jueves, 7 de mayo de 2015

Desapego espiritual
( de “Las moradas”)

 Artículo publicado por Pedro Becerro Cereceda, en la página de la Asociación de AA. De la Escuela de Teología de San Esteban, Salamanca, en Octubre de 2011.


Ilustración de José Luís Serna Romera


Todo lo que hagas hazlo generosamente (De la Posada del silencio, del P. Moratiel)

-                          Dice Dios-

Así ha de ser nuestro ademán a la hora de vivir y de orar sin dar suelta a nuestros posibles intereses egoístas o de ambición, buscando conquistar algo.

También nuestra oración callada la hacemos sin ningún beneficio, ni utilitarismo. Esto no se concibe en nuestra cultura, pero ¿qué intereses queremos cuando nuestras manos están vacías esperando lo divino? La purificación de nuestro corazón consiste en no estar apegados a nada.

Todo lo que hagas hazlo gratuitamente.

Libres, purificados de toda expectativa, de toda división también.

El éxito de la vida no está en alcanzar un proyecto, sino en vivir armoniosamente. Tu corazón se llenará de armonía en la medida que viva unido y en comunión con el Señor. Una actitud así libera, día a día, de esas contaminaciones.

Todo lo que hagas hazlo generosamente.

Estoy leyendo el libro “Las siete moradas” de Carolina Myss, (la autora, se ha basado en “El castillo interior o las moradas” de Santa Teresa) y una noche antes de dormirme, leí el apartado Desapego espiritual, en la página 113. Al cabo de una hora, me desperté pensando en lo que ese apartado había producido en mi mente. “Un volcán un Etna hecho…”, como diría Calderón; pero antes, vamos a escuchar lo que nos dice la santa en el capítulo primero de “Las moradas”: “… tornando a nuestro hermoso y deleitoso castillo, hemos de ver como podremos entrar en él. Parece que digo algún disparate, porque si este castillo es el ánima, claro está que no hay para que entrar, pues se es el mismo; como parecía desatino decir a uno que entrase en una pieza estando ya dentro. Mas habéis de entender que va mucho de estar a estar; que hay muchas almas que se están en la ronda del castillo, que es donde están los que aguardan, y que no se les da nada de entrar dentro…”. Volviendo a Caroline, pág. 109: “… de pie en el puente levadizo, es muy posible que piense: “Llevo una vida corriente en el mundo real, no en una comunidad enclaustrada. ¿Qué puedo sacar en limpio al encontrarme con mi alma? ¿Para que voy yo a querer arriesgarme a cambiar mi vida? ¿De qué le sirve a alguien como yo, desde un punto de vista práctico, juguetear con transformaciones místicas en el mundo del día a día? ”. Explica como no entramos en el castillo porque estamos apegados a cosas, vivencias, traumas, personas, estatus social, prestigio… Es necesario un desapego espiritual para cruzar el puente levadizo: “El desapego espiritual es el medio por el cual nos apartamos de las distracciones del poder para permitirnos experimentar el auténtico poder de Dios, que es puro amor”. Volviendo a la Santa Teresa: “ (algunas almas) aunque están metidas en el mundo, tienen buenos deseos, y alguna vez, aunque de tarde en tarde se encomiendan a nuestro Señor y se consideran quien son… alguna vez rezan llenos de mil negocios, el pensamiento casi lo ordinario en esto, porque están tan asidos a ellos, que, como adonde está  su tesoro se va allá el corazón,…” y más adelante, Caroline, en el apartado, Un momento de contemplación: inspiración para despegarse, (Pág. 117) dice: “Piense en algo que tenga para usted categoría de apego, algo con lo que de verdad lucha. Usted sabe que debería haberse desapegado de esa situación, persona o recuerdo hace mucho tiempo, pero el caso es que sigue ahí. Entre en el silencio y rece pidiendo inspiración sobre como resolver esa situación. Vea a la persona situación o cosa: note como se aferra su espíritu a ella. Pregunte ¿Cómo podría liberarme?...” y Santa Teresa nos indica: “ …hay almas tan enfermas y mostradas a estarse en cosas exteriores, que no hay remedio, ni parece que puedan entrar dentro de si … y si esas almas no procuran entender y remediar su gran miseria, quedarse han hechas estatuas de sal por no volver la cabeza hacia si, así como le quedó la mujer de Lot para volverla”; pero Santa Teresa nos da el remedio: “La puerta para entrar en este castillo es la oración y consideración” y Caroline, nos hace reflexionar. Cito otro párrafo: “Recuerde que el desapego no significa renunciar a sus pertenencias terrenales, como hacían los místicos cuando entraban en un monasterio. Desapego quiere decir retirar la autoridad que tienen sobre usted el estatus social o el dinero o una herida emocional. Los objetos o el estatus se vuelven no esenciales cuando uno llega a conocer la verdadera autoridad de su alma y de Dios… No es necesario renunciar a ellos, pero si es necesario ver con claridad por qué nos aferramos a ellos con tanta pasión” y en eso estamos. A poco que meditemos sobre esto, detectaremos múltiples apegos en nuestras vidas, yo particularmente quiero “desapegarme”, aunque no es fácil. Es lo del joven rico que se aleja entristecido de Jesús, porque no quiere desprenderse de sus riquezas. Si pretendemos entrar en la primera morada, no hay más remedio: hay que "desapegarse"; pero nos pasamos la vida en el puente levadizo y no nos atrevemos a entrar, porque pensamos que Dios “nos va a quitar” lo que tenemos.

