Más sobre “Sincrodestino”
Atención e intención
La
conciencia organiza su actividad
en respuesta a la atención
y a la intención.
Aquello en lo que pones tu atención se llena
de energía;
aquello de lo que apartas tu atención pierde
fuerza.
La
atención activa el campo de energía
y la
intención activa el campo de la información,
lo
que da lugar a la transformación.
Sincrodestino, págs.
108, 109
Recuerdo a un amigo
físico, ya hace años, que dijo un día una frase muy ingeniosa: “La información está relacionada con la
energía por un logaritmo neperiano”. Y eso nos dice Deepak Chopra en la cita anterior, prescindiendo, de las
matemáticas claro.
Cuando volvemos a la
pregunta ¿Cuál es mi propósito en la vida?, necesariamente tenemos que poner la
atención en algo y estar atentos a “las
señales”, como escribí en la anterior entrada; pero una vez descubierta la meta,
tenemos que poner la intención en
conseguirla y es entonces , según afirma Chopra
en la mima página cuando “las
coincidencias se convierten en pistas que nos indican la voluntad del Universo”,
yo diría desde nuestra tradición cristiana, “la voluntad de Dios” y vuelvo
al libro, concretamente a la página 110, del capítulo 5: “ En el mundo físico tenemos muchas maneras diferentes de obtener información…
Sólo tenemos que sintonizarlas con nuestros sentidos… Pero si lo que queremos es explorar la
información que está en el nivel del alma, necesitamos otra forma de obtenerla…
Todo está conectado con todo lo demás. En el mundo espiritual estas conexiones
se hacen visibles; pero en el mundo físico sólo las vislumbramos a través de las pistas que nos dan las
coincidencias. Así como la atención genera energía, la intención permite la
transformación de esa energía. La atención y la intención son las herramientas…
que atraen una determinada clase de energía y una determinada clase de
información”.
En el apartado siguiente,
nos anima el autor a fomentar las coincidencias y nos da una serie de pautas, como puede ser,
observar el entorno, con la vista, el oido, el tacto, el sabor y el olor y nos
advierte que hay personas sensibles, que las “ven” mejor y que cuanto más inexplicable sea la coincidencia, la pista es
más fuerte. Cuenta el caso de un chico que no se atrevía a pedirle matrimonio a su
novia y se fueron a merendar al parque, con intención de pedírselo allí, y que
cuando estaban preparando la merienda, pasó una avioneta arrastrando una
pancarta. Le pregunta la chica: ¿Qué dice esa pancarta? Y él, sin haberla leído,
le dice ¿Joana, quieres casarte conmigo? Ambos levantan la vista hacia la
pancarta y efectivamente decía eso. Otra pareja, había solicitado el vuelo de
la avioneta y la chica también se llamaba…Joana.
Es muy interesante este
capítulo quinto, de este libro. He ojeado el sexto, que es el último de la
primera parte, en donde sigue animándonos a buscar esas señales, en el que ya entra en “los arquetipos”. El esquema que
propone este libro es casi el mismo que el que plantea Maximo Teodorani en el libro "Sincronicidad", en donde el hilo conductor es la teoría de las mismas de C. G. Jung cambiando la nomenclatura, así
a lo que Jung llama “Inconsciente colectivo”, Chopra lo llama “Ámbito no circunscrito”.
He comenzado esta mañana a leer la segunda parte, en donde ya nombra al físico Wolfang Pauli y a C. G. Jung, así como a los físicos creadores de la mecánica cuántica; pero eso lo dejaremos para próximas entradas. Este pequeño libro da para mucho.
He comenzado esta mañana a leer la segunda parte, en donde ya nombra al físico Wolfang Pauli y a C. G. Jung, así como a los físicos creadores de la mecánica cuántica; pero eso lo dejaremos para próximas entradas. Este pequeño libro da para mucho.
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