jueves, 4 de diciembre de 2025

Comentario a Hch 2, 1-21


En los últimos días, dice Dios

concederé mi espíritu a todo mortal:

vuestros hijos y vuestras hijas

hablarán inspirados por mí;

vuestros jóvenes tendrán revelaciones

y vuestros ancianos

soñarán cosas extraordinarias.

 

A los que me sirven,

tanto hombres como mujeres,

otorgaré en aquellos días mi Espíritu,

y hablarán inspirados por mí.

 

Haré prodigios en el cielo

y milagros en la tierra:

sangre, fuego y vapor humeante.

 

Antes de que llegue el día del Señor,

grande y glorioso,

el sol se convertirá en tinieblas

y la luna en sangre.

 

Y todo el que invoque al Señor,

obtendrá la Salvación.



Hch 2 17-21

Más arriba, en Hch 2,14, Pedro toma la palabra y realiza un discurso, que termina con las palabras del profeta Joel citadas anteriormente

En nuestro grupo de Biblia, hace unos días hemos comentado este texto, ayudados con el libro La comunidad del resucitado y que al final de la reunión, nuestro monitor Paco, recalcó tres palabas claves:

·         Promesa: “Estaré con vosotros hasta el fin del mundo”

·        Permanencia: “Yo soy la vid y vosotros los sarmientos”

·        Proclamación: “Id y proclamad el evangelio”

Asimismo nos recomendó Paco, que intentáramos hacer las meditaciones de la página 36, en la que se nos invita a una meditación personal, suponiendo que hubiera venido Pedro a nuestro grupo y nos hubiera interpelado.

 En principio, me puse a escribir en una tarde parda y fría, como en la famosa poesía de A Machado, en la que los colegiales estudian. Monotonía de lluvia tras los cristales. Yo como un colegial, intentaba escribir; pero mi impresión era que no estaba haciendo bien los deberes y en ese estado de ánimo, me salieron unas reflexiones, un tanto pesimistas. Intentaba responder a esta pregunta del final de la citada página: ¿De qué manera descubrimos la presencia del Espíritu en nuestras vidas? ¿Cómo tratamos de discernir dónde y cómo se manifiesta?

Me disponía a contestar a esta pregunta; pero no lo hice, porque tenía que ir a una conferencia y se me hacía tarde. ¿A qué conferencia?

A una, que daba un profesor Jesuita, de nombre José Luís Bustos, con el título

El maestro está aquí y te llama

Ahí estaba la respuesta

No cabe duda, esa tarde se me manifestó a mí el Espíritu Santo. Me gustaría compartirla; peo no la tengo grabado; pero si tengo el guión de los ¡7 pasos 7! Para responderle, simplemente. Pensando en el prójimo, o sea haciendo el bien, es decir practicando la Caridad, orando con Fe y manteniendo la Esperanza. Y de esta manera se manifestó el Espíritu en mi vida y así contesto a la pregunta ¿De qué manera se manifiesta el espíritu en mi vida y cómo?

A continuación podéis seguir el guión y meditarlo



Si tenemos fe, oremos y el espíritu se manifestará, tal vez no como nuestra voluntad quiera; pero abandonados en la voluntad del Padre, seguiremos nuestra peregrinación en este mundo.

Tal vez no os habéis dado cuenta que el apartado 7 está inspirado  en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Asimismo a lo largo de la charla citó a místicos y santos, San Juan de la Cruz, Santa Teresa, San Francisco, Santo Domingo de Guzmán… No vino San Pedro; pero vino el P. Bustos.

