martes, 17 de abril de 2018


Un libro, una estampa, un lápiz y un papel

Las palabras nos abren puertas a otras situaciones, reales o ficticias.
Lo digo yo, aunque lo habrá dicho alguien antes.


La letra de una canción que cantábamos en mi infancia, decía ”D. Juan de la pipa rota, ¿Con que se la curaremos?, con un palo que le demos ¿Dónde está el palo?, la lumbre lo ha quemado. ¿Dónde está la lumbre?, el agua la ha apagado.  ¿Dónde está el agua?, el buey la ha bebido. ¿Dónde está el buey?, a sembrar trigo se ha ido. ¿Dónde está el trigo?, las gallinas lo han comido.  ¿Dónde están las gallinas?, poniendo huevos. ¿Dónde están los huevos?,  los frailes los comieron. ¿Dónde están los frailes?,  diciendo misa. ¿Dónde está la misa?, debajo la camisa. ¿Dónde está el sermón?, debajo el camisón, ron,  ron
Cada palabra, en negrita nos abre una situación nueva, pasada o presente, todo mezclado. Nada se refiere al futuro, sin embargo, salvo el ron, ron final, que indicaba que el tiempo del “zambulerio” (columpio) había terminado y era necesario bajarse, para que otros lo ocuparan.
Algo parecido acurre con el título, de esta entradilla: Un libro: ¿Qué libro?,  Mensajeros de amor, luz y gracia”, de Terry Linn Taylor, Ed. Luciérnaga. ¿De qué trata este libro? De los ángeles. ¿Dónde están los ángeles?, en el cielo. ¿Dónde está el cielo? Perdón, me he ido a la canción infantil y no me he dado cuenta, que ya no soy un niño ¿O sí?
Efectivamente el libro trata de los ángeles; pero no da definiciones, al estilo de Santo Tomás, ni nos dice dónde están, ni nada por el estilo, simplemente en la medida que va desarrollándose la lectura, va haciéndonos notar su presencia misteriosa y reconfortante en nuestras vidas.  Así por ejemplo, en la página 102, después de la cita de Hebreos 13:2No olvides la hospitalidad, pues por ella, algunos sin saberlo hospedaron a ángeles” y continúa: “Cuando de forma consciente, nos proponemos cultivar cualidades divinas, de vez en cuando los ángeles proporcionan pruebas, que permiten saber cómo lo estamos haciendo”. Puede ser, opino yo, que de alguna manera, reconocer, que estamos en el buen camino de nuestras vidas, respondiendo a la petición que hacemos al Señor, del salmo 25: “Muéstranos Señor tus caminos e instrúyenos en tus sendas”. Por alguna “sincronicidad” o “diosidencia”, se nos muestra que seguimos avanzando en nuestro desarrollo espiritual.
Entonces ¿cómo encasillar este libro? Yo diría que no merece la pena, encasillar este libro, ni muchas cosas en la vida. No es un libro de auto ayuda, ni de meditación, ni de consejos… es de todo y de nada de eso. Es un libro “resonante”, concepto, según el cual  un compuesto químico, puede tener varias estructuras moleculares a la vez, participando de todas ellas, con distintos porcentajes. No hay tiempo ni espacio aquí, para comentar exhaustivamente el libro, por eso paso  a la estampa.



La estampa es un calendario de 2018, con la imagen de San Martín de Porres, que utilizo como marca páginas en ese libro. Bien mirado, San Martín, podría ser otro ángel que nos acompaña en nuestras vidas, cargadas de ego, en los complicados tiempos que nos toca vivir. Podríamos decir, parafraseando a las escrituras que “se despojó de su rango y cogió la escoba”. Practicó la humildad y se dispuso a barrer. ¡Cuánta humildad necesitamos, en nuestras vidas! y ¡Cuantas cosas tenemos que barrer!
El lápiz ¿Qué pinta aquí un lápiz? Me explico: Cuando leo, suelo tener a mano un lápiz, normalmente de mina de grafito, no sé por qué pienso que contamina menos que la tinta de un bolígrafo o pluma y voy anotando cosas que me llaman la atención del libro. Luego, como  persona desordenada, que soy, normalmente las pierdo o las rompo  y ahora, el que tengo delante es una hoja de papel, que arranqué el otro día de un cuaderno, por considerarla irrelevante y que me lleva otra vez a pensar en el caos de la vida, que tan bien refleja la canción infantil del principio. En efecto, se refiere esta nota al libro que tanto éxito ha tenido: “La magia del orden” de Marie Kondo, edición de bolsillo, y leo en dicha hoja, estoy decidido a encontrar el orden, y una nota del libro de la pág. 28 “Tan pronto como empieces reajustarás tu vida”. Hay otras cosas que dicen cómo hacerlo; pero afortunadamente, no he hecho caso. La nota tiene fecha, el 26 de junio de 2017. El orden ha mejorado; pero por otras causas, no por seguir los consejos del libro. Y curiosamente, hace poco ha aparecido otro libro relativo al orden, titulado “El poder del desorden”, de Tim Harford. Lo tengo pendiente de leer, y apuntar con el lápiz notas en una hoja de papel. Ya veremos, aunque lo más probable, que “las recetas”, con los buenos propósitos, no las cumpla. Afortunadamente.
Y ya está. Podría seguir; pero estoy cansado de escribir. Espero que los ángeles, a los que alude Terry Linn, me envíen algún mensaje. Pues eso son: mensajeros

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