martes, 24 de septiembre de 2019


Buscando el rostro del Señor (3)

Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y le llamó como antes: « ¡Samuel, Samuel!» Él respondió: «Habla, que tu siervo escucha.»
1 Sa3,10

Hoy, quiero reflexionar sobre esta hermosa palabra del libro primero de Samuel. No sé hasta qué punto lograré relacionarlo, con la lectura de los tres libros mencionados en las anteriores entradas; pero una cosa es clara, nuestras quimeras, nuestros “dramas” y nuestro ego y nuestra mente racional, nos impiden escuchar la voz del Señor. Hace poco escuchaba esta frase, no recuerdo donde: “Cuando rezamos, no escuchamos a Dios, sino que le pedimos con insistencia que Él nos escuche a nosotros”. Así no cambiamos y nos movemos por la vida, como “tontines”, como “vinilos rayados”, si recordamos la época de los tocadiscos. Hace poco acabo de leer, en el libro El Proceso de la Presencia”, pág. 125: “Durante el proceso, puede que tengamos momentos en los que experimentemos niveles de intensa resistencia ante lo que nos está sucediendo. Es normal que ocurra esto cuando comienzan a salir a la superficie problemas profundamente inconscientes” Por ello es más cómodo, seguir con nuestra rutina, pedirle a Dios, que se cumpla su voluntad; pero que coincida con la nuestra. Necesitamos sencillez en nuestra vida, cosa que es sumamente difícil en nuestra sociedad aparentemente opulenta y digo aparentemente, porque las miserias, no las vemos o no las queremos ver. Y me ha venido a la memoria, una sincronicidad, que me ha ocurrido hace poco: iba yo con dos bolsas de libros, a ver si me las cogían en un centro, en donde te pagan20 céntimos de euro, por cada libro; pero eran libros antiguos y de poca calidad, que me estaban estorbando y mi temor era que no me los cogieran, no por los céntimos, que me dieran, porque no darían ni para tomar un café; sino porque me resisto a tirarlos, ya que tampoco los iban a querer probablemente en una biblioteca pública. Pues bien, me encontré con un amigo, que venía del hospital, con una señora extranjera y al verme con la bolsa de libros, me pregunto, que a donde iba, yo se lo conté y la señora me dijo que su hermana se dedica en Madrid a vender libros viejos, que los coge …de los basureros¡¡¡ yo le di las bolsas y me fui un poco más feliz por no haber tirado los libros; pero un poco más triste, por ver la realidad de cómo está la sociedad.
Y ahora para terminar voy a escribir unas notas, que tengo escritas a lápiz en una cuartilla, que me gusta tener a mano, cuando leo algún libro y están inspiradas en el del libro de Jon Kabat-Zinn, págs. 82, 83 y 85, en el apartado “Sencillez voluntaria”, no lo dice textualmente. Sólo me he inspirado en esas páginas: “Simplifica, no acumules, no compres por comprar, tira, deshecha, no regales lo que te estorba, pues si piensas un poco estás utilizando a esa persona a la que le regalas lo que te sobra, como “un cubo de basura”. Si realmente quieres regalar algo. Piensa en esa persona, no pienses en ti”.
En definitiva, vaciar nuestro corazón; para llenarlo con lo que el Señor nos mande. No hagamos como Jonás, que se fue a la Costa del Sol, en lugar de ir a predicar a Nínive
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lunes, 23 de septiembre de 2019


Buscando el rostro del Señor (2)

Ven Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Inicio de la secuencia de Pentecostés


De los tres libros, que mencioné ayer,  el del Dr. Mario Alonso Puig, explica bastante bien y no se hace aburrido, ni pesado el funcionamiento del cerebro y no sólo el cerebro, pues hace unas revelaciones, que en principio no te las imaginas, como que el sistema digestivo, actúa como “un cerebro menor”, pues tiene no sé cuántos millones de neuronas; pero a lo que iba: cita a gente sabia, como el Dr. Richard Davidson, Jon kabat-Zinn, a la doctora Sarah Lazar, del Hospital General de Massachusetts, perteneciente a la universidad de Harvard, que ha observado múltiples efectos de la atención plena (el libro dice la horrorosa palabra, que empieza por “mind.”) y entre esos efectos “se ha visto una aumento del grosor del hipocampo en personas que lo han practicado durante aproximadamente media hora al día a lo largo de ocho semanas. El hipocampo es una estructura doble situada a la altura de las orejas, y que es esencial en la memoria, el aprendizaje y el control del estrés” Pág. 159
Y ahora yo reflexiono: la vida que llevamos, es propicia a que el corazón, la mente y los sentidos, estén llenos y aturdidos con el ruido exterior, de los medios de desinformación, de nuestras avaricias, de nuestros temores, de tantas “interferencias” que no nos dejen conectar con la “emisora del cielo”, de modo que su “frecuencia” no llegue al receptor, que tal vez sea el hipocampo. Es un decir, y no podemos sentir ni escuchar al Espíritu Santo. Los “dramas” a los que me refería ayer, nos impiden vaciar el corazón y llenarlo de la plenitud del Espíritu. No nos damos cuenta que nuestros logros, aunque me den laureles, son todos pasajeros y que no somos dignos de nada, aunque paradójicamente somos dignos de todo; pero no por nuestros méritos, sino por ser “templos vivos de Espíritu Santo” Y esto es lo que hace la atención plena, que nos invita a estar presente, estar despiertos, en todo momento, pase lo que pase, como muy bien nos indica Jon Kabat-Zinn en las páginas 80 y 81 del libro citado en la entrada de ayer:
Intente reconocer si se enfrenta a los obstáculos con dureza y de qué modo. Experimente con el hecho de ser suave cuando su impulso sea ser duro; con ser generoso cuando su impulso sea retener; con abrirse cuando su impulso sea cerrarse en sí mismo o desconectar emocionalmente. Cuando sienta dolor o tristeza, intente estar presente. Permítase sentir lo que sea que esté sintiendo. Note cualquier etiqueta que pueda poner al hecho de llorar o de sentirse vulnerable. Suelte toda etiqueta. Simplemente sienta lo que está sintiendo, cultivando la conciencia momento a momento y cabalgando las olas de arriba y abajo, de débil y fuerte, hasta que vea que todas ellas son inadecuadas para describir plenamente su experiencia. Permanezca con la experiencia en sí. Confíe en su fuerza más profunda: estar presente, estar despierto Las negritas de la última frase las he puesto yo.
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domingo, 22 de septiembre de 2019


Buscando el rostro del Señor (1)

Ten confianza en el Señor y obra el bien,
Vive en la tierra y crece en paz,
Ten tus delicias en el Señor
Y te dará lo que pida tu corazón
Salmo 37 3-4



