martes, 27 de diciembre de 2016

¿Vanidad o Navidad?

Entrada dedicada a Fructoso Mangas Ramos,
por hacernos ver estas cosas, 
que son "evidentes"; pero que muchas veces,
al caminar como "tontines" 
por la vida no nos fijamos en ellas.



Hace unos días, Fructuoso Mangas escribió, un artículo con este título, que podéis leerlo aquí: ¿Vanidad o navidad?
Verdad es. Hoy estamos convirtiendo la Navidad, es esto: luces, consumismo, felicitaciones vacías, despilfarro, hipocresía… y no nos damos cuenta que, como decía una imagen, de las que envían por watshapp, celebramos el nacimiento de un niño, de una pareja, que hoy no dejarían pasar de Turquía a Grecia. Sigue estando “la posada” ocupada y tiene que nacer en un campo de refugiados, como antaño en un pesebre. Esa es la historia humanitaria, de los filántropos, que está muy bien; pero si nos llamamos cristianos, la cosa va más lejos.
Cristo al nacer y venir a este mundo, el mismo Dios se encarnó, “La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”, vino a los suyos, que se supone que somos nosotros; pero los suyos “no le reconocimos” y miramos para otro lado. Nos contentamos con la “vanidad”, de estas fiestas, a las que incluso queremos quitarle el nombre y llamarlas, fiestas de invierno, o celebración del solsticio o cosas por el estilo y así hasta después de Reyes, y después seguimos por el mismo camino. Los que creemos todavía un poco, que hemos ido a misa el día de Navidad o incluso el día de “año nuevo” y tal vez de Reyes, nos pasa algo parecido. Meditamos y rezamos; pero nos quedamos cortos y a veces, nos acordamos del “joven rico” y nos da lástima, que no viera la “mirada tierna de Jesús”; pero ni por asomo, nos damos cuenta que nosotros estamos haciendo lo mismo.
Hace unos días en clase de teología, el P. Solórzano, nos hizo esta interpelación: Imaginaos  que Jesús anda entre nosotros, de la misma manera que andaba con sus paisanos, ¿Le creeríamos y lo reconoceríamos? O tal vez, pensáramos como pensaban los “bienpensantes” fariseos. Buena pregunta que a veces tendríamos que hacernos.
El Señor es misericordioso; porque si no lo fuera, estaríamos excluidos de la cercanía de Jesús, que dijo claramente: “Lo que le hacéis a uno de vosotros, que tiene hambre, sed, está desnudo…, me lo hacéis a mí

La Navidad es un buen momento de rectificar nuestros pasos y si llega el caso, vivir una Epifanía para  “volver por otro camino”. Intentarlo ya es un primer paso y como dice una sentencia, “para dar mil pasos hay que dar el primero”, y cuando hayamos dado el mil, seguir con el mil uno y luego uno más, uno más, uno más…El que nació en Belén hace más o menos dos mil años, y sigue naciendo aquí y ahora, nos ayudará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario