sábado, 31 de octubre de 2015

VOCATVS ATQVE NON VOCATVS DEVS ADERIT
Traducido al castellano, significa algo así como: “se le llame o no se le llame, Dios estará presente”. C. G. Jung lo tenía escrito en su casa de Küsnacht y la tomó de una edición original que poseía del libro de Erasmo, Collectaneas adagiorum. En él se recogían proverbios clásicos y, entre ellos, se encontraba esta frase, que procedía del oráculo de Delfos, en una respuesta que había dado a los espartanos con ocasión de la Guerra del Peloponeso.



Este comentario lo he tomado del blog, cuyo enlace pongo a continuación:
Hoy día, quieren que vivamos como si lo escrito arriba, que da título a la entrada de este modesto blog, no fuera una realidad; pero a pesar de los que piensan y quieran que lo creamos. DEUS ADERIT.


He pasado hoy el día, no por voluntad, sino por acompañar a unos familiares en un templo de los tiempos que vivimos: en un “megacentrocomercial”. Se vende de todo, “barato” (caro porque compras  cosas que no necesitas), se come rápido y mal, “cosas de fuera” (¡Ah!… la dieta mediterránea, cuanto la echamos de menos, los que la hemos conocido…), reclamos en Inglés, como si nuestra lengua no existiera y no nos entendiéramos con ella…y esa es la religión de hoy… ¡Qué pena!; pero a pesar de todo DEUS ADERIT. Yo no acierto a explicarlo; pero al llegar a casa, me he encontrado con el correo del sacerdote Fructuoso Mangas, que lo explica muy bien. Y como lo explica muy bien. Hay que leerlo muy bien y si es necesario, más de una vez y como dice él, alto y claro:
 Ahí os va:
¿Dios?, si, gracias

En los buscadores de Internet Dios, como palabra, tiene alrededor de 300 millones de entradas, que ya son entradas aunque ya se sabe lo relativos que son estos números. Y hoy al llegar al artículo nº 100 en este espacio de Salamancartv, lo elijo como tema de mi reflexión. De todas formas, desde que tenemos memoria Dios, en tantas y tantas de sus presentaciones, ha sido levantado en alto por miles y miles de generaciones y otras tantas lo han dado por muerto y liquidado. Y por enésima vez, qué pasa hoy: ¿está vivo o sigue muerto?

Sigue valiendo la pintada callejera recogida por E. Galeano: Marx ha muerto, Dios ha muerto... y yo me encuentro muy malito.  Está ya muy gastada por tanto uso pero sigue valiendo su ironía para ahorrarme unos cuantos párrafos. Porque pienso que Él, a pesar de su presunta muerte y de mis olvidos ciertos, sigue gozando de una salud envidiable.  Y ha estado siempre ahí  aunque demasiadas veces hemos echado sobre él velos de silencio y capas de olvido que lo han hecho parecer inexistente. Y por lo tanto inútil. Aunque lo de inútil puede decirlo de Él también el teólogo más fino. Quizás por esa supuesta, nunca mejor dicho, inutilidad nos cuesta poco dejarlo groseramente a un lado como si no existiera. Torpes e insensatos…
Y de hecho basta observar por encima nuestra sociedad para descubrir que por dejación o por descuido, bajo la presión de los trabajos y los ahogos o en medio de los gozos y quehaceres de la vida la mayoría de los  ciudadanos lo han relegado a la cuneta de su mundo. Sin darse cuenta han doblado la esquina y no volverán a encontrarse con Dios. Recuerdo el estremecedor poema de Cavafis, aquel que empieza y termina confesando Sin darme cuenta en torno mío han levantado altas murallas… y sin darme cuenta me tapiaron la vida. Y yendo más allá, o más acá, mirándome, pienso en no pocos que creen en Dios y lo afirman y lo adoran y lo invocan… para acabar viviendo como si Dios no existiera.