Ando yo estos día, dedicando una o dos horas a un trabajo de “entrenamiento” sobre el modo de vivir, acorde con la Sabiduría y me valgo de rezar, los laudes por la mañana en numerosos vídeos que hay en YouTube  y las completas por la noche. También escucho conferencias de gente sabia, como el Dr. Mario Alonso Puig, que os lo recomiendo; pero sobre todo estoy “trabajando”, que no leyendo, tres libros a cual más interesante. El primero es el “Proceso de la Presencia “, de Michael Brown, el segundo “Atención plena (el título en realidad es Mindfulness; pero esa palabra me resulta horrorosa y la evito)  en la vida cotidiana”, de Jon Kabat-Zinn y el tercero es “Tomate un respiro, Atención plena (lo mismo que antes, el título empieza con la horrorosa palabra) El arte de mantener la calma en medio de la tempestad “ de Mario Alonso Puig...
La tesis del libro de Michael Brown, es atacar a las causas de nuestro comportamiento y no a los efectos. La mayoría de nosotros, somos conscientes, de nuestros fallos, aunque por desgracia no pocas veces, nos fijamos más en la paja del ojo ajeno, ignorando la viga que tenemos en el nuestro. No hay más que mirar a la sociedad, a la política y a nuestro entorno de amigos y familiares. Nos gusta ir por autopista y si puede ser “cuesta abajo y sin frenos”; pero a nadie nos gusta subir por la “empinada senda” y pasar por la “puerta estrecha”. Buscamos soluciones fáciles y rápidas, leyendo todos los libros de “autoayuda” y de autores que están de moda. A veces cuando estamos charlando con alguien comentamos a un autor o autora, experto en estos temas y enseguida tomamos nota, para comprar sus libros o escuchar alguna conferencia en YouTube; pero creo que esto no es efectivo. Es preferible, centrarse en uno de estos autores y “trabajar”, que no leer sus libros. A esto el autor del libro el  Proceso de la Presencia”, lo lama “drama” y tomo nota de la página 76 del citado libro: “Esta manera de actuar, de ir de aquí para allá y no llegar a ninguna parte, es la clase de movimiento que el mundo exterior respalda con insistencia como medio de resolver  cualquier insatisfacción que tengamos… en nuestra experiencia vital. En el Proceso de la presencia contemplamos este tipo de movimiento externo improductivo como una agitación, si bien un término más adecuado para la agitación puede ser el de drama… actividad inútil e improductiva; pero el drama no se refiere exclusivamente a una moción física externa improductiva, sino que también hace referencia a las actividades mentales y emocionales improductivas de nuestra experiencia vital.
Uno de los objetivos del Proceso de la Presencia es… activando el movimiento interno mediante la liberación suave y consciente de las emociones que tenemos bloqueadas” Como apuntaba antes, este proceso, no actúa sobre los efectos, cosa que hacen muchas formas de crecimiento interior, sino sobre las causas.
Es un proceso lento, complejo, que requiere disciplina; pero que yo creo que  dará resultados. Hace unos 5 ó 6 años, comencé a leer este libro; pero no a trabajarlo y lógicamente abandoné, hace poco lo he vuelto a retomar. Voy por la página 130; pero falta mucho, no sólo hasta la página final, más de 400, sino del proceso, que hay que hacer, más allá de la lectura.
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jueves, 19 de septiembre de 2019


Dios brilla por su ausencia
¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu,
A donde de tu rostro podré huir?
Si hasta los cielos subo, allí estás tú,
Si en el seol me acuesto, allí te encuentras
Salmo 139 (138) 7-8

La experiencia de Dios, nos acompaña siempre, incluso en la desesperación. La ausencia de Dios hace referencia a una percepción que puede ser personal o de las circunstancias. Se vive como si Dios no existiera, que es el proceso que se caracteriza en el nihilismo.
El resultado puede ser que nuestra forma de creer, más que una gozosa afirmación de Dios, sea preguntarnos, como en el salmo 90: ¿Por qué me ocultas tu rostro? ¿Dónde están tus bondades?
Podemos, buscar su presencia en la ausencia, ya que hoy es difícil creer por pura rutina, pues nos faltan apoyos culturales para una fe normalizada. Es una verdadera prueba vivir la fe. Una búsqueda en la noche; pero no sin luz, como San Juan de la Cruz:Sin otra luz y guía  sino la que en el corazón ardía”, o como apunta J. BaruzziLa ausencia esconde una presencia misteriosa
Todo esto nos remite al fundamento de la religión, capaz de aguantar y fundamentar lo más audaz, asentándolo firmemente y que “se presenta con una confianza incondicional después del fracaso de todas las explicaciones teológicas”, según apunta J. Lois
¿Qué significa por tanto la búsqueda de Dios? No hay que desviarse de la vida para buscarlo, pues está en todo. “Buscar a Dios es llevarlo en el corazón, como la aspiración que guía nuestro camino”, según, M. Buber
Los presupuestos, momentos y rasgos de su búsqueda podemos resumirlos en estos puntos:
·        Tomar conciencia de su ausencia
·        Purificar nuestra fe
·        Buscarlo en la propia interioridad
·        Buscarlo, porque previamente hemos sido encontrados por Él
·        Buscarlo es desearlo.



