Soto descubre la ley de la caída de los cuerpos 60 años antes que
Galileo
La
reseña que en, en la conferencia del Dr. José Ramón Jiménez Cuesta,
el 14 de mayo de 2016, me ha puesto en guardia:
”La
contribución de Soto a la ciencia,
no es
muy conocida; pero fue un pionero de la ciencia actual”
Pues
bien, como uno no está solo, gracias a Dios y la providencia, provee, como su
propio nombre indica, otra vez Mª Carmen y otro amigo, Nacho, han contribuido a
descubrir un mundo nuevo. En efecto, la primera me habló de este libro “San
Esteban de Salamanca, Historia y Guía (Siglos XIII-XX), de José Luis Espinel,
O.P. (Editorial San Esteban, Salamanca) y que en la página 102, estaba la
reseña de Soto y la ciencia y el segundo, ayer, me habló del profesor Espinel,
con un gran cariño y admiración, ya que había sido alumno suyo. También ayer,
tuve la suerte de adquirir este magnífico libro en San Esteban.
Pero vayamos a lo que importa: De la página 102 copio
literalmente:
“SOTO DESCUBRE LA LEY DE LA CAÍDA DE LOS
CUERPOS 60 AÑOS ANTES QUE GALILEO
Invitado por las universidades de Salamanca
y Alcalá y animado por el Cardenal Juan Álvarez de Toledo, Soto se decide a
publicar largos estudios de filosofía, física y matemática, “Comentarios a los
libros de física de Aristóteles” y Cuestiones a los mismos que aparece en
Salamanca en 1545. La obra completa, dos volúmenes, aparece también en Salamanca en 1551.
La importancia de esta obra, según W.A.
Wallace (“The calculatores” in early Sixteenth-Century phsics, en The Brritish
Journal for the History of Science 4 (1969) 230 y otras obras del mismo autor,
en que se ocupa de Domingo de Soto) especialista que más la ha estudiado,
estriba en que Soto “trata de ofrecer un
mínimo de aparato matemático de lo que llegaría a ser la ciencia de la mecánica,
y en un pasaje que ya fue notado por Duhem proporciona la formulación más
antigua conocida de lo que después fue conocido como la ley de la caída de los
cuerpos de Galileo”. Soto dice: “Donde
un peso (molis) cae de los alto por un medio uniforme se mueve más velozmente
en el final que en el principio. Pero la velocidad de los proyectiles en el
final que en el comienzo y de tal manera que el primer movimiento se
intensifica uniformitter diformis, mientras el segundo disminuye uniformitter
diforme”
La expresión latina de Soto: uniformiter
difformis tiene como traducción exacta “uniformemente acelerado” para la caída,
y a la inversa para la subida. Duhem, en su obra de principios de siglo,
descubrió la originalidad de Soto. Actualmente se interesan por esta doctrina de
Soto sobre todo los investigadores anglosajones. La ciencia reconoce hoy que
Soto formuló la ley de la ley de la caída de los cuerpos unos 60 años antes que
Galileo. Galileo conoció algunas obras de Soto y le cita, aunque no en este
principio. Aunque la obra de Soto fue famosa, la parte de la misma donde
formula esta ley y otras del movimiento no fue bien conocida, precisamente por
su aparato matemático. Báñez colaboró con Soto en estos estudios. La física de
Soto se publicó en Venecia en 1582 y se divulgó en el norte de Italia en
seguida: galileo estudió en Pisa y Padua desde 1584. Por otra parte, la
doctrina física de Soto fue divulgada en Italia por los jesuitas españoles
discípulos de Soto, Francisco de Toledo y Benito Pereiro. En América divulgó la
doctrina física de Soto su discípulo el agustino Alonso de Veracruz “padre de
la filosofía mejicana”, que escribió Physica Speculatio editada en Méjico en
1557 y luego en Salamanca en 1562 pero no recoge la parte matemática y por lo
mismo la ley aludida”.
En la Guía
a de Espinel, cuenta que Soto por aquellos años, estaba ocupado en traer trigo
a Salamanca, desde Toledo, para remediar una gran hambruna, que afectaba a los estudiantes
pobres de la Universidad y dedica más párrafos a este singular fraile; pero, en
esta sencilla entrada prefiero centrarme sólo en este tema y no me resisto a
mostrar mi indignación, porque no se propague la obra de estos singulares
personajes en colegios e institutos y a defender y valorar nuestro patrimonio,
que es mucho y muy importante.
Antonio Matilla, por medio del WhatsApp, me envía este interesante comentario:
ResponderEliminarA ver, Pedro, tú mismo reconoces que la obra científica de Soto está siendo estudiada "en ambientes anglosajones". En España, y en toda la Europa que sigue en la estrella de la Ilustración francesa, difícilmente será reconocida la obra de Soto. Por varias razones:
- fue fiel a la Iglesia. Y si fue investigado por la Inquisición, como todos, y no fue condenado.
- fue teólogo "oficial"
- es español
Todo eso lo convierte en "políticamente incorrecto", no utilizable por la cultura dominante.
Además, pretender que un fraile piadoso se adelantó en un descubrimiento científico a un laico rebelde es mucho pedir en nuestro actual contexto cultural.
Y conste que Galileo me cae muy bien y lo considero un gran cristiano, por aquello de que Dios nos habla de dos maneras: a través de su Palabra en la Sagrada Escritura y por medio de las Leyes de la Naturaleza que El inscribió en la materia desde el momento de la Creación.
Excelente comentario el de Pedro Matilla.
ResponderEliminarGracias Gerardo en nombre de Antonio Matilla, (Pedro soy yo). Antonio es un buen amigo, desde tiempos del Colegio.
EliminarRemito a este otro blog, en que también habla del tema:
http://spainillustrated.blogspot.com.es/2014/10/origen-de-la-fisica-moderna-por-domingo.html