 





viernes, 7 de noviembre de 2025

 

Dios y los números irracionales

Dios no sólo es un enigma, es una sombra que se mueve siguiendo nuestros pasos y que jamás podemos atrapar. Cuando más pensamos sobre su existencia, más se aleja de nosotros. Permanece en silencio, ausente en las grandes tragedias de la humanidad, sin detener la mano de los criminales que provocan el mal. 3ª de ABC publicado  el 5 de noviembre de 2025 de Pedro García Cuartango,

Estas dos fotografías (tomadas de internet) tiene mucho en común 

   Seguimos con otro fragmento del artículo: “Soy muy consciente de que los creyentes argumentaran que el único camino para escuchar la voz de Dios es la fe. Y explicarán la existencia del mal por el libre albedrío de los seres humanos. No puedo rebatir estas afirmaciones. La fe es una apuesta, una opción personal, tan razonable como el ateísmo o el agnosticismo.

  Abro paréntesis: hay una frase en el hermoso cántico eucarístico “Tantum ergo, dentro del Pange lingua” que dice en latín “Prestet fides suplementum, sensuum defectui”, que significa: ¡Que la fe, complete, lo que la razón no alcanza! Nada más y nada menos. Cierro paréntesis.

   Y a lo que iba: Hace tiempo que le vengo dando vueltas a esto. : ¿Por qué los números irracionales, que tienen infinitos decimales, y son tan escurridizos? Si recordáis, los números se clasifican en naturales, enteros, racionales e irracionales, estos son los Reales y cada número está representado por un punto en la recta, que no tiene principio ni fin. Luego están los complejos; pero no os asustéis, voy a escribir poco de matemáticas.

  Pues bien. Si os habéis asomado, por poco que sea al mundo de las matemáticas, os habréis maravillado por lo que allí se encuentra y que números como Pi, que descubrimos en la escuela primaria, el número aúreo, la sucesión de Fibonacci, con la que está relacionado, el número e, base de los logaritmos neperianos, por poner algún ejemplo, nos abren a un mundo de maravillas, en la que Alicia  se sorprendería más que en su “país”.

   ¿Y que tiene esto que ver con Dios? Ahora lo explico, fijándome en un sencillo número, la raíz de dos, que es un número irracional. Tiene por tanto infinitos decimales. Decíamos unas líneas más arriba que estos números están en la recta, es decir que cada punto de la recta representa un número, luego este no va a ser una excepción, comprobable con un sencillo experimento: si trazamos una recta, la numeramos,,-2,-1,0,1,2…. y sobre el segmento [0,1] construimos un cuadrado, trazamos la diagonal y de paso recordando el teorema de Pitágoras hallamos que la diagonal vale raíz de dos y finalmente cogemos un compás, “pinchamos” en cero y situamos la punta en el vértice opuesto, por tanto la abertura es precisamente la raíz de 2. Ahora lo giramos hacia la derecha hasta llegar a la recta, luego la raíz de 2 está en ella.

   Ahora vamos a buscar ese punto, total, no va a ser difícil, está entre 0 y 1 y afinando un poco más entre1,4 y 1,5 seguimos afinando entre 1,41 y 1,42, seguimos afinando: entre 1,414 y 1,415 y así ¿Hasta cuándo? Cuando yo era profesor le decía en broma a mis alumnos ¡Si vais al infierno, por no saber matemáticas, estaréis toda la eternidad, haciendo esto; pero luego le decía que Dios es bueno y lo único que les podría ocurrir es que tuvieran que examinarse en septiembre.

  Ahora os pido que nos fijemos en lo escrito en la nota de entrada, que aquí reproduzco: Dios no sólo es un enigma, es una sombra que se mueve siguiendo nuestros pasos y que jamás podemos atrapar.

  Este sencillo ejemplo nos da una idea, burda, si queréis de ello; pero yo añado. Si sé que está ¿Por qué me preocupo tanto de  encontrarlo exactamente? La diagonal del cuadrado la aproximo con pocos decimales y me sirve. Y a Dios le digo Padre nuestro que estás en el infinito, acércate tú, que puedes a mí que soy finito y no puedo acercarme a ti.

