viernes, 3 de mayo de 2019


Reflexiones desde la altura
Ya no es posible bajar 


(El Reino de los Cielos) Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio, el que había recibido uno fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su señor. 
Mt, 14,19


En la anterior entrada, hacía alusión a un escrito, que apareció entre papeles para tirar, en el que hacía alusión a un incidente vulgar, que sin embargo, trastocó un poco mi vida, aunque al día siguiente, se normalizó. Hoy quiero hacer otra reflexión, de más hondo calado, al encontrar una revista guardada “como oro en paño”; pero por esa misma razón olvidada. La revista en cuestión es de Investigación y Ciencia, dedicada a grandes matemáticos René Descartes, Carl Friedrich Gauss, Evaristo Galois, Srinivasa Ramanujan y otros doce genios más. La revista no tiene fecha; pero al juzgar por su precio, 1000 pts.,  el anuncio del Citroën Evasión y alguna otra cosa más debe ser de final de los ochenta o noventa del pasado siglo. Mi reflexión es: ¡Treinta años guardada! ¿Para qué y por qué? Sin duda, la procastinación, que no es palabra rara, por eso no la entrecomillo; pero es poco conocida: El dejar para más adelante las cosas y sin duda es la causa del abandono de esta revista en un cajón de mi casa.
La reflexión a la que llego es que la vida es más corta, de lo que nos imaginamos y antes que nos queramos percatarnos, Dios nos llamará a Juicio y nos pedirá cuenta, de los talentos que hemos guardado y no los hemos hecho producir. Confío en el Señor, pues otros talentos si los he hecho producir y el balance, espero sea positivo, más por su  infinita misericordia, que por mis méritos.
Estas reflexiones, las llamo “desde la altura”, no porque esté escribiendo en un piso alto de un edificio, sino por la “altura”, que supone haber llegado a los años, que he llegado, gracias a Dios. Ciertamente ha costado llegar a este momento y a Dios le doy gracias; pero ya no es posible bajar. ¡Disfrutemos de las vistas!, e intentemos sacar partido de lo que hay visible e “invisible”, como esta revista escondida.
Creo que no valen más lamentaciones. Lo que procede, es ahora, leer la revista y compartir lo que pueda de estos genios de la matemática, con sus grandezas y miserias, como el caso de Evaristo Galois, que perdió la vida, a los 27 años, en un estúpido duelo, a causa, según él, de “una infame coqueta”. Una de las historias más tristes de los matemáticos y un apunte: llama la atención que esta publicación, no presente a ninguna mujer, entre los genios matemáticos y haberlas haylas y muy buenas y encima con enormes dificultades, pues tenían que disfrazarse de hombres, para entrar en las universidades, firmar con nombres falsos, etc. Me viene a la memoria María Gaetana Agnesi (1718-1799), pues recuerdo la curva dedicada a ella, por su belleza, parecida a la curva de campana de Gauss; pero más bonita, de ecuación 1/(x2+1)
En próximas entradas, iremos viendo algo más

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