Jonás o mirar para otro lado
Este artículo, fue publicado en la página de la Asociación de Antiguos Alumnos de San Esteban, en enero de 2011, y ha sido uno de los que no se perdieron en mi anterior blog, de "La coctelera", desaparecido en 2013. Lo recupero aquí.
“La palabra de Yahveh fue dirigida
a Jonás, en estos términos: “Levántate, vete a Nínive, la gran ciudad, y
proclama contra ella que su maldad ha subido hasta mi.”. Jonás se levantó, bajó
a Joppe y se embarcó para Tarsis, lejos de Yahveh” Jon 1, 1-3
Tarsis, parece ser que estaba
lejos, en Iberia, o sea la Costa del Sol actual.
Ya sabemos la historia, En la travesía, estuvo tres días, en
el vientre de la ballena, en el fondo del océano. Según los analistas jungianos,
el océano representa el Inconsciente y el inconsciente ¿Es la morada de Dios?, según el título del libro de Josep Otón
Catalán. (Ed. Sal Térrea). No voy a entrar a averiguar cual es su morada.
Teólogos y místicos la han buscado y todavía andamos en ello. Sólo “busco tu
rostro”, como en el salmo. Lo que quiero ahora es fijarme en Jonás y en mi
mismo, pues todos somos Jonás.
He venido leyendo estos días, las
noticias que Juan Antonio
nos pone en la página de la Asociación y resuenan otras noticias similares,
incluso el recuerdo-testimonio de Fr. Pablo, recientemente fallecido. Todo eso
son invitaciones a dirigirme a Nínive, o sea a la sociedad opulenta en la que
vivimos, con su política correcta, o sea perfecta y proclamar su maldad, en la
que todo está controlado. No pases por un radar a 51 Km . por hora que te pongo
una multa que verás… pero si no hay radar puedes pisar a fondo. Esta es la
hipocresía de nuestra civilizada sociedad.
Yo miro para otro lado, como casi
todos, pero, las palabras del maestro “lo que hagáis (y no hagáis) a uno de estos
mis pequeños, a Mí me lo hacéis (a mi dejáis de hacerlo)”, Mt, 25, 40,
resuenan en mis oídos, emergen de las profundidades del Inconsciente, cuando
las dejo aflorar. Dicen los analistas jungianos que lo que se reprime, (“la
sombra”, buena o mala) no se elimina, si no que se hace autónoma y en un
momento dado emerge. Por poner un
ejemplo. Ayer, me fui a misa y afloraba allí en mí el recuerdo de la peripecia
de los emigrantes subsaharianos, pues
también se puede mirar para otro lado, disfrutando de la misa de una en la
Purísima, escuchando a Fructuoso. Esta mañana volví a leer en la página de la
Asociación la soledad del arzobispo de Argel, denunciando estos hechos, que
como premio puede acarrearle “algún disgusto” y los emigrantes deportados… por
un gobierno avalado por la Europa civilizada y culta, que como diría Machado
refiriéndose a Castilla: “Envuelta en sus harapos (de oropel) desprecia cuanto
ignora”, o sea mira hacia otro lado.
La pregunta del millón ¿Qué
podemos hacer o que puedo hacer yo? Mejor no responder y dejar que como a
Jonás, una vez devuelto del vientre de la ballena, se nos muestre el camino y
mientras tanto, en la oscuridad, orar como Jonás con la confianza puesta en el
Señor: “¡Arrojado estoy delante de delante de tus ojos! ¿Cómo volveré a
contemplar tu santo templo?”Jon 2, 5. Y en eso andamos. Yo por ejemplo,
esta mañana iba a enredarme viendo vídeos y presentaciones en el correo
electrónico; pero he sentido que no debía “embarcarme en Internet”, debía poner
por escrito este pensamiento. No es mucho… y por eso: “Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro”.
Pedro Becerro Cereceda, alumno de tercer curso de la Escuela
de San Esteban
Enero de 2011
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