martes, 9 de junio de 2015

Hay que suspender la procesión del Corpus

Ante la creciente lista de contradicciones y desperfectos que el desfile padece,
 Fructuoso Mangas, reclama más profundidad, más compromiso con los pobres, según una carta remitida a SALAMANCArtv AL DÍA

Copio un fragmento de dicha carta:

"La historia viene de los años 70. El recién nombrado Delegado de Cáritas Manuel Almeida y este servidor que escribe, entonces encargado de Operación Vivienda y voluntario de Manos unidas propusimos a Don Mauro, obispo entonces de Salamanca, suspender la procesión del Corpus y colgar una gigantesca pancarta desde el balcón de las campanas de la torre de la catedral explicando las razones. No recuerdo literalmente el texto pero decía que se suspendía la procesión hasta que hubiera pan, vivienda y justicia. Eran años de cierto descubrimiento del hambre en el mundo (todavía sonaba raro el concepto), con un enorme problema de vivienda para las familias pobres en la ciudad (sin comparación posible con las carencias y desahucios de ahora) y en casi todas las franjas sociales la injusticia se asentaba casi con normalidad. Y sobre todo eran otros tiempos para la sensibilidad y la intervención social. ¡Oh tiempos!"

Yo, recuerdo hace pocos años, en La Alberca (Salamanca), como el párroco que estaba allí, D. Leo, puso unas sesiones de cine, en el que se proponía algo de Cáritas y no creo que fueran más de una docena de personas. La fiesta muy bonita, por la mañana… y recuerdo un texto de Dolores Alexandre en el libro “Bautizado con fuego”, creo que el capítulo 4º, dedicado a la Eucaristía, cuenta la impresión que tuvo en Jerusalén, al participar en la Escuela Bíblica el Jueves Santo en la procesión con el Santísimo, majestosa, con los latines y el incienso, haciéndose al final la pregunta ¿Qué tiene todo esto que ver con el Galileo, cuya muerte y resurrección celebramos? (no tengo a mano el libro, para copiar exactamente el párrafo).
Y es que el mismo, que creemos que está en la custodia recorriendo nuestras calles es el que dijo  a los de su izquierda: “Apartaos de mí, porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me recibisteis, anduve sin ropa y no me vestisteis, caí enfermo y estuve en la cárcel, y no me visitasteis.’ Entonces ellos preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o falto de ropa, o enfermo o en la cárcel, y no te ayudamos? Y les contestará: ‘Os aseguro que todo lo que no hicisteis por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicisteis.’ (Mt 25, 41-45)
Conste que yo soy del “Pange lingua gloriosi”, del latín y del incienso; pero estas palabras del Galileo, me espolean y no diría yo que me quitan la paz, pero casi.
Pero la pregunta es ¿Suspendiendo la procesión de Corpus, seríamos mejores? Yo creo que no, tal vez peores tampoco. Yo pienso que lo ideal sería y no sólo ideal, sino utópico, que sólo participara en la procesión aquel que lo mereciera, ¿Pero cómo se mide eso? ¿Cómo podemos decir que “Vamos con Jesús, porque al prójimo lo hemos atendido como es debido?.
No se… Él , en el que creemos que está en la custodia, tiene palabras de Vida Eterna y al ver pasarla por nuestras calles, más de un corazón ablandará.
En cualquier caso, la pregunta sigue en el aire…

sábado, 6 de junio de 2015


Procesiones e himnos eucarísticos

Como mañana es la festividad del domingo de Corpus,
presentamos unos enlaces de procesiones e himnos ,
 que pueden encontrar en YouTube:


La Disputa del Santísimo Sacramento. Imagen tomada de internet


De rodillas Señor ante el sagrario:
A continuación, continúan otros: Alabado sea el Santísimo, Cantemos al Amor de los amores, etc…

Dios de los corazones: Himno del Congreso Eucarístico de Buenos Aires 1934
Contínúan otros vídeos sobre el mismo tema: El cardenal Pacelli (futuro Pio XII) llega a Buenos aires, etc…

Procesión de Corpus, grabada de la televisón EWTN, el 22-jun-14
Continua con un resumen de le estructura del Mesías de Haëndel…


En cualquier caso, en YouTube se puede encontrar “casi” todo

viernes, 5 de junio de 2015

Correo electrónico en víperas de Corpus Chisti

De isidro barcala del castillo
Para petrusvitulus@


QUIÉN HA PUESTO EN LA MIRADA

Quien ha puesto en la mirada  /ese don tan especial
que cuánto más te miro
más te veo.
Quien ha puesto en la mirada. /Don tan sobrenatural
que cuanto más te miro
más te admiro.
¡Y cuánto más te admiro
en ti más creo!
¿Quién ha puesto en la mirada / ese don por el que veo?
Y no me hacen falta lentes,
lupas, cristales, ni gafas.
Porque sin ver nada, nada, / mil veces nada. No zafas.
Hablando claro, no mientes.
Y tantísimo ves que veo
que al ver tantísimo, más creo.

¡¡Feliz día del Corpus, ayer, el próximo domingo y todos los días, pues Cristo es atemporal!!



jueves, 4 de junio de 2015


 Hoy es jueves de Coprpus


Imagen tomada de internet

La entrada de hoy, corresponde a un sermón  del profesor Luis Cencillo, para  la festividad de Corpus Christi, de un año de los 90, tomado de su libro “Los riesgos de la palabra”, Ed. Fundación.
Las lecturas de ese día fueron Dtr 8,2-3. 14-16; 1 Cor 10, 16-17; jn 6,51-58. Correponde al capítulo 32, titulado: 
La unión vital y de por vida

