lunes, 18 de mayo de 2015

¿El demonio o nuestras propias sombras? (2)

Este artículo, se publicó después del anterior, en la página de
 la Asociación de Alumnos de la E.T. de San Esteban,
 en la primavera del año pasado.


Imagen tomada de internet

Terminamos en el anterior resumen del prólogo de Carlos Castro Cubells, del libro titulado “Nuestras propias sombras”, de Anselm Grün (Ed. Narcea), con estas frases:  “Nuestros enemigos son unas realidades invisibles, pero tremendamente reales, que operan contra nosotros y que para enfrentarlos tenemos que descender a verdaderas profundidades y lejanías, desiertos y abismos de soledad y silencio ...  Esta es la gran aventura ... de todo hombre o mujer que se arriesgue a tomar su vida en sus manos y dirigirla con responsabilidad,... aventura que no puede realizarse sin lucidez psíquica... y que nos lleva a la (iluminación) la amplificación de conciencia, a lo transpersonal... al abismo de Dios. Y esto supone una lucha contra el demonio... “
 Hoy continuamos, con el prólogo en el apartado: Lenguaje mítico y lenguaje científico.
“... Aquellos monjes de los primeros siglos del cristianismo con su experiencia del “mal maligno”,... se habían zambullido nada menos que en la aventura del trato con “los poderes del aire”... ingresando en un mundo inenarrable. “La experiencia de ese mundo halló su expresión en el lenguaje mítico”... Este libro “nos presenta... el gran valor de este lenguaje para expresar la experiencia religiosa.
El  hombre moderno ha perdido casi por completo la sensibilidad por lo mítico. Esto se debe a la primacía de lo racional sobre todas las cosas... Se ha creído durante mucho tiempo que la razón podía agotar el conocimiento de toda la realidad... pero se está volviendo a descubrir que el mito no es una fantasía, sino un modo de percibir y tocar la realidad.
No hay que volver por tanto a la etapa mítica; “pero sí que hemos de incorporar la dimensión mítica como una realidad que forma parte de nuestro ser completo que no es precisamente, el de ser solamente “racional”... Para el nuevo estado de conciencia al que vamos, superada la exclusividad racionalista, vuelve a aparecérsenos de gran valor y vigencia lo mítico...
Una de las realidades que no puede captarse con la razón es el mal, pues la razón percibe la realidad de una forma no inmediata... “rodea” al objeto y mediante el concepto se relaciona con él y lo maneja. ... pero hoy estamos convencidos de que  [en el caso del mal] no ha penetrado ni conocido al objeto. ...
Lo más simple y elemental, lo más profundo por otra parte, se resiste al conocimiento racional. Hay todo un mundo irracional... Y todo ese ámbito ha sido expresado míticamente,... que no es fabulosamente ni falsamente. ... El lenguaje mítico nos trasmite las experiencias profundas de todo aquello que no puede captarse... con la mediación de la razón. Con el mal y otras realidades elementales y superiores, no puedo quedarme en una relación conceptual. ... Y la forma de expresar esa relación ha sido durante siglos mediante el mito, lenguaje utilizado por las religiones. Por eso plantear hoy si existe o no los demonios no tiene verdadero sentido...
¡Qué finura la de aquellos monjes... y la del P. Anselm para sumergirnos en realidades y no insistir en temas subsidiarios! Los monjes antiguos y el creyente de hoy indican con la figura del demonio una realidad cuyas manifestaciones están claras y ahí,... que es un misterio..., todavía en mayor medida que lo puede ser la neurosis o el complejo psíquico. Ya lo dijo acertadísimamente C. G. Jung.
... Sólo el lenguaje mítico nos puede llevar... más allá... de nuestra experiencia de contacto directo con otras esferas de la realidad... y lo que nos pasa en forma de impulsos o inhibiciones... no es otra cosa que el conjunto de indicios y mensajerías de la otra realidad. Se llega también a la otra realidad por la experiencia del mal.
Este es el gran emplazamiento existencial: llegar a la otra realidad, a lo absoluto, a Dios en la confrontación con el mal... así comprenderemos la expresión de San Pablo... Todo este mundo, este ámbito es el que el psicólogo atisba pero cuya última expresión es la inmersión en el ámbito de lo absoluto, de lo espiritual, de lo religioso.
El lenguaje científico ha venido a confirmar y a enriquecer desde otro punto de vista lo que ya desde antiguo se había percibido... Se trata de una coincidencia en la unidad. El lenguaje y el pensamiento científico han entrado en una nueva fase más realista y abierta, en una nueva conciencia que les hace capaces que les hace capaces de entrar en la nueva era. Lo mítico también reconoce sus limitaciones. Lo científico, las suyas y así estas dos últimas etapas de la conciencia se preparan para ser asumidas, superadas, pero no abolidas, en la nueva dimensión de la conciencia que se anuncia.
...  La vocación y la vida monástica es un acontecimiento que lleva a la unidad el talante y lenguaje mítico y el científico y, esto no por componendas, sino porque poniendo, de verdad, a cada uno en su lugar ... se va construyendo la armonía de las distintas esferas del ser humano iluminado por la gran presencia de Dios”
Hasta aquí la segunda parte del prólogo. Queda otra, titulada “La voz monástica nos habla”, que dejaré para un tercer artículo
,


