jueves, 21 de julio de 2016

Lecturas de Julio 2016

Después de “terminar” de leer, “Otro modo de ver, otro modo de vivir”,
 de Enrique Martínez Lozano, libro que convendría volverlo a leer y aun así no terminaría su lectura, debido a la densidad de su cometido,
 nos hemos ido unos días a "ver el mar"


         En esos días de descanso he leído “La ruta prohibida” de Javier Sierra, Ed. Booket interesante libro, que trata temas curiosos, enigmáticos y la relectura de “La del alba sería. Mis encuentros con lo invisible”, de Fernando Sánchez Dragó, Ed. Planeta, que leí allá por los noventa.
         Quiero no obstante, dedicar unas líneas al libro de Javier Sierra, en el que aborda múltiples interrogantes, sobe hipotéticos viajes a América, antes de Colón, las Pirámides, la “Dama Azul” de Ágreda, personajes y ciudades masónicas, Los Mayas y otras culturas desaparecidas, etc., aunque lo que más me ha sorprendido ha sido el capítulo 21, titulado “El último secreto del Temple”. En este capítulo se cuenta que en la mañana del 29 de octubre de 2007, el autor del libro acudió a una rueda de prensa en el Vaticano, en la que coincidiría con Paloma Gómez Borrero, al que asistiría el prefecto del Archivo Secreto Vaticano, el medievalista Franco Cardini, entre otras personalidades y la joven investigadora Bárbara Frale, de la que por cierto tengo un magnífico libro titulado “Los templarios y la sábana Santa”, pues bien, la rueda de prensa era para, y cito un párrafo de la página 164 del citado libro, “Presentar al mundo un documento excepcional: un texto descubierto en 2002 en el Archivo secreto Vaticano, escrito por orden del papa Clemente V y fechado en el verano de 1308, que absolvía a la orden del Temple de los cargos de herejía por los que habían sido expoliados, llevados a la hoguera y borrados de la faz de la Historia”. La descubridora de dicho pergamino había sido Bárbara Frale, en 2002, siendo esta oficial del Archivo, cuando se detuvo por casualidad  ante su anodina signatura: Archivun Arcis, Armarium D 218. ASV.
         En la página 170, en el apartado “Un escándalo de siete siglos”, leemos: “Clemente V, gran jurista de su tiempo y buen conocedor de los métodos disuasorios del Santo Oficio, se tomó la molestia de seguir interrogando a De Molay y a sus caballeros contra el criterio de la inquisición y el Rey de Francia. No dio valor a las confesiones bajo tortura anteriores a aquel 25 de octubre de 1307, y decidió investigar por su cuenta y riesgo los hechos… El documento que surgió… fue redactado en el castillo de Chinon, en el Loire galo. Ese era el pergamino que monseñor Pagano estaba presentando en la Santa Sede. Un texto por cierto, que aunque catalogado en inventarios oficiales del Archivo Secreto desde 1608, había pasado inadvertido…”
         ¿Por qué el papa no se esforzó más para salvar a los templarios y se limitó a redactar este documento, que cayó en el olvido?, en la página 174 y 175, se da la clave: “En la reunión presidida por el cardenal Pagano, la doctora Frale pone al fin sobre la mesa un último factor para comprender este episodio. Y es que antes de la llegada de Clemente V al poder, el rey de Francia ya se había desembarazado de predecesores, Bonifacio VIII y Benedicto XI, en su desaforada carrera para apropiarse de los bienes de la Iglesia y sanear su maltrecha economía. Además de su obsesión por el Temple, su corazón escondía un plan para adueñarse de la gestión de la Iglesia.
         Por esta razón, después de firmar el documento de Chinon, explica Frale, Clemente V permitió que Francia destrozara la Orden del Temple para evitar un cisma. De haberse opuesto a los deseos de Felipe IV, el papa intuía que la Iglesia se hubiera dividido en dos: una iglesia francesa y otra romana. Y el pontífice, un jurista extraordinario, decidió evitarlo sacrificando a sus caballeros.”


         A la vuelta de los días de “ver el mar”, para los que somos de secano, he ido a la bibliografía del libro “Otro modo de ver, otro modo de vivir”, debido a lo interesante que son las notas a pie de página, que he ido recopilando a lo largo de su lectura y he seleccionado algunos títulos, que he buscado en la Biblioteca Pública. Comencé con “Mindfulness en la vida cotidiana”.- horrible palabra. ¿Porque no utilizan “Atención plena”, que es lo que significa? .- de Jon Kabat-Zinn, que ando ahora ojeando y que, (no tengo remedio) es muy interesante y lo compraré. Fui dos veces a buscarlo. La primera no estaba, pues estaba prestado  y cogí uno, que me pareció interesante, del que no tenía ninguna referencia, titulado “Saludos desde el cielo” de Bill Guggenheim y Judy Guggengeinm, editorial Oceano-Ambar. Este libro trata de testimonios de personas que han tenido una ECM (ecuentro con personas que han muerto) y relacionado con otro de los libros, de la bibliografía antes citada, “Morir para ser yo”, de MOORJANI, Anita, Ed. Gaia y curiosamente, paseando por la sección de libros en unos grandes almacenes, lo vi y claro… lo compré. El “destino”, o lo que sea, hace que no hagamos lo que queremos hacer en principio, sino que hagamos “otra cosa”. Los “tenues hilos”, de los que magníficamente habla Robert A. Johnson en “El equilibrio entre el cielo y la tierra”, magnífico libro que leí allá por 2001 o 2002, no recuerdo bien. Pues bien, los “tenues hilos”, me han llevado a interesarme por otro libro, no citado en la bibliografía anterior, pues es de reciente aparición. Se trata de “El límite”, de José Miguel Gaona. Ed. La Esfera de los libros., libro que he encargado en la librería de mi vecino, De este autor tengo “Al otro lado del túnel”, que leí hace dos años más o menos. Curiosamente estos libros tienen relación y mucha con “Saludos desde el cielo”. La próxima entrada, la dedicaré a este tema, apasionante.  Así lleno las horas de estos calurosos días de julio, con lectura y meditación.
         Finalmente esta mañana, he traído de la biblioteca en otros dos libros, citados también en dicha bibliografía: “El fantasma de la libertad. Datos de la revolución neurocientífica”, de RUBIA, Francisco José, de Ed. Crítica y “El cerebro nos engaña”,  Ed. Temas de hoy, del mismo autor. De estos también me ocuparé.


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