  Y termino con una sincronicidad, que me ha ocurrido hoy: abro YouTube tuve y sin buscarlo me he encontrado con este vídeo, en el que el autor presenta un libro sobre la Divinidad de Jesucristo, desde un punto de vista científico. Hace pocos años este autor, José Carlos González-Hurtado presentó el libro Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios, en el que en el prólogo podemos leer el epitafio de la tumba del gran matemático Riemann “Para los que aman a Dios, todo es para bien” (Rm 8,28)

martes, 7 de octubre de 2025

 

Oración para librarnos del desorden


Este cuadro, nos recuerda que no podemos poner todo en el pequeño hueco de nuestra vida

A mi mente acuden las ideas, traducidas en versos y en palabras.

¿De dónde vienen?

De tu Espíritu Señor, así lo creo, así como las ondas llegan a la radio.

Mi mente es el receptor; pero hay interferencias.

Aunque si estoy atento y sé escuchar podré sentir tu voz.

Abrumado entre miles de objetos obsoletos, viejos, inservibles, entre tanto texto interesante… para otros que los lean sin el peso del desorden asfixiante.

¿Qué de hacer para que aflore la luz del espacio abierto, prometido en la esencia evangélica perenne?

Si no os hacéis como niños, no entrareis en mi reino, dice el Señor.

Y a un niño no le importa lo que pase después.

Vive el momento, disfruta con correr, saltar, volver mil veces mil a dar la vuelta.

Yo te pido Señor, que como juego me tome esta tarea. Que no mire al mañana preocupado por guardar lo que no sirve.

lunes, 19 de mayo de 2025


 

La voluntad de Dios.

Comentario al capítulo 32 del Camino de Perfección de Santa Teresa

 Ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación 1 Ts. 4, 3



Hay una canción de  Cesáreo Garabain, cuya letra  dice: "Si miro al cielo o miro al mar, si observo en mi interior, si estoy atento  y sé escuchar, podré sentir tu voz". Algunas cosas que suceden cada día lo corroboran. En la pasada  Semana Santa  encontré  unas fotocopias de un libro, sin título. Al leerlas, pensé: esto es de Santa Teresa. Miré en un ejemplar de las Moradas; pero no, eran  del capítulo 32 de otro libro. Me acordé que tenía también un ejemplar en papel de Camino de perfección. Busqué el capítulo 32, y efectivamente, era el fotocopiado, aunque no de esa edición. Lo que más me sorprendió fue  el título:

  Que trata destas palabras del Pater noster: Fiat voluntas tua sicut in coelo et in terra, y lo mucho que hace quien dice estas palabras con toda determinación, y cuán bien se lo pagará el Señor.

Sorprendente sincronicidad en los acontecimientos de ese día, jueves Santo, precisamente. Mi voluntad ese día era ir a los oficios del jueves santo en mi pueblo; pero una caída tonta cambió mis planes.  La voluntad de Dios no era esa. los oficios del jueves Santo, los tuve que ver por televisión. Me acordé de una clase que tuvimos hace poco en San Esteban, sobre la oración de Getsemaní, en la que Dios "abandonó" a su propio Hijo, para que se cumpliera su voluntad. Veamos ya el capítulo 32 del Camino de Perfección. No es fácil atinar con lo principal en una mente simple como la mía para resumir lo que piensa una mente tan potente, como la de nuestra Santa, aun así, me atrevo, procurando ser breve.

Comienza el capítulo con estas frases; " Ahora que nuestro buen Maestro nos ha pedido y enseñado a pedir cosas de tanto valor, que encierra en sí todas las cosas que acá podamos desear,... veamos que quiere que demos a su Padre y que le ofrece por nosotros y qué es lo que nos pide... ¡Oh buen Jesús, que tan poco nos exiges en comparación con lo que pides para nosotros!

Hágase tu voluntad, y así como se hace en el cielo, así se haga en la tierra"

Y más adelante apunta "me acuerdo de aquellas personas pusilánimes que no se atreven a pedir trabajos al Señor porque piensa que luego se los ha de dar", como me decía un amigo: Ten cuidado lo que le pides a Dios, no sea que te lo conceda y también al rezar decimos, no pocas veces, hágase tu voluntad; pero procura que coincida con la mía. Santa Teresa prosigue: "Quería preguntar a los que no piden trabajos, por miedo a que se los conceda, lo que están diciendo cuando suplican al Señor que cumpla su voluntad en ellos, o es que lo dicen por decir lo que dicen todos, más no para hacerlo. Esto hermanas, no está bien. Mirad como el buen Jesús hace aquí las funciones de embajador nuestro, intercediendo entre nosotros y su Padre, y lo mucho que le ha costado; y no es razón que lo que ofrece por nosotros lo dejemos de hacer de verdad, y si no, no lo digamos."

 Pero no nos damos cuenta que, como apunta la Santa a continuación: "Mirad que su voluntad se ha de cumplir, queramos o no, y se ha de hacer su voluntad en el cielo y en la tierra; si esto es así haced  de la necesidad virtud" y un poco más adelante: “¡Buena estaría yo, Señor, si estuviera en mis manos el cumplirse tu voluntad o no! Ahora la mía os doy libremente, aunque no vaya libre de interés; porque ya tengo probado, y tengo gran experiencia de ello, la ganancia que es dejar libremente mi voluntad a la tuya. ¡Oh amigas que gran ganancia hay aquí! ¡Y que gran pérdida si no cumplimos lo que decimos al Señor en el Padrenuestro en esto que le ofrecemos!” y luego aclara más esta idea: “Porque decir que dejamos nuestra voluntad en otra parece muy fácil; pero dificultoso de obrar, hasta que en la prueba entendemos que es la cosa más recia que se puede hacer, si se cumple como se ha de cumplir. Hacedlo así entender… no piensen que han de ser sólo palabras, sino obras también… [aunque] sabe el Señor lo que puede sufrir cada uno, y al que ve con fuerzas para ello, no se detiene en cumplir con el su voluntad”.

 Hay un dicho popular: Dios no te dará sufrimientos que no puedas soportar y también teólogos y profesores de renombrado prestigio afirman que a quien Dios más ama, le dará más pruebas, lo cual la mente humana muchas veces no comprende. Recuerdo y abro paréntesis, el discurso de jubilación del catedrático de matemáticas D. Norberto Cuesta Dutari, del que fui alumno, terminó con esta frase “Tanto sufrí, tanto viví”. En ese discurso, contó los sufrimientos que vivió en la guerra civil, que no fueron pocos.

Y seguimos  con Santa Teresa: ”Os diré cuál es su voluntad. No tengáis miedo que no os ha de dar riquezas, ni deleites, ni buena fama, ni todas las cosas que aprecian  los de acá; no os quiere tan poco, y tiene en mucho lo que le dais y os lo quiere pagar bien, pues os da su reino aún en esta vida. ¿Queréis ver cómo se comporta con los que de veras le dicen esto? Preguntádselo a su Hijo glorioso, que también le dio su voluntad cuando estaba en la oración del Huerto. Conforme se la dio con toda determinación, mirad si la cumplió bien en Él en lo que le dio de trabajos y dolores e injurias y persecuciones; en fin, hasta acabar la vida con muerte en cruz.

Pues veis aquí, hijas, a quien más amaba más le dio; por donde se entiende cuál es su voluntad” Y corrobora lo que afirmamos en unas líneas anteriores: “A quien le ame mucho, verá que puede padecer mucho por Él, al que ame poco, poco. Tengo para mí que la medida del poder llevar la gran cruz o pequeña es el amor

Después de sabias reflexiones en lo que queda de capítulo termina apelando a la humildad: “La pobre alma, aunque quiera nada puede si antes no se lo dan… ¿Qué podemos pagar los que no tenemos para dar sino lo que recibimos? Tan sólo reconocer que no podemos nada, y dar nuestra voluntad del todo… sólo la humildad es la que puede hacer algo,… que conoce en un momento lo nada que somos y lo mucho que es Dios y que no se puede alcanzar por mucho que meditemos. … sencillamente decir con humildad “fiat voluntas tua”. La humildad es la que lo alcanza todo.

