¿Por qué tengo que amar mi caos?
Bajo
el impacto del contraataque de Ahriman, Ohrmazd se da cuenta de algo parcial.Como consecuencia
de su desorden generado, llega a dudar de sí mismo.Entonces
se necesita más conocimiento para purificar la duda.Nathan Schwartz-Salant, en “La
paradoja del orden-desorden”, pág. 84
Del libro anteriormente citado, de
Ediciones Obelisco, cuyo autor es un
físico, especialista en Termodinámica, venido a analista jungiano, voy a
intentar sacar alguna reflexión, sobre esta paradoja.
Cito este libro en este mismo blog, en la
entrada titulada La paradoja el 31 de
diciembre de 2018, que os invito a leer, si queréis, antes de seguir.
En estas pocas líneas, no es fácil escribir
el cúmulo de sensaciones, proyectos, ilusiones, ideas,.. que las palabras:
caos, orden-desorden, tranquilidad-zozobra, calma-ansiedad, guerra-paz,
salud-enfermedad… Paradojas, que explica muy bien el concepto de resonancia, en
química. Sin embargo, una Inteligencia Superior, la Mano Poderosa, que decía
María la sabia-analfabeta, de mi pueblo, está por encima y a veces se deja ver.
La última vez esta mañana.
Me explico, el libro de la “Paradoja orden-desorden” apareció en “mi caos” y volví
a retomarlo, esta vez por la página 79, en el apartado “La POD (paradoja
orden-desorden) en los mitos de la creación”, en donde habla del Timeo de
Platón, los Upanishard, el Zoroastrismo, el Hinduismo, la Hermética, el texto
chino El secreto de la flor de oro, el I Ching… (echo de menos una referencia
al Génesis) y créanme, no son una páginas para leer en la hora de la siesta y a
lo que iba: suelo tomar notas de lo que leo en cuadernos y a veces en hojas
sueltas, que luego acabo rompiendo o se acaban perdiendo y era lo que hacía
esta mañana; pero como me parecía muy interesante, pensé en buscar un cuaderno
o una libreta, y mira por donde encontré una agenda, en la que tomaba notas de
mi actividad como profesor, terminando de escribir el 31 de mayo de2008, pocas
semanas antes de jubilarme. A continuación aparece una breve nota, escrita el
10 de marzo de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia. Transcribo: “Casi doce años de terminar lo escrito en el
último curso de mi carrera docente, me dispongo aquí a escribir unas
reflexiones a partir de hoy.
Observo
que en todos mis escritos que encuentro hay un patrón fijo: buscar y conseguir
el orden, en la mesa, en el ordenador, en la casa, en la vida… en todo; pero
creo que es tarea inútil. Hay fuerzas ocultas en mi psicología profunda que me
lo impiden.
Por
ello, no queda más remedio que amar este caos, con el que vivo y el que me
muevo”
Y añado hace muy poco, el 22 de noviembre de
este mismo año, “NOTA IMPORTANTE: no sé
porque elegí esta libreta y al abrirla por la página anterior y las siguientes
estar en blanco, se ve claramente la sincronicidad.
Todo indica que está destinada a escribir aquí sobre este tema.”
Después de citarme a mí mismo, intentaré
matizar este “amor a mi caos”; en efecto tenemos que amar lo que somos, lo que
hacemos en la vida, nuestras virtudes y no odiar en demasía nuestros defectos,
ello nos llevaría a una actitud estática que podría impedir corregirlos. Me
explico: amor a la virtud es ser comprensivos con los defectos, para de esta
forma superarlos. Y pensando en paradojas esta es otra: virtud-pecado, que
llamaríamos comportamiento humano. ¿Qué tengo que hacer para ser virtuoso,
desde mi estado pecador? No es fácil dar consejos, que para mí no tengo; pero
puedo poner un ejemplo: en la paradoja frio-calor de la “temperatura climática”,
a todos nos gustaría gozar de una temperatura primaveral, cosa imposible en
invierno. Por eso nos ponemos abrigos
Por lo cual “debo amar mi caos”; pero no
quedarme contemplándolo, sino examinando el grado de orden-desorden en el que
me encuentro y seguramente será necesario actuar, corregir, “ordenar”. Del caos
surge el orden (o el desorden) pero los cacharros en el fregadero, no se
limpian solos. Para amar este caos es necesario, aunque no suficiente, ser
disciplinados, diligentes y resolutivos, lo cual requiere energía, que según la
Termodinámica, es lo que hace disminuir
la entropía (desorden).
De momento aquí lo dejo.
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