viernes, 7 de enero de 2022

 

Comunicación absoluta

Continuación

 

No hable usted de esa manera, señor: que no entiende usted mucho de estos asuntos. Yo al menos veo en la historia de este campesino un doble misterio, sensible y espiritual.

Relatos de un peregrino  ruso

 


Mi intención al cerrar la entrada anterior, fue seguir el relato con la comunicación “plano superior-plano terrenal”, utilizando la meditación y descifrando los mensajes que da el “plano superior”, mediante los sueños y las sincronicidades. He reflexionado sobre ello y me he visto abrumado. Lo más sencillo hubiera sido, haber seguido el guión del capítulo 7º del libro de Félix Torán y salir así del paso.

Sin embargo, algo dentro de mí, me decía que eso era “casi” perder el tiempo, tanto para mí, como para los posibles lectores de estos articulillos. Lo cierto es que me impulsaba a volver a lo ya conocido, es decir a la tradición católica, en la que siempre he estado y para ello, he vuelto al libro del profesor Luis Cencillo, La comunicación absoluta y me he dado cuenta, que lo escrito ayer, sirve de muy poco, por no decir de nada. Es simplemente el placebo de los libros de autoayuda. En cualquier caso, seguimos llenando “un hueco en el vacío”, como decía un amigo cuando los alumnos le preguntaban para que sirven los logaritmos.

En la página 59 del citado libro, leemos: “LLAMAMOS “comunicación absoluta” a la búsqueda del trato más franco posible con la divinidad. Tradicionalmente se ha hablado de “grados de oración”, mas el fenómeno trasciende ampliamente lo que en sentido estricto podría entenderse por tal, pues implica actitudes, estados afectivos, intenciones e incluso todo un modo de existir; aunque la oración ha de ser el hilo conductor y práctico de todo el proceso de acercamiento a Dios.

La calificación de “absoluta” se entiende en dos sentidos diferentes: relativamente absoluta de parte del sujeto, en cuanto busca una comunicación  incondicional de su parte y en la que todo su ser se reabsorba, en cuanto le sea posible; y simplemente absoluta de parte de Dios, en cuanto él es absoluto y exige incondicionalmente que el creyente se le entregue en esa comunicación”

Mi reflexión es: ¿Por qué acudir a otras fuentes, los que hemos crecido en la tradición católica? Y con esto no le quito mérito a autores, como Félix Torán y otros, que a algunas personas le pueden venir bien, e incluso a nosotros, los “cristianos viejos”, pues yo mismo al leer “Más allá de la materia”, en cierto modo me ha dado un aldabonazo y he acudido a rescatar este libro de Cencillo. No hace mucho le envié un correo a Torán, exponiéndole esto y por cierto me contestó muy correctamente, cosa que le agradezco. Termino aquí. No me voy a meter en el laberinto de los sueños, ni de las sincronicidades por ahora. Además en este mismo blog, hay varias entradas dedicadas a este tema.

Sólo una pequeña reflexión, antes de cerrar: ayer celebramos la Epifanía del Señor y los reyes Magos volvieron por otro camino, porque recibieron la comunicación en un sueño. Por tanto estaban a la escucha y Dios (el plano superior, según Félix Torán) les envío el mensaje

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