulado Contextos y estructuras,  en el que leemos, Pág. 148 “La formación de distinciones, dualidades y categorías es el primer paso en ordenar el mundo. Las categorías existen  antes que el lenguaje y la razón, pues es a través del ordenamiento de categorías que estructuras de pensamiento pueden surgir y la mente puede responder de un modo racional al mundo explicado. Las primeras distinciones que se crean por medio de un acto de pura percepción no requieren ningún contexto. Pero en su surgimiento del vacío también empieza a formarse un contexto que es capaz de actuar recíprocamente sobre estas categorías. Es a través de este movimiento bilateral entre contextos y categorías, o dualidades, que se establece el significado”.
Leemos más adelante “Un flujo de significado se puede percibir claramente mientras se escucha música, lo que el compositor Edgar Varese ha llamado la “corporización del pensamiento” Así, tomando como ejemplo las cuatro primeras notas de la Quinta sinfonía de L. V. Beethoven, al escuchar las notas que surgen del vacío, por primera vez, están desprovistas de significado; pero si se le da un contexto inicial, como “el destino llama a la puerta” o cuando fueron emitidas por la BBC  durante la segunda guerra mundial, como símbolo de libertad, establecen sus resonancias en la mente y producen una gran variedad de predisposiciones y esperanzas en el oyente. Esto es, en efecto la generación del primer contexto y mientras la música sigue sonando, este contexto empieza a crecer. Arnold Schónberg mantenía que todos los temas de esta sinfonía, e incluso su estructura íntegra, se derivan de sus primeras estrofas.
Y termina este apartado, Pág. 149 “Del mismo modo, una distinción o dualidad aparece por primera vez en un vacío, para crear un contexto. Mientras la distinción y el contexto crecen juntos, crean un mundo cambiante de orden y significado, que nunca se puede fijar sino que actúa constantemente sobre sí mismo
Pasamos finalmente al último apartado de este capítulo, Conclusiones y resumen. Y leemos Pág. 149 “El universo surge de una fuente creadora, cuya acción principal es una percepción incondicional en el vacío que, provoca las primeras distinciones y dualidades sin contexto. Estas dualidades, que fluyen de la fuente, crean un contexto cambiante que luego actúa recíprocamente sobre ellas para producir una discriminación y diferenciación continua”.
Y en la siguiente página: “La sincronicidad fluye de este movimiento, que da a su sujeto un sentido del significado más profundo del universo y una intuición de los movimientos que fluyen de su fuente creadora. Pero esto plantea una pregunta importante: ¿Por qué este proceso, que provoca y sostiene el universo entero de la mente y la materia, parece ser tan singular e inusual que se experimenta solamente durante una sincronicidad o una epifanía religiosa?... ¿Por qué la sincronicidad se debe considerar una coincidencia aislada de la mente y la materia, cuando una sola  fuente esencial da origen al universo en cada momento eterno?”
Es lo que nos preguntamos muchas veces, cuando pensamos, que Dios nos ha abandonado, y esto no lo dice el libro, lo pienso yo. Termina el capítulo con la promesa de responder a ello en el próximo y último capítulo.  Ya veremos…


miércoles, 4 de octubre de 2017


 Sincronicidad
Cap. 7, la Fuente Creadora (1)
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Fotografía de Moncho
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.
Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Salmo 8


El salmista, ve evidente la fuente de creación eterna, como la “Mano poderosa”, de María, la analfabeta de mi pueblo, como lo veo yo. Aquí podría terminar y no calentar más las neuronas; pero queremos comprender y descubrir esa Fuente, aun a sabiendas que acabaremos con “la cabeza caliente y los pies fríos”. Eso es lo que pretende este penúltimo capítulo del libro de F. David Peat.

