viernes, 29 de abril de 2016

Los sueños (6)

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
D. Pedro Calderón de la Barca


Antes de continuar, haré una salvedad. Esta entrada, en realidad es atípica, pues  no se refiere a los sueños, sino, más bien a “soñar despierto” y teniendo en cuenta que como dijo alguien “algunos sueños se cumplen; pero la mayoría se roncan”, me refiero a lo que sigue como un “sueño no roncado; pero cuya probabilidad de cumplirse, no es nula; aunque ínfima. No siendo cero la probabilidad, tal vez, o acaso llegue a hacerse realidad. Ya sabemos que la realidad supera a la ficción.
Veamos: ahora que por estas tierras anda una cadena famosa de televisión rodando una película, mi sueño, despierto, es que escribo un guión, monto una compañía, entre mis amigos y amigas y gusta tanto el guión, que una productora de altos vuelos, y elevado capital, se interesa por él y se plasma en celuloide, estrenándose en los mejores cines del mundo… todavía no ronco.

El guión sacado de una historia que sucedió antes de la aviación, en líneas generales, lo detallamos en un pequeño cuento:

Había tres ciudades, conectada por tres caminos, por tanto formando un triángulo, tienen un hospital común en el circuncentro del triángulo, (recordamos, para desempolvar los conocimientos de geometría, que nos enseñaron en el bachillerato que el circuncentro es el centro de la circunferencia circunscrita a un triángulo, lugar donde se cortan las mediatrices de sus lados, ergo la distancia de este punto a los vértices es la misma. Por ello con muy buen criterio se eligió construir el hospital en dicho punto.

Llamemos al pueblo que está a la derecha, según se mira desde el cielo, aunque no hubiera entonces aviación, con el Norte hacia arriba, Villar de la Sandía, al de la izquierda Villar del Melón y al que está más al Sur, Valdelauva. El hospital, es el de la Misericordia. En Villar de la Sandía vivía un hombre, de oficio curtidor, no demasiado joven, pero en muy buenas condiciones físicas y anímicas felizmente casado, aunque su mujer, internamente pensaba que su marido era un tostón, que sólo sabía curtir pieles, pues se pasaba el día metido en su oficio y por la noche llegaba cansado, cenaba e inmediatamente se dormía y además roncaba. No hace falta decir que antes de la aviación no había televisión; pero dicho quede, aunque sea en pareado; pero antes de la aviación, bastante antes, si había en muchos lugares tribunal de la Santa Inquisición (Ave María Purísima) y en Villar del Melón tenían inquisición. ¡Vaya otro pareado!

Y para no aburrir al lector, con un relato demasiado largo, terminamos aquí el primer capítulo de esta historia, que continuará.


Mientras tanto, voy a decidir, a ver que os parece: ¿pongo al principio “Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia” o pongo, “esta historia está sacada de un hecho real, los nombres y los lugares son ficticios?”

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