Y puestos a extrapolar la situación, imaginemos al joven rico, dándose cuenta de su error y volviéndose a Jesús, diciéndole humildemente: ¡Señor, no puedo, dame fuerzas!. Jesús algo le hubiera sugerido y su situación habría cambiado. Y nosotros, si somos sinceros y hacemos caso a la Santa, seguro que nuestra oración será escuchada y nos conformaremos con entrar en la primera morada… y una vez dentro ¿por qué no seguir hasta la séptima?
Y

martes, 5 de mayo de 2015

Diálogo con Santa Teresa

Una mañana al despertarme se me ocurrieron unos “ripios”, en los que le ruego a santa Teresa que nos envíe "instrucciones para la vida"


Y pensé que Santa Teresa los había leído (seguro que los ha leído) y me imagino lo que me dice, dado su carácter recio: ¿Eres tonto Pedro,  pues no he escrito libros, tratados, cartas...,  en donde hablo de ello?¿No ha habido personas que interpretando mis textos, hayan dado instrucciones para vivir, en concreto?

Y yo respondo: Teresa, tiempo ha que yo los leo, y que seguiré leyéndolos, hasta la muerte, es muy cierto; pero ahora, estos mis sencillos versos quiero expresarlos primero:

No me atrevo a usar mi pluma para escribir lo que siento.
Pero estando ya de tinta, su depósito completo,
quiero escribir unas líneas a la santa y unos versos:
Tu que en carreta guiada por el bueno de Recuero,
te movías por caminos, por caminos polvorientos.
Tu que escribías las cartas, y en los rápidos correos,
tardaban dos o tres días en llegar a ser abiertos.
Enséñanos a vivir,
hoy que por autopistas nos movemos en “cinetos”,
hoy que con internet, nos comunicamos presto.
Enséñanos a pensar en aprovechar  el tiempo,
tiempo que gratis nos da el Señor del Universo,
tiempo que perdemos en negocios sin aliento.
Tiempo que no es infinito, tiempo que se acaba presto.
Teresa de los Caminos, enséñanos bien el nuestro.
Teresa de los mensajes, mándanos uno,
y si puede ser en verso.
Para que recios los tiempos, que nos toca ahora vivir,
los dulcifiquemos luego.


Y justo en ese momento, siento en mi cabeza los acordes de una preciosa melodía de Taizé, que identifico inmediatamente y oigo en mi cabeza la frase ¿No escuchas la música? Creo que Santa Teresa  la ha traído a mi entendimiento y digo: Ya está ¡Sólo Dios Basta! Y me acuerdo de la poesía:

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda.
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.
A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.
aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.
Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.
Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
nada le falta.
Id, pues, bienes del mundo;
id, dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.
  
¿Qué más instrucciones quiero? Ya sólo queda sumergirme en el gran Misterio de la vida, con la certeza que estamos en las manos de Dios y que nada ni nadie podrá separarnos de su amor, si decimos sí a su voluntad, como hizo Teresa, a la que le doy las gracias por haber sido la inspiración de este sencillo diálogo.
DOS POEMAS

Isaura Díaz Figueiredo
tiene la gentileza de enviarme estos dos poemas:
 el primero, ABANDONO, de corte místico 
y el segundo de corte épico, 
sobre el mítico BERNARDO DEL CARPIO.



ABANDONO

Abandonada a la ausencia de la noche,
grita demente al fiero viento,
a la voz fantasmal  que lleva alegría de náufrago.
Se arrastra desesperada por el jardín de su nombre,
a veces con silencios, y otras perfumada de palabras.
La pequeña fuente emana aguas auríferas donde
los ponzoñosos pájaros  sacian la sed.
Adormecida entre azules lilas de piedra,
escucha  entre sombras  la cadenciosa melodía de la infancia.
¡Sombras!, ¡siempre sombras! en la memoria de niña,
que camina con la lámpara apagada.

Antes de ver el segundo poema, vamos a mirar un poco la historia de este personaje, para lo cual damos aquí los enlaces de estas dos magníficas páginas:

Bernardo de Carpio

Noble es mi linaje,
aunque bastardo me llamen
A quienes así me nombran,
dígoles ¡mienten!, Os lo juro
por mi honor.

Mi padre D. Sancho Díaz
Conde de Saldaña es.
Mi madre, Dª Ximena
hermana del Casto es.

Despósanse en secreto,
por eso válido…, no es
aquel casamiento,
aunque por amor fue.

Traidores hubo y ahilos…
Enterado de tamaña insensatez
D. Alfonso monta en cólera…
entra el destino entonces,
a jugar, suyo papel.

De aquella noches de bodas,
vine yo; Bernardo de Carpio.
Mandanme a criar a las Asturias,
a padre quitanle ojos,
en el castillo de Luna.
A madre enciérrenla
de por vida,  en un convento.

Yo, sano y fuerte crecí,
los que sabían quién era,
respetabanme, y amaban.

A Alfonso, el Casto,
las guerras debilitaron.
Ofrece entonces su reino
a Carlos…el Magno…¡un francés!
si le ayuda a vencer moros.

Avisanme, y noble y leal fui;
así me muestro al rey.
Carlos, el francés…siéntese humillado,
organiza una batalla, terrible e cruel,
perdiendo en ella a la flor de sus guerreros.

Roldan, ¡ay mi Roldan!
gime e grita el francés.
A manos castellanas, pierde la vida
“La flor de Francia”
el guerrero de más valía

Pensé  que Alfonso, en vez de tío, mi padre era,
por el amor que mostrabame… dentro e fora,
e lo encendido, que a los nobles de mi hablaba

de ser Casto, nada se.
Vuelven a sonar voces, que no es así,
dicen  elas,
que tío si, mas no padre, que él… ¡Casto es!

Enterado, de  tanto entresijo,
exijo, ¡liberen a padre!
Viejo y sin ojos, así le encontré
Abrazome a él.
Luego queda la santa ¿que no es Clara?…ya lo se
Tampoco Magdalena  pecadora...por llorar, eso sí fue

Reunidos ya los tres…
pregúntoles ¿queréis casaros
ante los hombres?,
ya sin fuerzas asienten,…. ¡SI QUEREMOS!
Yo, Bernardo de Carpio
Juro: ante los hombres e Dios, que  sois…
¡marido e mujer!

Todo aquel que dijere
Bernardo de Carpio
no es legítimo e noble
¡no me aconjogaré!
Mil veces… ¡ maldígole!
por perjuro
e mentir ante los hombres
¡e ni Dios tenga piedad de él!



lunes, 4 de mayo de 2015

Entonces Kepler se postró de rodillas...
(Artículo publicada hace tres añosen la página de la Asociación de Alumnos de San Esteban y desaparecido en mi anterior blog)

Johanes Kepler (1571-1630), descubrió las órbitas elípticas:
“No me sentenciéis a la rutina del cálculo matemático;
concededme algún tiempo para la elucubración filosófica, mi único deleite”


            Andaba yo buscando esta mañana el librito “La santificación del momento presente”, para escribir un “articulillo”, pero no lo encontré. El libro está desaparecido; pero no perdido y aparecerá en el momento oportuno; pero si encontré una cita preciosa de dicho libro: “Santifiquemos el momento presente; pues él es la revelación de Dios en nosotros”, y con una cita del Salmo 33: “En ti esperamos Señor, eres nuestro socorro y en Ti se alegra nuestro corazón. Confiamos en ti y sea Tu amor para nosotros como está en Ti nuestra esperanza”. AMEN.

