Ángeles, otra vez
Hace
algo más de tres años, surgió el tema de los ángeles, en un seminario sobre la “Teología de la creación”. Y como
no podía ser de otra manera salió el “Ángel del Señor”, que anunció a María y yo me acordé de S.
Isidro, y me he vuelto a acordar, ahora que
estamos ya en Mayo, en 13 para más
señas, festividad y conmemoración del primer centenario de las apariciones de
la Virgen de Fátima y vísperas de San
Isidro Labrador, al que mientras rezaba le araban las tierras los ángeles, o podríamos decir, el “Ángel del Señor”, que araba las tierras
de S. Isidro
Labrador.
Los ángeles, anunciaron a los pastores el nacimiento del hijo de Dios |
El P. Lastra,
dominico, nos explicaba entonces la
definición que daba Santo Tomas, de la esencia de esas criaturas. Muy bonito,
pero que crea más dudas de las que resuelve.
Casualmente acabo
de recibir la homilía de San Isidro, que me envía otro dominico, el P. Cosme
Puerto y me he acordado de este artículo, lo he buscado y estaba perdido; pero
otra vez “El Ángel del Señor”, ha intervenido. En efecto, tenía yo un viejo
ordenador, que no funcionaba y lo llevé al informático a que le destruyera el
disco duro; pero se me ocurrió ¿No habrá una forma, de conservarlo? Y me dijo
el técnico: sí, hay unas cajas que hacen los chinos con la que puedes
acoplarlo a tu ordenador. Y después de eliminar, ficheros con “virus”, entro en
los viejos artículos, que escribía por aquella época y aquí está, es este, que
lo estoy actualizando, que surgió, en aquella época, en los desvelos que a
veces surgen a las 3 ó las 4 de la mañana y donde suelen aflorar ideas para reflexionar
y plasmarlas luego en un “articulillo” y se me ocurrió otra tercera cuestión,
referida a los ángeles y es la típica canción salmantina “Si hechas el surco
derecho, a mi ventana”; pero ¿Qué tiene esto que ver con los ángeles? Pues sí,
tiene y mucho que ver. El echar el surco derecho tiene que ver con estar
concentrado en lo que se hace y en este caso, centrado en la tarea y en la
esperanza de encontrarse con la amada. Escribía yo esto el 13 de Febrero de
2014, vísperas de San Valentín y de ahí la referencia a “Cupido” y contaba
entonces: “cuando tenía ya casi
terminado el artículo, que además me estaba gustando, se me ha perdido y sólo
he recuperado lo escrito hasta aquí. No sé si seguir o dejarlo, pues seguro que
no me saldrá como me estaba saliendo; pero voy a seguir y creo que es el ángel
de la humildad, el que se ha presentado en este caso”.
Veamos: sirva el
ejemplo de estos tres ángeles: El de la Anunciación a María, el de San Isidro
Labrador y el del amor (no confundirlo con el del Amor, pues todos los ángeles
lo son). ¡Que bonito es verlos en los cuadros de la Anunciación el primero y en
las imágenes de S. Isidro en la Iglesias de los pueblos, con una pareja de
bueyes, pequeñita a sus pies, guiada por
un ángel! El ángel del amor, Cupido, no tiene que ver con el cristianismo; pero
como Víctor Moria (me estoy refiriendo a las conversaciones de San Esteban de
2014. Puede encontrarse en YouTube, en el canal "dominicos de España") nos contó en las onversacion sobre el Cantar de
los Cantares, hay un ángel entre los enamorados y en el caso de la canción, la
enamorada le pone una condición al enamorado, que eche el surco derecho, como
San Isidro. ¿Que es lo que hace el ángel? Sencillamente hacer que se cumpla la
voluntad de Dios, a pesar de las dificultades, de María joven doncella de
Nazaret, viéndose embarazada en aquella época y en aquella situación. San
Isidro arando las tierras en medio de un calor sofocante y el enamorado, lleno de
miles de dudas.
El ángel del Señor anunció a María |
¿Recibió María al Ángel?
Definitivamente si, pues dijo “fiat”. ¿Le araban los ángeles las tierras a S.
Isidro, mientras rezaba? Efectivamente, pues su oración era la tarea bien hecha
y en cuanto al enamorado de la canción, seguro que le salió el surco más derecho
que jamás habría arado. Así actúan los ángeles: El del estudio, el de la
sanidad, el de cualquier cosa que hagamos, centrándonos plenamente en lo que
hacemos, cumpliendo la voluntad de Dios,
aquí y ahora, es decir santificando el momento presente.
Hay una excepción y
esta es la del ángel de la guardia: Este “sale al quite”, cuando no cumplimos
lo anterior. Más de una vez mi despiste ha dejado el dinero en el cajero y me
he ido tranquilamente y siempre ha habido alguien que me ha dicho: ¡Oiga Señor,
que se deja el dinero! En aquel lejano 2014 no sé qué haría el ángel de la
guardia al perdérseme el artículo escrito. Tal vez contenía alguna herejía...
nunca lo sabré. Y tres años más tarde, me recupera este artículo de un viejo
ordenador
Y sigo: ¿Cómo
conseguimos la “Atención plena”?, pues no es fácil, ya que estamos pensando
cincuenta cosas a la vez: tengo que ir al mercado, preparar las clases, mañana
viene mi cuñado del pueblo y encima se me ha estropeado la lavadora, tengo que salir
de viaje y no he pasado le ITV... En
estas condiciones no hay ángel capaz de echarnos una mano. Hay que buscarse la
vida. Propongo lo que he leído en el libro “Crisis, crecimiento y despertar” de Enrique Martínez Lozano (Ed. Descleé de Brouwer) pág. 100 y
siguientes, en el apartado “Cinco
actitudes iníciales”. Esto es sólo un indicativo, hay más por supuesto:
1.- Hacernos
preguntas que sanen y no que enfermen. Nunca caer en el victimismo. Por
ejemplo, ante una situación mala no preguntarse ¿Por qué me ha ocurrido esto? Y
en lugar de ello hacerse la pregunta ¿Qué puedo yo aprender de esto?