A pesar de todo la pregunta por la vida y su sentido sigue en pie como primigenia pregunta por Dios; la formulaba Borges, en unos versos certeros como tantas cosas suyas: ¿Qué arco habrá arrojado esta saeta / que soy? / ¿Qué cumbre puede ser la meta?  Da la impresión de que sin Dios, la vida es un sindiós, sin sospechar de qué fuerza vengo y a qué cima asciendo. O de otra manera y siguiendo al mismo autor: Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza?
Bien, ahí estamos. Lo que sigue pretende ser un mínimo y respetuoso alegato en favor de Dios vivo, del Dios de Jesucristo. No es un dictamen, sino una elección entre inteligente y amorosa, entre crítica y rendida. O ambas cosas
Desde mi extrema debilidad confieso a Dios, seno y espacio donde nacen y se mueven mis días; raíz de todos los orígenes y fuente de todos los principios; Dios, alma y aliento de todos los pasos y pasiones; término de todos los caminos y definitivo remanso de cuanto vive y crece. Dios, siempre.
Dios, siempre más grande, siempre más acá y más allá, siempre más cerca y más lejos, siempre más semejante y más diferente, siempre más encarnado y siempre más transcendente. Dios, siempre.
Dios del este y el oeste, del sur y hasta del norte. Dios rubio y moreno, inaccesible y fácil, negro y blanco, alto y bajito, varón y mujer, legal e ilegal, afirmado y negado, oculto y revelado... Dios, siempre.
No un Dios arma, azucarillo y placebo y sí un Dios raíz, razón y horizonte; no un dios desconocido y sin rostro sino un Dios revelado y con perfil; no un dios sin voz ni voto sino un Dios presente, que opina y vota; no un dios sin nombre ni verbo ni adjetivo y sí un Dios que se ha puesto nombre y apellidos; no un dios que es múltiple y vario, todo y nada sino un Dios personal, trinitario y con identidad contrastada; no un dios anónimo, afónico y anodino y sí un Dios lleno de nombres, hecho voz y conocedor de todos los caminos. No describo, sino creo y afirmo.
Y como aguja de marear para no perder el horizonte de Dios estos cuatro puntos cardinales que, entre otros mil, me tomo prestados como pequeño equipaje final:
*  Mira y escucha: El mundo es ruidoso y mudo, poetas, sólo Dios habla.   A. Machado Proverbios y Cantares
 *  Él va conmigo: Sepan en todo caso que Él, mientras navegamos, nos observa.  Juan José Millás. El País, 19 enero 2001
*  Transcendiéndolo todo: Por detrás, por detrás, más allá. Pedro Salinas. La voz a ti debida
*  Véante mis ojos: Para ver a Dios hay que cerrar los ojos o recibir de él unos ojos nuevos. O. González de Cardedal  La Entraña del cristianismo                                                    
Y si alguien quiere seguir este rastro le invito a entrar en la vieja web que subí hace años a la red, le sorprenderá: www.alrostrodedios.com
Y acabado el espacio disponible, me felicito y confieso que, como mejor puedo, miro, escucho, me siento acompañado, me alzo de puntillas y, sabiéndome indigno de tanto don, deseo ver su Rostro… ¡Ay si pudiera!
Fructuoso Mangas
Sacerdote diocesano





viernes, 16 de octubre de 2015



Cofradía del Santísimo de
 La Alberca (Salamanca)
Ante un nuevo curso

Boletín nº 13 – 17 de octubre de 2015
Sumario:
Presentación
Aprended de mí
Santa Teresa, maestra de oración
Thomas Merton, primer centenario
Mes del rosario
Revista Vida nueva
Ripios de I.Barcala


Presentación

En primer lugar, desde estas sencillas páginas quiero felicitar, en nombre de la cofradía a José Mari (podéis verlo en contraportada) por su reciente boda con la sin par Laura. Que el Señor les colme de bendiciones y que les de larga vida. Al mismo tiempo quiero también unirme en el dolor a la familia de Rafa, cuñado de nuestro hermano cofrade Ángel Machado, fallecido en accidente de circulación. Que el Señor lo tenga junto a él.
No pensaba yo hacer el boletín hasta Navidad; pero nuestro paisano, el carmelita Francisco Puerto, me ha animado, enviándome una revista para tener información sobre el gran místico del siglo XX, Thomas Merton, cuyo primer centenario de su nacimiento celebramos este año. Agradezco personalmente ese gesto y pensamos, como dice el refrán, que  “por mucho trigo, nunca es mal año”.
 También despedimos el V centenario de Santa Teresa, aunque con un poco de nostalgia; pero poco importa, pues es una santa de “casa”, como también es de casa nuestro hermano cofrade Ramón Domínguez scj, que nos deleita con dos artículos, uno para orar ante el Santísimo y otro para aprender a orar de Santa Teresa. “Isidrito” también nos obsequia con unos ripios muy sabrosos.
Curiosamente la revista enviada por el P. Francisco,  el número de setiembre de 2015, poco dice de Thomas Merton; pero si de la crisis de refugiados en Europa y de las mujeres en la Iglesia, en un suplemento especial. Haré una breve reseña en este sencillo boletín.
Y poco más, (y poco menos) cabe decir: El curso, que hemos comenzado después de la Virgen de la Asunción, nos ha de servir para vivir la fe en su dimensión más profunda y teniendo la suerte de estar en contacto con la Eucaristía, más todavía. Si comprendiéramos lo que ese misterio significa, todo lo que sigue sobraría. La vida cobraría un sentido nuevo, renovado, y completo
Esto nos hace reflexionar sobre lo que está pasando en Europa, con los refugiados procedentes de Siria. El Señor nos dice: “Lo que hagáis a uno de ellos, me lo hacéis a mí”.
Pedro B. Cereceda

Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón (Mt 11, 29)
Invitatorio
“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11,28-29).
Acojamos la invitación de Cristo, que nos quiere mansos y humildes de corazón. Su camino es nuestro camino. Con todos nuestros hermanos cristianos, nos sentimos conducidos a seguir las huellas de Cristo, para llegar a la santidad.
Invocación
Te damos gracias, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los inteligentes y las has revelado a los pequeños.
Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Junto a tu Hijo, pobre y disponible nos abandonamos a tu beneplácito para que nos inscribas en el número de tus pobres y en la felicidad de tu Reino.
Abbá-Padre, danos labios de niño para invocar con verdad tu nombre. Haz manso y humilde nuestro corazón para que todo aquello que pueda ser para nosotros una ganancia, lo consideremos una pérdida frente al sublime conocimiento de Cristo, nuestro Señor, por quien queremos dejar perder todas estas cosas, considerándolas como basura a fin de encontrarnos con Él.
Concédenos conocer a Cristo, la fuerza de su resurrección, la participación en sus sufrimientos, con la esperanza de alcanzar la resurrección.
Mantennos en el seguimiento de Cristo, firmes en Él, tal como hemos aprendido.
Con un servicio humilde a nuestros hermanos, queremos llevar el dulce yugo de la Palabra, para que todos te bendigan, Padre y Señor del cielo y de la tierra, y a tu Hijo, único Salvador. Amén.
Textos para la reflexión y la oración durante el silencio de la adoración
Mt 11, 25-30: “Aprended de mí”.
1 Cor 1, 17-31: “Dios ha escogido lo débil”.
Sal 131 (130): “Como niño en brazos de su madre”.

Peticiones
El momento privilegiado de nuestra vocación es la celebración del memorial de la muerte y resurrección del Señor Jesús. Pedimos hacernos semejantes a Jesús en su oblación al Padre. Decimos:
Reaviva nuestra fe, Señor Jesús.
— Señor Jesús, en la Eucaristía nos llamas a saborear el don de tu Cuerpo. Haz que nos unamos a la oblación perfecta que presentas al Padre. Oremos.
— Nos llamas a participar en este sacrificio de la nueva Alianza. Haznos vivir en comunión y envíanos al mundo al servicio del Evangelio. Oremos.
— En tu amor al Padre y a los hombres te has entregado a la muerte por nosotros. Acoge el sacrificio espiritual de nuestra vida como humilde respuesta de amor. Oremos.
— Nos llamas a ser “uno” en la Iglesia, para que el mundo crea. Haznos testimonios y promotores de la comunión entre los hombres, intérpretes de la caridad para con los hermanos. Oremos.
Oración
Señor Jesús, manso y humilde de corazón, une el ardor de tu generosa caridad con nuestra oblación de amor, para que la voluntad del Padre se cumpla en la tierra como en el cielo, y la humanidad sea un día recapitulada en ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


