jueves, 28 de marzo de 2019



Más sobre la SVM
(Santísima Virgen María)

No existe indicativo más seguro de la naturaleza (paranormal) de las visiones marianas que el hecho de que ofenden a todas las partes excepto a la que quizá sea la parte más importante: la gente corriente.
Patrick Harpur en Realidad Daimónica, pág. 172
 
Foto enviada por mis primos Cristina y José, desde Fátima


En esta entrada, voy a dar unas pinceladas, de la fe popular y la devoción que los sencillos creyentes, tenemos de Nuestra Señora, no ya desde el punto de la fe, ante el Misterio, como veíamos en la anterior entrada,  sino que nuestra vida, se abre ante el Misterio, con la compañía y la protección de la SVM. Muchos pueblos miran a "su Virgen", de la peña de Francia, de Majadas Viejas, de la Asunción, del Rocío, de la Vega, de la Hiniesta, del Castañar, de la Cuesta, de "A Lanzada", de Lujan, de Nuestra Señora del Cobre, de... de... Llenaríamos páginas y páginas con nombres de Vírgenes y de sitios donde se veneran. "De los mortales Señora, Vaso lleno de fragancia, Virgen de Peña de Francia, sed nuestra fiel protectora", era una plegaria que mi abuela solía recitar casi continuamente. Que la Santísima Virgen nos ampare, le oí decir a una mujer, después de la triste noticia de que un nieto había quedado tetrapléjico, de un accidente de bicicleta y ¡cuántas veces imploramos, que la Virgen nos cubra con su manto!

¿Quién es todo el mundo, al que alude la cita inicial?, son los científicos, la jerarquía eclesiástica, las ideologías laicistas, los protestantes, los ateos...; pero no la gente sencilla. Ya en el evangelio, por boca de Jesús leemos: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla." y esa revelación es a veces a la gente sencilla por medio de apariciones de la SVM, en un mundo sumamente materialista y patriarcal.

El verano pasado leí un libro interesante, sobre las apariciones marianas, de Marcelino Requejo, titulado, precisamente “Apariciones Marianas, la respuesta definitiva” y la tesis de ese libro es precisamente, hacer notar, la gran ausencia de la Diosa Madre, en el mundo judeo cristiano, la misma tesis que Patrick Harpur expone en el apartado “El principio femenino”, del capítulo ocho del libro “Realidad daimónica”, en el que , en la página 173, nos remite al libro de C.G. Jung, Respuesta a Job, en el que los dogmas marianos de la Inmaculada Concepción (1854) y de la Asunción (1950), fueron fruto de una exigencia popular, en lugar de ser formulados por los teólogos: “C.G. Jung se dio cuenta del poder de la Santísima Virgen María ejercía en la imaginación europea desde hacía siglos y diagnosticó el movimiento popular para dogmatizarla como “un ansia profunda de las masas por una intercesora y mediadora que ocupe al menos su lugar junto a la Santísima Trinidad y sea recibida como la “Reina de los Cielos y Esposa de la corte celestial” (pág. 173) Y en la página siguiente  sobre “ la Asunción… a Jung no le sorprendió,… el incremento de informes sobre su aparición , (de) las visiones marianas, que condujo al anuncio del dogma…, que lo veía como el “acontecimiento religioso más importante desde la reforma”… La Asunción de la SVM para convertirse en Esposa de Cristo reconocía la igualdad del principio femenino respecto al masculino. Así pues, aunque estaba escribiendo en 1954, fue capaz observando la corriente del inconsciente colectivo, de predecir las posteriores oleadas del movimiento de las mujeres

Poco puedo añadir yo, más que la plegaria de la Medalla Milagrosa: “Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos

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