            Con esta confianza miré al estante de la izquierda del escritorio y veo el libro “La medida del Universo”, de Kitty Ferguson (Ed. Robinbook, sello Manontropo). Este es un buen libro, que trata de la historia de la Astronomía, adquirido en un paseo por una de las últimas ferias del libro en la Plaza Mayor , del que leí en el pueblo el capítulo 3 :”Un disfraz para la simple vista 1564-1642”, en el que los protagonistas son Kepler y Galileo. Pues bien, cuando leí en este capítulo: “Kepler reparó en que con el uso de órbitas elípticas podría explicar las observaciones de Tycho Brahe y manifestó su regocijo y asombro ante su perspicacia cayendo de hinojos y exclamando: “Dios mio, alcanzo tus pensamientos después de Ti,se me ocurrió escribir esta “croniquilla”. Este párrafo está perdido en la página 83. 

            No voy a escribir de Astronomía ¡Que más quisiera yo!; pero si voy a recordar muy escuetamente las leyes de Kepler:
            Primera ley: Los planetas se mueven en órbitas elípticas, alrededor del Sol, estando éste en uno de los focos . La elipse, os recuerdo es una curva plana, en la que todos sus puntos, tienen la propiedad de que la suma de su distancia a los dos focos es constante. La circunferencia por tanto es una elipse en la que los dos focos coinciden en el centro.
            Segunda ley: Una recta imaginaria (radio vector) que una el centro del planeta con el centro del Sol, en tiempos iguales, describe áreas iguales.
            Tercera ley: La razón de los periodos de dos planetas al cuadrado, es igual a la razón de sus distancias al cubo.
           
            !Ahí queda eso¡ ¡Que genialidad!, cuando no tenía ni calculadora, ni ordenador, ni... telescopio. Tenía eso, si muchos problemas, poco dinero y mucho sufrimiento.  Leemos en la página 81: “Kepler a duras penas se ganaba el sustento en Graz, con sus escasas dotes para la enseñanza, pero prosiguió con sus investigaciones astronómicas,... en 1598, el archiduque Fernando empezó a complicar la vida a los líderes y maestros luteranos,... Kepler recibió una orden, según el cual tenía que abandonar Graz antes de 24 horas, so pena de ser condenado a muerte... No podría vivir  ni trabajar en Graz...”A la edad de 30 años se trasladó a Praga en 1601, trabajó durante algún tiempo con Tycho Brahe; pero este falleció a los dos años, sucediéndole en el cargo de Matemático Imperial, con título “rimbombante”; pero que le pagaban mal o no le pagaban, aunque si pudo heredar todo el conjunto de observaciones de Tycho. En 1611 tras el fallecimiento de su esposa e hijo y con las crecientes dificultades que se cernían sobre los protestantes en Praga, como antes en Graz, se estableció en Linz, donde vivió durante catorce años, contrayendo segundas nupcias...
           
            Pero lo que me mueve a fijarme en él es la gran fe, que le impulsa a seguir adelante, a pesar de las dificultades, de todo tipo por las que pasó. La fe que le hace reconocer que lo que ha obtenido no es suyo, que Alguien se lo ha revelado y por eso cae de rodillas exclamando “Dios mio, alcanzo tus pensamientos después de Ti”.
           
            Él mismo redactó su epitafio:

 “Medí los cielos y ahora mido las sombras
En la tierra se hallaba la mente, y en la tierra el cuerpo descansa.”

            Debemos honrar la memoria de estos sabios. Sin ellos nuestra vida no sería como es. Labor callada, a veces como la de John Napier, que se pasó 27 años, de su vida, elaborando las tablas de logaritmos, a la luz de velas... ; para que con desprecio, muchos de nuestros escolares, para sumar 2+3 tengan que usar la calculadora.
           
            Esto me lleva a santificar el momento presente recordando a todos estos gigantes, encima de los cuales, nos hemos puesto, nosotros, enanos engreídos.   Además hoy día, el narcisismo hace que muchos piensen  o pensemos en “nuestros” logros y no seamos capaces de admitir, que “Toda verdad, la diga quien la diga, viene del Espíritu Santo” Creo que lo dijo santo Tomas.
           

            Yo Le doy gracias, por haberme permitido santificar esta tarde del domingo, con estas reflexiones.

domingo, 3 de mayo de 2015

3 de Mayo, San Felipe
(hoy la entrada, es prestada)

Pensaba yo que hoy, la fiesta de la Cruz de Mayo, no había otra cosa que celebrar; pero José Manuel Hernández, co-párroco de la Purísma, hasta setiembre de 2012, nos recuerda, con el siguiente texto, que celebramos también la memoria del apostol Felipe.




La tradición ha unido en el mismo día la memoria   de dos Apóstoles: FELIPE y SANTIAGO.

Fijamos nuestra atención en FELIPE porque la memoria de su martirio está vinculada a la ciudad de HIERÁPOLIS. En las listas de los Doce, Felipe aparece siempre en el quinto lugar. Natural de Betsaida, su nombre griego indica un pequeño signo de apertura que no hay que infravalorar…

En el cuarto evangelio  Felipe aparece   en cuatro escenas:

 1.  Después de ser llamado  por Jesús, Felipe se encuentra con Natanael y, a pesar de la reticencia inicial de éste, lo lleva hasta Jesús… Le dice “¡Ven y lo verás!”
Juan 1, 45-46

2.  En la multiplicación de los panes, Jesús le pregunta a Felipe dónde se podría comprar pan para dar de comer a la multitud
Juan 6, 5-7

3.  Unos griegos que querían conocer a Jesús se acercaron a Felipe y le dijeron “Señor, queremos  ver a Jesús”. Andrés y Felipe se lo facilitaron.
Juan 12,20-22 

4. En la Última Cena Felipe le dice a Jesús “Señor, muéstranos  al Padre” Y Jesús le respondió “El que me ve a mí ha visto ya al Padre”
Juan 14, 9-11

La tradición dice que evangelizó primero en Grecia y luego en Frigia, en Asia Menor. Allí fue martirizado, en Hierápolis, siendo crucificado o lapidado…

Final de la catequesis que Benedicto  XVI dedicó al apóstol Felipe:

Queremos concluir nuestra reflexión recordando el objetivo hacia el que debe orientarse nuestra vida: encontrar a Jesús, como lo encontró Felipe y se lo hizo encontrar a otros, tratando de ver en Él al mismo Dios, Padre celestial. Si falta ese compromiso, nos encontraremos  sólo con nosotros mismos, como quien se mira en un espejo, y ¡cada vez nos quedaremos más solos! Felipe nos invita, en cambio, a dejarnos conquistar por Jesús, a estar con Él y a compartir esta compañía indispensable.   De este modo, viendo, encontrando a Dios, podemos encontrar la verdadera vida”
Señor, Dios nuestro, que nos alegras todos los años con la memoria de tu apóstol Felipe, concédenos, por su intercesión, participar, como él, en la muerte y resurrección de tu Hijo, para que merezcamos, llegar a contemplar en el cielo el esplendor de tu gloria”.


Apóstol San Felipe, Ruega por nosotros.


sábado, 2 de mayo de 2015

Hoy no se me ocurre nada

Esta mañana, me he puesto a escribir y no sé que tema escoger. 
He pensado en el dos de Mayo: “Oigo patria tu aflicción…”, 
he pensado en el misticismo, acordándome de algunos amigos, que tienen esa vena; y me he encontrado con un comentario, el de Silvia.