Hoy es uno de esos días en que es muy claro lo que hay que decir; está muy claro, pero hay que acentuar algo que la costumbre nos ha llevado a ver, quizá,  con  una cierta rutina; parque al fin y al cabo la Eucaristía no es un sacramento más (sacramentos, por otra parte santísimos, como el bautismo, o el orden, o la confirmación, o la extremaunción, o el matrimonio) sino que, además, es la anticipación escatológica de la venida de Cristo; o sea, que es a la vez señal y realidad, y los demás sacramentos son en sí un signo, pues es el baño, es la unción, es la autoacusación, es el consentimiento contractual, es también la unción en el orden, pero aquí es la realidad por encima de la Historia, y en dos sentidos: en un sentido hacia el pasado, porque reactualizamos (como dice san Pablo: celebraréis la muerte del Señor hasta que vuelva) reactualizaremos la crucifixión y la resurrección, y en un sentido futuro porque anticipamos la venida, escatológicamente. Tiene pues una doble dimensión de eficacia temporal: a la vez nos resitúa en el Calvario y nos trasporta hasta la parusía.
En realidad Jesús siempre está viniendo y estando con nosotros, eso es lo que quiere decir escatológico. Escatológico no quiere decir que al final del tiempo se va a producir un acontecimiento más, que en ese sentido sería también histórico, historiable, porque viene después de la Historia, sino que lo escatológico está como superpuesto a la Historia.
Es exactamente como una cuestión de física actual, como el infinito, el espacio infinito o el tiempo infinito superpuesto al tiempo finito o al tiempo medible, o al espacio medible; es esa inconmensuralidad de que habla Einstein también según la cual el tiempo real no se conmensura con el tiempo convencional de la tierra, porque el tiempo real abarcaría toda la simultaneidad de todas las galaxias, de todo lo que está pasando, en todas las galaxias; pues esto que es puramente físico y natural extraña todavía más, yo diría con más “;misterio”; lo mismo que en esa presencia divina escatológica en la Historia por lo menos desde la encarnación, y antes también puesto que la encarnación también ha valido para el tiempo anterior a ella. Eso que a veces dicen: “¿Cómo vino tan tarde Jesucristo?” No es problema: da igual cuando viniera, o cuando hubiera de venir; desde el momento en que se encarna el Verbo Divino, toda la Historia, desde la Prehistoria hasta el final, queda redimida y santificada.
Dicen: No había entonces nadie que predicase, y ahora, ¿Quién oye a los que predican? No seamos en eso tan activistas que creamos que la redención solamente surte efecto cuando alguien la acepta; evidentemente el hombre de CroMgnon no podía “aceptar” la redención porque no sabía nada de eso y carecía además de capacidad: no podía casi pensar, pero estaba ya redimido; esa visión antigua, arcaica de que los paganos están empecatados, infernados hasta que viene Cristo, que entonces trae la luz al mundo, eso solamente está pensado a nuestra medida, como el tiempo de los relojes, pero en realidad toda la Humanidad, desde su origen, queda redimida desde el momento en que Cristo nos redime abarcativamente a todos.
Por eso, no sé si os habrá chocado a alguno, esa proposición del Credo que suena muy arcaica: “descendió a los infiernos” (yo antes de caer en la cuenta de esto decía, pero ¿por qué en el Credo esa preposición?, porque eso suena a una nekya como la de Eneas o la de Ulises a los infiernos). Pero lo que significa es que la redención de Cristo (fíjense que lo tenemos en el Credo pero no nos hemos dado cuenta) que la redención de Cristo surte efecto hacia el pasado también, y por eso Cristo ha de “ir”, según la mentalidad judía de la época, ha de “ir a sacar” del inframundo, no digo de los infiernos porque eso suena muy mal, del inframundo a los que habían muerto antes de su venida, porque también estaban redimidos; eso es lo que profesamos como artículo de fe con ese enunciado del Credo, de manera que fíjense si es verdad esto que voy diciendo.
Y aquí hay una frase, ya sobre la Eucaristía, importantísima, que es “el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna”, primera revelación; todo el evangelio de San Juan es casi eucarístico, desde el signo de Caná, que ya ese vino de Caná anticipa la Eucaristía, en la intención de sus autores, por la multiplicación de los panes, hasta la resurrección, pasando por beber el agua de la Vida y por la luz, es casi todo eucarístico.
Segunda idea: “Y yo le resucitaré en el último día”. Son dos cosas o si se quieren tres: una es participar en un sacramento, así que cada vez que participamos en una misa, (la misa se ha banalizado mucho en el habla: “mandaré decir unas misas”, “que me digan unas misas…”); oiga Vd., pero si la misa es la reactualización de la pasión de Cristo y la anticipación de la parusía, imagínese lo que es la misa; teníamos que temblar ante la misa, porque es como una condensación de todo lo más profundo, grande y trascendental de nuestra fe y de nuestra praxis cristiana.
Pero no es solo eso, sino que ya adquirimos por ese sacramento la vida eterna. Uno puede ordenarse y no adquirir la vida eterna; uno puede casarse y no adquirir la vida eterna, sobre todo si está en mala situación de conciencia; uno puede ser confirmado y si no está en las debidas condiciones, no adquiere la vida eterna, adquiere el Espíritu Santo para que le lleve a la vida eterna; pero uno comulga y si en el momento de comulgar se arrepiente, no hace falta que esté purísimo antes; Vds. Pongan un cumplimiento pascual en un cuartel o en una cárcel como se hacía en tiempos de Franco, y claro, pues esa gente ni ha sabido confesarse, ni tal vez se ha confesado válidamente…Pero si no van de mala fe y con enemistad hacia lo divino, quedan justificados, perdonados, purificados, como haya que decirlo.
Yo me acuerdo, para que vean la preparación de mucha gente, de un candidato a novicio que tenía sobre la confesión la peregrina idea, porque se lo había dicho su padre campesino, de que le dijera al cura lo que se le ocurriese, pero que no le hablase de sus… yo digo de sus intimidades, ¡y era un candidato a novicio! ¡Qué será un candidato a paracaidista! O sea que el pueblo, en eso de la confesión está muy mal formado.
Ahora bien; Dios es tan bueno (parece eso un tópico) Jesucristo es tan grande en su corazón que si en el momento de comulgar una persona así no quiere estar en enemistad con Él, y de alguna manera quiere congraciarse con Él, adquiere la vida eterna; esto es de fe, y todo lo que se diga de otra manera no es de fe; estoy como San Pablo con los Corintios, ya saben lo que le pasaba a San Pablo, que predicaba la libertad, la misericordia de Dios, el  llamamiento a todos los hombres, paganos o judíos, a los frutos de la redención, y en cuanto se iba de Corinto, o de Filipos o de Galacia (Galacia era una provincia, no una ciudad) venían los judeocristianos detrás a predicar la circuncisión y las observancias de la Ley, y entonces Pablo se indignaba, y escribía esas cartas como la de los Gálatas llamándoles insensatos por hacer caso a esos fundamentalistas judíos. Y daba la casualidad de que ese rigorismo de los pseudoapóstoles, como él dice: los “superapóstoles”, o los superministros, que iban de tras de él a desprestigiarle, caía mejor a la gente que su predicación de la libertad, en Cristo.
