Oración para librarnos del desorden
A mi
mente acuden las ideas, traducidas en versos y en palabras.
¿De
dónde vienen?
De
tu Espíritu Señor, así lo creo, así como las ondas llegan a la radio.
Mi
mente es el receptor; pero hay interferencias.
Aunque si estoy atento y sé escuchar podré sentir tu voz.
Abrumado
entre miles de objetos obsoletos, viejos, inservibles, entre tanto texto
interesante… para otros que los lean sin el peso del desorden asfixiante.
¿Qué
de hacer para que aflore la luz del espacio abierto, prometido en la esencia
evangélica perenne?
Si
no os hacéis como niños, no entrareis en mi reino, dice el Señor.
Y a
un niño no le importa lo que pase después.
Vive
el momento, disfruta con correr, saltar, volver mil veces mil a dar la vuelta.
Yo
te pido Señor, que como juego me tome esta tarea. Que no mire al mañana
preocupado por guardar lo que no sirve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario