sábado, 27 de abril de 2019


21 de Julio de 2008

No andéis preocupado por vuestra vida…
Mt 6,25
Las citas siguientes, corresponden al libro “La vida no termina nunca” de Willigis Jäger:
La madurez verdadera del ser humano comienza realmente cuando ya no queda otra cosa que aceptar lo que el destino le depara.
Pág. 69
Aquí y ahora se manifiesta la realidad primera
Pág. 77
No se trata de perpetuar el yo, sino de quitar fronteras, de abrirnos al vacío, donde no hay ni tiempo ni espacio. La muerte del yo significa entrar en una nueva forma de ser. Esto es lo que nos anuncia la resurrección de Jesús
Pág. 80
El sentido de la vida no consiste en vivir cuanto más mejor, sino en vivir momento a momento.
Pág. 81

No, amigo/a lector/a, no me he equivocado de fecha. Han pasado ya casi once años desde que escribí lo que viene a continuación. Hoy efectivamente es 27 de abril de 2019, es primer sábado de Pascua. Estamos celebrando la resurrección de Jesús y queremos ser partícipes en nuestra vida de la misma e intentar resucitar, en esta vida también,a la resurrección, de la vía mortecina que a veces llevamos. ¿A qué viene todo esto? Es muy sencillo; pero no exento de complejidad. Me explico:
Anda ya uno en la vida terminando de coronar la subida y comienza el descenso, por lo que se hace necesario, aligerar cargas, soltar lastre y caminar ligero de equipaje, como nos indica el evangelio y si pusiéramos en práctica las recomendaciones de muchos sabios, como el P. Ignacio Larrañaga, Willigis Jäger, Enrique Martínez Lozano y otros muchos, nos iría mejor. Para ello, lo primero que tenemos que hacer es desapropiarnos de “yo”. No es fácil, como he comprobado al releer lo que escribí aquel día, en que mi espíritu “estaba turbado” junto al lago Tiberiades, precisamente por la injerencia del “yo”. Curiosamente, esta hoja que fue de lo poco que escribí en aquel viaje y la otra, en la que aparecen las citas iniciales, no tienen nada que ver, una con la otra; pero al “soltar lastre” y tirar cosas han aparecido juntas. La hoja del 21.07.08 dice:

“Hoy pasamos el ecuador de la peregrinación, el Señor nos regala un nuevo día con la salida del Sol que acabamos de contemplar sobre el lago Tiberiades.(la foto, que acompaña, la hice uno de aquellos días)  En realidad nos ha pasado como a Pedro y los otros discípulos. Cuando creíamos que habíamos comprendido, en realidad, no nos hemos enterado de nada. Tal vez ahora comencemos a entender algo.
Hemos venido a lo que hemos venido, a encontrarnos con Aquel que hace 2000 años anduvo por estas aguas y nos enseñó tantas cosas buenas y que no hemos sido capaces de poner en práctica. Sin embargo hay cosas que han sucedido y que nos han desviado del objetivo que traíamos (Lo que sucedió no procede, contarlo aquí; pero si puedo afirmar que fue un “choque de egos”. Tampoco fue nada grave) Todo esto me ha servido para darme un poco cuenta de la situación en la que me encuentro, muy lejos del objetivo, que no es otro que encontrarme de una vez para siempre con Jesucristo resucitado. La red ha vuelto a salir vacía, por eso ahora en la segunda parte del viaje, voy a echarla otra vez. ¿Será ahora cuando no pueda subirla a bordo por el peso de los peces? Me siento ciego, paralítico, leproso… respecto a ti Señor y siento que estos fervores que paso a veces aquí, no son más que falsas llamas, que luego vuelvo a mi ego, y que ese ego choca con el ego de los demás, es decir que me he desviado mucho del camino que me conduce a ti, Señor. Espero que esta segunda oportunidad que me das, me sirva de punto de partida para la verdadera conversión. Este periodo de mi vida, en plena transición (acababa de jubilarme) se ha visto fortalecido por esta crisis que ayer padecí, que parecían cosas del diablo. Es la segunda oportunidad que ahora me das. Confío en ti Señor.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
AMEN”.

 Y ya está. No creáis que ya me he encontrado con el Resucitado; pero puedo asegurar, que el encuentro está más cerca.

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