lunes, 31 de diciembre de 2018


La paradoja

Donde aparece la paradoja, muere el sistema y aparece la vida
Ciorán
 
Fotografía de Fructuoso Mangas Ramos

En este día del año, se me ha ocurrido escribir, y la primera tentación ha sido escribir “el balance del año 2018, con la gratitud de las gracias recibidas, bla, bla, bla…”; pero tras una breve reflexión he pensado en darle otro enfoque a “esta entradilla” y lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido en pensar en la paradoja año nuevo-año viejo. No hay tal, ni año nuevo, ni año viejo. Sólo el tiempo que fluye, y nosotros, viajando a través de él, sobre la superficie consciente de un inmenso iceberg, que se sumerge en el inconsciente personal y colectivo, cual océano tenebroso, donde habitan inmersos, monstruos, apenas conocidos ni vislumbrados por nuestra mente consciente. Todo esto me viene a la cabeza, porque siempre me ha gustado leer a C. G. Jung y últimamente estoy leyendo un librito, bastante sencillo; pero que resume muy bien su pensamiento. Se titula “C. G. Jung y la tradición hermética” de Alejandro Arocha Herrera, editado por la Universidad Pontificia de Salamanca y tengo la suerte de tener varios libros del propio Jung y de autores jungianos, por lo que puedo ir a alguno de ellos, a los que hace referencia. Así por ejemplo, ayer leía en el libro antes mencionado: “Tomar conciencia de la sombra es trabajo hercúleo, ya que implica “reconocer los aspectos oscuros de la personalidad como realmente existentes, acto que es la base inevitable de toda clase de autoconocimiento y que suele encontrar por tanto una considerable resistencia(.pág. 13 vol. 9/2  Obras completas de Jung Ed. Trota) Además, aunque accedamos a esta franja personal de la sombra, siempre queda su lado inconsciente y aún más sombrío. De esta cara de la sombra dice Jung: “entra dentro de lo posible que se reconozca la maldad relativa de la propia naturaleza, mientras que mirar cara a cara a la maldad absoluta supone una experiencia tan infrecuente como perturbadora (Pág. 16 o.c.)” Sencillamente impresionante.
Ayer en la homilía de la misa del domingo de la Sagrada Familia, como si de una sincronicidad se tratara, el sacerdote remarcó esta idea, desde otro punto de vista, diciéndonos: ¿quién somos nosotros para juzgar a nadie, ni a nuestros hijos, ni a nuestros amigos, ni a los “vivalavirgen”, ni a los “beatos”?. Nos llevaríamos grandes sorpresas, si descubriéramos la realidad.
El año ha pasado, mejor dicho el tiempo ha pasado y me doy cuenta, de cómo a veces he dado muchas cosas por supuesto y no es eso, no es eso… la vida que fluye, no es la vida real. La vida real es paradójica, no hay orden ni hay desorden, sólo dos aspectos de una misma realidad, con más o menos entropía, como estoy leyendo en otro interesante libro: “La paradoja Orden-desorden” de otro analista junguiano, de formación científica y experto en termodinámica: Nathan Schwartz Salant, editorial Obelisco. Y ya está, si sigo os aburro y bueno, feliz tiempo nuevo, si por tiempo nuevo consideramos lo que suceda a partir de ahora, y bueno, si queréis también feliz año 2019, no pasa nada por decirlo, ni bueno ni malo.

domingo, 16 de diciembre de 2018


Cofradía del Santísimo de
La Alberca (Salamanca)
Sumario
Pedro Becerro, os saluda y felicita, transcribe la conversación con D. Miguel, que a su vez hace una reflexión sobre la Virgen María y Pedro también reflexiona sobre la Eucaristía, a partir, del libro “Jesús y el alma de los Evangelios
Isidrito, nos insinúa que el Niño Jesús pudo haber nacido en La Alberca
Isaura Díaz de Figueiredo, nos deleita con un cuento de Navidad
Fructuoso Mangas, nos señala 25 pasos 25, para hacer la Navidad

Saludo y felicitación

A todos los cofrades, a todos los albercanos y albercanas, y a cuantos lean este sencillo boletín les deseo, en nombre propio y de la cofradía del Santísimo, unas muy felices fiestas navideñas, teniendo en cuenta que la Navidad, no es algo mágico que surge por generación espontánea en el mes de Diciembre, sino que hay que hacerla todos los días del año. Es nada más y nada menos, Cristo que se hace uno de nosotros  y nos da su ejemplo. Lo que hacemos a uno de los pequeños, pobres, hambrientos, emigrantes… se lo hacemos a él.

Tal vez estos días tengamos una inflación de información relacionada con el Adviento y Navidad. Eso es bueno; pero no basta. Así por ejemplo, José Ramón Flecha Andrés nos dice en el primer domingo de Adviento:
En el evangelio que  hoy se proclama (Lc 21,25-28.34-36) Jesús anuncia que un día los astros temblarán. Con ello se insinúa que es inútil depositar la confianza en lo que parece más estable en todo el universo. Es evidente que el verdadero creyente no puede atribuir a las cosas creadas un valor absoluto y definitivo.
Es muy interesante la observación de los sentimientos humanos que el texto revela. Ante el temblor de los astros, es decir, de lo que se considera más firme, la reacción espontánea es el temor: “Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros temblarán”.
Sin embargo, ante ese sentimiento, el evangelio contrapone una actitud de confianza: “Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”. Con todo, es verdad que la confianza requiere vigilancia y ascetismo. No dejarse embotar por el vicio,  mantenerse despiertos y pedir a Dios la fuerza necesaria.

Así pues, con esta esperanza confiada, pogámonos en camino, como hace mucha gente buena, que hacen voluntariado en muchas O.N.G, católicas o no, mitigando el sufrimiento, digo mitigando, no solucionando, pues es el sufrimiento es mucho y no termina, por desgracia. Asi por ejemplo, hoy Jueves, 6 de Diciembre, cuando escribo estas notas, leo en el semanario Alfa y Omega: “Madrid lleva a cabo el IX Recuento Nocturno de personas sin hogar, iniciativa que ya se ha extendido a otras ciudades… con el fin de conocer la situación de [los sin techo, para buscar estrategias]…contra el sinhogarismo”, y así cantidad de iniciativas, o bien y quizá esto sea lo más importante, vivamos de acuerdo con las enseñanzas evangélicas, la “Buena Nueva”, que nos trajo Jesús, en una aldea perdida de Palestina, hace más de dos mil años y es lo que ahora celebramos

Hagamos un sincero examen de conciencia y veamos si estamos haciendo la Navidad o sólo participamos del “folclore”, que generan estas fiestas.Seguir leyendo



lunes, 10 de diciembre de 2018


Hoy se cumplen 50 años del fallecimiento de Thomas Merton

Señor Dios de esta gran noche. ¿Puedes ver los bosques? ¿Puedes oír el rumor de su soledad? ¿Puedes percibir su secreto? ¿Puedes recordar su soledad? ¿Puedes observar como mi alma está empezando a fundirse con mi interior como si fuera cera?
Thomas Merton en “Diálogos con el silencio”


Siempre digo: Voy a releer a Merton, pero ¿Cuándo empiezo? “Mañana”, como el famoso poema de Lope de Vega, “para lo mismo repetir mañana”. Y así va pasando la vida, ya demasiados años, desde aquellos años de Milicias Universitarias, que leía "la Montaña de los siete círculos", coincidiendo con la llegada del hombre a la luna. Siempre pensando “Voy a releer a Merton”. Bien es verdad, que después de “La Montaña de los siete círculos” no se editó casi ningún libro de él, hasta ya los ochenta y noventa, en que cayó en mis manos “Nuevas semillas de  contemplación”, que disfruté leyendo, pensando también en releerlo.  También disfruté con un libro de Fernando Beltrán Llavador, titulado “La contemplación en la acción”, incluso llegué a escribirle a la editorial, felicitando al autor. Y poco más puedo decir, ahora que está de moda, lo del “Minfulness”, y resulta que es más viejo que la pana. Estos autores místicos, como Santa Teresa, Juan de la Cruz, Taulero, el maestro Eckart... nos abrieron el camino, que ahora se ha cegado con la vida que traemos entre manos ocupadas por móviles y la frialdad de los WhatsApp y ya está… dejo de escribir, pensando en que tengo, por lo menos cinco libros de Merton o que tratan de él, pendientes de leer. Debo empezar ahora, porque si digo mañana, volveré a decir mañana, “mañana”.
Quiero terminar, con mi  humilde homenaje desde este sencillo blog. Hace unos pocos años, publiqué un vídeo sobre la oración por la paz de Thomas Merton en el congreso de Estados Unidos. Podéis verlo y orarlo Aquí

jueves, 29 de noviembre de 2018


Deja todo y sígueme (y 3)

Conviene recordar la idea del reino, donde Jesús presenta una serie de valores destinados como alternativa a la sabiduría convencional. La vieja fórmula no funciona. Conduce al predominio, agresividad, opresión y violencia, tanto en el escenario doméstico como en el internacional.
Thomas Moore, página 172 del libro que comentamos