¿Por qué? Pues porque todos queremos seguridades y da mucha más seguridad que te digan: “mira aquí tienes la Torá, aquí tienes la Ley, si te circuncidas, guardas el sábado, ayunas y celebras la Pascua comiéndote un corderito, pues te salvas”, que decir: “mira, ahí tienes tu libertad, ahí tienes a Jesucristo, síguele”; entonces es cuando se nos crea el problema de cómo le seguimos. Pero ese es el cristianismo, no una serie de prácticas rituales que no conducen a más que a creernos justos cuando no somos justos, sino que toda la justicia (y estoy apuntando a toda la teología más profunda de Pablo) toda la justicia nos viene de Cristo y de su muerte y de su Eucaristía, que es la aplicación de los efectos de su muerte.
Por lo tanto: por muy impuros que nos sintamos, por muy mala que sea la situación en que vivimos o nos parece vivir, los adolescentes sobre todo, si comulgamos con un deseo de no estar en esa situación, adquirimos la vida eterna, y, además, la promesa escatológica: “vais a resucitar” por mucho que muramos, por mucho que se descomponga nuestro cuerpo, por mucho que sea frágil y caduco, ya está Cristo, hombre como nosotros pero Dios como el Padre para resucitarnos.
Si bajó al inframundo para recuperar a los hombres prehistóricos y arcaicos, a nosotros que le conocemos y que le comulgamos, y que vivimos en unión con él aunque con interrupciones a veces, ¿Qué no nos dará? Y puede que en el momento de la muerte, ya no haya que esperar al juicio final.
Así que dos conclusiones: La primera, que tomemos tan en serio la comunión…, incluso la palabra “comunión” ha perdido su relieve, “comunión” quiere decir “unión íntima”, “cum unio”, “cum unio”, “unión con”, pero una unión real y profunda, que tratemos de vivir unidos realmente, personalmente (eso quiere decir “carne”) con el Señor.
O sea que esta frase que puede sonar tan dura “si no coméis mi carne, y el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna”, y en el texto al decir “comer”, dice trogo,  en griego, quiere decir “masticar”; vuelvo a decir lo que dije el otro día, esa gente que cree que no puede masticar la sagrada forma… ¡Que no! Que está hecha para que se mastique, que es más real así la incorporación, que no es una especie de caricatura de un espíritu; claro, como se ven las formas tan blancas…, pero los antiguos comulgaban con pan ordinario, y hay unas benedictinas alemanas y en nuestro país en consuegra que hacen unas formas que parecen galletas, para que la gente tenga que masticar de verdad, porque es que parece que no tomamos pan, que tomamos un espíritu semimaterial, un cuerpo astral; ¡y no! Que aquí se trata de una comida de verdad para incorporarnos a Cristo de verdad, y en el vino, de una sangre de verdad para impregnarnos de la redención de Cristo de Verdad, como ha dicho antes el Señor. ¿no es este trozo en el sermón alethinos? Quiere decir “verdadero”, “el pan es mi verdadero cuerpo”.
Entonces si nos unimos a él tan realmente y vivimos así unidos, estaremos a lo largo de los años creciendo, aunque no lo notemos; dice Piny, un dominico francés del siglo XVII, muy poco conocido pero magnífico, en su libro, lo más perfecto, que Dios puede destinar a un religioso, a una religiosa, a una persona muy metida en cosas de devoción, a sentirse toda su vida como un pecador o un principiante, a no sentir el menor consuelo en la oración, ni la menor devoción al comulgar, nunca; cuando él lo dice sería porque lo sentiría o porque conocía gente a quien le pasaba esto.
Es decir, no tiene nada que ver la sensibilidad mística, porque ahora con todo eso de las apariciones parece que vamos a que el que no tenga apariciones o no viva fenómenos paranormales no está en Dios; ¡que no! Que eso va por otro camino; es más: en la epístola a los corintios, cuando Pablo dice que si hay que vanagloriarse, “vengamos al discurso insensato: que él también ha subido al tercer cielo”; (porque esos pseudoapóstoles que iban desprestigiándole presumían de dones místicos, y decían que lo que predicaban lo habían sacado de sus experiencias místicas)  San Pablo se alza y dice: “Mirad eso viene de Cristo, no hay experiencia mística [es decir el fundamento no es tal experiencia], lo único que hay es la palabra de fe, con mística o sin mística”.
Por lo tanto, aunque no lo notemos, estaremos siempre creciendo porque está con nosotros precisamente la Vida misma y la verdad misma, y finalmente, podemos adquirir la seguridad para no morir con miedo… el miedo a la muerte en un cristiano no es demasiado propio, demasiado pertinente, porque la muerte es la incorporación a Cristo, y podemos tener la seguridad de que Él nos resucitará, es decir, nos hará íntegros otra vez, por lo menos, si no ya, en el último día.
En los cuatro evangelios aparecen especialmente asociados el manah, la multiplicación de los panes y la última cena. Aparte de las tres reviviscencias es la multiplicación de los panes el signo de mayor trascendencia que realizó Jesús, por como lo narran y del significado y comentarios o gestos de que lo rodean los evangelistas. Lo mismo que en el éxodo, tras el paso del mar (que algunos minimizan)) es el manah el principal milagro de Moisés. En una economía antigua, es decir de hambre y de subsistencia, proporcionar alimento en el desierto o en la carestía (como Eliseo) era el signo o acto de poder más apreciado que podía hacer un profeta o taumaturgo.
El primer signo de su vida pública versó acerca del VINO en Caná, el signo culminante versó acerca del PAN y el acto final de su vida antes de entregarse al tormento, también: unió VINO y PAN en un signo de amistad y de entrega real y dinámica al hombre.
Fue un acto de locura divina llevada del amor. Tras el progresivo acercamiento de Dios al hombre desde la figura de dios celeste y sancionador, inicialmente como otros, hasta su humanación y finalmente su apariencia de alimento para ser física y espiritualmente asimilado por el hombre siempre que lo desee y lo necesite, es todo ello un proceso de locura de amor omnipotente.
Ahora bien, alguna vez tenía que revelar y dar conocimiento de este proceso y de esta locura, y eso fue según Juan, en Cafarnaum, en su sinagoga después del signo de los panes cuando todos le buscaban… Allí, la revelación de toda la verdad fue demasiado y la inmensa mayoría lo abandonó (de momento al menos). No podían sufrir toda la verdad, que era necesario revelar de una vez, aunque discretamente, a saber:

1.     Que se trataba de una persona divina, lo cual era para los monoteístas orgullosos de ello absolutamente inaceptable, si no se mostraban en principio dóciles a Jesús para que se lo aclarase, y no lo fueron, dóciles (es decir docebiles, capaces de ser enseñados…)
2.     Que esta persona divina tenía el poder de operar algo inimaginable, ”loco” para el sentido común que no ama: hacerse PAN (tomar sus apariencias) para intimarse más en cada uno de sus creyentes o de todos.
3.     Que cada vez que en determinadas circunstancias se le invocase iba a hacerse realmente presente entre y en sus fieles e iba a ser localizable en esos signos del pan y del vino, para ser comido y bebido… ¡era demasiado!

Dadme alguien que ame con locura y lo comprenderá, comprenderá que si se puede (y Dios lo puede y Cristo en Dios) hará lo imposible por entrañarse en cada uno de los que ama y le aman.
Y no es tan imposible tampoco físicamente supuesto el poder divino, pues que él, en su divinidad y su humanidad, con su cuerpo real sólo que en y en otra dimensión, es verosímil que se pueda hacer presente entre quienes se reúnen en su nombre para acercarse a él. Y que una cosa pueda transignificarse (término técnico desde Pablo VI) y con sus mismas propiedades físicas y su ubicación comenzar a mediar dialécticamente la presencia real del Señor (siendo ella y no siendo ella en un proceso de entrega y asimilación), tampoco es ningún imposible. Sobre todo si se tiene en cuenta que las cosas no son substancias pétreas, sino vórtices de energía dotados de significado y de función… Sólo queda rogaros que, en vuestros problemas y desfallecimientos (aunque se trate de caídas  y de indiferencia o desamor) no desaprovechéis el medio de remediarlo todo, tan casero, tan fácil, tan a mano, como es acercarse a Él, unirse, asimilar su energía para superar cualquier dificultad, siquiera sea la del tedio de una vida tan monótona, cansada y aburrida como la que hemos de llevar hasta que se cumpla el fin de unirnos a Él por la muerte.