Concluyo, afirmando, que las notas aquí expuestas, no se me han ocurrido a mí, sino que es el resumen de algún capítulo, de algún libro que he leído. Me gusta tomar notas de lo que leo y es lo que ha ocurrido. Las notas las he encontrado en la mitad inferior, de una página de cuaderno, un trozo de papel, que estaba desechando, junto con otros para tirar a la papelera. No es la primera vez que me encuentro trozos de hojas, con un buen contenido escrito, antes de desecharlas. No sé de qué libro se trata, ni cuál es el autor. Estoy pensando en alguno; pero prefiero no arriesgarme. En cualquier caso, pensemos que el Espíritu Santo, me ha brindado esta hoja y que he podido compartirla, con quien quiera leer este sencillo escrito. Yo por mi parte, como creyente en la Presencia real de Cristo en la Eucaristía, entono el “Adorote devote latens Deitas”, Te adoro con devoción Divinidad oculta, en el Pan y en el Vino; pero si no crees en el Misterio Eucarístico, puedes también entonar el mismo cántico, aquí y ahora. pensando que Dios está en la flor, en el canto de un niño,… o en los planetas y galaxias....
¡Gloria tibi Domine!

miércoles, 4 de septiembre de 2019


Atención plena

A lo largo el día intente ver si puede percibir el esplendor del momento presente en todo momento, tanto en los momentos ordinarios, como en los regulares, como incluso, en los difíciles.
Jon Kabat-Zinnn en “Mindfulness” en la vida cotidiana, pág. 63



El 21 de agosto de este mismo año, a las 8.45 h. leía yo la cita que he puesto al principio y escribía mis sensaciones: “Intento percibir el esplendor del momento presente ahora hace que me fije, primero  en que no tiene demasiado de esplendor, ya que siento sensación de frío exterior, aunque yo no tengo frío. Oigo el ruido del microondas en la cocina y estoy preocupado por lo que tengo que hacer a lo largo de la mañana. Alguien de la familia se marcha hoy… Sin embargo miro al exterior por la ventana e intuyo el esplendor al ver las nubes y me preocupa que dentro de un rato, todo haya cambiado y desaparezcan. En este instante saco una foto de la vista del cielo desde la ventana y me limito simplemente a ser, sin propósito alguno”. Así permanecí un buen rato y a las 13.30 h. escribo: “La mañana ha discurrido bien, las cosas han ido fluyendo con naturalidad. Claro que lo que se ha hecho ha sido hasta cierto punto agradable
Creo que ese fue un día  en los que “casi” se alcanzó la felicidad por mi parte, gracias a la atención plena. Intentaré evitar el vocablo que da título al libro de la cita inicial. Y así algunas mañanas he dedicado unos minutos a esta tarea ayudado por este libro y alguno más que citaré.
El 22 de agosto, la página 64, la dedica a la paciencia y acabo, como no, recordando a Santa teresa: “La paciencia todo lo alcanza
Al día siguiente el apartado del libro señala soltar y copio: “Es necesario que los miedos y las inseguridades se manifiesten y se desvanezcan, en el ámbito de la conciencia plena”, pues nos aferramos a esperanzas y deseos basados en el interés personal, a nuestra zona de confort, a ver las cosas con un “sesgo” demasiado personal, etc…