domingo, 17 de mayo de 2015

¿El demonio o nuestras propias sombras? (1)

Este artículo, se publicó en la página de
 la Asociación de Alumnos de la E.T. de San Esteban,
 en la primavera del año pasado.



Prólogo1
No voy a decir nada nuevo ni resolver ningún enigma, ni menos dar una definición de lo que el demonio es, o significa. Hoy día dicen que no existe, porque no se le ve corriendo con el rabo. ¿Se ve acaso la tristeza o la alegría? No se ve; pero se nota en las personas, pues hay personas que están alegres y personas que están tristes. ¿Existe la alegría?, ¿Existe la tristeza?... Seguir así es perder el tiempo, por lo que voy a entresacar unas ideas de un librito, que he encontrado, en un rincón de mi estantería, titulado “Nuestras propias sombras”, de Anselm Grün (Ed. Narcea). Es de 2002; pero debe ser anterior ya que el traductor, Carlos Castro Cubells, profesor de la Pontificia  murió en 1998.
Es un libro denso, no apto para leer en “la siesta”, ni en la consulta del dentista y por no hacer demasiados largos los “articulillos”, dividiré sólo el prólogo en tres partes. Esta es la primera. Del resumen del libro no respondo. Tal vez abandone; pero ya veremos...
Comienza el prólogo a la edición española, por Carlos Castro Cubells, con el título:
“El mal como experiencia.
Lenguaje mítico y lenguaje científico. La voz monástica nos habla”
De él intentaré sacar unas notas, intentando que sean lo más interesante posible: “... Se trata de presentar lúcida, lealmente, con rigor lo que es la visión que de la realidad, y de la última realidad, han tenido y tienen los monjes. Por eso el P. Anselm emplaza a los monjes del pasado (con ello emplaza a los del  presente, y se emplaza a sí  mismo en puntos decisivos de nuestra vida) para que den su voz y el testimonio de su experiencia. Veamos.
Hay en el p. Anselm dos preguntas no expresadas del todo... ¿Cómo vivieron los monjes?  ... y ¿Qué descubrieron, que dijeron, que enseñaron... y desde qué lenguaje podemos seguir un diálogo fecundo?... ello nos sumerge en la vocación monacal, en lo que es la vocación del hombre que se arriesga a bucear en los mares infinitos de su existencia...
El mal es una experiencia que todo hombre tiene... todos lo experimentamos de una manera concreta y particular y, por ello antes de hablar del mal deberíamos hablar de los males... El monje antiguo y el actual saben que hay un mal físico que produce un dolor físico y que hay un mal del alma que constituye el dolor psíquico y, por último, hay un mal del espíritu (physichós, psychichós y pneumatichós)...
... en cuanto a los males psíquicos “Tuvieron los monjes de la época (siglos III al VI) una perspicacia psicológica poco común e hicieron descubrimientos prácticos que la ciencia tardaría en reconocer... sin embargo y esto lo señala A. Grün, no es el objetivo esencial del monje ser psicólogo o quedarse en el plano psicológico. Se mueve... en el plano del espíritu; pero no olvida los otros dos planos... y en la esfera del espíritu también se da el mal... el enfermo espiritual también requiere tratamiento, que es de orden espiritual... que tiende a sanación, que es salvación... Hay que señalar también que el monje no es sólo especialista en el conocimiento y tratamiento de los males. También es un fino catador de los bienes,... de la bondad, belleza en el absoluto de Dios....
Pero el libro que nos ocupa y da pie a estas reflexiones versa sobre el mal y los malignos, es decir los demonios. ...Hay dos clases de males, como hay dos clases de sufrimiento y de dolor. Por una parte... el que corresponde a nuestra naturaleza limitada y el otro que llena de amargura especial y que va contra nuestra propia naturaleza, que pretende apartarnos de ella... A ese mal es a lo que se ha llamado malignidad, el MALIGNO o simplemente DEMONIO....

Muy bien lo expresa San Pablo en la carta a los Efesios cuando dice: “Que no es nuestra lucha contra la carne y la sangre (el hombre y lo viable) sino contra los principados, potestades, dominaciones de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que están en los cielos (en el aire)” (6,12)... Así pues, “Nuestros enemigos son unas realidades invisibles, pero tremendamente reales, que operan contra nosotros y que para enfrentarlos tenemos que descender a verdaderas profundidades y lejanías, desiertos y abismos de soledad y silencio”. Esta es la gran aventura monacal que tuvo como escenario el desierto, lugar de los demonios y lugar también del encuentro con Dios...; pero esta es también la aventura de todo hombre o mujer que se arriesgue a tomar su vida en sus manos y dirigirla con responsabilidad,... aventura que no puede realizarse sin lucidez psíquica... y que nos lleva a la (iluminación) la amplificación de conciencia, a lo traspersonal...al abismo de Dios. Y esto supone una lucha contra el demonio...“ Continuará... 

sábado, 16 de mayo de 2015

S. Isidro y los ángeles

Este artículo, está ligeramente modificado.
El original se publicó en febrero del año pasado,
en la página de la Asociación
de Alumnos de la E. T de San Esteban.  

S. Isidro en la Iglesia de Andavías (Zamora)

Ayer, festividad de S. Isidro  se me ocurrió esta cuestión, referida a los ángeles, la típica canción salmantina: “Si hechas el surco derecho, a mi ventana”; pero ¿Qué tiene esto que ver con los ángeles? Pues sí, tiene y mucho que ver. El echar el surco derecho tiene que ver con estar concentrado en lo que se hace y en este caso, centrado en la tarea y en la esperanza de encontrarse con la amada.

Como contraejemplo pongo lo que me ocurrió, cuando escribí el artículo original: ya lo tenía casi terminado y además me estaba gustando; pero de repente se me perdió  y no sabía qué hacer, si seguir o dejarlo; pero decidí seguir. El ángel de la humildad, apareció para echarme una mano.

Sirva el ejemplo de estos tres ángeles: El de la Anunciación a María, el de San Isidro Labrador y el del amor (no confundirlo con el del Amor, pues todos los ángeles lo son). ¡Que bonito es verlos en los cuadros de la Anunciación el primero y en las imágenes de S. Isidro en la Iglesias de los pueblos, con una pareja de bueyes, pequeñita a sus pies,  guiada por un ángel! El ángel del amor, Cupido, no tiene que ver con el cristianismo; pero como Víctor Moria nos contó en las Conversaciones de San Esteban, sobre el Cantar de los Cantares, hay un ángel entre los enamorados y en el caso de la canción, la enamorada le pone una condición al enamorado, que eche el surco derecho, como San Isidro. ¿Que es lo que hace el ángel? sencillamente facilitar que se cumpla la voluntad de Dios, a pesar de las dificultades, de María joven doncella de Nazaret, viéndose embarazada en aquella época y en aquella situación. San Isidro arando las tierras en medio de un calor sofocante y el enamorado, lleno de miles de dudas.