La sincronicidad se ha plegado gradualmente en una dimensión totalmente nueva; en lugar de un mudo determinista causal en el que la mente y la materia son dos sustancias separadas, aparece un universo de sutileza infinita que es más parecido a un organismo vivo creador a que a una máquina. Desde las profundidades de este orden, se despliegan armonías que se extienden por las esferas mentales y materiales en forma de patrones y conjunciones significativos que actúan como indicios de la unidad esencial de toda la naturaleza”.

Sincronicidad, F. David Peat, Pág. 131


Como ya se ha apuntado más veces en este libro, una sincronicidad puede ser considerada un microcosmos que refleja la dinámica del macrocosmos mientras se despliega simultáneamente en los aspectos mentales y materiales de la vida de una persona.
En el segundo apartado de este capítulo, El origen innominado, nos remite al capítulo anterior, al rechazar el dualismo cartesiano, mente-materia, en el que se presentó una imagen de dos órdenes o partes de un solo espectro que surgen de una fuente común que no es, en sí, ni la materia ni la mente. Jung exploró esta idea en el concepto de psicoide, que, según él contiene la materia y la mente, pero va más allá de ambas, utilizando específicamente la imagen de un espectro de vibraciones. La sincronicidad para Jung, tenía su origen en un “movimiento” de este espectro que entonces se manifiesta en los dos extremos, como la manifestación simultánea de un patrón en las esferas materiales y mentales y copiamos literalmente, Pág. 133 “Esta imagen del espectro de vibraciones se sustituye en este libro, por la idea de un arden de órdenes que son capaces de extenderse, hasta la mente y más allá de ella, hacia niveles indefinidamente sutiles por un lado, y hacia los órdenes explicados de la materia por el otro.  (Esta palabra explicado, es un tanto confusa, pienso que el traductor, podría haber buscado otra más apropiada.) Este orden de niveles de orden surge de una fuente creadora”.
Pero ¿cuál es la naturaleza de esta fuente? Lao-zi en el siglo IV antes de Cristo, escribió:
El Tao que se puede expresar con palabras no es el Tao  inmutable…Sin un nombre es el comienzo del cielo y la Tierra.
Y seiscientos años después, Plotino:
¿Qué es esto que no existe? Debemos irnos en silencio, ensimismados en la perplejidad total y no buscar más lejos…
Dentro de cada momento de la vida de una persona o de una mota de polvo, está plegado el universo entero, que es, en sí, la manifestación de una creatividad inimaginable e innominable. Aunque nunca se pueda captar esta creatividad en el pensamiento, puede que sea posible saborear algo de su esencia. Científicos, místicos, artistas y poetas han intentado captar algo de esta esencia y expresarla en tratados científicos u obras de arte.
Los antiguos mitos sobre la creación, implican un estado u orden primordial del que surge toda la naturaleza.  Con los antiguos egipcios, Atum-Re se levanta del océano prístino y engendra los dioses. Es el generador del universo el poder de la dualidad Atum-re se fecunda y engendra los dioses de la tierra y el cielo, Geb y Nut, que con un trato carnal engendran el universo. La separación del cielo y la tierra, es el nacimiento de la materia. En Babilonia la dualidad  implicaba dos océanos, uno salado y otro dulce de los que nacieron los dioses, que engendraron a Marduk, quien ordenó el caos que lo rodeaba. En Sumeria, la diosa terrenal Ki, y el dios celestial An engendran a Enlil, el dios del aire, que separando el cielo y la tierra crea el universo. Curiosamente el autor no cita nada del Génesis.
En la página 135, leemos literalmente “Según algunos mitos, el poder generativo que está detrás de las manifestaciones del mundo se encuentra en los movimientos eternos de la dualidad. Esta dualidad se crea en el ordenamiento original. Es un acto de pura distinción, sin referencia a cosa alguna que haya ocurrido anteriormente, del cual surgen los principios dobles de macho y hembra, cielo y tierra, noche y día. Estas dualidades entran en una unión donde se pierden sus distinciones y se vuelven a disolver en el fundamento informe”.
Esto se pone interesante; pero lo dejamos aquí, por  no cansarme yo y no cansar al posible lector. Continuaremos con el siguiente apartado, El estado de vacuidad



domingo, 1 de octubre de 2017

Tobías y el ángel
Un breve apunte sobre la existencia

“Quita de tu corazón la irritación,
y evita a tu carne la calamidad;
pues la juventud y la flor de la vida son vanidad
(Eclesiastés 11:10)


Hoy, en España, mucha gente está preocupada. Todos sabéis porqué; pero todo es vanidad.  (Casi) Todo lo que hacemos, es para llenar el vacío existencial, lo cual nos acarrea no pocas veces dolores de cabeza. Tenemos que vivir y en otros tiempos, esto llenaba el vacío de la vida, pues había que cazar, luego con el paso de los siglos o milenios, la agricultura, dio paso a los excedentes y con ello al “tiempo libre”; pero ese tiempo libre, dio lugar al  “vacío existencial”, que había que llenarlo de alguna manera.  Por desgracia, en más partes, que lo que deseáramos, la vida sigue sólo para procurar la subsistencia.
¿Por qué he saltado lo de la “sincronicidad”, que todavía no lo he terminado? (por supuesto que no lo terminaría, ni yo ni nadie escribiendo 1000 años cada día una entrada de un blog)
La respuesta está en que estoy leyendo un “cuento”, que no lo es: “Tobías y el ángel”, de Susana Tamaró. Un buen libro, corto, que se lee en una tarde. La niña Martina, es ajena a lo que pasa a su alrededor, ella tiene vida; pero no tiene “vanidad”, en el sentido que le estoy dando yo. Los acontecimientos exteriores, ocurren, independientemente de sus vivencias interiores, por tanto no pueden preocuparles, pues ni siquiera es consciente de ellos. Esta lectura me ha hecho sacar una conclusión ¿Por qué preocuparse de cosas que no controlamos? No es fácil dar una respuesta a esta pregunta; pero es bueno dejarla ahí, esperando, si no repuestas, si actitudes ante la vida. No vale la pena sufrir, si pierde nuestro equipo. La vida es algo más que la vanidad, de salir a vitorear a la selección o al real Madrid, por ejemplo, alegrarse si gana las elecciones nuestro partido político, o entristecerse si pierde...
La vida es bella (¡Vaya tópico!), si la vivimos aquí y ahora, sintiendo el fresco de la mañana, escuchando ahora, la buena música que suena en la radio. La vida es “vanidad”, si vemos las noticias en el telediario o las escuchamos por la radio. ¿Quién las fabrica?

Antes de terminar, quiero decir y advertir alto y claro, que esto que digo no es vanidad; pero decirlo y publicarlo en el blog, si lo es; pues ya lo sabéis y esto sí que es vanidad: matayotes, mayayoteiton, kaipanta matayotes

lunes, 25 de septiembre de 2017

Sincronicidad
Continuación del capítulo 6º del libro “Sincronicidad” de F. David Peat

En el siglo actual, el nivel fundamental de la naturaleza parece ser el del espacio-tiempo y de la energía infinita del campo cuántico. Pero no hay ninguna razón para suponer que la esencia de la realidad esté allí y que no pueda haber un número indeterminable de niveles más sutiles todavía por descubrir.
Pág. 108, oc.
Cuatro de Fructuoso Mangas

