¿Podemos cambiar “la realidad”?
Venid,
volvamos al Señor, pues Él nos curará.
Dentro
de dos días nos dará la vida
y al
tercer día, nos hará resurgir
y en
su presencia viviremos
Oseas 6, 1-2
Las casualidades no existen, al menos a
nivel de partículas y en el mundo macroscópico, seguramente tampoco. Por ello
es significativo, que ayer, recibiera un wasap, de un amigo biólogo, en el que
afirmaba, de una buena fuente, que sin embargo no citaba que a mediados de
abril, la pandemia remitiría y curiosamente ayer, en mi rato de meditación por
la mañana, apareció la cita que introduce esta página y curiosamente, he
terminado de leer un interesante libro: “El síndrome del imán humano” de Ross
Rosemberg, que trata de psicología, de gentes narcisista y codependiente; pero
que no es el momento ahora de comentarlo y teniendo otros tres, en curso de
lectura, se me ocurrió, echar un vistazo a la biblioteca y me fijé en uno, que
ha tiempo había comprado y no lo había leído. Lo tomé y dije: vamos a leerlo.
La pregunta que surge es ¿Porqué precisamente ayer?
Sea como sea, voy a intentar establecer un
nexo, entre lo que ocurre y esta “pequeña anécdota”.
El libro en cuestión se titula “Misticismo y física moderna” de Michael Talbot. Y hasta aquí nada de
particular. No he leído más que la presentación y quiero solamente para no
cansaros entresacar las siguientes citas:
En la página 10, leemos: “Nuestros conceptos de tiempo y espacio, la
misma estructura del universo, están relacionados con los problemas y el
fenómeno de la conciencia más íntimamente de lo que habríamos podido sospechar”
En la página 13: “Deberíamos prestar especial atención a las palabras de los físicos
cuánticos, quienes al admitir que la mente humana tiene que ver con los
fenómenos del llamado mundo objetivo, han abierto una auténtica caja de Pandora.
Una nueva bestia se ha colado por la puerta de la Física Clásica y habrán de pasar
aún muchos años antes de que podamos ver todo el efecto que ello va a producir
en el mundo de lo tangible. Una cosa es cierta: si la mente humana produce un
efecto incluso sobre algo como una simple partícula, la ecología entera del
universo material queda afectada por ella”, y en la página21: “Se demostrará que la nueva física ha
descubierto que en el nivel atómico no existe nada que pueda parecerse a la
casualidad. Ello implica que la apariencia de casualidad en la vida cotidiana
es un puro engaño estadístico. La nueva física sugiere que la conciencia misma
se mete en los entresijos del mundo físico, afectándolos”
¿A dónde quiero ir con estas citas? Muy
sencillo, a señalar que nuestra oración es eficaz. Hay mucha gente que reza;
pero está en el mundo de la física clásica. Nada que ver la oración con lo que
ocurre; pero lo realmente importante es que la oración del papa el otro día en
Roma, ha tenido y tendrá consecuencias positivas. Muchos sacerdotes, se
encaraman a los tejados de las iglesias y torres de los pueblos y bendicen con
el Santísimo. Esta mañana, el sacerdote de mi pueblo, hizo tocar las campanas, mientras
impartía una bendición “populo et orbis” particular, retransmitida por wasap.
Fuimos muchos los que tuvimos una emoción indescriptible, que renuevo al
acordarme. ¿Cómo es posible que un trozo de pan, dentro del cristal de la
custodia, produzca tanta emoción? No hay
respuesta, si no hay fe.
Alabado sea el Santísimo Sacramento del
altar.
Si tenéis intención de ojear ese libro, es
de la editorial Kayros. No lo he encontrado en PDF; pero si se puede leer en
pantalla. He sacado algunas páginas de la introducción que os puedo facilitar,
si me las pedís.
Que el Pan bajado del cielo, Jesús
Sacramentado nos bendiga.
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