TERESA, MAESTRA DE ORACIÓN
“Comenzóme su Majestad a hacer tantas mercedes en  estos principios, que al fin de este tiempo que estuve aquí (…), comenzó el Señor a regalarme tanto por este camino, que me hacía merced de darme oración de quietud, y alguna vez llegaba a unión, aunque yo no entendía qué era lo uno ni lo otro, y lo mucho que era de preciar, que creo me fuera gran bien entenderlo” (V 4,7).
 “Este modo de rezar, aunque sea vocalmente, con mucha más brevedad se recoge el entendimiento, y es oración que trae consigo muchos bienes” (CV 28,4).
Teresa de Jesús es en la Iglesia maestra de oración. Esto se debe a su originalidad y su aportación a la teología espiritual, más en concreto, a la oración y su práctica. A partir de sus escritos nos da una visión diferente de la oración. Las ideas que Teresa lanzó sobre la oración se han hecho patrimonio de toda la Iglesia.
Sus escritos son un tesoro inagotable de experiencia de Dios, de sabiduría. Aquellas personas que quieran hacer una experiencia fuerte de oración tendrán que acudir a ella, como maestra de oración que es; y a sus escritos, donde se encuentra su doctrina y vivencia personal.
Teresa se nos presenta como maestra en la experiencia de encuentro con Dios, ya que en ella tenemos un modelo para nuestra vida de oración. Ella, tras una penosa rutina en la oración, descubre en Dios fuerza y aliento para ella. Pero sobre todo, a lo largo de su vida lucha para tener una experiencia fuerte de Dios a través de la oración. Por su búsqueda inquieta, Dios la hace merecer de grandes dones. Teresa descubre en la oración un camino por el que relacionarse y conocer a Dios. Ella en la oración ama y se deja amar, descubre y se deja descubrir por Dios, conoce y se deja conocer. En Teresa tenemos una gran maestra en la oración.
Ella es modelo y maestra de oración, porque nos transmite una experiencia (vivida fuertemente) de oración. Esto es lo que nos transmite en sus escritos. Pero ella no es una maestra teórica o reflexiva, sino que escribe lo que siente, lo que vive en su oración y todo para que sirva de ayuda a otras personas que se adentran en el camino de la oración.
Nuestra tarea, además de invitación, es descubrir a Teresa como maestra de oración. Por medio de sus escritos nos adentraremos en un tema tan apasionante como misterioso, que es la oración. A través de su mano iremos descubriendo qué es la oración, sus diferentes grados y tipos, cuál es la dinámica del amor que nos propone, cómo conocer a Dios en la oración y cómo relacionarnos y participar de Él. Todo ello, para llegar a una unión más profunda con Dios (a la que todos estamos llamados).
Teresa nos ofrece su experiencia. Nos la regala para que nos sirva de camino, de guía. Ella nos acompañará y nos guiará. Pero somos nosotros los protagonistas en iniciar este camino en la oración. Nadie recorrerá la senda por nosotros. Debemos ser nosotros los que tomemos la iniciativa. Dios, seguro, que no nos dejará solos, sino que se hará más presente en nuestra vida.
Los escritos de Teresa son de una riqueza profunda y nos servirán de ayuda en el camino de la oración. Que a través de ellos descubramos el rostro de Dios, de un Dios cercano y misericordioso.
 “Y no piense que cuando tuviera mucho tiempo tuviera más oración… En un momento da Dios más, hartas veces, que con mucho tiempo; que no se miden sus obras por los tiempos”
 (Cta nº 167, 16. 02.01.1577).
“No es el largo tiempo el que aprovecha el alma en la oración” (F 5,17). “…Tratad con Él como padre y como hermano y como con Señor y como Esposo; a veces de una manera, a veces de otra, que Él os enseñará lo que habéis de hacer para contentarle” (CV 28,3).
P. Ramón Domínguez, scj.

Primer centenario de Thomas Merton
1.   Thomas Merton y la Eucaristía
En estas pocas líneas poco se puede decir, sobre la relación de Merton con el Santísimo sacramento. Voy simplemente a copiar un párrafo de su libro “Tiempos de celebración” (ED. Sal Terrae): “Los que ofrecemos el Santo Sacrificio y recibimos en nuestros corazones el Cuerpo y la Sangre del Salvador construimos el reino de los cielos en la tierra y en la historia. Sigue siendo un cielo poseído sólo en la tiniebla de fe y esperanza, pero el amor con que Jesús nos une a sí mismo nos da una profunda y dulce certidumbre experiencial de la unión de nuestras vidas con la suya y de unos con otros con Él. (pág. 134)