Prometí ser breve, y para no cansaros, voy terminando recordando a Jonás, que no obedeció al principio el mandato de Dios: ¡Vete a Nínive y predica para que se convierta! Y se embarcó para Tarsis, donde había buenas naranjas. Según tengo entendido, Tarsis era nuestra península, y ya sabéis lo que pasó: naufragio con ballena incluida y al final tuvo que ir a Nínive.

Termino con la página 243 del libro Metáforas de la no-dualidad. Señales para ver lo que somos, de Enrique Martínez Lozano: “nada sucede al margen de la voluntad divina o, como decía Jesús de Nazaret, “ni siquiera un gorrión cae en tierra sin que lo permita nuestro Padre" (Mt 10, 29). Lo cual, dicho en positivo, significa reconocer que, hagamos lo que hagamos, siempre estamos cumpliendo la voluntad de Dios

 


viernes, 21 de marzo de 2025

No es magia

Aunque lo parece

 

La suma de diez números Fibonacci consecutivos es siempre 11 veces superior al séptimo número de la serie. (siendo, el  primero, distinto de cero)  La sucesión de Fibonacci en Wikipedia


Sin duda, han oído hablar de la sucesión de Fibonacci, pues bien, si no recuerdan, de sus tiempos de Bachillerato,  es una sucesión de números, que se forma así: tomemos un número natural, por ejemplo el  4, el siguiente también 4, el siguiente, 8, el siguiente 12, y así sucesivamente; pues bien, si siguen hasta el término 7º, será  52,… y el 10º, 220… pueden seguir. A los hipotéticos condenados al infierno, por no saber matemáticas, los tendrán por los siglos de los siglos, formando términos de esta sucesión, aunque no habrá condenados por esto. Dios es bueno.

Ahora bien, hecha la suma, de los diez términos, le debe salir 572 y si la dividen por 11 el resultado es… 52 ¿Les recuerda algo?

La sucesión de Fibonacci, se da en la naturaleza. Fíjense en las olorosas rosa, en las semillas de girasol dispuesta en su cabeza vueltas al sol, en el número de conejos de una pareja, las espirales de los caracoles, de las galaxias…

Adorote devote latens deitas, (te alabamos devotamente, Divinidad oculta), cantamos en la Eucaristía y yo me atrevo a cantarla aquí. Es una maravilla, lo que se oculta detrás de esto.

Esto no es magia. Es algo más

Foto de Wolfgang Hasselman en Unsplash


jueves, 13 de marzo de 2025

 

Los tenues hilos

Cuando las sincronicidades dirigen nuestras vidas

 

Este libro nos revela, por primera vez, la fascinante vida mística de Robert A. Johnson, uno de los psicólogos más populares de nuestro siglo, desde la experiencia que casi le condujo a la muerte a la edad de once años hasta el viaje interior que realizó el resto de su vida. Lleno de historias sorprendentes, siempre atractivas e incluso divertidas, relata sus encuentros con una serie de “santos, sabios y pecadores”, desvela su propio mundo interior y da a conocer al lector un deslumbrante paisaje de intensos sueños y visiones místicas. En el punto culminante del libro, Johnson describe el momento trascendente en que se vio transportado por una visión mística a un reino más allá de la conciencia humana desde el que, a su vez, emprendió una aventura espiritual a la búsqueda de la sabiduría oriental. Finalmente, sus encuentros con sabios como J. Krishnamurti, D. T. Suzuki y Carl G. Jung, le llevaron al descubrimiento de los tenues hilos conductores que unen las vidas de todos nosotros y dan forma a nuestra verdadera identidad. A la vez una guía personal y un libro de memorias, El equilibrio entre el cielo y la tierra nos enseña a asimilar la influencia de nuestros sueños, visiones y experiencias con el fin de que podamos vivir sintonizados con nuestro yo espiritual. Y el resultado es una pura delicia para los numerosos seguidores de Johnson, una obra de incomparable belleza y gran inspiración en la que se nos ofrece, convenientemente destilada, la sabiduría de toda una vida.

