miércoles, 8 de abril de 2020


Diario de una cuarentena

El Señor frustra el plan de las naciones,
hace vano los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por todas las edades.
¡Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que se acogió a su heredad!

Salmo 33,10-12


Al fín me he decidido, a escribir sobre el confinamiento, que nos ha tocado vivir, en este siglo, “nunca habíamos visto cosa igual” y lo dicen personas de más de 90 años, que incluso vivieron la incivil guerra de 1936.
No es esto, un diario, propiamente, dicho, sino la expresión de mis vivencias en estos días, que siguiendo un poco los consejos del obispo de San Sebastián, en un vídeo que publicó al principio de la cuarentena, me he hecho un “horario”, que cumplo, más mal, que bien; pero que funciona, sobre todo por las mañanas.
En efecto, nada más levantarme, antes o después de desayunar, dedico un poco a planificar el día, y  lo que yo he dado en llamar “lectura breve”, que consiste en abrir la biblia al azar. Al principio, lo hacía un poco, por ver si el Señor me indicaba directamente algo, sobre esta tribulación, lo cual indica falta de fe y confianza; pero la humana naturaleza es así, quiere evidencias, quiere signos. Ahora después de 25 días, ya he cambiado y busco el consuelo, de la palabra de Dios, que a veces me viene en “esa lectura breve” y otras veces de momentos de reflexión y de lectura. Repasando esas “lecturas breves”, unas veces me salían temas que no me decían nada, otras veces, nos recordaban la Semana Santa, próxima, como la que apareció el día 29 de Marzo Isaías 53, 3-5Despreciable y deshecho de hombres, varón de dolores…”, otras veces, era impresionante como se manifestaba el Señor, como el día que me enteré de la muerte de Fructuoso, Mangas, cuya cita tengo puesta en la entrada que le dediqué: Eclesiástico 30, 21-25No entregues tu alma a la tristeza…” y otras incluso, proféticas, como Oseas 6,1-2 Venid volvamos al Señor pues Él … nos curará… dentro de dos días, nos dará la vida, al tercer día nos hará resurgir y en su presencia viviremos. Yo lo interpreté, como que el tres de Abril, terminaría esta pesadilla. Lógicamente, me equivoqué; pero sí es cierto, que el 3 de Abril, se alcanzó el pico de la famosa curva. El día 1 de abril, apareció un párrafo del Segundo libro de los Macabeos, que en principio, no me decía nada 6, 12-17; pero luego reflexionando me di cuenta que las tribulaciones tienen un sentido providencial. El día 2 de abril, también tiene un marcad matiz esperanzador. No tengo anotada la cita bíblica; pero dice así He visto a todo Israel disperso por los montes. El Señor ha dicho no tiene Señor, que vuelvan en paz cada uno a su casa. El día 3 de abril, aparece la unción del rey David, en el libro Primero de las crónicas, guerras y más intrigas. No me dice nada; pero la conclusión es que a pesar de la dureza de la lucha de la vida hay que confiar en el Señor. Y para terminar, cito la de hoy 8 de abril: Tobías 3,2-6: Tu eres justo Señor, y justas son todas tus obras… Misericordia y verdad son todos tus caminos... Tú eres el juez del Universo, que nos invita a ver nuestra pequeñez, y nuestras culpas, poniendo nuestra confianza en Él.
A continuación hago una hora de oración en la que me acuerdo de los muertos, por esta pandemia, de los enfermos, personal sanitario, personal de riesgo, mi familia, mis amigos y amigas. Estáis incluidos los que leáis, esta “entradilla”, nuestros políticos, España y el mundo entero. Se me va la olla, y suele aparecer “la loca de la casa”, que diría Santa Teresa y termino rezando el rosario. Luego dedico algún tiempo a leer. He terminado un libro de psicología, que trata de narcisistas y codependientes. Se llama “El síndrome del imán humano”, cuyo autor es Ross Rosemberg y ahora estoy con “Misticismo y física moderna” de Michael Talbot. Dedico, no siempre, una hora a tirar papeles y encauzar el caos y esta mañana me he dado cuenta de un trozo que estaba en la papelera, y se me ocurrió leer el texto (por eso, me resisto a tirar; pero he llegado a la conclusión que no hay más remedio) y dice así: ¿Es esta crisis generalizada de la atención otra manifestación más de la “crisis de presencia” de nuestra época? La crisis de la presencia no habla de una dificultad de acceso a la experiencia del presente. Vamos a verlo más despacio.
El modelo dominante de ser es el “sujeto de rendimiento; constantemente  movilizado, disponible y conectado, siempre gestionando y actualizando un “capital humano” que somos nosotros mismos (capacidades relaciones, marca personal), obligadamente autónomo, independiente y autosuficiente, flexible y sin “cargas”.
Este sujeto de rendimiento nunca está en lo que está, sino más allá. Más allá de sí mismo, más allá de los lazos que le atan, más allá de las situaciones que habita: en constante auto superación y competencia con los demás, forzando al mundo para que rinda más y más. El presenta que vive sólo es un medio de otra cosa: algo mejor que nos aguarda después, luego más tarde. Nos creemos muy ateos, pero vivimos religiosamente en diferido, sacrificando a chorros el presente en nombre de una salvación para mañana.
Este sujeto de rendimiento entra hoy en crisis por todas partes, tanto dentro como fuera de nosotros mismos: se multiplican los problemas sociales y ecológicos, las fisuras, las averías y los…”
Aquí termina la hoja. Si he podido  ver, que el autor es Amador Fernández Savater y está publicada un 6 de Octubre, no sé de qué año, en el boletín de Enrique Martínez Lozano.
Si algo bueno está teniendo esta crisis es que nos estamos anclando en nuestra identidad, en el momento presente. Ya no se ven las estelas de los aviones de la foto ilustrativa, lo cual es buena señal.

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