2.   Merton es citado por Francisco I en su reciente viaje a Estados Unidos, en el discurso ante el Congreso
En Laudato si’, aliento el esfuerzo valiente y responsable para «reorientar el rumbo» (N. 61) y para evitar las más grandes consecuencias que surgen del degrado ambiental provocado por la actividad humana. Estoy convencido de que podemos marcar la diferencia y no tengo alguna duda de que los Estados Unidos –y este Congreso– están llamados a tener un papel importante. Ahora es el tiempo de acciones valientes y de estrategias para implementar una «cultura del cuidado» (ibíd., 231) y una «aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza» (ibíd., 139). La libertad humana es capaz de limitar la técnica (cf. ibíd., 112); de interpelar «nuestra inteligencia para reconocer cómo deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder» (ibíd., 78); de poner la técnica al «servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral» (ibíd., 112). Sé y confío que sus excelentes instituciones académicas y de investigación pueden hacer una contribución vital en los próximos años.
Un siglo atrás, al inicio de la Gran Guerra, «masacre inútil», en palabras del Papa Benedicto XV, nace otro gran norteamericano, el monje cisterciense Thomas Merton. Él sigue siendo fuente de inspiración espiritual y guía para muchos. En su autobiografía escribió: «Aunque libre por naturaleza y a imagen de Dios, con todo, y a imagen del mundo al cual había venido, también fui prisionero de mi propia violencia y egoísmo. El mundo era trasunto del infierno, abarrotado de hombres como yo, que le amaban y también le aborrecían. Habían nacido para amarle y, sin embargo, vivían con temor y ansias desesperadas y enfrentadas». Merton fue sobre todo un hombre de oración, un pensador que desafió las certezas de su tiempo y abrió horizontes nuevos para las almas y para la Iglesia; fue también un hombre de diálogo, un promotor de la paz entre pueblos y religiones.
En tal perspectiva de diálogo, deseo reconocer los esfuerzos que se han realizado en los últimos meses y que ayudan a superar las históricas diferencias ligadas a dolorosos episodios del pasado. Es mi deber construir puentes y ayudar lo más posible a que todos los hombres y mujeres puedan hacerlo. Cuando países que han estado en conflicto retoman el camino del diálogo, que podría haber estado interrumpido por motivos legítimos, se abren nuevos horizontes para todos. Esto ha requerido y requiere coraje, audacia, lo cual no significa falta de responsabilidad. Un buen político es aquel que, teniendo en mente los intereses de todos, toma el momento con un espíritu abierto y pragmático. Un buen político opta siempre por generar procesos más que por ocupar espacios (cf. Evangelii gaudium, 222-223).
Igualmente, ser un agente de diálogo y de paz significa estar verdaderamente determinado a atenuar y, en último término, a acabar con los muchos conflictos armados que afligen nuestro mundo. Y sobre esto hemos de ponernos un interrogante: ¿por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas.
Tres hijos y una hija de esta tierra, cuatro personas, cuatro sueños: Abraham Lincoln, la libertad; Martin Luther King, una libertad que se vive en la pluralidad y la no exclusión; Dorothy Day, la justicia social y los derechos de las personas; y Thomas Merton, la capacidad de diálogo y la apertura a Dios.
Cuatro representantes del pueblo norteamericano.
Terminaré mi visita a su País en Filadelfia, donde participaré en el Encuentro Mundial de las Familias. He querido que en todo este Viaje Apostólico la familia fuese un tema recurrente. Cuán fundamental ha sido la familia en la construcción de este País. Y cuán digna sigue siendo de nuestro apoyo y aliento. No puedo esconder mi preocupación por la familia, que está amenazada, quizás como nunca, desde el interior y desde el exterior. Las relaciones fundamentales son puestas en duda, como el mismo fundamento del matrimonio y de la familia. No puedo más que confirmar no sólo la importancia, sino por sobre todo, la riqueza y la belleza de vivir en familia.
De modo particular quisiera llamar su atención sobre aquellos componentes de la familia que parecen ser los más vulnerables, es decir, los jóvenes. Muchos tienen delante un futuro lleno de innumerables posibilidades, muchos otros parecen desorientados y sin sentido, prisioneros en un laberinto de violencia, de abuso y desesperación. Sus problemas son nuestros problemas. No nos es posible eludirlos. Hay que afrontarlos juntos, hablar y buscar soluciones más allá del simple tratamiento nominal de las cuestiones. Aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que empuja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de oportunidades de futuro. Sin embargo, esa misma cultura concede a muchos otros, por el contrario, tantas oportunidades, que también ellos se ven disuadidos de formar una familia.
Una Nación es considerada grande cuando defiende la libertad, como hizo Abraham Lincoln; cuando genera una cultura que permita a sus hombres «soñar» con plenitud de derechos para sus hermanos y hermanas, como intentó hacer Martin Luther King; cuando lucha por la justicia y la causa de los oprimidos, como hizo Dorothy Day en su incesante trabajo; siendo fruto de una fe que se hace diálogo y siembra paz, al estilo contemplativo de Merton.
Me he animado a esbozar algunas de las riquezas de su patrimonio cultural, del alma de su pueblo. Me gustaría que esta alma siga tomando forma y crezca, para que los jóvenes puedan heredar y vivir en una tierra que ha permitido a muchos soñar. Que Dios bendiga a América.
3.   Algunas oraciones de Thomas Merton
“Dios llama a los seres humanos a su unión con Él y entre ellos en Cristo, en la iglesia que es su cuerpo místico…
El hombre ha de concluir a esa llamada para vivir en paz con todos sus hermanos en Cristo”
Palabras de Thomas Merton, con ocasión de la inauguración de lo que acabaría siendo el Centro de estudios Thomas Merton,  él mismo afirmaba que todo lo que había escrito podía reducirse a esas palabras.

