miércoles, 15 de enero de 2020


Demos gracias a Dios, a la vida o 
a quien os parezca
Gracias, Señor, por la aurora;
gracias, por el nuevo día;
gracias, por la eucaristía;
gracias, por nuestra Señora.
Y gracias por cada hora
de nuestro andar peregrino.
Gracias, por el don divino
de tu paz y de tu amor,
la alegría y el dolor,
al compartir tu camino.
Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
Himno de la liturgia de las horas


Después de rezar los laudes  al comenzar el día, en que  me he encontrado con este himno, poco puedo añadir. Normalmente no nos fijamos más que en “lo malo”, cómo está la sociedad, cómo está la política, cómo está la economía…como estoy yo, con la tensión alta, con el colesterol por las nubes, la glucemia, las varices… y no nos fijamos en lo que tenemos a mano, por ejemplo esta hermosa canción, que estoy escuchando ahora, tener acceso a internet, poder asomarme a mi ventana y ver el nuevo día, tener amigos con los que me comunico con whatsApp… lista interminable; pero no es esto lo principal. Si nos quedáramos sólo en esto, sería un ejercicio estéril, de autocomplacencia y egoísmo. Tenemos que ir más allá: Fijarnos en la maravilla de la vida, en la mejor bomba aspirante-impelente que es el corazón, el ciclo de la vida…, sería bueno rezar el salmo 148 todas las mañanas, o el cántico de Daniel y aun así nos quedamos cortos…

Estaría escribiendo toda la mañana, toda la tarde y no pararía nunca de intentar, sólo intentar de publicar las maravillas de la creación. Sólo quiero hacer este sencillo señalamiento desde este sencillo blog

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