“Todavía no
estoy preparado”
Gerardo García
Cuesta (in memoriam)
Todo
cambia, todo fluye, no puedes bañarte dos veces en el mismo río
Heráclito
En el 65 éramos “los chico del Preu”, Gerardo,
Antonio, Miguel, Eduardo, Saturnino… Nos
identificábamos con aquella película protagonizada por Carina. Parece que fue
ayer; pero han pasado los años… y un día me encuentro con Gerardo y me dice: “Pedro,
tenemos que celebrarlo, cumplimos las bodas de oro de nuestra promoción” y
comenzamos a contactar con compañeros, y fijar reuniones, los domingos en el Casino.
La experiencia tuvo sus luces y sombras; pero no es ahora el momento de
valorarla. Lo que sí es digno de resaltar es que a raíz de esta experiencia,
conocí a Gerardo… después de cincuenta
años de haberlo conocido en el colegio. Me explico:
Gerardo era una persona
generosa, altruista, que no toleraba la injusticia y por tanto le indignaba la
corrupción en los políticos y en cualquier estamento… era un seguidor de Jesús
de Nazaret, sin que se diera cuenta de ello. Recuerdo, que programamos una
comida, para festejar los cincuenta años de la promoción a la que asistimos
menos de veinte compañeros; pero antes programamos una eucaristía, en la
capilla del colegio, a la que sólo asistimos cuatro: Antonio, el sacerdote de
la promoción, Eduardo, Gerardo y yo. He dudado en poner la foto, pues no me atrevía a
publicarla en esta entrada; pero al final me he decidido, ya que es uno de los momentos, de mi vida que se han quedado grabados en mi memoria. Al preguntarnos Antonio, si íbamos a comulgar, Gerardo
responde “Yo no estoy preparado”. ¿Y
quién lo está amigo Gerardo, que estás en los cielos?
Lo que he conocido de
Gerardo, y que apunto ligeramente en el párrafo anterior ha sido, por este
encuentro de las bodas de oro. Y nos ha unido una amistad sincera desde 2014.
Siempre que podíamos quedábamos para tomar un café o un vino, él, Antonio y yo.
Pasábamos un rato agradable y de vez en cuando nos hablaba de su gran pasión:
La Micología. ¡Cuánto sabía Gerardo, de setas, hongos y líquenes…! Y lo contaba
con pasión. Nos enviaba trabajos suyos, conferencias, trabajos relacionados con
el tema, por correo electrónico. También tenía gran sensibilidad para la música
y a veces me enviaba a mí, que también me encanta la música, vídeos de Youtube
de compositores desconocidos; pero de unas composiciones preciosas…
Muchas veces me decía: “Pedro
vamos a la editorial de la Universidad, que tienen unos libros preciosos en
promoción”. Allí íbamos y charlábamos con los funcionarios que allí estaban y
casi nos hacíamos amigos.
Amante de su familila,
nos hablaba con pasión de sus hijas y de la novela “El renacimiento de Eva”,
escrita por una de ellas, de los viajes que hacían juntos, de Macotera, su
pueblo… Solía comentar una frase que se
me quedó grabada: “Cuando se muere un
viejo, desaparece una biblioteca”. Él no era viejo… todavía; pero si ha
desaparecido una biblioteca.
Estábamos en un grupo de whatsapp,
y hace poco, veo que Antonio, se dirigía a Belén y pensé, Antonio se ha
equivocado de grupo… por desgracia, no se equivocaba. Se dirigía a su hija, que
nos informaba de que a su padre, Gerardo, le había dado un derrame cerebral. Le
enviamos oraciones y energía positiva, que sin duda, aunque no le sirvieron
para curarse, le sirvieron para el tránsito definitivo.
Para terminar, os envío
uno de los últimos correos que me envió:
- Ultimas fotos de Curiosity, Opportunity...
SALUDOS GERARDO
Descansa en paz amigo
Gerardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario