jueves, 28 de marzo de 2019



Más sobre la SVM
(Santísima Virgen María)

No existe indicativo más seguro de la naturaleza (paranormal) de las visiones marianas que el hecho de que ofenden a todas las partes excepto a la que quizá sea la parte más importante: la gente corriente.
Patrick Harpur en Realidad Daimónica, pág. 172
 
Foto enviada por mis primos Cristina y José, desde Fátima


En esta entrada, voy a dar unas pinceladas, de la fe popular y la devoción que los sencillos creyentes, tenemos de Nuestra Señora, no ya desde el punto de la fe, ante el Misterio, como veíamos en la anterior entrada,  sino que nuestra vida, se abre ante el Misterio, con la compañía y la protección de la SVM. Muchos pueblos miran a "su Virgen", de la peña de Francia, de Majadas Viejas, de la Asunción, del Rocío, de la Vega, de la Hiniesta, del Castañar, de la Cuesta, de "A Lanzada", de Lujan, de Nuestra Señora del Cobre, de... de... Llenaríamos páginas y páginas con nombres de Vírgenes y de sitios donde se veneran. "De los mortales Señora, Vaso lleno de fragancia, Virgen de Peña de Francia, sed nuestra fiel protectora", era una plegaria que mi abuela solía recitar casi continuamente. Que la Santísima Virgen nos ampare, le oí decir a una mujer, después de la triste noticia de que un nieto había quedado tetrapléjico, de un accidente de bicicleta y ¡cuántas veces imploramos, que la Virgen nos cubra con su manto!

¿Quién es todo el mundo, al que alude la cita inicial?, son los científicos, la jerarquía eclesiástica, las ideologías laicistas, los protestantes, los ateos...; pero no la gente sencilla. Ya en el evangelio, por boca de Jesús leemos: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla." y esa revelación es a veces a la gente sencilla por medio de apariciones de la SVM, en un mundo sumamente materialista y patriarcal.

El verano pasado leí un libro interesante, sobre las apariciones marianas, de Marcelino Requejo, titulado, precisamente “Apariciones Marianas, la respuesta definitiva” y la tesis de ese libro es precisamente, hacer notar, la gran ausencia de la Diosa Madre, en el mundo judeo cristiano, la misma tesis que Patrick Harpur expone en el apartado “El principio femenino”, del capítulo ocho del libro “Realidad daimónica”, en el que , en la página 173, nos remite al libro de C.G. Jung, Respuesta a Job, en el que los dogmas marianos de la Inmaculada Concepción (1854) y de la Asunción (1950), fueron fruto de una exigencia popular, en lugar de ser formulados por los teólogos: “C.G. Jung se dio cuenta del poder de la Santísima Virgen María ejercía en la imaginación europea desde hacía siglos y diagnosticó el movimiento popular para dogmatizarla como “un ansia profunda de las masas por una intercesora y mediadora que ocupe al menos su lugar junto a la Santísima Trinidad y sea recibida como la “Reina de los Cielos y Esposa de la corte celestial” (pág. 173) Y en la página siguiente  sobre “ la Asunción… a Jung no le sorprendió,… el incremento de informes sobre su aparición , (de) las visiones marianas, que condujo al anuncio del dogma…, que lo veía como el “acontecimiento religioso más importante desde la reforma”… La Asunción de la SVM para convertirse en Esposa de Cristo reconocía la igualdad del principio femenino respecto al masculino. Así pues, aunque estaba escribiendo en 1954, fue capaz observando la corriente del inconsciente colectivo, de predecir las posteriores oleadas del movimiento de las mujeres

Poco puedo añadir yo, más que la plegaria de la Medalla Milagrosa: “Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos

miércoles, 27 de marzo de 2019


 El Misterio

Creer es entregarse. Entregarse es caminar incesantemente tras el rostro del Señor. Abrahán es un eterno caminante en dirección de una Patria soberana, y tal patria no es sino el mismo Dios. Creer es partir siempre
Ignacio Larrañaga en el “Silencio de María”, Pág.37

Imagen tomada de Internet

Terminaba yo en la anterior entrada, apelando al Misterio, al referirme a los OVNIS y hoy me asomo al pozo sin fondo del mismo. Quiere el Señor, que esta mañana, me haya encontrado con estas meditaciones en el libro con el que he querido comenzar la jornada, y es que no nos gustan los misterios, queremos explicaciones de todo y además pensamos que la ciencia, la teología, la sociología, la antropología, la psicología,… nos lo explica, y no es verdad. Recuerdo aquella obra de teatro, que vi en tiempos de estudiante, titulada “La reja”, ya no recuerdo el autor, posiblemente Bertolt Brecht, en que la que toda la trama se reducía a quitar una reja y con la pregunta ¿Qué habrá detrás? Y al final, consiguieron quitarla, resultando que detrás, había… ¡otra reja!
Por ello es inútil, hacerse ilusiones, somos peregrinos, caminantes, caminamos hacia el Padre, de noche, como San Juan de la Cruz, "De noche iremos, de noche", estamos ascendiendo; pero nunca ascendidos, hasta que el Señor nos muestre su rostro, después de “este destierro”.
No merece la pena darle más vueltas a esto. Sólo queda abandonarse en la manos del Padre, que no es padre, sino otra cosa, inconmensurable, que supera y trasciende esta palabra, en el Dios escondido, inaccesible, inefable, al que adoramos en la Eucaristía, con el Adorote devote, con la certeza de “Praetes fidei suplementum, sensuum defectui” y en eso consistirá nuestro caminar por esta vida. Pretender otra cosa es quimera, rayando en la soberbia, de querer construir una torre de Babel.
Para terminar trascribo aquí parte del poema que Ignacio Larrañaga, dedica a María al comienzo del libro, con el que he iniciado hoy la jornada:

Madre del silencio y de la Humildad,
tú vives perdida y encontrada
en el mar sin fondo del Misterio del Señor.

Eres disponibilidad y receptividad.
Eres fecundidad y plenitud.
Eres atención y solicitud por los hermanos.
Estás vestida de fortaleza.
En ti resplandecen la madurez humana
y la elegancia espiritual.
Eres señora de ti misma
antes de ser señora nuestra.

No existe dispersión en ti.
En un acto simple y total, tu alma toda inmóvil,
está paralizada e identificada con el Señor.
Estás dentro de Dios, y Dios dentro de ti.
El Misterio Total, te envuelve y te penetra,
te posee, ocupa todo tu ser.

Después de estas tres estrofas hay otras cuatro más y termina el poema con estas plegarias:

Envuélvenos con el manto de tu silencio,
Y comunícanos la fortaleza de tu Fe,
la altura de tu Esperanza
y la profundidad de tu Amor.

Quédate con los que quedan,
y vente con los que nos vamos.

¡Oh Madre admirable del Silencio!

Y a partir, de estas premisas, comencemos a caminar. No importa como estemos, ni el camino que hayamos recorrido. Lo importante es lo que nos falta. No estamos solos, Ella va con nosotros. AMEN
Y para finalizar, cantemos con alegría: Madre del Silencio. Guíanos

martes, 26 de marzo de 2019


OVNIS
¿O tal vez OMNIS?

Una manera de considerar las apariciones luminosas es como imágenes del alma proyectadas por el alma misma.
Patrikc  Harpur, en Realidad daimónica, pág.54



Seguimos en la página 54, del citado libro, en donde cita a Jaffé: “Una paciente (de Jung) soñó que varias esferas luminosas colgaban de las cortinas de su habitación. Jung lo interpretó como como fragmentos escindidos de la Psique que buscan ser reintegrados en la personalidad con el fin de alcanzar o restablecer la completud psíquica. Es más, sabía que, mientras estos fragmentos permanezcan en un estado de proyección o “exteriorizados”, pueden causar todo tipo de fenómenos parapsicológicos. En efecto, cuando su paciente despertó oyó un fuerte estallido: la parte superior del vaso que tenía en la mesita de noche se había roto en  una forma circular perfecta y su borde estaba completamente liso
Al leer lo anterior, me ha venido a la memoria, cuando  ya hace bastantes años, era yo profesor en un instituto de Enseñanza media, que así se llamaban entonces, en Toro (Zamora) y el tema de los OVNIS, me fascinaba en aquella época, leyendo casi todos los libros que salían, sobre todo los libros de J.J. Benítez. Pues bien en uno de esos libros, se cuenta la historia de un agricultor, en un pueblo cercano a dicha localidad, no recuerdo cual, estando arando con su tractor, fue atacado por un OVNI, que le disparó varias ráfagas. Resulta que tenía yo en una clase a un alumno del mismo pueblo y le pregunté, si era cierto aquel echo. El chico me dijo que si, que era cierto y que analizaron el tractor y sólo encontraron en el parabrisas del mismo, un agujero circular perfecto, como si lo hubiera hecho una máquina de precisión y que al año siguiente justo, de dicho ataque, el agricultor murió.
El libro que cito al principio, es muy denso y es el que ando leyendo ahora, trata de luces, hadas, “daimones”, elfos. OVNIS, apariciones, círculos en las cosechas…, El capítulo 2, está dedicado a los OVNIS., que lo divide en cuatro apartados: Un mito moderno, El inconsciente colectivo, El alma y Los sueños. Lógicamente el primer apartado nos remite a la obra del mismo título de C.G. Jung, que tengo la suerte de tener, ya que aparece en el volumen 10 de sus obras completas, que precisamente compré para leer este libro; pero no me decido, pues como ya he dicho en otra ocasión, leer a Jung directamente, sobre todo los que no somos especialistas en la materia, es muy bueno para el insomnio. En principio seguiremos dejándonos guiar por estos autores, que comentan sus escritos y son más comprensibles. La referencia de este libro la saqué del libro de Marcelino Requejo, “Más allá de lo sobrenatural” de las conclusiones del mismo titulada precisamente Conclusiones la universalidad el fenómeno y al que dediqué la entrada del 6 de marzo de este mismo blog.
Sólo quiero añadir unas reflexiones a  esta “entradilla”: ¿Qué es lo real? A poco que se piense lo real no es sólo el suelo que pisamos, el aire que respiramos, lo que tocamos y sentimos  con los sentidos, que tampoco son cinco, son muchos más. No olvidemos, aunque suene a tópico, lo de El Principito: Lo esencial es invisible. Las ideas aportadas en este corto capítulo de Realidad daimónica son muchas y muy interesantes y toda la realidad (OMNIS, del latín) es inabarcable. Volvemos al Misterio que nos envuelve  y por eso hago la pregunta al principio ¿Por qué no decimos OMNIS, en lugar de OVNIS, es decir Objetos Mentales No Identificados? Y ya (no) está. Hay que seguir, buscando, para no encontrar (casi) nada. El Misterio es muy profundo.


lunes, 18 de marzo de 2019


Nada es mentira, todo es verdad

Las estrellas giran eternamente allá arriba… Las cosas son como son, y tú eres como eres: te gustaría ser alegre. No lo eres. Te gustaría brillar: no puedes. Te gustaría agradar a todos; no lo consigues… te gustaría, en suma, haber nacido de otra manera. ¡Sueños locos, llamas de fuego! Es inútil ¿Para qué lastimarte? ¡Despierta!
Ignacio Larrañaga. Del sufrimiento a la paz, Pág. 95

La muerte de San José (Anónimo)

La tentación es pensar, que todo es mentira, o  que depende… ¿Qué es la verdad? Preguntó Pilatos. No tuvo respuesta explícita; pero lo cierto es lo que es y no hay otra.  Cuando andamos de un lado para otro, buscando “la verdad”, no nos damos cuenta que la verdad, está delante de nosotros. No tenemos más que abrir los ojos, despertar y ver que ha salido el sol o se ha hecho de noche, que hace frío o calor; pero que no hay ni frío ni calor, ni luz ni oscuridad, sólo temperatura más alta o más baja, intensidad de la luz más alta o más baja, más orden o menos. El orden y el desorden no son polos opuestos… Lo único que existe es el Ser, eso es la verdad. Aterrizar a pormenores es quebrarse la cabeza inútilmente. Es confundir la felicidad con un estado placentero. El estado de ánimo es, por tanto, la “felicidad”, como sentimiento pasajero, la melancolía, la depresión, la angustia, la desesperación… no son más que distintos grados y vivencias del Ser. Lo que ocurre es que confundimos el sentir con el ser y por eso etiquetamos. No nos cansamos de buscar y yo mismo que esto escribo, suelto un libro y cojo otro, en esta búsqueda desenfrenada. Ahora, ante mi tengo un libro curioso y muy denso, titulado “Realidad daimónica” de Patrick  Harpur, que en la página 158 cita a  Canetti  con estas palabras “Nada de lo que ocurre es azar o coincidencia; siempre hay un motivo que puede encontrarse si se busca: Todo lo desconocido puede ser rastreado hasta algo conocido. Cada objeto extraño puede ser desenmascarado y revelar algo que uno ya posee” Hasta aquí la cita; pero el autor del libro sigue entre paréntesis: “Así pues, podría ser que nuestra moderna preocupación por causas y efectos tuviera cierto toque paranoico. Realmente nos disgusta y desconfiamos de lo espontáneo, de lo no causal, de lo paralelo…; en resumen de cualquier cosa que trasgreda nuestras “leyes” y parezca libre e inconsciente, como los fenómenos paranormales”. Aquí cierra paréntesis y termina el párrafo. Añado yo: queremos tener todo explicado, todo controlado y lo vimos antaño en la religión y surgió el fundamentalismo, ahora lo fiamos a la ciencia y está surgiendo un nuevo fundamentalismo, hasta el punto de  desprestigiar y atacar a la religión; pero no es eso, no… No nos damos cuenta, que lo que es “es” y punto. No hacen falta explicaciones, aunque para andar por esta vida, no haya más remedio, que cultivar la tierra y buscar el sustento, hay que bajar del monte de la Transfiguración ganar el pan con el sudor de la frente y eso es lo que hace que busquemos dualidades en donde en realidad no las hay. Todo es producto de nuestra imaginación.

miércoles, 6 de marzo de 2019


Sigo leyendo

Pongamos un ejemplo, utilizando la analogía de un juego de ordenador.
 El ordenador (orden implicado 1) produce imágenes en la pantalla (orden implicado 2), que el jugador (orden implicado 3) interpreta; entonces, el jugador da instrucciones al ordenador, el cual vuelve a producir imágenes. Así, el primer orden implicado afecta al segundo y es a su vez afectado por el tercero.
Marcelino Requejo en Más allá de los sobrenatural, pág. 187