Pues hemos de morir pero no para mal, ni para perdernos en un laberinto de reencarnaciones o de purgatorios, sino para encontrarle a Él de inmediato. Todo depende de que nuestra vida sea, suplementariamente por lo menos, una progresión del deseo de encontrarle, nutrido por el encuentro frecuente y momentáneo de cada comunión.

miércoles, 3 de junio de 2015

El Grial


El santo cáliz de la catedral de Valencia es un vaso de ágata cornalina de estilo oriental, del siglo I. Las asas y la base son un adorno posterior

Leemos en Wiquipedia: El Santo Grial es el plato o copa usado por Jesucristo en la Última Cena. La relación entre el Grial, el Cáliz y José de Arimatea procede de la obra de Robert de Boron Joseph d'Arimathie, publicada en el siglo XII. Según este relato, Jesús, ya resucitado, se aparece a José para entregarle el Grial y ordenarle que lo lleve a la isla de Britania. Siguiendo esta tradición, autores posteriores cuentan que el mismo José usó el cáliz para recoger la sangre y el agua emanadas de la herida abierta por la lanza del centurión en el costado de Cristo y que, más tarde, en Britania, estableció una dinastía de guardianes para mantenerlo a salvo y escondido. La búsqueda del Santo Grial es un importante elemento en las historias relacionadas con el Rey Arturo (el Ciclo Artúrico o Materia de Bretaña) donde se combinan la tradición cristiana con antiguos mitos celtas referidos a un caldero divino.
En la página  de internet:  http://es.wikipedia.org/wiki/Grial  de donde he sacado estas  se citan por lo menos 16 Griales “auténticos” y referente al  de Valencia, al que corresponde esta foto dice:
El Cáliz de la Catedral de Valencia: en la antigua sala capitular, hoy Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, se conserva un cáliz que la tradición aragonesa identifica con el Santo Grial. Está compuesto por una copa de calcedonia (piedra semipreciosa) de 7 cm de altura y 9,5 de diámetro y un pie con asas añadido posteriormente. El arqueólogo Antonio Beltrán ha fechado la copa superior en torno al siglo I (cambio de era)
Los dos Papas que han visitado la ciudad de Valencia (Juan Pablo II y Benedicto XVI), han usado este cáliz en las Eucaristías multitudinarias de sus visitas. Algunos consideran por ello que la Iglesia es favorable a la autenticidad de esta reliquia, aunque jamás ha sido formulado un comentario oficial.
El santo cáliz que se encuentra actualmente en la catedral de Valencia, inicialmente se encontraba en el monasterio de San Juan de la Peña, en donde actualmente se encuentra una copia (ver foto).
La  necesidad  de  atraer  a  los  peregrinos  que  iban  a  Santiago, aconsejó que la reliquia se encontrara en este monasterio. En  1399  el  rey  Martín  I  se  llevó  el  vaso  sagrado  al  Palacio  de  la  Aljafería  de  Zaragoza,  donde  estuvo  más  de  20  años. En  la  actualidad  se  encuentra  en  la  Catedral  de  Valencia. 
Yo personalmente pienso que ninguno de los “griales” corresponde al que utilizó nuestro Señor Jesucristo. Tal vez pudiera ser un tosco cuenco de madera, fabricado por él mismo, o si, podría ser una lujosa copa para la ocasión. ¿Quién puede afirmar ni negar nada, respecto a éste asunto?
Ahora bien yo sí creo en el Grial, la verdadera copa donde Cristo repite cada día el sacrificio de la Cruz: “Este es el Sacramento de nuestra fe”. Por ello el Grial, está en mi pueblo, en la catedral de Valencia o en Jerusalén, o en cualquier humilde poblado de Sudamérica o de cualquier parte del mundo donde se celebre la Eucaristía.

