viernes, 5 de febrero de 2021

 

Tomando nota

Enséñame, Oh Dios, a aceptar con gozo mi desvalimiento en la vida espiritual. Enséñame a contentarme con tu gracia, que viene a mí en la oscuridad y hace cosas que yo no puedo ver. Enséñame a ser feliz por poder depender de ti. Depender de ti, debería ser, en sí mismo, infinitamente más grande que cualquier otro gozo que mi apetito intelectual pueda desear

Meditación de Thomas Merton

 


En los últimos meses del pasado, año, escribía yo algo sobre el orden-desorden en el caos. Yo vivo en el caos y el grado de desorden, en él es bastante alto y por ello, hay muchas notas, escritos, objetos materiales,… perdidos; pero a veces, sin buscarlo aparece algo interesante, como  una página fechada el 11 de diciembre de 2018, en la que aparee la meditación de Thomas Merton que he puesto al principio. Esa página quedaría en blanco, porque luego a continuación aparece otra fecha, 17 de enero de 2019, en la que hay unos apuntes del capítulo 18 del evangelio de Mateo, de una reunión del grupo de Biblia, al que pertenezco, y está resumido los apartados que transcribo:

Ø Es necesario hacerse niño para entrar en el Reino de los Cielos

Ø Arrancar de nosotros lo que nos haga escandalizar

Ø La Oveja perdida

Ø La corrección fraterna

Ø Lo que atéis en la tierra queda atado en el cielo

Ø Lo que pidáis, dos o más reunidos en mi nombre, os será concedido

Ø Y finalmente, la pregunta estrella ¿Cuantas veces tengo que perdonar?

La parábola del rey, Mt 18, 23-35, que perdona a sus deudores, cosa que no hizo uno de sus siervos con otro siervo del rey, lo que hizo montar en cólera a este, por la falta de misericordia del siervo, que acabó entregándolo a los verdugos, cosa que “hará también mi Padre Celestial con vosotros si no perdonáis de corazón a cada uno de estos hermanos”.

Siguiendo el guión de esta hoja manuscrita, hace referencia al capítulo 7 del libro “Palabras escandalosas de Jesús". He estado buscando ente libro, entre “mi caos” y no lo he encontrado; pero si he encontrado otro, que tiene por título “Fijos los ojos en Jesús”, por lo que la estructura de esta entrada ya la tengo clara: terminaré poniendo los pocos apuntes de la hoja manuscrita y en una próxima entrada, me fijaré en algún apartado de este último libro, pues yo soy poca cosa, nada, para hacer por mí; pero con Jesús lo puedo todo.

Y ahora paso a  terminar de copiar los apuntes de la hoja manuscrita

Ø El perdón es una opción personal y libre

Ø En el perdón interviene razón, voluntad y acción

Ø El perdón genera conflictos, porque pensamos: si perdono doy pie a que vuelva a realizarse la ofensa y puede que esté justificando algo mal hecho

Ø Podemos poner objeciones, como : no te perdono hasta que no te arrepientas

Ø Me es imposible, porque la ofensa me ha llegado al alma.

Este tema del perdón es muy complejo, por lo que es difícil  llevarlo a cabo; pero psicológicamente arregla a la persona y al rechazarlo, la persona queda peor psicológicamente. En cualquier caso, no somos conscientes del mal que hacemos.

Perdonar implica comprender. El errar es humano; pero el perdonar es divino.

¿Qué tengo que hacer? No encerrarnos en nuestro problema y pedir ayuda humana y sobre todo divina. Por eso, como complemento a estas notas, que poco resuelven,  ojearé el libro que cité anteriormente. Si pongo mis ojos en Jesús, seguro que el me inspira lo que tengo que hacer.

Y para completar estas  sencillas reflexiones, en estos días, ayer concretamente, se ha producido una sincronicidad: sin buscarlo, he encontrado este vídeo, donde en el minuto 30, aproximadamente se refiere a este pasaje de Mt. No se lo pierdan

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario