miércoles, 21 de junio de 2017

“Todavía no estoy preparado”
Gerardo García Cuesta (in memoriam)

Todo cambia, todo fluye, no puedes bañarte dos veces en el mismo río
Heráclito

En el 65  éramos “los chico del Preu”, Gerardo, Antonio, Miguel, Eduardo, Saturnino…  Nos identificábamos con aquella película protagonizada por Carina. Parece que fue ayer; pero han pasado los años… y un día me encuentro con Gerardo y me dice: “Pedro, tenemos que celebrarlo, cumplimos las bodas de oro de nuestra promoción” y comenzamos a contactar con compañeros, y fijar reuniones, los domingos en el Casino. La experiencia tuvo sus luces y sombras; pero no es ahora el momento de valorarla. Lo que sí es digno de resaltar es que a raíz de esta experiencia, conocí  a Gerardo… después de cincuenta años de haberlo conocido en el colegio. Me explico:
Gerardo era una persona generosa, altruista, que no toleraba la injusticia y por tanto le indignaba la corrupción en los políticos y en cualquier estamento… era un seguidor de Jesús de Nazaret, sin que se diera cuenta de ello. Recuerdo, que programamos una comida, para festejar los cincuenta años de la promoción a la que asistimos menos de veinte compañeros; pero antes programamos una eucaristía, en la capilla del colegio, a la que sólo asistimos cuatro: Antonio, el sacerdote de la promoción, Eduardo, Gerardo y yo. He dudado en poner la foto, pues no me atrevía a publicarla en esta entrada; pero al final me he decidido, ya que es uno de los momentos, de mi vida que se han quedado grabados en mi memoria. Al preguntarnos Antonio, si íbamos a comulgar, Gerardo responde “Yo no estoy preparado”. ¿Y quién lo está amigo Gerardo, que estás en los cielos?
Lo que he conocido de Gerardo, y que apunto ligeramente en el párrafo anterior ha sido, por este encuentro de las bodas de oro. Y nos ha unido una amistad sincera desde 2014. Siempre que podíamos quedábamos para tomar un café o un vino, él, Antonio y yo. Pasábamos un rato agradable y de vez en cuando nos hablaba de su gran pasión: La Micología. ¡Cuánto sabía Gerardo, de setas, hongos y líquenes…! Y lo contaba con pasión. Nos enviaba trabajos suyos, conferencias, trabajos relacionados con el tema, por correo electrónico. También tenía gran sensibilidad para la música y a veces me enviaba a mí, que también me encanta la música, vídeos de Youtube de compositores desconocidos; pero de unas composiciones preciosas…
Muchas veces me decía: “Pedro vamos a la editorial de la Universidad, que tienen unos libros preciosos en promoción”. Allí íbamos y charlábamos con los funcionarios que allí estaban y casi nos hacíamos amigos.
Amante de su familila, nos hablaba con pasión de sus hijas y de la novela “El renacimiento de Eva”, escrita por una de ellas, de los viajes que hacían juntos, de Macotera, su pueblo…  Solía comentar una frase que se me quedó grabada: “Cuando se muere un viejo, desaparece una biblioteca”. Él no era viejo… todavía; pero si ha desaparecido una biblioteca.
Estábamos en un grupo de whatsapp, y hace poco, veo que Antonio, se dirigía a Belén y pensé, Antonio se ha equivocado de grupo… por desgracia, no se equivocaba. Se dirigía a su hija, que nos informaba de que a su padre, Gerardo, le había dado un derrame cerebral. Le enviamos oraciones y energía positiva, que sin duda, aunque no le sirvieron para curarse, le sirvieron para el tránsito definitivo.
Para terminar, os envío uno de los últimos correos que me envió:

- Ultimas fotos de Curiosity, Opportunity...

SALUDOS GERARDO


Descansa en paz amigo Gerardo

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