En el apartado Los órdenes sutiles de la materia, de este capítulo leemos: En la edad Media, se consideraba que el cielo era de un orden distinto a la tierra, luego Newton con su ley de la gravedad universal y la ley del movimiento, puso en evidencia que no hay un orden especial en el cielo respecto a la tierra. En los siglos XVIII y XIX se descubrió que el calor, la electricidad, la actividad química, e incluso la disipación del trabajo en una máquina, estaban todos relacionados por la energía. La teoría de Hamilton-Jacobi consideraba que los cuerpos materiales y sus trayectorias eran menos sustanciales y que implicaban formas complejas de movimiento de ondas. J.C. Maxwell introdujo los campos de energía que unían los fenómenos de la luz, magnetismo y electricidad en un solo campo electromagnético. A comienzos de siglo XX, Einstein demostró que la materia y la energía son totalmente equivalentes, y la teoría cuántica demostró que la materia y la energía comparten doble naturaleza de partícula/onda.
Por tanto el orden del mundo había cambiado. Un enriquecimiento similar supuso el desarrollo de la química orgánica, con el singular potencial de enlace del átomo de carbono. Por tanto, todo el concepto del mundo material se ha extendido constantemente a regiones de mayor complejidad y sutileza hasta que hoy en día, es posible especular que este orden sutil se puede extender sin límite a regiones cada vez más profundas.
A continuación aparece el apartado El orden mecánico de la mente, en el que hace la observación de que muchas actividades de la misma, podría hacerla, incluso mejor, una computadora, como jugar al ajedrez, por ejemplo. A este respecto, leemos en la Pág. 111 “…psicólogos perceptivos han descubierto que determinados aspectos del funcionamiento humano se pueden dividir en secuencias o pasos bastante mecánicos que se realizan rápida y, en gran parte, inconscientemente. De este modo, parece que determinadas actividades de la mente tienen un orden básicamente mecánico”. Esto se observa en pensamientos de origen neurótico o incluso en la emoción que también puede estar implicada en un orden mecánico; pero leemos en la Pág. 112 “Un contexto establece un significado… y estos contextos requieren la inteligencia de un orden no mecánico para poderse apreciar… por tanto mientras la mente contiene ciertos órdenes mecánico de funcionamiento estos surgen de un fundamento no mecánico mucho más profundo. El orden de la mente es, especialmente sutil y no se puede reducir al de una computadora. No obstante, también es cierto que el orden de la naturaleza también se extiende más allá de los órdenes mecánicos de la naturaleza newtoniana y abarca los campos de energía y el orden íntegro de la teoría cuántica. Por lo que puede plantearse una pregunta: ¿tiene la materia una gama limitada de órdenes que se funden con los de la mente? (Las negritas son mías).
Por lo que he venido leyendo hasta aquí, esta es la tesis que intenta demostrar el autor de este libro y que va a insistir en lo que queda de este complicado capítulo. A continuación en el apartado Campos mórficos, aparece una cita de S. J. Snyder, de la universidad John Hopkins, publicado en la revista Sciece, que incluimos aquí, dada su importancia: “Uno de los interrogantes más importantes de la biología es como porciones discretas del cuerpo llegan a estar donde están y adoptan su apariencia y función característica. […] ¿Qué es lo que provoca que de un grupo de células de un embrión salgan brazos? ¿Por qué algunos grupos celulares se desarrollan en el hígado, otros en las glándulas suprarrenales y otros todavía en las gónadas? El cerebro es un solo órgano que, en muchos aspectos, muestra una mayor complejidad que el resto del cuerpo. En la vida embrionaria, miles de trayectorias discretas de neuronas deben errar a través de itinerarios a menudo enrollados antes de llegar a sus posiciones adultas
La explicación convencional es que el ADN de cada célula contiene los cianotipos genéticos de la vida. El biólogo C.H. Waddington nunca estuvo totalmente satisfecho con estas explicaciones, recalcando que el crecimiento implica un elemento de totalidad que representa la expresión del paisaje epigenético global y que no es, por tanto determinado completamente de un modo hierático por el ADN. Parece que se acercaba a un concepto de desarrollo, en el que la materia viva responde, de algún modo, a un campo de información que ejerce un poder formativo sobre los procesos de la célula.
Estas ideas han sido desarrolladas mucho más por el biólogo Rupert Sheldrake, con la teoría de los campos mórficos. Ha propuesto que “tales campos de información existen e influyen en las estructuras de no solo los organismos vivos, sino también en las de la materia inanimada. Según su explicación, toda materia está relacionada con un campo de memoria, que desempeña un papel activo en guiar la formación de estructuras y procesos. Si su idea se tomas en serio, ampliaría la naturaleza de la materia introduciendo un nuevo nivel: El de la información activa” Pág. 114.
Dedica el autor siete páginas a este tema, para seguir luego con el apartado Información activa y orden implicado. En este apartado expone las investigaciones de David Bohm, que son sumamente complejas y crean más dudas de las pocas que resuelve y en el que, que a mi modo de ver el traductor del libro no ha dado con algunas palabras adecuadas. Así por tanto pasaré de puntillas sobre este tema, no sin antes exponer el ejemplo de la página 119: “...el potencial cuántico tiene algo en común con el modo en que un campo mórfico actúa sobre un organismo en desarrollo o, para utilizar una analogía, actúa sobre una señal de radar captada por un barco en alta mar. La energía en esta señal es insignificante en comparación con la energía que acciona el barco, pero la información de aquella sobre los puertos, niebla, icebergs… ejerce un efecto formativo sobre el rumbo del barco…”
Comienza el siguiente apartado Realidad y reduccionismo con esta reflexión: (Pág. 126) “La idea de que la mente y la materia surgen de una gama común de órdenes que se extiende desde o mecánico hasta lo infinitamente sutil, sugiere que el análisis científico de la materia puede ser una búsqueda que persista para siempre. Implica que la teoría mecánica cuántica actual de la materia es esencialmente limitada y, que es posible descubrir otras series de propiedades y gamas de comportamiento. ¿Qué impacto debería tener todo esto sobre los paradigmas actuales de la ciencia?”
Karl Popper ha afirmado que si las predicciones de una teoría no están de acuerdo con los descubrimientos, debe rechazarse. Ahora bien, la sugerencia de que la materia y la conciencia son aspectos distintos de un orden fundamental de la naturaleza no puede someterse a una prueba científica inmediata, ¿tiene alguna importancia científica?.  Sostiene el autor que estas ideas, pueden ejercer una influencia profunda en el futuro de la ciencia, que debe tratar de la compresión de nosotros mismos, del universo y de nuestra posición en él, por tanto, tal visión, no es fija, sino dinámica y sus métodos,  planteamientos y técnicas deben estar siempre dispuestos a cambiar y a reaccionar frente a nuevas exigencias y nuevas situaciones, de hecho muchos científicos ya no están satisfechos con la naturaleza “reduccionista” de algunas ramas de la ciencia y más adelante dice textualmente:  “La idea de que la realidad, por ejemplo, pueda desplegarse en una serie compleja y potencialmente infinita de niveles, cambia el significado íntegro del reduccionismo. Las objeciones de Prigogine… están basadas en la observación de que cualquier nivel de explicación es dependiente, y está condicionado por conceptos y significados que surgen de otros niveles… Estos niveles pueden, por supuesto, ser explorados por el pensamiento y la experimentación, pero en cada caso el intento de alcanzar el “nivel más fundamental”,  llevará eventualmente al descubrimiento de procesos inexplicados todavía más profundos
Recuerdo en mis tiempos de estudiante, (este comentario es mío) que una compañía formada por aficionados universitarios al teatro, representó una obra titulada “Las rejas”, no recuerdo el autor. Posiblemente Bertod Bresch. He intentado buscarla infructuosamente. Toda la obra se basaba en quitar una reja, a ver que había al otro lado. Al final consiguen quitarla y lo que apareció al otro lado era… otra reja.
 Termina el capítulo, con un apartado titulado Sincronicidad y el  I Ching, sobre el que no me voy a detener salvo la breve cita de la página 128: “En el I Ching la mente y la materia ya no se perciben como una dualidad, sino en su unidad esencial; y el potencial del momento se despliega  explícitamente dentro del patrón del hexagrama”.

El siguiente capítulo titulado La fuente creadora, promete. Seguiremos con él.