jueves, 6 de abril de 2017

¿Por qué la luz no dobla las esquinas?
-Epílogo-

Tu qui sedes in tenebris, spe tua gaude:
orta stella matutina, Sol non tardabit
Tú, que habitas en tinieblas, alégrate en tu esperanza:
ha aparecido la estrella de la mañana, y el sol no ha de tardar.
Antífona de la II semana de Adviento del antiguo breviario cisterciense.



Permítanme  que escriba unas líneas personales, antes de comentar, lo mejor que se me ocurra, que no es fácil, la última parte del libro de Solórzano. Para comenzar la cita que pongo al principio, la he sacado de la cita inicial del libro “Nuevas semillas de contemplación” de Thomas Merton, ed. Sal Terrae, pues de la luz se trata, la que se anuncia débilmente y la que lo inunda todo. Muchas veces no hacemos caso de las luciérnagas, siendo así que nos permiten ver detalles aislados, que con la potente luz del sol, pasarían desapercibidos. Por otra parte, desde el punto de vista físico, la luz ondulatoria no atraviesa las esquinas, porque su longitud de onda es sumamente corta, a diferencia del sonido, cuya longitud de onda es muchísimo más larga, mientras que la luz corpuscular, es evidente, pues los “cuantos” o fotones, pasan de largo en las esquinas, aunque algunos “reboten”. Esto nos llevaría a experimentos de la física cuántica, a la incertidumbre, a la indeterminación, a la consciencia,… a Dios; pero dejémoslo, no sin antes recordar que la “la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4,12). Así pues, la luz del Verbo hecha palabra, si doblaría las esquinas.
Ya es tiempo de darle protagonismo a J. A. Solórzano en la parte final, titulada Apéndices: los últimos destellos, que consta de dos capítulos del libro, el primero titulado Con ritmo de “ragtime” y está precedido por la cita “La verdadera génesis está al final”, de E. Bloch, y de otra más larga de D. Bonhoeffer, de la que tomo el siguiente párrafo: “…Dios y su eternidad quieren ser amados de todo corazón, pero no de modo que el amor terrenal quede mermado o debilitado…”
Comienza explicando el “ragtime” como “ritmo caracterizado por una fuerte sincopación en la melodía con un acompañamiento regularmente acentuado”, lo que le lleva un poco más adelante a “acentuar los momentos débiles de nuestra propia vida, para ir fortaleciéndolos en el presente con vistas a un futuro más esperanzado y que nos exige mayor entereza humana, cristiana y dominicana” y más adelante, en la página 174 escribe: “Es la superación lo que necesitamos que se nos enseñe. Sólo una buena educación basada en la capacidad de superación tendrá éxito humano y cristiano” y a continuación cuenta una entrañable anécdota, que vivió en “directo”, la del religioso, secularizado y casado, que volvió a la Orden, después de enviudar, a los 78 años. Cuenta más vivencias personales y en la página 177: “Aquellas pautas que hoy trascribo, decían- ¿Dirán algo a alguien igualmente joven? – así:

“Para empezar a caminar…
Ø Estudiarás todos los días un rato largo.
Ø Leerás al menos una hora diaria.
Ø Acostúmbrate a estar solo durante un tiempo cada día
Ø Antes de dormir, harás un alto para pensar y sopesar sobre lo que has hecho durante la jornada.
Ø Siempre que puedas, pasearás observándolo todo, disfrutando.
Ø Cuando estés con los demás no dejes de ponerte en su situación, comprenderla y volver sobre ti mismo. Ponte en actitud de escucha, aunque hay cosas que no merecen oírse.
Ø No te enfadarás, por dentro, casi nunca. Por fuera te mostrarás amable, amistoso, animoso y siempre sonriente”
Así hasta treinta o tal vez más. Aquí he tomado las siete primeras, por eso del siete, aunque añado la última:
Ø Déjame terminar con estos versos del poeta inglés William Blaque (1757-1827), pueden servirte para iniciar tu nueva metodología:

Aquel que hiciere el bien a otro
deberá hacerlo en las más pequeñas cosas.
El bien general es la excusa
del canalla, del hipócrita y el adulador:
pues el arte no pueden existir
sino en partículas minuciosamente organizadas.”

Después dedica algo más de una página sobre la libertad y la soledad y citando a Italo Calvino en la novela Si una noche de invierno un viajero: “El único camino para estar con los otros de verdad es estar separado, imponer tercamente esta incómoda soledad y singularidad que es la vocación del poeta, del explorador, del revolucionario” y a continuación: “Tengo para mí que todo dominico debe ser un poco explorador por itinerante y rastreador de la Vida y la Verdad; un poco revolucionario por estudioso adelantado e iluminador de la vida y la historia anticipada.
         ¿Estaré soñando? A veces pienso que sí, mas dejadme soñar…, porque al buen decir poético de León Felipe:

Nadie fue ayer
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol…
un camino virgen
Dios”
Termina con una cálida despedida “Yo no te conozco curioso lector. Tu a mi si, pues he dejado abierta la puerta de los afectos. El mundo es más pequeño de lo que podemos imaginar. Cualquier día, en cualquier rincón inesperado nos sorprenderemos hablando de lo mismo, nos conoceremos. Es posible que lleguemos a ser amigos…
Mientras mantengamos el respeto y la distancia, la espera dinámica y operante que tiene la eficacia de transformar desde el silencio y el recuerdo.”

