Reflexiones matutinas II
Os aseguro si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de loa
cielos. Mateo 18,3
En esta mañana de agosto, disfrutando de
un clima especial, rememorando lo que vi ayer en la plaza mayor, que aquí
lo podéis ver, parcialmente, y
no sólo eso, porque las calles de esta ciudad está llena de grupos de jóvenes,
que van hacia Lisboa, con la alegría de la juventud, en busca de algo más
que que las divisiones del "Carpe diem".
Hoy, siguiendo el hilo de la entrada
anterior, transcribo lo escrito el 26 de mayo de 2022 a las 8:26 h. fiesta San
Felipe Neri:
Un poco de oración no viene mal, ante los
interrogantes que plantea el futuro. La mañana está tranquila y el día se
presenta luminoso y esperanzador. Escucho las Laudes del P. José Marín en YouTube
y se ha producido una curiosa sincronicidad, al poner este comentario en el
vídeo: "Así como el sol saliente penetra en las habitaciones, abramos las
ventanas del alma para que penetre la luz del Espíritu Santo" y a
continuación sigo viendo el vídeo y el P. Marín hace una invocación larga al
Espíritu Santo. ¡Gloria al Señor! Con esta confianza, comienzo el nuevo día,
escribiendo a continuación:
Del libro "Un Dios que siempre es
más", Pág. 14: Job 38,4-7 ¿Dónde estabas cuando afirmé la tierra?... Is
55, 8-9 Porque mis planes no son vuestros planes, ni vuestros caminos los
míos... con esto el "principio de no contradicción" se viene abajo
cuando estamos en el terreno de lo infinito.
Las palabras son como las máquinas de
cortar embutidos, que dividen la realidad en lonchas digeribles. Pág. 15, y del
mismo modo que los israelitas cruzaron el desierto, así es nuestra vida hacia
la verdad divina, con la "fe que busca comprender", según San
Anselmo. Final de la página 15.
Hablar sphasis,
no hablar afasia
En la página 16 nos explica cómo se produce la "apóphasis"= lejos
del habla:
- Por la negación
- expresión por medios
alternativos
- Utilizar la paradoja, la
parábola, la poesía
- Añadir
prefijos, como "a" (afasia), "in" (inmortal),
"des" (desconocido). Así por ejemplo, describimos a Dios como
inmortal, invisible, inaccesible y desconocido. Estas palabras funcionan
con un primer significado familiar ("mortal",
"visible", etc.) que luego señala lejos de ellas, en la
dirección opuesta.
Cuando
hablamos de Dios, no intentamos excluir una serie de cosas para señalar el
resto, sino que pretendemos (pág. 17) hablar de aquello que está más allá de
las cosas. En realidad no se señala a nada, sino a la fuente de todo. "Los teólogos apofáticos hablan a menudo de la "negación de la negación" o de la "negación radical". Quieren decir que tanto las palabras positivas como negativas traicionan a Dios al hablar de Dios, o sea, que tanto "Dios es" como "Dios no es" ponen el listón demasiado bajo. Tanto unas como otras se quedan atascadas en la máquina de lonchear. En consecuencia, la lógica
de la apofática pone de manifiesto la necesidad de alejarse de los discursos
positivo-afirmativo y negativo sobre Dios". Lo opuesto a la apófasis es la
catafásis. Gran parte de la vida catafática.
Y con la
enumeración de las cinco partes de que consta el libro termine, aquella mañana
la meditación. Las enumero aquí y termino por hoy:
·
Raíces
bíblicas
·
Temas
clásicos
·
Pioneros de
la vía apofática
·
Aliados en
el camino
·
Prácticas
apofáticas
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