viernes, 6 de noviembre de 2020

 

Serenidad mental

Interferencias (y 2)

Cuando te sientes presionado, parece que 
otras fuerzas gobiernan tu vida y no te sientes libre
Mirian Subirana en Serenidad mental, pág. 29


 Por fin  Ulises, deja atrás la isla de las sirenas y sus compañeros lo desatan y se quitan la cera de los oídos, Ha pasado, el peligro, la singladura continúa ¿O no? Ocurre que “Poco tiempo después, vi a lo lejos un humo espeso y unas olas terribles y oí un estruendo espantoso. Avisé enseguida al piloto que procurara apartar la nave del humo y de las olas y la acercara lo más posible al peñasco. No les hablé del peligro de Escila para que no dejaran los remos… Estábamos aterrorizados contemplando a Caribdis…” Es decir, una vez sorteado un peligro, aparece otro y se encuentran “entre la espada y la pared”. El discernimiento es complicado; pero hay que elegir y además hacerlo bien, so pena de quemarse en Escila o chocar con Caribdis.

Hay muchas dificultades, para seguir el camino.

Y llegando a esta cuestión , mi Escila y Caribdis, en este momento es o bien renunciar a este tema,  que es arduo, difícil e inmenso, y que por otra parte, doctores tiene la Madre Iglesia, como San Ignacio de Loyola, y expertos en sicología que nos podrán ayudar, o bien, seguir, para salir airoso de la encrucijada. Si renuncio, me quemo y borraría las dos anteriores entradas y si sigo, ¿Qué escribo? ¿Qué aporto yo de mi propia cosecha? Procuraré no darme contra la roca y apoyarme en el libro de Miriam Subirana, haciendo un resumen esquemático del capítulo III, titulado “Desafíos en el discernimiento”. Habiendo salido de esta forma de mi particular Escila y Caribdis, sigo mi singladura particular, implorando la ayuda de Espíritu Santo y la protección de Nuestra Señora; pero ya dejando atrás, este jardín, en el que me he metido un tanto inconscientemente.

 

Y al grano: al comienzo del capítulo, la autora enumera los factores que interfieren en la claridad de nuestro discernimiento, que son:

ü     Las presiones, que nos quitan la calma y disminuyen nuestra capacidad de discernir.

ü     El cansancio.

ü     Las reacciones impulsivas.

ü     Las resistencias y

ü     Las distracciones

 

Referente a las presiones, en la página 29, leemos: “En cuanto te sientes presionado, parece que otras fuentes gobiernas tu vida y no te sientes libre

Algunos factores que influyen para sentirnos presionados:

ü     Satisfacer las expectativas que otros han puesto en ti

ü     Creencia que algo malo y negativo puede ocurrirte si no alcanzas el objetivo que te propones.

ü     Miedo al fracaso

ü     Sentirnos “auto presionados”, creyendo que la presión es buena para lograr lo que quieres”

ü     Otras causas (presión por las fechas de entrega, nivel de ejecución, compromisos económicos, el futuro, etc.)

Y en la página 31, leemos: “Podrías plantearte como objetivo impedir que el miedo te invada ejerciendo presión, ansiedad y pánico… ¿Qué harás para superarlo? Cultivar tu capacidad y hábito de pensar en positivo te ayudará. Tomar distancia y observar te dará perspectiva para no agobiarte. Meditar te ayudará…

 

En cuanto al cansancio, leemos en la página 35 “Quizá la vida para ti, se ha convertido en una lucha constante. En vez de saborear cada instante estás a la defensiva, a punto de ataque, en estado de alerta y de combate. Esto es agotador. En ese estado es difícil decidir con claridad.” Y en la página siguiente: “Aunque la vida te golpee una vez más, no abandones, medita, así recuperarás tu esperanza. Ponte manos a la obra. Empieza a crear pensamientos que broten de la melodía de tu ser…

La vida es energía en constante movimiento y cambio, vivimos en la impermanencia y en la incertidumbre. Es necesario por tanto la ley del desapego, para ser flexibles y saber soltar.

Otras leyes que tenemos que observar son

ü     Ley del karma (según siembras, así cosecharás)

ü     Ley de la expansión y la esencia. En la naturaleza la semilla crea el árbol y éste crea la semilla

ü     Ley de la complementariedad. Cuando nos complementamos emerge  lo mejor de cada uno y sumamos fuerzas, talentos y energía.” Ahora que andan con la carrera ciclista, yo siempre me fijo, lo relajados que van los ciclistas en el “pelotón.

 

Y finalizando, este apartado, en la página 41 leemos: “Si aceptas y vives, respetando estas leyes, podrás conectar con tu melodía interior, cantarla y danzarla. Vivirás tu canto a la vida, lo cual significa que:

o         Sabrás fluir en la incertidumbre.

o         Serás estable en tu canto a pesar de la impermanencia de lo que te rodea.

o         Confiarás en el buen retorno por las semillas que plantes.

o         Dejarás de Juzgar y criticar a los demás.

o         Irás a la esencia. Dejarás de complicarte.

o         Accederás a tu oasis interior de paz y silencio, manteniendo tu vitalidad y energía óptima.

 

Apuntando a las  reacciones, tomo nota de la página 44: “Entre el pensamiento y la acción hay un espacio. En ese espacio, que puede ser de una milésima de segundo, de varios segundos o de minutos, puedes cambiar el rumbo de tus pensamientos. Cuando lo consigues puedes elegir tu acción, para que no sea una reacción impulsiva influida por tus emociones…

Una reacción puede cambiar el rumbo de tu vida y el de otras muchas personas. Reflexiona. Respira profundamente para frenar el impulso. Medita. Aprende a responder desde la serenidad, con claridad y determinación, con paciencia y humildad, con amor y entrega, y con sentido del humor.”

Para lograr esto Hay que escuchar, y ser consciente, que quien debe gobernar mi vida soy yo y no mis hábitos, ni mi mente ni los demás. Y en la página 45 leemos: “… Estás donde estás porque tu pasado, tus anhelos y tus necesidades te han llevado hasta aquí. No reacciones en contra de lo que es. Acéptalo y desde la aceptación podrás transformarlo…

 

En la misma página inicia el apartado Resistirse: “El cómo vives tu pasado y como proyectas tu vida en el futuro en este momento presente puede llenarte de gozo y mantenerte energético o bien puede agotarte. Cuando te opones al presente y te resistes a aceptarlo, las resistencias consumen tú energía y te provocan estrés. Si aceptas el presente puedes fluir con flexibilidad sin malgastar tu energía. Aceptar no significa someterte ni sentirte víctima de lo que está sucediendo ahora…

… Siempre hay una alternativa que puede ofrecerte luz para crear el cambio que quieres. Cada situación es diferente y no deberíamos generalizar. Algunas pautas que puedan ayudarte a salir de la resignación y a crear una realidad mejor para ti y para los que te rodean son:”

·                       Conecta tu intención más profunda, asentando te en tu poder interior.

·                       Plantéate las preguntas adecuadas

·                       Además de las preguntas, plantea diálogo. Ofrece más preguntas que respuestas y deja que los demás averigüen y sientan curiosidad por ver de manera diferente.

 

Finalmente, termina el capítulo, dedicando un apartado de 3 páginas a las distracciones, a partir de la página 47. “Evidentemente las distracciones se dan por no estar concentrados, lo cual provoca falta de claridad en los enfoque, la lista de tareas se hace interminable y el desorden, aumenta a tu alrededor... ¿porque ocurre esto?...No saboreamos los detalles del momento presente. Es posible que haya una insatisfacción que te lleve a no estar bien…Vivir el presente desde la resignación, la rabia u otros estados emocionales negativos es incómodo o incluso doloroso. Comprender las raíces de tu malestar y soltar perdonando, no aferrándote, te ayudará a vivir el presente desde un espacio más sano…”

 

Estas notas, es sólo un aperitivo, de lo que puede ser trabajar este libro, saboreando lo que se lee y por supuesto, ponerlo en práctica. Es necesario, hacer como Odiseo, sortear los mil peligros de la travesía y tener confianza de llegar a Ítaca, o bien “pasar por la puerta de Damasco”, como San Pablo. Merece la pena. La vida no es un paseo de color de rosa; pero en nuestra singladura, no estamos solos, el Señor nos acompaña, aunque no pocas veces no lo creamos. Que nuestra confianza sea ciega, en Alguien que pase lo que pase, enfilará nuestra nave hacia el puerto de la salvación, nuestra Ítaca particular, pues como en una antigua coplilla, que hoy por desgracia la gente joven ignora: “al final de la jornada, aquel que se salva sabe y el que no, no sabe nada”. Llegar a puerto seguro,  implica afrontar los retos de la singladura; pero se llega, aunque sea disfrazado de mendigo y con la fortaleza necesaria para tensar el arco.

Y ya de paso,para terminar os invito a visitar en este mismo blog, un delicioso comentario de Fructuoso mangas, sobre  La Odisea

 

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