La sincronicidad, da que
pensar
Las
sincronicidades tienen su origen en combinaciones de sucesos mentales y físicos
que producen, para el que las experimenta, un fuerte sentido del significado.
Este significado se encuentra en la singularidad misma de la conjunción y en el
orden universal que está más allá de ella.
F.
David Peat en “Sincronicidad, puente entre mente y materia”, pág. 63
Uno que se ha criado, ha vivido y sigue viviendo en un ambiente
religioso y cristiano, al pensar sobre estos temas y al leer el último párrafo
de la entrada de ayer, no puede menos que pensar que detrás de esos patrones,
está Dios. Lo que pasa es que el concepto que tenemos de Dios es muy reducido,
ninguna religión ha llegado a comprenderlo plenamente, como no puede ser de
otra manera. Tal vez sólo los místicos, por la “vía apofática”, han llegado a
intuir algo, igual que me está pasando a mí con esto de la sincronicidad. Es
como estar en una habitación oscura, que tiene una claraboya, por la que se ve,
sin telescopio, por supuesto, un trozo de cielo nocturno y con ello quiero
comprender el universo.
Triste es la situación actual de la “Tierra de María Santísima”, en la
que se está sustituyendo al Dios, comprendido, aunque sea imparcialmente por
los que nos denominamos cristianos, y ahora prácticamente desterrado de nuestra
cultura y claro pasa lo que pasa. Mientras escribía esto me llega un mensaje de
whatsapp, en el que se dice que una imagen de una diosa hindú, ha sido introducida
en una iglesia y se le ha cantado la salve. A mi particularmente este hecho
aislado no me preocupa; pero si me preocupa, porqué se ha producido. Me
explico:
La cita del principio de esta entrada está al principio del capítulo 4,
Patrones de la mente y de la materia del citado libro. Es un capítulo,
complicado por los conceptos de física y psicología que en él se intentan
explicar. Uno de esos conceptos es el de Inconsciente colectivo. No voy ahora a
entrar en este tema, a no ser de una
forma superficial. Uno que es un “vicioso” de los libros, inmediatamente al
llegar a este punto y leerlo, me he acordado de libros que tengo sobre este
apasionante tema y me he puesto a buscar libros sobre el mismo. He encontrado
el libro “Arquetipos e inconsciente
colectivo” de C.G. Jung y nada más abrirlo ¡Oh sincronicidad!, aparece en
la página 114 la siguiente frase: “Siempre que el hombre deja de contar con el
espíritu de Dios, aparece un sustituto inconsciente”. Ya lo decían en
el oráculo de Delfos: “Llamado o no llamado, Dios acude”.
Creo que fue Chesterton el que dijo “Si el hombre deja de creer en Dios, cree en
cualquier cosa”. Y así estamos, en España, hemos dejado de creer en
María Santísima y tenemos que creer en diosas hindúes y hasta le cantamos la
salve.
El misterio de la vida y de la muerte, no se resuelve con estos
folclores. Sintámonos humildes ante el Misterio, ante la Mano Poderosa, que
decía la analfabeta María de mi pueblo y recemos al Dios que siempre hemos
conocido “Prestes fidei suplementum sensuum defectui”, que la fe complemente al
entendimiento. Dios se manifestará en forma de sincronicidad, o de otra
manera; pero Él acude, a pesar de querer evidencias, como me pasa a mí al “devanarme
la cabeza” con estos temas; que por otra parte tampoco está mal. Si Santo Tomás
de Aquino, no se hubiera devanado la cabeza, no tendríamos la “Suma Teológica”,
aunque cuentan que al final de su vida, percibió que a Dios hay que sentirlo,
no definirlo, pues es una tarea como la del niño-ángel de San Agustín.
Mañana, seguiré, si Él quiere, con la sincronicidad.
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