Comentario a Hch 2, 1-21
En
los últimos días, dice Dios
concederé
mi espíritu a todo mortal:
vuestros
hijos y vuestras hijas
hablarán
inspirados por mí;
vuestros
jóvenes tendrán revelaciones
y
vuestros ancianos
soñarán
cosas extraordinarias.
A los
que me sirven,
tanto
hombres como mujeres,
otorgaré
en aquellos días mi Espíritu,
y
hablarán inspirados por mí.
Haré
prodigios en el cielo
y
milagros en la tierra:
sangre,
fuego y vapor humeante.
Antes
de que llegue el día del Señor,
grande
y glorioso,
el sol
se convertirá en tinieblas
y la
luna en sangre.
Y
todo el que invoque al Señor,
obtendrá
la Salvación.
Hch
2 17-21
Más arriba, en Hch 2,14,
Pedro toma la palabra y realiza un discurso, que termina con las palabras del
profeta Joel citadas anteriormente
En nuestro grupo de
Biblia, hace unos días hemos comentado este texto, ayudados con el libro La comunidad del resucitado y que al
final de la reunión, nuestro monitor Paco, recalcó tres palabas claves:
·
Promesa: “Estaré con vosotros
hasta el fin del mundo”
·
Permanencia:
“Yo soy la vid y vosotros los sarmientos”
·
Proclamación:
“Id y proclamad el evangelio”
Asimismo nos recomendó
Paco, que intentáramos hacer las meditaciones de la página 36, en la que se nos
invita a una meditación personal, suponiendo que hubiera venido Pedro a nuestro
grupo y nos hubiera interpelado.
En principio, me puse a escribir en una tarde
parda y fría, como en la famosa poesía de A Machado, en la que los colegiales
estudian. Monotonía de lluvia tras los cristales. Yo como un colegial,
intentaba escribir; pero mi impresión era que no estaba haciendo bien los
deberes y en ese estado de ánimo, me salieron unas reflexiones, un tanto pesimistas.
Intentaba responder a esta pregunta del final de la citada página: ¿De qué manera descubrimos la presencia del
Espíritu en nuestras vidas? ¿Cómo tratamos de discernir dónde y cómo se
manifiesta?
Me disponía a contestar a
esta pregunta; pero no lo hice, porque tenía que ir a una conferencia y se me
hacía tarde. ¿A qué conferencia?
A una, que daba un
profesor Jesuita, de nombre José Luís Bustos, con el título
El
maestro está aquí y te llama
Ahí
estaba la respuesta
No cabe duda, esa tarde se
me manifestó a mí el Espíritu Santo. Me gustaría compartirla; peo no la tengo
grabado; pero si tengo el guión de los ¡7 pasos 7! Para responderle,
simplemente. Pensando en el prójimo, o sea haciendo el bien, es decir
practicando la Caridad, orando con Fe y manteniendo la Esperanza. Y de esta manera se
manifestó el Espíritu en mi vida y así contesto a la pregunta ¿De qué manera se
manifiesta el espíritu en mi vida y cómo?
A continuación podéis
seguir el guión y meditarlo
Si tenemos fe, oremos y el
espíritu se manifestará, tal vez no como nuestra voluntad quiera; pero
abandonados en la voluntad del Padre, seguiremos nuestra peregrinación en este
mundo.
Tal vez no os habéis dado
cuenta que el apartado 7 está inspirado en
los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Asimismo a lo largo de la charla
citó a místicos y santos, San Juan de la Cruz, Santa Teresa, San Francisco,
Santo Domingo de Guzmán… No vino San Pedro; pero vino el P. Bustos.





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