Y el 24 de agosto, en la página 71, puede leerse que no juzguemos y me doy cuenta que el escribir y señalar lo que me interesa, me está llevando a distraerme, a un callejón sin salida. No sé cómo terminó ese día el momento de la meditación, pues no hay nada más escrito hasta el 30 de agosto; pero tengo que decir que estuve ausente esos días y que descubrí otro libro allí donde estuve: El proceso de la presencia” de Michael Brown, ediciones Obelisco. Libro que había comenzado a leer hace unos años y que lo llevé allí. Lo comencé a releer y creo que puede ser útil en este momento. Ya comentaré algo, si Dios quiere.
Y volvemos a las notas matutinas: el 30, leo que la página 74 la dedica a la confianza y copio: “Si confiamos en el proceso de vivir podemos encontrar un elemento estabilizador muy potente que abarca la seguridad, el equilibrio y la apertura dentro de la confianza que nos guía y protege intuitivamente de resultar dañados y de la autodestrucción”. Me vino a la memoria una canción que suele cantarse en el Movimiento Carismático: titulada  No me va a fallar”, que comienza así “Si yo confío en el Señor, nada fallará”. Puedes escucharla AQUÍ. El momento puede ser  bello o no; pero eso no debe importar. Confiemos en este momento, en que el Señor  sostiene la vida y hágase su voluntad.
Dos días después, el 1 de septiembre, termino de leer el apartado de la confianza con la frase de Kabir “Desecha todos los pensamientos de cosas imaginarias y asiéntate firmemente en lo que eres” y dos días después medito sobre esta frase; pero me pregunto ¿Qué soy yo?, que a su vez me remite a otra ¿Quién soy?; pero voy a dejar esta pregunta en el aire, porque no tengo por ahora repuesta y espero que el libro citado, sobre el Proceso de la Presencia tal vez me de una pista más adelante.
Ese día continué leyendo el libro de Jon Kabat-Zinn, sobre la generosidad  y nos induce a que seamos generosos, primero con nosotros mismos y que irradiemos algo bueno nuestro hacia los demás, sin esperar nada a cambio y sin buscar hinchar el ego, que demos más de lo que “aparentemente tenemos”, como si poseyéramos una riqueza inagotable, lo que llama generosidad regia. Compartir el entusiasmo, la vitalidad, el espíritu, la confianza, la presencia… PERO: Es necesario hacerlo con atención plena, recordando que es el Universo el que da y el que recibe, no nosotros ni los demás.
Y aquí terminan las notas que tomé en esta hoja, que voy a romper y se disolverá en el reciclado de papel; pero la información queda escrita en este sencillo blog, que acabará disolviéndose también con el tiempo; pero también ha quedado escrita en el Universo y ahí quedará por los siglos de los siglos.
Quisiera hacer mención también a otro libro: “Tómate un respiro. Minfulness, el arte de mantener la calma en medio de la tempestad”, de Mario Alonso Puig, que también lo he ojeado estos días y además he visto algún vídeo de los que tiene en Youtube.