¿Recibió María al Ángel? Definitivamente si, pues dijo “fiat”. ¿Le araban los ángeles las tierras a S. Isidro, mientras rezaba? Efectivamente, pues su oración era la tarea bien hecha y en cuanto al enamorado de la canción, seguro que le salió el surco más derecho que jamás habría arado. Así actúan los ángeles: El del estudio, el de la sanidad, el de cualquier cosa que hagamos, centrándonos plenamente en lo que hacemos, cumpliendo la voluntad de Dios, aquí y ahora, es decir santificando el momento presente.

Hay una excepción y esta es la del ángel de la guardia: Este “sale al quite”, cuando no cumplimos lo anterior. Más de una vez mi despiste ha dejado el dinero en el cajero y me he ido tranquilamente y siempre ha habido alguien que me ha dicho: ¡Oiga Señor, que se deja el dinero! No sé qué haría el ángel de la guardia cuando se me perdió el artículo escrito. Tal vez contenía alguna herejía... nunca lo sabré.

Y sigo: ¿Cómo conseguimos la “Atención plena”?, pues no es fácil, ya que estamos pensando cincuenta cosas a la vez: tengo que ir al mercado, preparar las clases, mañana viene mi cuñado del pueblo y encima se me ha estropeado la lavadora, tengo que salir de viaje y no he pasado le ITV...  En estas condiciones no hay ángel capaz de echarnos una mano. Hay que buscarse la vida. Propongo lo que he leído en el libro “Crisis, crecimiento y despertar” de Enrique Martínez Lozano (Ed. Descleé de Brouwer) pág. 100 y siguientes, en el apartado “Cinco actitudes iníciales”. Esto es sólo un indicativo, hay más por supuesto:

1.- Hacernos preguntas que sanen y no que enfermen. Nunca caer en el victimismo. Por ejemplo, ante una situación mala no preguntarse ¿Por qué me ha ocurrido esto? Y en lugar de ello hacerse la pregunta ¿Qué puedo yo aprender de esto?

2.- Rechazar palabras negativas del lenguaje, tales como peligroso, imposible, desagradable... En una frase tal como “esto es espantoso”, cambiando la palabra “espantoso” por “inconveniente” puede hacernos cambiar nuestro estado emocional. Pablo d’Ors dijo algo parecido en las conversaciones.

3.-Somos una unidad que repercute en todo y si la mente puede afectar al cuerpo, también el cuerpo puede afectar a la mente. Así, copio  literalmente  “Si somos capaces de sentir, no pensar, nuestro cuerpo y logramos permanecer en contacto con él, notaremos cambios en nuestra forma de percibir y de razonar

4.- Dentro de la escucha del cuerpo, merece la pena prestar atención a la respiración, que es la herramienta más poderosa para venir al presente.

5.- Nuestro yo, no se localiza en la mente, sino en lo profundo. Más allá de los movimientos mentales y emocionales, en lo profundo nos habita una paz estable. Un aprendizaje básico en este terreno, consiste en bajar de la cabeza al vientre “hara”, del mundo de las ideas al lugar de la vida, de la dispersión superficial al “centro vital”. Allí nos encontramos con nosotros mismos.

Así se cumple lo que decía Santa Teresa. Nada nos turba ni nos espanta, pues hemos sido visitados por los ángeles del Señor y Dios está con nosotros.

Para terminar una compañera de facultad, cuando le dije que venía Martín Garzo a las conversaciones, me comentó que la conocía y que le había dedicado un libro con esta dedicatoria: “Para ti, que te visitan los ángeles”.

Pues eso, dejémonos visitar por ellos.
 AMEN


viernes, 15 de mayo de 2015

La puerta estrecha (Lc, 13, 22-30)
Conclusiones “muy someras”,
de la reunión de nuestro grupo parroquial,
sobre esta corta parábola del evangelio de Lucas.



“La puerta estrecha”, para mi hoy en día puede ser lo que ahora han dado en llamar “viaje interior”, sin perder la referencia de Jesús de Nazaret y su mensaje, cambiar la orientación del corazón, para vivir, dando primacía absoluta al amor de Dios y a los hermanos. Muy bonito, pero ¿cómo?

Hoy, en esta sociedad del tercer milenio, parece que todo está desfasado, trastocado, antiguo. Las nuevas tecnologías nos han desquiciado ¿O no? Precisamente la “puerta estrecha”, nos recuerda, que podemos evitar y salir si ya estamos en él, de ese desquiciamiento. El domingo pasado, leía yo en ABC, una noticia, a raíz de los escándalos en las Cajas de Ahorros, que “lo legal, puede ser inmoral”. Y ya está. ¡Qué bien!, luego la ley civil, no vale para entrar por la “puerta estrecha”. Falta la ética por lo menos, en la ley; pero no juzgo. No es el lugar ni el momento.

Nosotros los que nos llamamos cristianos, estamos necesitados, ¡cómo no!, de esa llamada de Jesús a entrar por la P.E. Ser cristiano es ser discípulo de Cristo, lo que implica esa entrada, ya que el Maestro dijo: “Si alguno quiere seguirme, cargue con su cruz”. Escribo esto en los minutos finales de la festividad de san Matías, elegido por los apóstoles para sustituir a Judas. He estado en misa esta tarde y el sacerdote con unas breves palabras, nos ha exhortado a sustituir a algún apóstol, en nuestra tarea o en nuestra vida. Él se marchaba al “Proyecto Hombre” al terminar la celebración.

Hoy lo tiempos han hecho que lo que debiera ser tolerancia, se ha convertido en indiferencia, en general, es lo que se ve, lo que ha llevado a un relativismo moral, en el que se dan casos como el de un viaje en tren, en el que un grupo de jóvenes (minoría alborotadora), que acuden a una despedida de soltero, molestan en demasía al pasaje (mayoría silenciosa), el revisor no aparece (el representante de la ley), una minoría minoritaria de la mayoría silenciosa hacen una reclamación (recurso a la ley), el tiempo pasa y la reclamación se almacena en una carpeta (la ley no opera). Por otra parte, terminado el viaje, la mayoría silenciosa, se va a sus quehaceres y a lo sumo lo comenta con los amigos y se acabó. Situaciones como esta se están dando a diario. ¿Es esto tolerancia? Yo creo que es indiferencia. Y no estoy juzgando a los gamberros, aunque ya esta palabra los señala. ¿Quién debe entrar por la “puerta estrecha”? Yo creo que todos. No hay aquí como en las películas del Oeste, buenos y malos. “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, dice Jesús.

¿Qué nos ha llevado a esta situación? Tal vez de aquellos años de “rigorismo moral”, en que te podías condenar tanto por no ir a misa un domingo o  por comer carne en cuaresma o por asesinar a tu vecino, (estos hechos eran pecado mortal), vengan estos años de “indiferencia”. De aquellos polvos, vienen estos lodos, dice el dicho popular. Culpas absurdas, junto a culpas serias de verdad. La psicología humana busca un equilibrio y la balanza si no se controla pasa de un extremo a otro, sin encontrar el “punto medio”. Tampoco ha habido en estos 25 ó 30 años maestros, lo suficientemente hábiles para buscar el equilibrio. Las “fuerzas del mundo” parece que están ganando la partida a las fuerzas del Reino. Hoy día la publicidad, ha llegado a ser “personalizada” en Internet. La televisión encumbra a “pesonajillos” con altas cotas de audiencia y corre el peligro que los pocos canales que pueden verse, terminen cerrando por falta de audiencia. Hay que estimular el consumo para que la economía crezca; pero ella lleva consigo el derroche de recursos, que son limitados, cuando si nos paramos a pensar, o empezamos a sentir la necesidad de entrar por la “puerta estrecha”, nos damos cuenta que, con poco se vive mejor (no a lo loco, como dice la antigua canción). Convenía recordar la historia de P. Cadete del desierto de las Batuecas, cuyo lema era “morituro, satis”, “para el que ha de morir, basta”, con un libro y poco más… y una calavera, para recordar que tenemos fecha de caducidad; pero otro día hablaré de él.

