martes, 1 de octubre de 2019


En camino

A mitad del camino de la vida,
En una selva oscura me encontraba
Porque mi ruta había extraviado
Dante Alighieri en La Divina Comedia. Infierno



Después del paréntesis de la última entrada, aunque bien mirado, no es tal, sino, norte, guía, orientación, del devenir de nuestras vidas, se me ha ocurrido el título, que creo que es adecuado como continuación de anteriores entradas y se me ha ocurrido, al ver la cita del Dante, que viene en el libro de Jon Kabat-Zinn, en la página 98, al comienzo del capítulo titulado, “La práctica como camino”. Capítulo que no he leído todavía. Me fascina lo “del camino”, aplicado a la vida, de hecho uno de mis salmos favoritos es  el 25 “Señor, muéstrame tus caminos e instrúyeme en tus sendas”.
Muchos amigos me dicen: ¿Por qué te complicas la vida? ¡Disfruta de la jubilación y vive tranquilo! Estaría muerto si eso hiciera
Y como dice Enrique Martínez Lozano, al comienzo de su magnífico libro ¿Qué Dios y que salvación?, ¡Cuando sabemos las respuestas, van y nos cambian las preguntas!
Nuestra confusión viene de ahí y no es poca y más en los tiempos que nos está tocando vivir. Recuerdo una frase de mi abuela, escandalizada, allá por los años ochenta: ¡Ahora dicen que el 6º mandamiento no es pecado!
A la confusión de los tiempos, se puede hacer frente, haciéndote anacoreta; pero dentro del mundo, ignorando al mundo; pero para ello tienes que tener tu propio camino despejado y saber a dónde te diriges. Si así es, no te dejes influenciar por los medios de manipulación.  El despejar el propio camino, no es tarea fácil. Lo primero que tenemos que tener es una fe, como la de “un granito de mostaza”, que a veces ni eso tenemos y lo segundo confianza, en el Dios Padre Todopoderoso, que nos guiará en esta complicada senda y sabe ponernos en cada momento las señales oportunas. Yo ahora veo, esas señales en los tres libros, que he citado en anteriores entradas. El “del Proceso”, como ya he comentado, es un libro muy denso, para trabajarlo individualmente y por tanto no procede compartir las vivencias de su lectura. Lo que a mí me sirve, tal vez no te sirva a ti.
En cuanto al de “Mindf. (Horrible palabra) en la vida cotidiana”, del que he extraído la cita inicial, comento el anterior capítulo titulado: “La meditación nos permite desarrollarnos como seres humanos”, lo he leído y me ha gustado, pues es muy “Jungiano”, ya nos invita a sumergirnos en nuestro inconsciente, para “ver” lo que tenemos reprimido, nuestras “sombras”, buenas y malas, que de todo hay, nuestros héroes y nuestros villanos, nuestros santos y nuestros diablos. Por eso me gusta, ya que C. G. Jung, ha sido un poco mi guía psicológico, sobre todo a lo largo de mis últimos 30 años. Cita a Clarisa Pínkola Estés, que tiene un magnífico libro titulado “Mujeres que corren con los lobos”, en el que analiza, la psicología femenina a través de los cuentos populares, entre otros y a Robert Bly, del que yo no he leído nada, y tiene una cita de su libro “Iron man”, el “hombre de hierro”, que afortunadamente acabo de subirlo en PDF, y me parece que es del estilo del citado de Clarisa Pinkola, Pero aplicado a la psicología masculina. Le echaré un vistazo y os cuento más.
Antes de terminar, trascribo la propuesta final de este capítulo, que se encuentra en la página 97: “Intente abrirse al príncipe y a la princesa, al rey y a la reina, al gigante y a la bruja, al hombre salvaje y a la mujer salvaje, al enano y a la vieja hechicera, así como también al guerrero, al curandero y al embaucador que hay en usted. Cuando medite, dele la bienvenida a todos. Intente sentarse como un rey o una reina, o como un guerrero o como un sabio. En los periodos de gran confusión u oscuridad, utilice la respiración como un hilo que le guiará por el laberinto. Mantenga la atención plena viva incluso en los momentos de mayor oscuridad, teniendo presente que la conciencia no forma parte de la oscuridad o del dolor; contiene el dolor y lo conoce, de modo que la conciencia tiene que ser más fundamental y está más cerca de aquello que es saludable, fuerte y dorado de nosotros”.
 Y no quiero enrollarme más, porque como dicen en mi pueblo, lo poco gusta y lo mucho aburre

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