martes, 30 de julio de 2019


Domingo de Soto otra vez

Todo nuestro recorrido vital es una invitación a un constante “soltar” todo aquello a lo que hemos podido estar aferrados o con lo que hemos buscado protegernos, para que pueda emerger lo que realmente somos. Es esa misma “entrega” a “lo que es”, a la Vida, la que nos saca del caparazón narcisista y que somos Vida y Plenitud.
Enrique Martínez Lozano en “La dicha del ser”, Pág. 93


Me gustaría adaptar, a la mentalidad moderna el Sermón sobre el juicio final, que Domingo de Soto pronunció en 29 de noviembre de 1545 “Concio de extremo iudicio”, como preparación para el Concilio de Trento, cuya apertura tendría lugar el 13 de diciembre; pero considero que no es fácil. Sin embargo el paralelismo existe. No hay más que leer la cita de Martínez Lozano, con calma, como un señalamiento, no como el dedo que señala. Cada uno que saque sus propias conclusiones.
Y dicho esto voy a intentar glosar este interesante hecho. En la obra “Domingo de Soto O.P., estudio biográfico documentado” del P. Vicente Beltrán de Heredia O.P., nos informamos que Soto suspendió las lecciones en la Universidad de Salamanca, el 23 de marzo de 1545 con la intención de partir hacia Valladolid, camino de Trento. La partida no tuvo lugar hasta el 6 de mayo. Acompañaban a Soto, Carranza, otros dos religiosos, entre ellos un lego, que cuidaba de su servicio. Caminando por Francia e Italia se dirigieron a Trento, en donde llegaron el 6 de Junio. Del mismo libro tomamos la siguiente nota “¿Qué hizo Soto durante esos seis meses de espera? Él, que no conocía el descanso que tenía buena cuenta de negociar con el talento que Dios le había confiado,… aprovechó ese intervalo para ir tomando el pulso a las cosas y trazar su plan para cuando  comenzasen las tareas sinodales…”
Los días 6, 7 y 8 de agosto se celebró un solemne triduo de acción de gracias por el nacimiento del príncipe dos Carlos, primogénito de Felipe II, al haberse suprimido las fiestas que por tal evento iban a celebrarse en Roma. “El primer día hicieron la fiesta los legados pontificios, predicando en latín el obispo de San Marcos, y al final tuvo lugar un concurridísimo banquete, y por la noche fuegos y luminarias, sin faltar en todo ello las salvas de artillería. El día segundo corrió a cargo del cardenal de Trento, con sermón en italiano por el obispo de Bitonto. El día tercero costeó la fiesta el mismo emperador. “Et fece la oracione in lingua spagnuola uno frate chiamato il maestro Sotto”. No se ha conservado el texto de este sermón, y es muy de sentir, porque en él reflejaría Soto sus impresiones del momento y la marcha que a su juicio debería darse al concilio, una vez que comenzase sus tareas en forma. En el que predicó después en la domenica de adviento (29 de noviembre de 1545) hace referencia a otro discurso que allí había pronunciado, en que trató de la libertad humana… En el sermón de 29 de noviembre, éste adaptó el evangelio del día (Luc. 21) al concilio, acentuando la diligencia con que debían trabajar los Padres por la reforma de la Iglesia. Desde el principio presenta el juicio final como un concilio ecuménico, harto distinto del que ahora se prepara, dificultado y retardado por obstáculos que surgen a diario,... Porque cuanto más universal, será convocado con mayor rigor y celebrado sin demora, y sin que nadie pueda excusar su asistencia
Y ahora vamos a centrarnos un poco más en ese sermón. Para ello nos fijaremos en la obra “Domingo de Soto, O.P. Reelecciones y opúsculos IV”. Edición, introducción y notas de Ramón Hernández Martin O.P.
Esta obra dedica casi cuarenta páginas al sermón en latín y traducido al español,  precedido de un resumen de cuatro páginas, de las que extraemos a su vez un breve resumen:
Con lenguaje muy encendido nos evoca Soto ese día, en el que daremos cuenta de todo ante Cristo, nuestro juez. En tres partes va exponiendo sus consideraciones espirituales sobre el Juicio último ante tan “tremendo tribunal”: 1. Materia sobre la que versará el examen del juicio. 2. El tiempo en que tendrá lugar y 3. El modo como se desarrollará”.

I
“…El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios… libre para pensar querer y obrar. Los herejes de hoy, que pretenden quitar la libertad al hombre, destruyen su imagen y semejanza con Dios. Esto nos lleva a la responsabilidad del hombre respecto a sus obras… y a los premios o castigos que le sobrevendrán en el día del juicio. Dios hizo al hombre señor del universo, poniendo en sus manos la creación entera. No obstante el Señor máximo y absoluto es el mismo Dios. En definitiva el hombre es administrador y tendrá que rendir cuenta un día de su administración. Será entonces examinado del buen o mal uso de las cosas creadas, si se ha servido de ellas para su propia gloria o para dar a Dios la gloria que le corresponde como creador de todo el cosmos y del mismo hombre…”

II
¿Cuándo será el juicio final?... Tanto el día de la muerte particular de cada hombre como el día final de todas las cosas permanecen ocultos, pues esa incertidumbre “nos impulsan más y más al bien y nos estimulan a la vigilancia”… (pero) las convulsiones externas de la naturaleza “deben traer a nuestra mente la memoria de ese día”…

