martes, 19 de mayo de 2020


Más sobre “Sincrodestino”
Atención e intención
La conciencia organiza su actividad
en respuesta a la atención y a la intención.
 Aquello en lo que pones tu atención se llena de energía;
 aquello de lo que apartas tu atención pierde fuerza.
La atención activa el campo de energía
y la intención activa el campo de la información,
lo que da lugar a la transformación.
Sincrodestino, págs. 108, 109



Recuerdo a un amigo físico, ya hace años, que dijo un día una frase muy ingeniosa: “La información está relacionada con la energía por un logaritmo neperiano”. Y eso nos dice Deepak Chopra en la cita anterior, prescindiendo, de las matemáticas claro.
Cuando volvemos a la pregunta ¿Cuál es mi propósito en la vida?, necesariamente tenemos que poner la atención en algo y estar atentos a “las señales”, como escribí en la anterior entrada; pero una vez descubierta la meta, tenemos que poner la intención en conseguirla y es entonces , según afirma Chopra en la mima página cuando “las coincidencias se convierten en pistas que nos indican la voluntad del Universo”, yo diría desde nuestra tradición cristiana, “la voluntad de Dios” y vuelvo  al libro, concretamente a la página 110, del capítulo 5: “ En el mundo físico tenemos muchas  maneras diferentes de obtener información… Sólo tenemos que sintonizarlas con nuestros sentidos…  Pero si lo que queremos es explorar la información que está en el nivel del alma, necesitamos otra forma de obtenerla… Todo está conectado con todo lo demás. En el mundo espiritual estas conexiones se hacen visibles; pero en el mundo físico sólo las vislumbramos  a través de las pistas que nos dan las coincidencias. Así como la atención genera energía, la intención permite la transformación de esa energía. La atención y la intención son las herramientas… que atraen una determinada clase de energía y una determinada clase de información”.
En el apartado siguiente, nos anima el autor a fomentar las coincidencias y nos  da una serie de pautas, como puede ser, observar el entorno, con la vista, el oido, el tacto, el sabor y el olor y nos advierte que hay personas sensibles, que las “ven” mejor y que cuanto más  inexplicable sea la coincidencia, la pista es más fuerte. Cuenta el caso de un chico que no se atrevía a pedirle matrimonio a su novia y se fueron a merendar al parque, con intención de pedírselo allí, y que cuando estaban preparando la merienda, pasó una avioneta arrastrando una pancarta. Le pregunta la chica: ¿Qué dice esa pancarta? Y él, sin haberla leído, le dice ¿Joana, quieres casarte conmigo? Ambos levantan la vista hacia la pancarta y efectivamente decía eso. Otra pareja, había solicitado el vuelo de la avioneta y la chica también se llamaba…Joana.
Es muy interesante este capítulo quinto, de este libro. He ojeado el sexto, que es el último de la primera parte, en donde sigue animándonos a buscar esas señales, en el que ya entra en “los arquetipos”.  El esquema que propone este libro es casi el mismo que el que plantea Maximo Teodorani en el libro "Sincronicidad", en donde el hilo conductor es la teoría de las mismas de C. G.  Jung cambiando la nomenclatura, así a lo que Jung llama “Inconsciente colectivo”, Chopra lo llama “Ámbito no circunscrito”.
He comenzado esta mañana a leer la segunda parte, en donde ya nombra al físico Wolfang Pauli y a C. G. Jung, así como a los físicos creadores de la mecánica cuántica; pero eso lo dejaremos para próximas entradas. Este pequeño libro da para mucho.

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