Información de la contraportada del libro El equilibrio entre el cielo y la tierra, de Robert A. Johnson y Jerry M. Ruhl. Ed. Paidos. Colección Paidós Junguiana



No voy a hacer un resumen del libro, este espacio no da para tanto; pero si voy a intentar resumir el capítulo 6º: Amistades inesperadas, bendiciones no previstas. Los tenues hilos en funcionamiento.

El protagonista de la historia, Robert Johnson, cuenta  el viaje que realizó a París en 1948, tres años después de terminar la II guerra mundial. Se embarcó con un excesivo entusiasmo, lo que él llama una Inflación del ego; pero nada más zarpar el barco del puerto de Nueva york, se le vino el mundo encima. Los primeros días de la travesía, estaba tan asustado que apenas salía de su camarote, hasta que fue conociendo a un compañero de travesía, Art, norteamericano, que iba a París en busca de aventuras y a Michel, francés, que volvía a París, desencantado de Nueva York, en una conversación con Michel, recuerda el sueño que había tenido  una pocas semanas de subir al barco:

 

  No sé cómo he descubierto donde está situada la Jerusalén celestial. Con gran excitación, subo a mi Ford de 1936 y salgo corriendo: Tengo mucha prisa porque sé que a las 5 de la tarde cierran las puertas Cruzo zumbando el portal y entro justo a tiempo. De hecho la puerta que se cierra hace una pequeña abolladura en el guardabarros del Ford. Subo por una carretera tortuosa, con muchas curvas y llego ante un portero. Me hace gestos con la mano para que me vaya y dice: “Aquí no se puede venir en coche, ¡Vete! ¡Vete!” Cabizbajo, regreso por la sinuosa carretera y aparco en la parte baja de la colina. La puerta está abierta para las personas que van a pie: Dejo el coche, subo por la carretera andando y me encuentro frente a un portero en la cima de la colina. Entro en la Jerusalén celestial y el portero me hace de guía…veo calles tortuosas y casas con vigas de madera, proyecciones acerca de Europa,… veo a un perro persiguiendo a un gato. Estoy estupefacto

Me vuelvo hacia mi a mi guía celestial y comento: “No me digas que aquí los perros persiguen a los gatos “Naturalmente. Y ¿qué esperabas?”

Seguimos bajando por la calle y veo en el segundo piso unos vecinos discutiendo  en el balcón a gritos

De nuevo me dirijo al guía y exclamo: “No me digas que la gente se pelea en el cielo”… Y me contesta: “Naturalmente ¿Qué esperabas?

Y ese fue el fin del sueño.

 

Curiosamente, y abro paréntesis, ayer vi la película Así en el cielo como en la tierra de José Luis Cuerda, que me recuerda este sueño.  ¿Sincronicidad?’. Cierro paréntesis.

 

Prosigue la travesía y se despiden, pensando que no volverán a verse; pero su estancia en París, hace que se apoyen entre ellos, por una serie de encuentros, “casuales”, hasta el punto de  que el protagonista consiga formásse en el Instituto Carl Jung de Zúrich, a pesar de haberse quedado sin dinero y pensando en abandonar al finalizar el primer trimestre en Navidad; pero sin embargo completó la formación hasta final de curso.

Él lo atribuye a la Voluntad de Dios, a los tenues hilos, que dirigen nuestra vida y que en occidente los tapamos con el “libre albedrío” al estar más pendientes de nuestro ego.