¿Hemos perdido la partida los cristianos? Aparentemente sí; pero ante tanta oscuridad tenemos que tener las lámparas bien repuestas de aceite, ya que es necesaria más que nunca nuestra luz.


jueves, 14 de mayo de 2015

Al tilo de Frías
En Junio de 2010, realizamos una bonita excursión al norte de Burgos
 y en Frías, nos sorprendió un hermoso árbol, 
preguntando qué árbol era. Es un tilo, nos dijeron.

 Escultura  al lado del tilo en Frías.

 Pero lo curioso es que a las puertas de nuestra casa hay muchos tilos... ¡Oh ignorancia!. Un amigo botánico me lo dijo un día, pues los plantaron ya grandes, Tal vez para evitar el vandalismo, que en aquellos años (y ahora también)  se daba (y se da).

 Se me ocurrieron estos ripios que muestro a continuación:

Al tilo hermoso, que a las puertas del castillo en Frías
encontré, quiero agradecerle en mi ignorancia,
lo que luego me hizo comprender:
Mi amigo Floro, que en botánica
es experto ¡Vive Dios! Me dijo un día:
Tilos son los árboles que plantan,
sustituyen a olmos viejos, que por triste
epidemia han sucumbido.

Este recuerdo iluminó mi mente distraída:
¡Es un tilo, como lo que Floro,
me hizo descubrir allá en la cuesta, 
que desde la Puri al Campo Sanfrancisco se divisa!

Y así fue, así los descubrí en esta Salamanca,
a las puertas de mi casa.




miércoles, 13 de mayo de 2015

El 13 de Mayo
Tres apuntes:

1

"la que es Madre de Dios, del Padre, Preciosa Hija 
y del Espíritu Santo, la esposa más elegida",
bajó de los cielos en Cova de Iría.
AVE, AVE, AVE MARIA



2
D. Mendo se encuentra en prisión y recita el soliloquio:

“Ya amanece, por esa claraboya
las luces del crepúsculo atalayo.
Pronto entrará del sol el puro rayo,
que mis sombras desvanece y
en bienestar convierte mis desmayo.
13 de mayo, ya, quien lo diría.
Hoy ya llevo en esta prisión, un mes y un día
y sin por mí no saber lo que acontece.
Y hoy es martes, ¡Gran Dios!
¡Martes y trece!
¿Por qué el terror invade el alma mía?
¿Por qué me inspira un terror extraordinario,
esa cifra ¡Ay de mí! del calendario?
¡Ah no, cifra fatal!, no humillareis el valor de D. Mendo,
no podréis.
Todas iguales para mí seréis,
trece, catorce, quince o dieciséis…”

3
Recuerdo que al entrar en la clase de química inorgánica, de un año “no muy lejano”, estaba al lado de un compañero que “ya no está”, aunque sí está, pues según la Física Cuántica, el tiempo no existe, y de repente me doy cuenta que es ¡13 de Mayo!. Y como D. Mendo de repente me entra la angustia: ¡Qué poco tiempo queda y cuanto hay que estudiar!
P.D. Aprobé la asignatura

martes, 12 de mayo de 2015

El principio antrópico
Artículo publicado en la página de la Asociación de Alumnos de la 
E. de Teología de San Esteban en Febrero de 2011
Imagen tomada de Internet