No es fácil escribir sobre este tema, ya que no es una vivencia que sea muy frecuente. “El que me la hace me la paga” o “Se va a enterar” o tal vez  “¿Quién se ha creído que es?”, “¡Que cara de tonto se le quedó cuando se lo dije!...”, etc… estas son frases que solemos emplear con demasiada frecuencia y por eso me sonrojo, si pretendo “dar consejos que para mi no tengo” y por eso he estado a punto de saltar estas siete páginas del capítulo 8.
Pero también está la cara de la moneda, con el ejemplo que nos han dado y nos están dando los cristianos perseguidos en oriente por los fanáticos y sin ir mas lejos, el otro día me encontré con una buena persona, ya octogenaria, a la cual unos timadores, desde un país lejano, le sacaron, mediante una llamada telefónica, con el cuento de que un sobrino suyo había tenido un accidente, 2000 euros y ella me dijo que se había llevado mucho disgusto; pero que los perdonaba y lo que es más importante, rezaría por ellos. “Unidos en oración” es su lema, unidos tanto enemigos como amigos. ¿No es ese el Cuerpo místico de Cristo?; pero como dice el autor en la misma página “El yo moderno teme al otro. Quizá la otra persona posee algo que yo deseo, o vive de una forma que no comprendo. Incluso los seguidores contemporáneos de Jesús no consiguen (no conseguimos) escapar a la paranoia y no respetan las percepciones espirituales del otro” y más adelante: “La palabra “ágape”… trasmite un sentimiento comunitario de conexión,  que Pablo describe como desinteresado y que es lo opuesto al narcisismo.
Las palabras de Jesús indican asimismo que la idea no consiste en crear una comunidad de personas que se caen bien y se comprenden mutuamente, sino otro tipo de comunidad, una comunidad en que las personas no se comprenden, no viven de forma parecida y, en el mejor de los casos, se esfuerzan en amarse unos a otros
Yo poco más puedo añadir. Prefiero que cada uno saque sus propias conclusiones, sin olvidar el mandato de Jesús: “Sed misericordiosos como Misericordioso en vuestro Padre” y para ayudarnos en esta meditación, me he molestado en poner las siete páginas de este apartado del capitulo ocho a continuación, que os invito a leer aquí


domingo, 11 de noviembre de 2018


Deja todo y  sígueme (dice Jesús) (2)

La religión es una actitud de respeto hacia los misterios que están más allá de nuestra comprensión, de nuestro control y de nuestros deseos. Es un puente entre lo misterioso y lo conocido, entre lo que podemos alcanzar por nuestros propios medios y lo que requiere una ayuda superior a nuestras capacidades.
Thomas Moore, en “Jesús y el alma de los evangelios” Pág. 164
 
Imagen de internet

Voy a intentar extraer las ideas principales de las páginas que faltan del capítulo octavo: Teniendo en cuenta que Jesús era un hombre verdaderamente religioso, que hacía que fuera hijo de Dios e hijo de hombre, o tal vez por esto era religioso y que todo comienza, por el bautismo en el Jordán; pues el bautismo, más allá del rito, es “punto de inflexión en la vida, cuando uno accede a estar vivo y sumergirse en el río de su existencia…  [y ya] No seguirás a la multitud inconscientemente ni vivirás la vida a través de quienes te rodean. Serás un ser juicioso y atrevido y un participante activo”.
El rio Jordán y el huerto de Getsemaní señalan esos dos polo en el arco de la biografía de Jesús”. Es decir, con la ayuda del Padre, su yo fortalecido, lleva a cabo su misión terrenal y es capaz de soportar los sufrimientos, atroces hasta sudar sangre, en la noche de Getsemaní. Para ello necesitaba estar despierto, no como sus discípulos, que cayeron en el sueño, pues no habían llegado a esa doble condición. “Jesús abraza la vida y nos anima a todos a hacer lo propio. Se sumerge al mismo tiempo en la debilidad humana y en la posibilidad humana, en el tormento de ser una persona y en visionario resplandor de ser un hijo de Dios.
Llegado a este punto del capítulo, el autor, hace una reflexión sobre nuestro “huerto particular de los olivos”, poniéndose como ejemplo en una grave dolencia cardíaca, que descubrió cuando estaba escribiendo este libro. Confiesa que procura poner el corazón en todo lo que hace, en sus conferencias, sus libros... no en vano su formación católica le recuerda al “Sagrado Corazón”.


Afirma en la página 167: “Vivir desde el corazón requiere cierta dureza e inteligencia, y si interpretamos el elevado índice de trastornos cardíacos en el mundo moderno como un problema del corazón emocional y de sus relaciones con los demás, reconoceremos que no somos capaces de vivir con la suficiente y sincera compasión” y en la página siguiente: “Yo trato de mantener un diálogo entre mi corazón y mi mente, y siempre aspiro a alcanzar la inteligencia en cuestiones del espíritu”.
El autor también afirma que no es fácil, desde nuestra humana naturaleza, seguir la filosofía de Jesús en el huerto. Solemos pedir, “hágase tu voluntad” y un amigo me decía, en plan jocoso “pero si puede ser, que tu voluntad coincida con la mía”.
 Y antes de terminar copio el último párrafo  de la página 169: “Todos tenemos nuestro huerto de los olivos de desesperación. La clave consiste en comprender que en esos momentos la vida encuentra su razón de ser. No es el momento de car en la inconsciencia. En realidad, el huerto de la desesperación es una porción de felicidad, que no debemos evitar ni rechazar”. Es enfrentarnos a nuestro sufrimiento, teniendo la certeza de nuestra resurrección posterior. Digo yo.
Queda todavía un apartado de seis páginas de este capítulo, titulado “El yo trasparente”, dedicada al mandato de Jesús, “amar a los enemigos”, como pienso que es un tema lo suficientemente importante, prefiero dedicarle una próxima entrada y terminar aquí esta.