Diario de una cuarentena
El
Señor frustra el plan de las naciones,
hace vano
los proyectos de los pueblos;
pero el
plan del Señor subsiste por todas las edades.
¡Feliz
la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo
que se acogió a su heredad!
Salmo 33,10-12
Al fín me he decidido, a escribir
sobre el confinamiento, que nos ha tocado vivir, en este siglo, “nunca habíamos
visto cosa igual” y lo dicen personas de más de 90 años, que incluso vivieron
la incivil guerra de 1936.
No es esto, un diario,
propiamente, dicho, sino la expresión de mis vivencias en estos días, que
siguiendo un poco los consejos del obispo de San Sebastián, en un vídeo que
publicó al principio de la cuarentena, me he hecho un “horario”, que cumplo, más mal, que bien; pero que funciona, sobre
todo por las mañanas.
En efecto, nada más
levantarme, antes o después de desayunar, dedico un poco a planificar el día,
y lo que yo he dado en llamar “lectura
breve”, que consiste en abrir la biblia al azar. Al principio, lo hacía un
poco, por ver si el Señor me indicaba directamente algo, sobre esta
tribulación, lo cual indica falta de fe y confianza; pero la humana naturaleza
es así, quiere evidencias, quiere signos. Ahora después de 25 días, ya he
cambiado y busco el consuelo, de la palabra de Dios, que a veces me viene en “esa
lectura breve” y otras veces de momentos de reflexión y de lectura. Repasando esas
“lecturas breves”, unas veces me salían temas que no me decían nada, otras
veces, nos recordaban la Semana Santa, próxima, como la que apareció el día 29
de Marzo Isaías 53, 3-5 “Despreciable y deshecho de hombres, varón de
dolores…”, otras veces, era impresionante como se manifestaba el Señor,
como el día que me enteré de la muerte de Fructuoso,
Mangas, cuya cita tengo puesta en la entrada que le dediqué: Eclesiástico 30, 21-25 “No entregues tu alma a la tristeza…” y
otras incluso, proféticas, como Oseas
6,1-2 “ Venid volvamos al Señor pues
Él … nos curará… dentro de dos días, nos dará la vida, al tercer día nos hará resurgir
y en su presencia viviremos”. Yo lo interpreté, como que el tres de Abril,
terminaría esta pesadilla. Lógicamente, me equivoqué; pero sí es cierto, que el
3 de Abril, se alcanzó el pico de la famosa curva. El día 1 de abril, apareció
un párrafo del Segundo libro de los
Macabeos, que en principio, no me decía nada 6, 12-17; pero luego reflexionando me di cuenta que las
tribulaciones tienen un sentido providencial. El día 2 de abril, también tiene
un marcad matiz esperanzador. No tengo anotada la cita bíblica; pero dice así “He visto a todo Israel disperso por los
montes. El Señor ha dicho no tiene Señor, que vuelvan en paz cada uno a su casa”.
El día 3 de abril, aparece la unción del rey David, en el libro Primero de las
crónicas, guerras y más intrigas. No me dice nada; pero la conclusión es que a
pesar de la dureza de la lucha de la vida hay que confiar en el Señor. Y para
terminar, cito la de hoy 8 de abril: Tobías
3,2-6: “Tu eres justo Señor, y justas
son todas tus obras… Misericordia y verdad son todos tus caminos... Tú eres el
juez del Universo”, que nos invita a ver nuestra pequeñez, y nuestras
culpas, poniendo nuestra confianza en Él.
A continuación hago una
hora de oración en la que me acuerdo de los muertos, por esta pandemia, de los
enfermos, personal sanitario, personal de riesgo, mi familia, mis amigos y
amigas. Estáis incluidos los que leáis, esta “entradilla”, nuestros políticos,
España y el mundo entero. Se me va la olla, y suele aparecer “la loca de la
casa”, que diría Santa Teresa y termino rezando el rosario. Luego dedico algún
tiempo a leer. He terminado un libro de psicología, que trata de narcisistas y
codependientes. Se llama “El síndrome
del imán humano”, cuyo autor es Ross
Rosemberg y ahora estoy con “Misticismo
y física moderna” de Michael Talbot.
Dedico, no siempre, una hora a tirar papeles y encauzar el caos y esta mañana
me he dado cuenta de un trozo que estaba en la papelera, y se me ocurrió leer
el texto (por eso, me resisto a tirar; pero he llegado a la conclusión que no
hay más remedio) y dice así: “¿Es esta
crisis generalizada de la atención otra manifestación más de la “crisis de
presencia” de nuestra época? La crisis de la presencia no habla de una dificultad
de acceso a la experiencia del presente. Vamos a verlo más despacio.
El
modelo dominante de ser es el “sujeto de rendimiento; constantemente movilizado, disponible y conectado, siempre
gestionando y actualizando un “capital humano” que somos nosotros mismos
(capacidades relaciones, marca personal), obligadamente autónomo, independiente
y autosuficiente, flexible y sin “cargas”.
Este
sujeto de rendimiento nunca está en lo que está, sino más allá. Más allá de sí
mismo, más allá de los lazos que le atan, más allá de las situaciones que
habita: en constante auto superación y competencia con los demás, forzando al
mundo para que rinda más y más. El presenta que vive sólo es un medio de otra
cosa: algo mejor que nos aguarda después, luego más tarde. Nos creemos muy
ateos, pero vivimos religiosamente en diferido, sacrificando a chorros el presente
en nombre de una salvación para mañana.
Este
sujeto de rendimiento entra hoy en crisis por todas partes, tanto dentro como
fuera de nosotros mismos: se multiplican los problemas sociales y ecológicos,
las fisuras, las averías y los…”
Aquí termina la hoja. Si
he podido ver, que el autor es Amador Fernández Savater y está
publicada un 6 de Octubre, no sé de qué año, en el boletín de Enrique Martínez Lozano.
Si algo bueno está
teniendo esta crisis es que nos estamos anclando en nuestra identidad, en el
momento presente. Ya no se ven las estelas de los aviones de la foto
ilustrativa, lo cual es buena señal.
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