Según Wikipedia: “El primer uso del término principio antrópico se atribuye al físico teórico Brandon Carter quien en 1973, durante un simposio en el que se celebraba el 500º aniversario del nacimiento de Copérnico en Cracovia y que trató sobre "La confrontación de las teorías cosmológicas con los datos experimentales", lo acuñó para argumentar que, después de todo, la humanidad sí que tiene un lugar especial en el Universo. Así, en su charla sobre "las innumerables coincidencias y el principio antrópico en la cosmología" Carter declara que "Aunque nuestra posición no es necesariamente céntrica, es inevitablemente privilegiada en cierto sentido."
En el libro Ciencia y Teología de John Polkinghorne, Ed sal Terrae, capítulo “La imagen científica del mundo”, hay un apartado dedicado a este principio. Cito literalmente: “… un universo en el que pueda desarrollarse la vida basada en el carbono es, un universo muy singular, “finamente ajustado” (finely tuned) por lo que respecta al carácter de sus procesos básicos. Esta sorprendente consideración se conoce como principio antrópico: no todos los mundos de cierta edad serían capaces de producir antropoi, seres de complejidad comparable a los humanos” y más adelante: “… nuestro universo representa una diminuta franja fértil en lo que, por lo demás,  es una zona desierta, desnuda de toda posibilidad. Para que sea posible el desarrollo de una complejidad fecunda es necesario que concurran:
a)     Leyes adecuadas (ni muy laxas ni muy rígidas)
b)     Constituyentes adecuados (no sólo fotones y electrones)
c)     Intensidades de fuerzas adecuadas (fuerzas nucleares capaces de generar los elementos dentro de las estrellas)
d)    Circunstancias adecuadas (un universo suficientemente grande)”.
En el mismo libro cita al filósofo John Leslie, que reflexionando sobre este tema pone  este ejemplo: un reo va a ser ejecutado por un pelotón de expertos tiradores, apuntan, disparan y el reo queda ileso. Leslie dice que sólo hay dos posibles explicaciones: una es que ese día hay muchísimas ejecuciones y que hasta los más expertos tiradores fallan de vez en cuando y la otra es que los tiradores estaban de acuerdo con el reo. Según  Polkinghorne, si existen muchos universos,… podría ocurrir por mero azar que en uno de ellos se dieran las condiciones adecuadas para la evolución de la vida basada en el carbono… y ese es el universo en que vivimos. Por otra parte, es posible que haya un único universo, cuyo entramado físico finamente ajustado representa el don fecundo con que le distingue un Creador deseoso de que su historia sea productora de vida”.
Tengo que citar aquí también la magnífica novela “La fórmula de dios” de José Rodrigues dos Santos, en donde en forma de novela de espionaje, va desgranando misterios de la física y del mundo. El ejemplo que pone de las probabilidades de que se haya formado el elemento químico carbono, es menor que si en un viaje de Salamanca a Moscú, en todos los pueblos y ciudades por los que pasamos compramos lotería… ¡y en todos nos tocara el gordo!
Hasta aquí he expuesto los “apuntes” de este interesante principio, ahora permitidme unas reflexiones personales, aunque antes, cito a Jesús Simón, S. J. en su libro “A Dios por la ciencia”: “Vemos Dios resplandeciente entre los astros, creándolos y agitándolos en armoniosa danza por el espacio”. “Los cielos proclaman la gloria de Dios”, Salmo 19. Sin embargo el Dios que se vislumbra en estos procesos físicos, creador de fuerzas gravitatorias, electromagnéticas, combinando electrones, neutrones, protones, fotones, …creando estrellas, planetas y galaxias, parece un Dios frío calculador, ajeno al hombre, criatura de sus manos; pero sólo en apariencia, pues ese mismo Dios nos ha enviado a Jesucristo, que se ha hecho como nosotros, cercano, amigo, caminante acompañante en nuestra vida y que da gracias al Padre “porque estas cosas se las ha revelado a los sencillos” Mt 11, 25-27. A los sabios y entendidos no. Pero no quiere decir que los sencillos sean ignorantes, ni que los sabios y entendidos estén excluidos de estas revelaciones. Pienso yo, que los sencillos son los que practican la humildad, en el sentido que decían ayer en las Conversaciones de San Esteban, las monjas contemplativas dominicas del monasterio de Toro. Y esa misma humildad puede tenerla un astrofísico, por ejemplo. Esa misma humildad hace que seamos permeables al Espíritu Santo, y así la Trinidad actúa en el mundo y en nosotros.

Escribo esto hoy, festividad de las Candelas, presentación de Jesús en el templo como luz de las naciones y pienso que no es una simple casualidad, es una sincronicidad, en el sentido que me he expresado en anteriores artículos.