miércoles, 19 de febrero de 2020


De la historia de Jacob

“En adelante no te llamarás Jabob, sino Israel; porque
 has sido fuerte contra Dios y contra los hombres,
 y le has vencido”
Génesis 32,29
 
Vado de Yabboq

Anda uno, “embaído”, como dicen en mi pueblo, con cincuenta y una mil historias, por “llenar huecos” en el vacío de la existencia y pocas veces nos paramos a reflexionar, salvo cuando, uno se encuentra con un hecho como este, aparentemente trivial, como es ver un vídeo en YouTube. Pues bien en este caso, al ver uno, tienes que ver dos, pues  hay segunda parte. Y al grano:
La vida es aparentemente muy compleja; pero en el fondo, es sencilla, si nos dejamos guiar por el espíritu de Dios, aunque no pocas veces, nos resistimos, como probablemente le sucedió a Jacob en el vado de Yabboq. Al final, se hizo la luz, como la pieza musical  Una noche en el monte Pelado de Mussorgsky,  en el que tras una noche de aquelarre, al llegar el alba suena una campana y los espíritus malignos se retiran. Da para mucho este tema, desde la psicología profunda a la “Teoría de la sombra” de C. G. Jung y no digamos la historia de Jacob, dentro del Génesis. Un filón para antropólogos, historiadores, psicólogos, etc. Yo no soy ninguna de esas cosas; pero saco una sencilla conclusión: la historia de Jacob, es “la historia de la vida misma”, pues se dan lealtades, luchas, engaños, conciliaciones… La necesidad, que te obliga a vender lo mejor que tienes, como Esaú  por el “famoso plato de lentejas” La astucia de Labán para “colocar” a su hija pequeña Lía, la lealtad de Jacob, trabajando muchos años para su suegro, y este resistiéndose a dejarlos marchar y establecerse por su cuenta.
 Luces y sombras,  claros y oscuros salpican la historia, como cuando, ya establecidos en Siquem ocurre el rapto de Dina, la hija de Lía, después un arreglo con el raptor-violador y luego la venganza de dos hijos Simeón y Leví… y así sucesivamente; pero Jacob, no se rinde y sube a Betel y Dios vuelve a repetirle “Ya no te llamarás Jacob, sino Israel” Gen 35, 10.
Los sermones del P. Fortea, han hecho interesarme por esta historia, y por eso quiero compartir mis sencillas reflexiones. Además, de crear y fortalecer lazos de amistad, con amigos y amigas, que poco a poco la vida nos va alejando, y como con las fotografías del vado Yabboq, hemos fortalecido. Por ese sitio, que está en Jordania, muy cerca de las ruinas romanas de Gerasa, pasamos en una peregrinación que hicimos a Israel en 2008 y que yo no las tenía o se me habían perdido y una hermana peregrina, Mª Cruz, me las ha enviado y aquí muestro una, con mi gratitud por el detalle. Como la vida misma, como la historia de Jacob, como la nuestra; pero lo más importante, no desviarnos de la senda que nos traza el Señor, aunque a veces tenga que “cambiarnos de nombre”
Y ahora ya os invito a escuchar los sermones del P. Fortea y que cada uno saque sus propias conclusiones: Primer sermón y segundo sermón