El significado del Grial como mito, tiene mucho que decirnos. Las numerosas leyendas y la multitud de libros que sobre este tema se han escrito, apuntan a una liberación de la persona, a una Pascua, a lo que C.G. Jung llamaba individuación. Uno de estos libros, “El Retorno de la diosa” de Edward C. Whitmont, Ed. Paidós (colección Junguiana), Tiene el capítulo 11, con más de 50 páginas,  dedicadas a este tema. Si vamos desgranado la lectura poco a poco, meditando y reflexionando en lo que leemos, veremos que es más o menos lo que significa la Pascua, lo que San Pablo afirma en Romanos 13:12: “La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz”. ¿No es esto la Pascua?

Dentro de poco celebraremos la festividad de Corpus Christi, en donde Jesús sacramentado irradiará luz desde la Custodia por nuestras calles y plazas. Allí está el Grial, y desde allí nos impulsará a la Pascua, irreversible, que ilumine definitivamente nuestras sombras,… aunque sea de noche.años.

martes, 2 de junio de 2015

Eucaristía


Espíritu de la noche, que disipa la mañana.
Divinidad que se posa, en la blanca Hostia Santa,
Hecha de trigo, que en la custodia se guarda.
Del que sólo en apariencia a los ojos nos engaña.
Divina luz, que a los hombres nos devuelve la esperanza.
A los que saben mirar y confían en la palabra
que le diste a los discípulos dentro de la Cena Santa.
Gracia plena que atesora todo bien y sin mudanza
¡Cristo vivo en la custodia!
Pero que pasamos, sin darle casi importancia.
¡Oh si el entendimiento del misterio despertara!

Pedro Becerro Cereceda

lunes, 1 de junio de 2015

Canción de Eucaristía

Como el próximo domingo celebraremos
 Corpus Christi, esta semana dedicaré la
mayoría de las entradas a La Eucaristía.



Esta “Canción de Eucaristía”, es de los años 50 y se encontró en una vieja hoja parroquial, haciendo limpieza en una parroquia.

El otoño; abre el arado
surcos rectos en la tierra.
Echa el labrador el trigo
en las entrañas abiertas.

Silencio largo, el invierno:
Sueño de muerte y espera…

Al labrantío lo viste
de verde la primavera.

Lluvias de abril. Sol de mayo.
Y la canción de la siega.
La rueda lenta del trillo.
Vientos del norte que aventan
la paja. Y, en el molino,
trituradora la muela.

Y luego, la harina en mano
sacerdotal, en espera
de que la palabra haga
el milagro de la cena:
cuatro palabras, no más
¡y el milagro!... ¿Quién dijera
que aquellos granos perdidos,
que aquella hierba pequeña,
que aquella espiga granada,
que aquella harina morena,
(“Hoc es Corpus Meum”) carne
de Jesucristo se hicieran?


José María Requejo