Si seguís este blog, llevo varias entradas con temas, densos, que han salido de lecturas densas. En cierto modo, he necesitado “resetearme” y “tomar un respiro”. Para ello, hace poco entré en una librería y ví este libro de Marcelino Requejo, que trata sobre cosas extrañas, “que le ocurren siempre a otro”, hasta que un buen día nos ocurren a nosotros, aunque a mí todavía no me han ocurrido. Son temas de hadas, encuentros con humanoides, OVNIS,… lo que se ha dado en llamar fenómenos paranormales, en los que, copiando a Valle Inclán, cuando hablaba de las meigas, no creo, pero haberlos haylos.
Pues bien, el otro día, llevé el libro a casa, pensando precisamente en evadirme, con su lectura el fin de semana. Así ha sido; pero cuando ya estaba a punto de darle carpetazo, me he encontrado con el último apartado, de muy pocas páginas: Conclusiones, la universalidad del fenómeno. Y lo que iba a ser una lectura relajante, se está empezando a poner espesa, pues sale a reducir David Joseph Bohm (1917-1992) y mira por donde, me hace volver a un libro que comenté en noviembre de 2017, en este mismo blog y podéis ver aquí.
No entendí yo bien ese libro, su lectura y los comentarios que hacía los hacía un poco “a ciegas”. Ahora Marcelino Requejo, me ha ayudado a aclararme un poco más. En efecto, leemos en la página 186: “… el “orden implicado” del que nos habla la teoría de David Bohm sería algo así como una cadena de mando, en la que “alguien”, en la cúspide, da instrucciones a sucesivos planos inferiores para que se ejecute una acción completa. ¿Universos paralelos escalonados, tal vez? Y de ser así, ¿Qué lugar ocuparía nuestro universo en esa escala?” (las negritas de este párrafo no están en el texto original)
¡Muy bien! Esto más o menos ya me lo contaron en la catequesis, en mi pueblo cuando apenas tenía 6 años: “el Padre Eterno (orden implicado 1) sería la fuente de Creación Eterna, La Virgen María, los santos y los ángeles (orden implicado 2) y el mundo material, con los tres reinos: animal, vegetal y mineral (orden implicado 3)  El orden implicado 3, se dirige al Padre, desde la humanidad, mediante la oración y este modifica el sistema, etc… La Virgen María podría estar en el orden implicado 1 (la Diosa Madre, de la que habla muy bien por cierto, Marcelino Requejo en otro libro que leí el año pasado: Apariciones marianas, la respuesta definitiva) y así lo veo. Espero  no ser condenado por hereje.
Y ya estoy deseando leer un libro que acabo de ver en mi estante: Ciencia Orden y creatividad, precisamente de David Bohm y  F. David Peat.
Para terminar, en Wikipedia, podéis informaros de David J. Bohm

martes, 5 de marzo de 2019


Del sufrimiento a la paz.
Pinceladas del primer capítulo del libro del
 P. Ignacio Larrañaga

La paz es criterio seguro de la presencia de Dios
Lo repite el P. Ignacio en sus charlas

Hay personas que funcionan socialmente bien mediante mecanismos de disimulo (los enfermos no consiguen disimular) o de sentido común, pero interiormente son tristeza y dolor. Estos no son “enfermos”, no tienen síntomas patológicos; pero sufren una agonía mortal, y, con frecuencia, ni siquiera saben por qué.
Pág. 21 de este libro

La clave de la salvación es dejar que las cosas sean como son, contemplando y considerando todas las cosas como buenas.
Pág. 45 del este libro


 He comenzado a leer el libro del P. Ignacio Larrañaga, “Del sufrimiento a la paz” y quiero compartir lo poco que he leído, no sin antes advertir, que no quiero dar lecciones a nadie, pues ya sabéis el dicho: “Cuando el discípulo está preparado aparece el maestro” y yo no soy más que un discípulo, que está preparándose, a la espera del maestro, que por ahora es Ignacio Larrañaga. Queda mucho por aprender.

Al comenzar, el primer capítulo, en la página 12 del citado libro leemos: “Se dice: mientras haya a mi lado quien sufra, yo no tengo derecho a pensar en mi felicidad.
Estas palabras suenan muy bien, pero son falaces. Tienen una apariencia de verdad; pero en el fondo son erróneas. A la primera observación del misterio humano saltarán a nuestros ojos una serie de evidencias como estas: Los amados aman. Sólo los amados aman. Los amados no pueden dejar de amar.
Sólo los libres liberan, y los libres liberan siempre. Un pedagogo modelo de madurez y estabilidad hace de sus discípulos seres estables y maduros, y esto sin necesidad de muchas palabras. Lo mismo sucede con los padres respecto a sus hijos. Y, por el contrario, un pedagogo inseguro e inhibido, aunque tenga todos los pergaminos doctorales, acaba envolviendo a sus discípulos en un halo de inseguridad.

Los que sufren hacen sufrir. Los fracasados necesitan molestar y lanzar sus dardos contra los que triunfan. Los resentidos inundan de resentimiento su entorno vital. Sólo se sienten felices cuando pueden constatar que todo anda mal, que todos fracasaron. El fracaso de los demás es un alivio para sus propios fracasos; y se compensan de sus frustraciones alegrándose de los fracasos ajenos y esparciendo a los cuatro vientos noticias negativas, muchas veces tergiversadas y siempre magnificadas. Una persona frustrada es verdaderamente temible.