Esa cita y las siguientes oraciones las he tomado del libro “La contemplación en acción”, de Fernando Beltrán Llavador, profesor de la Universidad de Salamanca (Ed. San Pablo 1996). Es un libro muy recomendable, así como la mayoría de los de Thomas Merton. Yo personalmente le debo a este gran místico, que en unos momentos de incertidumbre, cayó en mis manos “La montaña de los siete círculos” y me ayudó a encontrar la luz.
El otro día compré otro libro sobre Merton:” El palacio del vacío de Thomas Merton” de James Finley (Ed. Sal Terrae) traducido también por Fernando Beltrán.
Sin embargo, no olvidemos, lo que decía nuestra Santa de Ávila, que “Dios anda entre los pucheros” y añado yo: en medio del tráfico, entre los coches y camiones, en las minas, en las escuelas e institutos, en los quirófanos, U.C.I.s de los hospitales, “In omnia locus Deus est” y ahí está la verdadera contemplación y acción. Si evitamos el narcisismo de lo que hacemos o pensamos, como nos recordaba E. M. Lozano y nos fijamos en la cita inicial de esta entrada de T. Merton, que por cierto fue un hombre de mucha acción y eso que era monje contemplativo, en la abadía cisterciense de Getsemaní  de Estados Unidos.
Otra cita, que oí hace mucho; pero que no se de quien es, dice así más o menos:” Vivamos y actuemos en el mundo; pero sin ser del mundo” y para ello nos ayuda la oración, terminando con las oraciones que cita Fernando Beltrán en el último apartado del citado libro: “Para orar con Merton”:

La devoción a María la mujer vestida de sol
“En María está perfectamente realizado todo el plan creador y redentor de Dios… Nos queda a nosotros, pues celebrar su belleza inmaculada, abrir nuestros corazones a la misma luz de verdad quela santificó, la misma gracia que la hizo grata al Altísimo, que es su creador, que es su creador igual que lo es nuestro, y que desea ver realizado en nosotros el mismo misterio inefable de luz” (Tiempos de celebración)
Abrámonos a la presencia luminosa de María bien mediante alguna oración conocida, o algún pensamiento devoto… o sencillamente repitiendo con ella en silencio “Hágase en mi según tu palabra”
Oración por la paz (fragmentos)
Leída por Merton en el Congreso norteamericano
el 12 de abril de 1962

Dios todopoderoso y misericordioso,
Padre de todos los hombres,
Creador y señor del universo,
Señor de la historia,
tus designios son inescrutables,
tu gloria es sin mancha,
tu compasión por los errores humanos no se agota,
¡Nuestra paz descansa en tu voluntad!
Concédenos prudencia en proporción a nuestro poder,
sabiduría pareja a nuestra ciencia,
humanidad en la medida
de nuestra riqueza y nuestra fuerza.
Y bendice nuestra voluntad sincera
de ayudar a todas las razas y gentes
a viajar de forma amistosa con nosotros
Por el camino de la justicia,
la libertad y la paz duraderas.
¡Oh Dios santo y misericordioso con los hombres:
Concédenos buscar la paz allí donde de verdad se encuentra!
¡En tu voluntad, Oh Dios, reside nuestra paz!
AMEN

Confía en el Señor
Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de donde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad no significa que realmente lo haga… No temeré, pues tú estás siempre y no me dejarás que haga frente sólo a mis enemigos (Pensamientos de la soledad)

Cristo vive en nosotros
“Si dejamos que Cristo resucitado viva en nosotros, entonces podremos seguir confiados, muy seguros de estar caminando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen” (Las fuentes de la contemplación)
Travesía del desierto
“No olvidemos nunca que el camino ordinario de la contemplación atraviesa un desierto sin árboles, sin belleza ni agua… Puede parecer imposible creer que conduzca a parte alguna (Nuevas semillas de contemplación)
 Pero, “No hay vida nueva sin adentrarse en la oscuridad ni día gloriosos sin noche tenebrosa”
Llamada universal a la santidad
“Hemos sido llamados a la santidad no por nuestra propia fuerza, pues no tenemos ninguna, sino por la fuerza de la gracia de Cristo… (1 Cor 1, 17)
Se nos ha llamado no sólo a temer a Dios y a honrarlo sino a amarlo con toda nuestra fuerza, hasta el punto de olvidarnos completamente de nosotros mismos e identificarnos plenamente con Él” (San Bernardo, el último de los padres)
Plegaria desde el centro del alma
Carta a Abdul Aziz, pakistaní estudioso del sufismo
2 de enero de 1966

Estrictamente hablando, tengo un modo muy simple de oración. Está centrada enteramente en atención a la presencia de Dios y a su voluntad ya su amor. Esto es, está centrada en la fe, únicamente por medio de la cual podemos conocer la presencia de Dios. SE podría decir que eso confiere a mi meditación el carácter que el profeta describe como un “estarse ante Dios como si lo vieras”. Pero eso no significa imaginar algo o concebir alguna imagen precisa de Dios, ya que a mi parecer eso sería caer en alguna forma de idolatría. Por el contrario es cuestión de adorarlo en forma invisible y por encima de nuestra comprensión… Hay en mi corazón esa gran sed de reconocer totalmente la nada de cuanto no es Dios. Mi oración es una especie de alabanza que brota desde el centro de la nada y del silencio” (primer volumen de las cartas de Thomas Merton)

La victoria del amor
Oh Dios, somos uno contigo…  Tú nos has enseñado  que si nos abrimos al otro, tú moras en nosotros. Ayúdanos a preservar esa apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a darnos cuenta de que no puede haber entendimiento allí donde hay rechazo mutuo… al aceptar al otro te aceptamos a Ti y te damos gracias, y te adoramos , y te amamos, con todo nuestro ser, porque nuestro ser está en tu ser, y nuestro espíritu está arraigado en tu Espíritu. Llénanos pues de Amor, y que el amor nos una cuando emprendamos nuestros diversos caminos, unidos en ese único espíritu que te hace presente en el mundo  y que permite testimoniar la realidad última que es el Amor… Amen” (Oración de clausura en una conferencia espiritual en Calcuta, 1968)

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Imagen de la Virgen del rosario, de la Archicofradía del Rosario, con sede en san Esteban de los dominicos en Salamanca

Mes de Octubre, mes del rosario
Hacemos aquí unas breves alusiones al rezo del rosario, con estos sencillos comentarios de: San Luis María Grignon de Montfort

EL PADRENUESTRO

Cuando rezamos esta divina oración, realizamos tantos actos de las más sublimes virtudes cristianas como palabras pronunciamos. Al decir: Padre nuestro que estás en los cielos, hacemos actos de fe, adoración y humildad. Al desear que su nombre sea santificado y glorificado, manifestamos celo ardiente por su gloria.

Al pedir posesión de su Reino, hacemos un acto de esperanza. Al desear que se cumpla su voluntad en la tierra como en el cielo, mostramos espíritu de perfecta obediencia. Pidiéndole que nos dé el pan nuestro de cada día, practicamos la pobreza según el espíritu y el desapego de los bienes de la tierra. Al rogarle que perdone nuestros pecados, hacemos un acto de contrición. Al perdonar a quienes nos han ofendido, ejercitamos la misericordia en la más alta perfección. Al implorar ayuda en la tentación, hacemos actos de humildad, prudencia y fortaleza. Al esperar que nos libre del mal, practicamos la paciencia. Finalmente, al pedir todo esto no sólo para nosotros, sino también para el prójimo y para todos los miembros de la Iglesia, nos comprometemos como verdaderos hijos de Dios, lo imitamos en la caridad, que abraza a todos los hombres, y cumplimos el mandamiento de amar al prójimo

EL AVEMARÍA: SUS EXCELENCIAS
La Santísima Virgen recibió esta divina salutación en orden a llevar a feliz término el asunto más sublime e importante del mundo, a saber: la encarnación del Verbo eterno, la reconciliación entre Dios y los hombres y la redención del género humano. Embajador de esta buena noticia fue el arcángel Gabriel, uno de los primeros príncipes de la corte celestial.
La salutación angélica contiene la fe y esperanza de los patriarcas, de los profetas y de los apóstoles. Es la constancia y la fortaleza de los mártires, la ciencia de los doctores, la perseverancia de los confesores y la vida de los religiosos (beato Alano). Es el cántico nuevo de la ley de la gracia, la alegría de los ángeles y de los hombres y el terror y confusión de los demonios. 
Alabamos a Dios Padre por haber amado tanto al mundo que le dio su Unigénito para salvarlo. Bendecimos a Dios Hijo por haber descendido del cielo a la tierra, por haberse hecho hombre y habernos salvado. Glorificamos al Espíritu Santo por haber formado en el seno de la Virgen María su cuerpo purísimo, que fue víctima de nuestros pecados. Con estos sentimientos de gratitud debemos rezar la salutación angélica, acompañándola de actos de fe, esperanza, caridad y acción de gracias por el beneficio de nuestra salvación. 

Texto completo en:
La Europa fortaleza,  frena la acogida de refugiados
Extraemos algunas ideas del artículo de Vida Nueva, escrito por Miguel Ángel Malavia
La cerrada posición de Polonia, República Checa y Eslovaquia frustró un acuerdo en el que Alemania exigía que cada país aceptara unas cuotas impuesta por la comisión Europea. Ángela Merkel en su alocución a los medios apeló a recuperar el “espíritu europeo” convocando otra reunión extraordinaria. Reclamó que se estudie la posibilidad  de sancionar a los estados que se nieguen a cumplir los acuerdos alcanzados.

