Aprovechad para
amar
Dedicado
a Mª Cruz y Justo, por darme esta valiosa información
Ayer estuve en el funeral de un compañero,
acontecimiento triste, desde el punto de vista humano; pero esperanzador para
quienes esperamos, desde un punto de vista cristiano, la vida eterna, pues
nuestra vida terrenal “no termina, se trasforma”. Esta es nuestra fe.
Según Elizabeth Kubler Ross, los funerales son para los
vivos, para los difuntos, son las oraciones que en ellos hacemos, por su alma.
Y efectivamente, fue una ocasión de reencontrarnos y saludar a muchos compañeros,
que hacía tiempo que no veía. Luego, curiosamente, tuve ocasión de encontrarme
con un grupo de amigos, como si alguien hubiera preparado la cita, los “tenues hilos”
en movimiento, de los que habla Robert A. Johnson en el magnífico
libro “El equilibrio entre el cielo y la
tierra”.
Como era fiesta grande en nuestra ciudad, estábamos
libres de horario y nos fuimos “de vinos”, y claro, se comenta, se habla y mi
comentario fue que venía del funeral, de una persona, que había sido compañero,
de una edad similar a la mía… y ellos comentaron que el día anterior, habían
estado en otro funeral, de un primo y que Poly, el párroco, en la homilía,
había dicho más o menos: “el Señor, cada vez que acudimos a la despedida de
alguien, nos alerta para que consideremos, que nos queda menos tiempo, así es
que aprovechad para amar más y mejor al prójimo”. Efectivamente, nos distraemos
y pensamos que “el partir”, les pasa a los otros y seguimos distraídos por
nuestras “ocupaciones”, sin darnos cuenta, como decía Santa Teresa, que son “negocios
de poca monta”, en “tiempos recios” (todos los tiempos lo son) y eso de amar,
no nos lo tomamos muy en serio, en tal caso “mañana, pienso empezar…”,y como
Lope de Vega: para repetirlo otra vez mañana ; pero tal vez mañana no exista. Y
nos examinaran del amor al atardecer de la vida y no consigamos el aprobado
ramplón.
Tomemos nota y comencemos ya a amar.
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