Copio algún párrafo de este magnífico capítulo para terminar:

 

En la página 147 “Y esta es la historia de cómo subí a bordo de un trasporte de tropas con rumbo a Francia, (hay que tener en cuenta que sólo habían pasado tres años desde el final de la guerra) me encontré con un chico inocente con el que jugué al Ajedrez, me paseé por Europa sin conocer a un alma, inicié una formación en el Instituto C. G. Jung, me dieron una maleta llena de dinero, me convertí en analista Junguiano y pagué un cien por cien de interés, sobre mi crédito estudiantil extraoficial

Ese fue uno de los tenues hilos que han guiado mi vida… Todo estaba más allá de mi más loca imaginación. Sin embargo al echar ahora mi vista atrás, veo que había un patrón coherente en funcionamiento. M destino estaba siendo guiado de maneras que entonces no comprendía

 

Utiliza más de seis páginas sobre estas reflexiones, antes de terminar el capítulo. Sólo voy a copiar otro párrafo de la página 151: “Cuando no sabemos cómo tomar una determinada decisión deberíamos utilizar el ego para reunir toda la información y después esperar. Finalmente la voluntad de Dios se nos revelará…” y en la página 153: “La posibilidad de que los tenues hilos estén funcionando  constantemente resulta algo tan apabullante que la mayoría de nosotros no podemos soportarla. Carl Jung utilizaba su término sincronicidad para indicar una coincidencia significativa…” y para terminar, he encontrado esta página, en donde leerlo  en pantalla, aunque no se puede descargar.

domingo, 2 de marzo de 2025

 La devoción a la Virgen de la Peña en Filipinas

De los mortales Señora, vaso lleno de fragancia, Virgen de Peña de Francia, sed nuestra fiel Protectora. Plegaria que se repite en los Gozos a Nuestra Señora de Peña de Francia


 Este texto me ha sido remitido por la profesora Manuela Martín, contestándome a un WhatsApp, en el que le notificaba, que el sacerdote D. Manuel Becerro, recientemente fallecido, me lo comentó en una conversación mantenida con él en una festividad de Corpus Christi, en la Alberca (Salamanca),  que unos misioneros oriundos de Monforte de la Sierra, habían sido los que llevaron la devoción de la Virgen de la Peña  a Filipinas. Mi sorpresa ha sido, cuando buscando en YouTube la canción "Gozos a Nuestra Señora de Peña de Francia", los he encontrado en un idioma raro.  ¿Será tagalo? Al final pongo los dos enlace, en español y en tagalo(¿)

    La documentación conservada en los archivos de la Orden de Predicadores narra que fue un oriundo de San Martín del Castañar (no de Monforte), en la Sierra de Francia. llamado Miguel Robles de Covarrubias, quien, junto con su familia, introdujo la devoción a Nuestra Señora de "Peñafrancia" en Filipinas a comienzos del siglo XVIII. Este personaje, que llegó a ser seminarista de la Universidad de Santo Tomás de Manila, se instaló, junto con su familia, en Cavite desde 1712 y, al poco, cayó gravemente enfermo. 

    Cuentan los archivos dominicos que él mismo y su familia oraron a la Virgen de la Peña de Francia utilizando una pequeña imagen que portaba sobre el pecho, y prometió que, si le otorgaba la curación, construiría una capillas a orillas del río Pasig en Manila…

    Miguel curó al poco tiempo, siendo ordenado presbítero en la Diócesis de Nueva Cáceres (ahora llamada Naga) por el obispo Fray Andrés González. Fue el primer sacerdote ordenado en aquella sede diocesana. Para cumplir con su voto, Miguel decidió darle a la Virgen un lugar de culto en su nueva diócesis (Nueva Cáceres y no en Manila, como había prometido inicialmente), por lo que movilizó a los nativos a lo largo de las laderas del monte Isarog para construir una capilla a orillas del río Bicol, ordenando a un artesano local tallar una representación modelada "según la imagen de la Virgen de la Peña de Francia" que llevaba consigo. La imagen, por tanto, es muy diferente a la original salmantina. Aún hoy  día se levanta una impresionante basílica en Nueva Cáceres.

    Además de ser aquélla una emulación evidente de la Virgen de Guadalupe, ningún filipino  deja de venerar a su Virgen por su nombre como "Señora de Peñafrancia" o "Our Lady of Peñafrancia"

  Los dos enlaces de los Gozos, en tagalo(?) y en español