2.- Rechazar
palabras negativas del lenguaje, tales como peligroso, imposible,
desagradable... En una frase tal como “esto es espantoso”, cambiando la palabra
“espantoso” por “inconveniente” puede hacernos cambiar nuestro estado
emocional. Pablo d’Ors dijo algo parecido en las conversaciones.
3.-Somos una
unidad que repercute en todo y si la mente puede afectar al cuerpo, también
el cuerpo puede afectar a la mente. Así, copio
literalmente “Si somos capaces de sentir, no pensar,
nuestro cuerpo y logramos permanecer en contacto con él, notaremos cambios en nuestra
forma de percibir y de razonar”
4.- Dentro de la escucha del cuerpo, merece la pena prestar atención a la respiración, que
es la herramienta más poderosa para venir al presente.
5.- Nuestro yo,
no se localiza en la mente, sino en lo profundo. Más allá de los movimientos
mentales y emocionales, en lo profundo nos habita una paz estable. Un
aprendizaje básico en este terreno, consiste en bajar de la cabeza al vientre
“hara”, del mundo de las ideas al lugar de la vida, de la dispersión
superficial al “centro vital”. Allí nos encontramos con nosotros mismos.
Así se cumple lo
que decía Santa Teresa. Nada nos
turba ni nos espanta, pues hemos sido visitados por los ángeles del Señor y
Dios está con nosotros.
Para terminar una
compañera de facultad, cuando le dije que venía Martín Garzo a las conversaciones,
me comentó que la conocía y que le había dedicado un libro con esta
dedicatoria: “Para ti, que te visitan
los ángeles”.
Pues eso, dejémonos visitar por ellos, AMEN
13 de febrero de 2014, festividad de San Benigno,
renovado el 14 de Mayo de 2017, 5º Domingo de Pascua y vísperas de San Isidro
Labrador
Pedro
Becerro Cereceda
Homilía de San Isidro Labrador
Cosme Puerto O.P.
San Isidro. Iglesia de Andavías (Zamora) |
0.- Queridos amigos: el futuro cristiano de muchas ciudades y
pueblos depende en buena medida hay que decirlo claramente del futuro de la fe
de sus gentes. El valor con el que testimoniemos con palabras y obras la presencia
de Cristo y de su Evangelio aquí y ahora.
Lo mismo que el fruto del campo
depende, en parte, del gran
esfuerzo del labriego,
también el horizonte
cristiano depende, y
mucho, del perfil
de políticos que tengamos
al frente de las instituciones
donde se generan
las leyes, de los
profesores que establecen los parámetros de la educación, de las
familias que han de
ser las bombas racimo
que siembren el evangelio en sus descendientes.
1.- Las raíces cristianas de
los madrileños.
Un año más, todos los madrileños honramos
a San Isidro nuestro patrono, y tenemos una gran tarea: descubrir nuestras raíces
cristianas; intentado hacer de nuestra ciudad de Madrid un lugar más cristiano,
humano y humanizador a la luz del evangelio de Jesús al que imitó S. Isidro. ¿Seremos
capaces de mantener nuestra fe cristiana frente a otras civilizaciones,
culturas y religiones? ¿A quién se le oculta que hoy, nuestra ciudad, con
muchas más posibilidades que el Madrid de San Isidro, está necesitado de una
nueva levadura cristiana que fermente la masa?
San Isidro que tenía un corazón de
oro y una sensibilidad especial para las cosas de Dios. Nos invita a los madrileños
a arar el corazón y cuidar el alma cristiana de la ciudad de Madrid y de cada
uno de nosotros. Y para ello, no lo olvídenos, la eucaristía de cada domingo es
la mejor agua, el más rico abono y la mejor siembra en nuestras vidas. San
Isidro nos invita hoy a redescubrir la esencia de la fe del pueblo madrileño y de
la vida cristiana, que es la adhesión a Jesucristo y a vivir su evangelio.
2.- S. Isidro labrador
Patrón de la ciudad de Madrid.
San Isidro Labrador, no lo olvidemos, fue ante todo eso: un labrador, un
sembrador, un obrero del campo. Pero no sólo sembrador de semilla humana sino
de aquella semilla divina que, de mañana, le invitaba a madrugar (antes que el oficio
cumplir) y de tarde en acción de gracias por lo recibido. Desde entonces, ni la
azada ni el arado ni la faena de regar y de escardar tendrían que avergonzarse ante la pluma ni ante el manejo
de los medios modernos de comunicación, ni ante las coronas de los reyes.
El patrón de villa recién
conquistada a los musulmanes, Madrid, hoy capital de España, no es un rey, ni
un cardenal, ni un rey poderoso, ni un poeta, ni un sabio, ni un político
famoso. El patrón es un obrero humilde, un padre de familia, vestido de paño
burdo, con pantalones de pana llenos de polvo y sucios de barro, con capa parda
de capilla, con abarcas y con callos en las manos.
Y, en este 15 de mayo, la fiesta
de San Isidro vuelve a traernos la alegría de la Pascua: por Jesús merece la
pena dar la vida; por Jesús, este santo, fue un testimonio vivo, alegre,
sencillo que os ha llevado con el correr de los siglos a celebrarlo y cantar
sus grandezas.
Cosme Puerto Pascual O.P.
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