III
“¿Cómo será ese juicio final? Dice San Pablo que Cristo… como Salvador y Redentor del género humano “para esto murió y resucitó, para ser Señor de vivos y muertos, ya que al humillarse hasta la muerte de cruz, fue resucitado por Dios y se mereció un nombre sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos”…
Los abismos ocultos de los pechos de los hombres se harán manifiestos y todo se revelará claramente. “Los que no han sido apartados de la amistad divina por ningún mal pensamiento o han procurado recuperarla por penitencia… serán dignos de las palabras “bienaventurados aquellos que se les han remitido sus culpas y se les han sepultado sus pecados”. Ya sabemos la distinta suerte eterna de los arrepentidos y de los que soberbiamente se levantan contra Dios.
…”
Puedes leer y descargar todo este apartado aquí AQUÍ

jueves, 25 de julio de 2019


Yo estuve en clase, con Domingo de Soto

“Qui scit Sotum, scit totum” (quien conoce la obra de Soto, lo sabe todo)
Se decía en la Universidad de Salamanca en el Siglo XVI



Ego sum Petrus Vitulus, albercanensis. Me veo a mi mismo hablando en latín, dirigiéndome a la clase de vísperas de un joven profesor, que llaman Soto. Por el camino me encuentro con otro compañero y comentamos los sucesos que han ocurrido hace unos días, con la boda del príncipe Don Felipe e Isabel de Portugal. Yo no asistí, pues tenía que estudiar algo relacionado con unos bichos que viven debajo de la tierra 17 años y que al salir en pocos días mueren. Hoy lo va a explicar Soto.
Mi amigo me cuenta que el que va a ser rey se impresionó mucho con lo que dijo Domingo de Soto en la boda. Estamos en noviembre de 1543 y aunque todavía luce el sol por la tarde, por la mañana, suele haber una niebla, que sube del Tormes, que te hiela los huesos. ¡Que suerte tenemos que las clases de Soto sean vísperas! Si fueran  primas, yo creo que no vendría, y además solemos ir a las tabernas por la noche, jugar a las cartas y algunas veces, “de picos pardos”, me dice mi amigo, con una sonrisa pícara. Yo le replico que si a mí me hubiera tocado clase de prima, no faltaría y más si la da Soto. Ya sabes: “Qui scit Sotum, escit totum” y pienso en mis padres, que desde La Alberca, aconsejados por los frailes dominicos de la Peña de Francia, me enviaron a estudiar a esta prestigiosa Universidad y no a irme de “picos pardos”, aunque la verdad, bien me gusta, ir a comer el hornazo, el lunes de aguas y ver venir en las barcas a “las de los picos”.
Y sin darnos cuenta, llegamos a clase y nos acomodamos en unos asientos, más bien de atrás, pues tememos que Fray Domingo nos haga alguna interpelación.
Comienza con la señal de la cruz, “In nomine Patri et Filio et Spiritu Santo” y a continuación: “Veni Creator Spiritus,
Mentes tuorum visita,
Imple superna gratia,
Quae tu creasti, pectora.

Y comienza la clase:”Hodie leccio est supra Magicicada  septendecín… Esta cigarra vive como ninfa bajo tierra y se alimenta de la savia que succiona  de las raíces de los árboles. Se pasa en ese estado 17 años  (hace hincapié Soto en que observemos que 17 es un número primo) y luego sale a la superficie para convertirse en insecto adulto, etapa que tan solo dura unos  días, durante los cuales se reproduce y finalmente muere. Soto, se entusiasma y exclama ¡Te Deum laudamus, porque te has preocupado por hacer las cosas perfectas!. Entre los enemigos de la cigarra adulta existe un parásito cuyo ciclo vital es de dos años, coincidiendo cada dos, cuatro, ocho… años. Lo mismo sucedería con otros múltiplos cualesquiera. Pero si el ciclo vital es un número primo lo suficientemente alto, como es el caso de 17, el parásito y la cigarra sólo pueden coincidir cada 34 años, que es el primer múltiplo de 17. En el hipotético caso de que el ciclo vital del parásito fuera de 16 años, la probabilidad de encontrase tendría lugar cada 16.17 =272 años…

En ese momento sonó el teléfono, me levanto malhumorado y al descolgar, me dice: Hola Sr. Pedro somos de Vodafune Telecom… Váyanse a… la playa, les digo y al regresar a mi sillón, me encuentro el libro “El Misterio de los números primos” de National Geographic, abierto por la página 20 y un poco más allá el folleto de Mª del Pilar Cuesta:Domingo de Soto, estudio crítico.