Los sembradores de conflictos, en la familia o en el trabajo, siendo perpetuamente espina y fuego para los demás, lo son porque están en eterno conflicto consigo mismos. No aceptan a nadie porque no se aceptan a sí mismos. Siembran divisiones y odio a su alrededor porque se odian a sí mismos”

Después de este párrafo, que acabáis de leer, ¿Qué puedo añadir yo? Poca cosa ciertamente. Si miramos a nuestro alrededor, no vemos más que reflejos de la última parte del párrafo, incluso, casi “predicadas” por la pantalla de casi todas las televisiones. ¿Dónde están los que aman, los libres, los verdaderos pedagogos, de la vida? Están, cierto es; pero por desgracia, los medios audiovisuales, no amplifican su labor ni su palabra e incluso el “Gran libertador” Jesús de Nazaret, tiene su voz apagada por las voces y hazañas, de los ídolos de turno. Por poner un ejemplo, hace poco vi una entrevista de un famoso presentador de televisión al P. Fortea, que casi se escandalizaba porque el P. Fortea no sabía quién era Messi. El, por supuesto, el presentador se declaraba ateo, así es que aunque hubiera oído hablar de Jesucristo, no lo conocía.

Lo dicho, estoy aprendiendo, espero conseguirlo, irradiar la luz, a la que alude el P. Ignacio, pues según él sólo los iluminados, y aquí no hay que darle el sentido peyorativo que se le da a esta palabra, pueden irradiar luz. En eso estoy y puedo añadir que apenas he leído superficialmente el primer capítulo de este libro, para darme cuenta que es un regalo de Dios, el tenerlo en mis manos, aunque resalto lo que el autor dice: no basta con leerlo, ni releerlo, hay que trabajar, con perseverancia y sin desánimo las tareas que propone. Los frutos serán abundantes, no sólo para nosotros, sino para las personas que viven en nuestro entorno, pues la felicidad se contagia, al igual que el enfado, la agresividad, la M.L. (léase “leche agriada”), el egoísmo y toda clase de pecados capitales.

Una pincelada de esta lectura, un tanto "por encima" la resumo, diciendo que tenemos que empezar por nosotros mismos, como ya he indicado "sólo haremos felices a los demás, si nosotros lo somos", lo cual no implica buscar exclusivamente la felicidad de un modo narcisista, que acaba en el vacío y en la desolación. Tenemos dos caminos en nuestra vida, uno es agonizar, lo que nos lleva a la desolación y a la muerte y otro es vivir, eliminando el sufrimiento.

El hombre, al tomar conciencia de sí mismo, lo llevó a la pérdida del paraíso. Tuvo que aprender a vivir con la aparición del sufrimiento y así hasta nuestros días. Es precisamente la intención del P. Ignacio, mitigar en lo posible este sufrimiento, al escribir este libro y lo expresa del siguiente modo en la página 19, dentro del apartado La maldición de la mente, “… coincidiremos con E. Fromm, que “la mente humana es la bendición y la maldición para el hombre”. Es verdad que la Historia está lanzando sin cesar desafíos… como acabar con las guerras, la pobreza… pero por encima de las altas tareas que la Historia pueda encomendar al hombre, su quehacer fundamental y transhistórico es y será siempre: qué hacer y cómo hacer para llegar a ser dueño de su propia mente, de sí mismo. Dicho de otro modo: qué hacer para que la mente sólo sea fuente de bendición”

A continuación en el apartado Unos amigos para el camino, anuncia que en el capítulo III desarrollará ampliamente “tareas” para ello, anticipando aquí cuatro puntos, o pilares:

