jueves, 19 de septiembre de 2019


Dios brilla por su ausencia
¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu,
A donde de tu rostro podré huir?
Si hasta los cielos subo, allí estás tú,
Si en el seol me acuesto, allí te encuentras
Salmo 139 (138) 7-8

La experiencia de Dios, nos acompaña siempre, incluso en la desesperación. La ausencia de Dios hace referencia a una percepción que puede ser personal o de las circunstancias. Se vive como si Dios no existiera, que es el proceso que se caracteriza en el nihilismo.
El resultado puede ser que nuestra forma de creer, más que una gozosa afirmación de Dios, sea preguntarnos, como en el salmo 90: ¿Por qué me ocultas tu rostro? ¿Dónde están tus bondades?
Podemos, buscar su presencia en la ausencia, ya que hoy es difícil creer por pura rutina, pues nos faltan apoyos culturales para una fe normalizada. Es una verdadera prueba vivir la fe. Una búsqueda en la noche; pero no sin luz, como San Juan de la Cruz:Sin otra luz y guía  sino la que en el corazón ardía”, o como apunta J. BaruzziLa ausencia esconde una presencia misteriosa
Todo esto nos remite al fundamento de la religión, capaz de aguantar y fundamentar lo más audaz, asentándolo firmemente y que “se presenta con una confianza incondicional después del fracaso de todas las explicaciones teológicas”, según apunta J. Lois
¿Qué significa por tanto la búsqueda de Dios? No hay que desviarse de la vida para buscarlo, pues está en todo. “Buscar a Dios es llevarlo en el corazón, como la aspiración que guía nuestro camino”, según, M. Buber
Los presupuestos, momentos y rasgos de su búsqueda podemos resumirlos en estos puntos:
·        Tomar conciencia de su ausencia
·        Purificar nuestra fe
·        Buscarlo en la propia interioridad
·        Buscarlo, porque previamente hemos sido encontrados por Él
·        Buscarlo es desearlo.



Concluyo, afirmando, que las notas aquí expuestas, no se me han ocurrido a mí, sino que es el resumen de algún capítulo, de algún libro que he leído. Me gusta tomar notas de lo que leo y es lo que ha ocurrido. Las notas las he encontrado en la mitad inferior, de una página de cuaderno, un trozo de papel, que estaba desechando, junto con otros para tirar a la papelera. No es la primera vez que me encuentro trozos de hojas, con un buen contenido escrito, antes de desecharlas. No sé de qué libro se trata, ni cuál es el autor. Estoy pensando en alguno; pero prefiero no arriesgarme. En cualquier caso, pensemos que el Espíritu Santo, me ha brindado esta hoja y que he podido compartirla, con quien quiera leer este sencillo escrito. Yo por mi parte, como creyente en la Presencia real de Cristo en la Eucaristía, entono el “Adorote devote latens Deitas”, Te adoro con devoción Divinidad oculta, en el Pan y en el Vino; pero si no crees en el Misterio Eucarístico, puedes también entonar el mismo cántico, aquí y ahora. pensando que Dios está en la flor, en el canto de un niño,… o en los planetas y galaxias....
¡Gloria tibi Domine!

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