Este hecho me hace reflexionar, sobre la No-dualidad, a la E. M. Lozano, está dedicando tanto esfuerzo. Es curioso, que el primer comentario en mi modesto blog, venga de una persona, que ni siquiera conozco, rompiendo mis esquemas iniciales, pues yo pensaba, y sigo pensando, que este blog, sería para establecer y fortalecer lazos de amistad entre las personas amigas y más bien conocidas; pero la realidad, no es como la vemos, ni como la imaginamos. Es como es y punto. La conexión que tenemos los seres humanos, es más fuerte que lo que ven y sienten nuestros sentidos. La dualidad es un engaño. Yo soy tú y tú eres yo.
Ahora estoy leyendo el libro “Otro modo de ver, otro modo de vivir. Iniciación a la no-dualidad”, de Enrique Martínez Lozano (Ed. Descleé de Brouwer).  No es el único libro de este autor, que trata el tema. Tema, que es apasionante y que explica las sincronicidades” que se producen en la vida. Leemos en la página 73 del citado libro: “la realidad, sin embargo es bien distinta a la que el ego se imagina. Porque, fuera del presente, el yo se identifica  con las circunstancias, con la representación de lo que ocurre. Se adentra así en una alocada persecución de logros que no hacen sino ahondar el abismo de la insatisfacción. Se abandona el plano de la vida y se cae en la anécdota, a la que se atribuye una entidad incuestionable. Pues bien, frente a las trampas de la mente (y del ego), el modelo no-dual nos hace caer en la cuenta de que el presente, como la no-dualidad, es integrador y completo: no le falta nada y en él todo está bien. El presente, como dijera E. Schrödinguer, es la única cosa que no tiene fin: es eterno y pleno.”
Esto es el “cuerpo místico de Cristo”, del que nos hablaban en nuestras primeras catequesis, esta es la Vida, que Cristo vino y viene a darnos. Este es el mandato “amaos los unos a los otros como yo os amo”, dice el Señor. Si comprendiéramos esto como es debido, si trascendiéramos el ego, la humanidad volvería al “paraíso terrenal”, desaparecerían las guerras, enfrentamientos y disputas. Esta es la “perla preciosa”, de la que habla el evangelio, vender todo lo que se tiene (quitar el ego) para adquirirla. Es el consejo de Jesús al joven rico “vende todo lo que tienes” (no quiere decir, literalmente que lo venda, sino que elimine apegos y trascienda el ego) y en eso estamos, aplazando para mañana, que nunca llega, esta tarea. “mañana le abriremos, para lo mismo responder mañana”, que decía el poeta.
No se me ocurría nada; pero me he dejado llevar por el Espíritu, y gracias a Silvia, se me ha ocurrido algo. La conexión funciona. La no-dualidad es la realidad. Y ya está.


viernes, 1 de mayo de 2015

Las noches oscuras del alma

"Una noche oscura comienza a fraguarse cuando uno se siente atrapado entre dos deseos contradictorios, cuando una necesidad apremiante choca con el deseo de seguridad y confort."


La cita anterior está entre las páginas 60 y 61 del libro "las noches oscuras del ama", de Thomas Moore (ed. Urano).Pensaba yo escribir sobre ese libro; pero he encontrado en el "blog de Silvia", una entrada en el que hace una descripción bastante buena del mismo. No se quien es Silvia, ni que hace, ni a que dedica tiempo libre; pero desde aquí le doy las gracias por su aportación. Este es el enlace.:
 http://silviadormias.blogspot.com.es/2010/11/fragmentos-de-las-noches-oscuras-del_9809.html
Poco voy a aportar yo de mi propia cosecha sobre las llamadas "noches oscuras"; pero me gusta el enfoque que da este autor, que afirma, que hay que resistirlas, sufrirlas y esperar a que pasen, pues como crisálidas, quedaremos transformados, en contraposición a la cultura dominante, que quiere ahora y ya la curación.
No obstante, tomo nota de las páginas 63 y 64, dentro del apartado, desarrollar una filosofía vital, del citado libro: "Sin una filosofía vital, uno puede sentirse abrumado por sus emociones y pensar que la vida carece de sentido. Vemos el caos en nosotros mismos y en nuestro entorno, y llegamos a la conclusión de que nada tiene sentido. Esta actitud nos lleva con frecuencia a aferrarnos a explicaciones simplistas que proliferan a nuestro alrededor. Existe una industria de consejeros, predicadores, psicólogos, monitores y gurús de diverso pelaje dispuestos a explicarnos como debemos vivir. Pero esas estrategias tomadas prestadas y adquiridas no bastan cuando se apodera de nosotros la noche oscura del alma. Debemos idear nosotros mismos un sistema que nos dé resultado. Debemos prepararnos para afrontar retos que pueden ser más radicales de lo que imaginamos".