1.     Salvarse a sí mismo
2.     Despertar
3.     Paciencia
4.     Poder mental
Mi intención es ahora, es “subrayar” lo que sigue desde la página 19 hasta la 36, sin mayores comentarios, pues como terminaba la entrada, no soy yo nadie para decirle a otro lo que tiene que hacer. Muestro simplemente por donde se puede ir, según la guía que el P. Ignacio Larrañaga muestra en este libro, los pasos los tiene que dar el que busca. Imagínate que estás en tu ciudad y viene un turista que te pregunta por donde se va a la catedral. Se lo explicas  y el turista se sienta en el banco que está próximo. ¿Llegará así a la catedral?
Dicho lo dicho, comenzamos con rotulador fluorescente a subrayar el libro, sin mayores comentarios.
1.- Salvarse a sí mismo. De la página 21 a la 23: “… no se trata de salvar: esto es, una acción dinámica por la que alguien libra a otro de un peligro… Hablamos de salvarse: esfuerzo por el que uno mismo, con sus propios medios, se pone a salvo evitando caer en un peligro o saliendo de una situación mortal…. Nos referimos a ciertas iniciativas que cualquier persona puede utilizar, a modo de autoterapias, para mitigar el sufrimiento… salvarse del miedo, tristeza, angustia, vacío de la vida… Es uno mismo quien puede y debe salvarse asimismo, para adquirir de esta manera la tranquilidad de la mente y el gozo de vivir…

Cuando decimos salvarse no nos estamos refiriendo a enfermedades o disfunciones mentales… Hay personas que funcionan socialmente bien mediante mecanismos de disimulo (los enfermos no consiguen disimular) o de sentido común, pero interiormente son tristeza y dolor. Estos no son “enfermos”, no tienen síntomas patológicos; pero sufren una agonía mortal, y, con frecuencia, ni siquiera saben por qué… Sacan a relucir sus problemas matrimoniales o profesionales; pero… su problema es la sensación que tienen de que la vida se les escapa sin haber vivido… Sin poder explicárselo se sienten asediados por el vacío… sienten una desazón general y un cansancio vital…

Frente a este panorama, salvarse significa ir suprimiendo o disminuyendo las fuentes del sufrimiento, mediante ejercicios y prácticas, [que se darán más adelante en este libro]… y esta sagrada tareas nadie la hará por mí o en mi lugar… En las emergencias de la vida,… nos encontramos con el consejo de un maestro,… con un especialista,… con la veteranía y el cariño de los padres. Entre todos ellos, sin embargo no conseguirán salvarme.
Las orientaciones y consejos no tienen una eficacia salvadora automática por el hecho que provengan de un maestro experimentado… Al final no existe otro “salvador” de mí mismo que yo mismo…”

2.- Despertar. De la página 23 a la 27: “Despertar es el primer acto de la salvación. La conciencia es como una isla, de pocos kilómetros cuadrados, situada en medio de un océano de profundidades insondables y horizontes casi infinitos. Este océano se llama subconsciente”…

El hombre por lo general, es un sonámbulo que camina, se mueve… pero está dormido…a veces da la impresión de ser un títere movido por hilos misteriosos e invisibles.

Es el mar profundo del hombre, el lado irracional que, mediante mecanismos que parecerían sortilegios, lo van llevando en direcciones inesperadas… ¿Funciona todavía la libertad? Cuantas veces el hombre no entiende nada. Y sufre

Sufre porque está dormido… y dormir significa estar fuera de la objetividad… Dormir significa estar fuera de la objetividad… proyectar mundos subjetivos sobre los sucesos exteriores. Las inseguridades y temores son, por lo general, hijos de una obsesión.

… Es preciso despertar. Y despertar es salvarse; es economizar altas cuotas de sufrimiento…, es el arte de ver la naturaleza de las cosas, en uno mismo y en los demás, con objetividad, y no a través del prisma de mis deseos y temores…

Siempre que te sorprendas a ti mismo, en cualquier momento del día  o de la noche, agobiado por la angustia o el temor, piensa que estás dormido o soñando; haz una nueva evaluación de los hechos, rectifica tus juicios… Dedícate asiduamente al ejercicio de despertar. Siempre que te encuentres turbado, levanta la cabeza y sacúdela; abre los ojos y despierta. Muchas tinieblas de tu mente desaparecerán, y grandes dosis de sufrimiento desparecerán.!

