viernes, 22 de enero de 2021

 

Reflexiones matinales del

22 de enero de 2021

 Leandre Lachance, es un empresario, jubilado de Canadá, que en los años noventa, se comunicaba directamente con Jesús. Tiene varios vídeos en YouTube, aunque están en francés, si bien alguno en español, habla de él. Tiene escritos tres volúmenes, que se pueden descargas gratuitamente en Internet. A partir del primero, todas las mañanas, dedico al menos media hora a reflexionar. Os envío la que he hecho esta mañana.


Leandre Lachance despide al año 1996, en las páginas 59 y 60 del libro “Por la fidelidad de los míos, mis elegidos”, agradeciendo y bendiciendo al Señor. Ni él, ni ninguno de nosotros podríamos pagar todo lo que el Señor ha hecho.

Personalmente, yo me dirijo a Jesús y a su Santísima Madre, como intercesora, suplicante, para que me haga fuerte en la fe, en medio de las adversidades, que estamos padeciendo. Señor, la contestación que le das  a Leandre, me gustaría que fuera para mí: “No te inquietes, he preparado todo y me ocupo de todo. Permanece en la acción de gracias y en la alegría, viéndome actuar

Y en la página siguiente, (estas palabras fueron proféticas al comienzo de 1997):

 Vosotros habéis sido (se refiere a su familia) elegidos para extender mi Amor al mundo. Quiero que este Amor lo viváis plenamente entre vosotros y esto será un testimonio para aquellos y aquellas que lo vean.

Esto es obra mía, no vuestra. Les sigo pidiendo un “si”, total, en las pequeñas cosas, en las alegrías y en las penas, en los éxitos y los fracasos.

Esta es la transformación que quiero, para el futuro, que confíen y sientan mi Amor, que es incondicional…

 Señor y amigo Jesús, pienso en lo que le dices a Leandre, hace más de 20 años, me lo dices a mi ahora, en medio de la incertidumbre en la situación que estamos viviendo. Todos los mensajes, que estoy recibiendo, apuntan a la misma dirección, como este vídeo que he visto esta mañana. Sé tú nuestra roca en la que nos asentamos, no nos dejes caer en el desánimo. Vuelvo a darte el , desde mi humilde posición y quiero proclamarlo, en los medios que tengo a mi alcance, para que todas las personas, ligadas a mí, de una forma u otra, reciban tu Amor y todos los habitantes de este atribulado mundo. AMEN


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