El último capítulo del este apartado y por tanto del libro, lleva por título De libros y de amigos, ¿no es lo mismo?, comienza con una hermosa cita de M. de Unamuno, de la que extraigo el párrafo:

Leer, leer, leer, ¡Seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que paso?

Como su título indica está dedicado a los libros y da una lista de ellos; pero no como bibliografía, sino como una recomendación de amigo, comentándolos, a veces el comentario llaga hasta una página. Aquí pondré sólo la información bibliográfica, no sin antes poner una cita, sacada de este libro y de este mismo capítulo, que así comienza:
“Sé que he jugado en exceso con las metáforas de la luz y las sombras, la claridad y la penumbra, las ondas y las partículas, el frío y el calor, la dureza y la ternura, el amor y el desamor, etc…; demasiadas dualidades. Pero ¿cómo podría hablar de la vida, de la mía y de la tuya, de los dominicos y de los que aún no lo son, sin ese juego evangélico de la luz y las tinieblas?
Y ahora paso a enumerar los libros, que recomienda como amigo, como él mismo nos indica en la página 185: “… no se trata de convertir este final en un catálogo de libros, sólo quiero que sea una guía de algunos que puedes leer a gusto, sin demasiado esfuerzo,… que si tienes un cierto hábito de lectura, no se te caen de las manos…”
Siento, por ello citarlos como catálogo; ya que copiar la reseña, excededería los límites y el propósito de este resumen. Los libros que cita, son de los ochenta, los más modernos,  teniendo en cuenta que este libro está escrito a principio de los noventa del pasado siglo, aunque eso, lo sé, no tiene importancia. El Quijote es más antiguo. Los primeros tratan de Santo Domingo y la Orden dominicana:
Sto. Domingo de Guzmán. Su vida. Su orden. Sus escritos. BAC Madrid 1987.
Guy Bedouelle, La fuerza de la palabra, Ed. S. Esteban, Salamanca 1987
H. Lacordaire. Santo Domingo y su orden, Ed. San Esteban, 1989.
A. Hertz, Domingo de Guzmán y los dominicos, Ed. Sal Terrae, Santander 1982
Cuatro libros más: Personajes históricos (9); Semblanzas de misioneros (10); Estampas de místicos (12); Retablo de artistas (13). Total 44 biografías, escritas por varios autores. Ed. OPE Caleruega, Burgos.
A continuación continua la lista con 12+1. No se asusten, no es superstición, ya que la idea es tomar el número de apóstoles; pero cuentan que un año el papa, el día de Jueves Santo lavó los pies a 13 discípulos. ¿Se había equivocado el maestro de ceremonias? Al final la misa se reunieron los apóstoles y eran 12; pero había ¡13 sillas! En esta había estado un ángel… Pues ahí va la lista de los doce apóstoles y el del ángel:

Von Balthasar-Buck-Congar, ¿por qué me hice sacerdote? Ed.  Sígueme. Salamanca
 G. Bessiere, Préstame tus ojos. Diario de un peregrino maravillado entre abismos de sombra y luz. Ed.  Sígueme. Salamanca
J. De Bourbon Busset, Silencio y júbilo, Ed.  Sígueme. Salamanca
J. Sans Vila, Antología vocacional, Ed.  Sígueme. Salamanca
T. de la Torre, Diario de Viaje de Salamanca a Chiapa. 1544-1545. Ed. OPE. Caleruega , Burgos
A. Nolan, ¿Quién es ese hombre? Jesús antes del cristianismo. Sal Terrae, Santander
A. Carré. No me pesa haber creído. Narcea Ed. Madrid
M. Quois. A corazón abierto. Ed.  Sígueme. Salamanca
G. Bernanos, Diario de un cura rural. Ed. Plaza Janes, Barcelona
J. M. Ballarín, Francesco, Ed.  Sígueme. Salamanca
S. Llorente, 40 años en el círculo Polar, Ed.  Sígueme. Salamanca 1990
M. Rymond, Tres monjes rebeldes, Ed Herder, Barcelona 1981
A. Altisent, Reflexiones de un monje, Ed.  Sígueme. Salamanca 1990

 ¿Y ya está? No, no está. Todavía quedan dos páginas de hondo contenido, como todo el libro. Queda mucho en el “tintero”, de este pequeño resumen. Termina de escribir en Bilbao, el 27 de junio de 1990, con este párrafo: “Amigo, aseguraría que ahora te sientes mejor, mucho mejor y que percibes como se disipan las tinieblas en torno a ti y la luz penetra por las rendijas de tu ventana interior
Y como colofón un regalillo. Pincha en este enlace:










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