Por una solución común
A las pocas horas, Cáritas Europa emitió un comunicado en el que mostró su decepción y se dijo “Profundamente frustrado por la incapacidad de los responsables europeos para llegar a una solución común”. Esta incapacidad demuestra claramente que Europa está perdiendo definitivamente su brújula, como alertó el papa Francisco a la UE durante el discurso ante el parlamento en noviembre del año pasado. Este fracaso “no solo prolonga de manera innecesaria el sufrimiento miles de emigrantes, sino que también pone en peligro la esencia misma de Europa como un proyecto común basado en la solidaridad, democracia y libertad.
“Caritas Europa, está convencida que hay muchas soluciones al alcance de la mano; pero tiene que existir voluntad política para ello. Apunta a cuatro grandes acciones a seguir:
1.    Establecer vías eficientes, legales y seguras para entrar en Europa, para lo cual es necesario el reconocimiento del estatus del refugiado y la concesión de visados humanitarios
2.    Fomentar la integración social sostenible a través de la laboral y la educación
3.     Más allá de las fronteras de la unión: Contribuir que en los campos de refugiados de Turquía, Jordania o Líbano  sigan un mayor desarrollo humano, fomentando la educación y el empleo del tiempo libre
4.    Invertir en medidas diplomáticas y políticas para poner fin a la guerra y conseguir la paz sostenible.
Se han desarrollado numerosas vigilias por las víctimas de la guerra, convocadas por Cáritas, Justicia y Paz, comisión Episcopal de Migraciones, sector social de la Compañía de Jesús,…Se celebraron en el mes pasado. En la de Madrid, celebrada en el Seminario Diocesano, el arzobispo Carlos Osoro fue contundente en su alocución: “No podemos vivir estas llamadas angustiosas como un ataque a nuestras cutas de bienestar, ni podemos alimentar el discurso del miedo al diferente. Europa debe responder de forma humanitaria, coordinada, conjunta y generosa a este gran desafío”. En la parroquia de los jesuitas de Bilbao. Mario Iceta, denunció que que “este no es tiempo de demagogias, improvisaciones, oportunismos o emotivismos que no mueven a obrar”, reclamando “audacia y valentía” para encontrar soluciones reales.
De Vida Nueva, Núm. 2956, 19-25 septiembre 2015

¿Qué podemos hacer nosotros como cofrades del Santísimo?

Mucho, simplemente no alineándonos con posturas intransigentes y pensando en que Jesús, recibiría a cristianos, musulmanes, agnósticos, ateos…
Recordad la fuerza de Mt 25 “Lo que le hacéis a los refugiados, me lo hacéis a mí”. La Eucaristía es eso, y ya está



COFRADES DE SITIO

-Un saber estar con gracia-
¿Hay o no cofrades de sitio?
 O es que yo me lo he inventado
Por haceros este ripio
 Un poquito más salado.

Son de costumbres muy fijas.
 Quieren tener su lugar.
Y que todo así se rija
Para su espacio guardar.

El mismo sitio del padre
 y eso va por tradición.
La misma capa, que cuadre.
O junto al Palio es su don.

Por delante ¿tiene tres?
 Pero, ¡fíjate! Es curioso
Que sean del mismo mes
Y el primero el más dichoso.

No les importa que tengan
 ¡Cuántos más!, mejor detrás.
Pues les encanta que vengan
Que abran paso a los demás.


Cofrades de sitio. ¿Has oído
 esto acaso alguna vez?
Y si crees que voy perdido
O que sea una ordinariez…

Pregunta. ¿Quién va el primero?
 Si lo sabe todo el mundo
O dudan, habrá un segundo.
¿Podrías ser tú el tercero?

“Yo este año llevo treinta
 Tú, de después”, lo confirmo.
Que aquí nadie nada inventa
Y menos que siempre hay un firmo.

Y es que ser el más antiguo
 muestra su categoría.
¿Y el más nuevo? El más exiguo.
También. Pues sigue esa vía.

El ser cofrade de sitio
 es algo característico
Si no lo has pensado insisto
Todo, todo, tiene un sitio:
Que es del hombre esa costumbre
¡Y si no! Que Dios le alumbre.

Aunque importa más ¡Verdad!
el estar en hermandad.

-Isidro Barcala del Castillo-




Aunque importa más 
¡Verdad!
el estar en hermandad.