3.- Paciencia. De la página 27 a la 34: “… el equipo instintivo (en los animales) los conduce certeramente por los caminos de la supervivencia. No suceda así con el hombre. Una vez nacida, la criatura humana es el ser más desvalido de la creación. Todo lo tiene que aprender…

Aprende en suma a utilizar la inteligencia, en lugar del instinto… y el uso de la inteligencia obliga al hombre a utilizar un complejo proceso de análisis,…todo lo cual involucra grandes incertidumbres e impredecibles emergencias…

Vivir es el arte de ser feliz; y ser feliz es liberarse, en mayor o menor grado, de aquella ansiedad que, de todas formas, seguirá porfiadamente los pasos humanos hasta la frontera final…

Cuando decimos paciencia, queremos significar esfuerzo, orden y dedicación en la práctica de los ejercicios de autocontrol, relajación, meditación… (que más tarde se presentarán en este libro)…

El día menos pensado, cuando crías haber dado pasos decisivos hacia la tranquilidad mental, entras inesperadamente en una fatal crisis de angustia. Cualquier día vas a sentirte hastiado de todas estas “terapias” y caminos de paz, con la aguda sensación de estar perdiendo el tiempo… No te asustes contigo mismo. ¡Despertar!: saber que las cosas son así, y aceptarlas como son, he ahí el misterio de la paciencia. En realidad estás avanzando; pero este ascender está cuajado de retrocesos, vacilaciones y altibajos. Acepta con paz esta realidad...”

4.- Poder mental. De la página 34 a la 36, final del capítulo: “Las cosas existen en la medida que existen en mi mente. Si estás profundamente dormido, nada existe para ti en ese momento. Aunque… esté ardiendo la casa de tu vecino, para ti nada sucede…

Se trata  de adquirir un poder tan omnímodo sobre mi mente, que pueda interrumpir a voluntad su funcionamiento, cuando me dé cuenta que pueda interrumpir a voluntad su funcionamiento cuando me dé cuenta de que está siendo dominada por recuerdos desabridos o memorias dolorosas…
No hay peor prisión ni más dura esclavitud que una mente ocupada obsesivamente por evocaciones quemantes y complejos torturadores. Como mayor libertad de tener a mano la llave que puede abrir y cerrar el curso de la actividad mental. Soberanía quiere decir ser el árbitro de mí mismo, de mi actitud interior….

Este es, pues, uno de los medios más poderosos de liberación. Con este fin (en este libro)  ofreceremos numerosos ejercicios para que el lector, a través de un paciente y constante entrenamiento, pueda alcanzar la capacidad de desconectar a voluntad el motor de su mente, de manera que se apaguen los fuegos y el alma se transforme en un huerto placentero.”

Y hasta aquí, mi subrayado. No sé si ha sido exhaustivo, o se ha quedado corto, o me he pasado. Tú, amigo lector/a, tal vez hubieras hecho otro; pero lo importante es ponerse a caminar. No se puede ir a la catedral, sentado en un banco del parque, por muy bien que se conozca el camino, ni subir a la Peña de Francia, mirando, aunque sea con todos los detalles, el plano del sendero. Es necesario, armase de bastón, buenas botas de montaña, mochila con el agua y, si puede ser una tortilla, con pan, chorizo, lomo, jamón y esto es lo importante: ponerse a caminar por la empinada cuesta. Lo otro tal vez sea accesorio. Hay quien ha subido descalzo, cumpliendo una “manda” a la Virgen de la Peña.
Y ya está. Seamos como Ulises, en el camino hacia Ítaca. Tapémonos los oídos ante los cantos de sirena y sorteando los peligros vayamos a la conquista de la felicidad. Yo el primero. Me está gustando el libro y este primer capítulo ya lo he releído; pero tengo que seguir. Con paciencia y despertando de las anestesias, que nos impone la vida de ahora, que son muchas. No vaya a ser que sabiendo donde está la “perla preciosa”, nos contentemos con las de bisutería.
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